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viernes, 31 de agosto de 2012

La prostituta que inspiró a Shakespeare


Los enigmas sobre la vida de William Shakespeare siguen de moda. El último, la verdadera identidad de Lady Dark

 Londres 


  • Retrato de William Shakespeare, datado en 1610. / GETTY

    El enigma Shakespeare continúa intrigando al mundo. El eterno debate sobre la verdadera identidad del dramaturgo se prolongó con la publicación de la biografía Contested Will: who wrote Shakespeare? de James ShapiroEl libro resta relevancia a las especulaciones sobre la autoría de Shakespeare, alegando que las suspicacias sobre su figura, que dudan que alguien de tan insignificante históricamente pudiera haber escrito unas obras de tal envergadura, empiezan doscientos años después de la muerte del bardo, en una época en la que se empieza a asumir que la obra artística es un reflejo de la vida del autor. Por otra parte, el misterio sobre el aspecto físico del autor se avivó en 2009 cuando en una mansión aristocrática inglesa se encontró el que podría ser el único retrato de William Shakespeare. La pintura muestra a un hombre pulcro, refinado y sin pendiente en el lóbulo izquierdo, una imagen muy diferente de la que nos ha llegado hasta nuestros días.
    El penúltimo enigma llega de los sonetos del autor. El personaje de ‘Dark Lady’, una irresistible dama casada, de tez y pelo oscuro, objeto de deseo del autor ha fascinado a los lectores desde hace siglos. Se ha buscado su identidad en personajes históricos o se ha visto como una mera metáfora sobre la fuerza opaca del deseo. Pero según Duncan Salkeld, especialista en Shakespeare de la Universidad de Chichester esta Dama Oscura podría haberse moldeado según una conocida prostituta del barrio londinense de Clerkenwell. El profesor en sus declaraciones al diario The Independent asegura haber encontrado documentos que podrían probar que Dark Lady fue en realidad una madame y prostituta conocida llamada "Lucy Negro" o"Black Luce".
    Salkeld ha encontrado referencias de la gerente de burdel en el diario de Philip Henslowe, el dueño del Rose theatre que acogía la compañía rival a la de Shakespeare. La prostituta aparece registrada como inquilina de Henslowe. Estas menciones la relacionan con el mundo del teatro y por lo tanto hacen muy probable que conociera personalmente al bardo, que además tenía amigos y parientes en Clerkenwell.
    Black Luce era una célebre proxeneta que se movía por diferentes estratos de la sociedad, recibiendo tanto a inmigrantes como a hombres de las altas esferas. Su nombre aparece en el registro de espectáculos obscenos de 1594 y su mala reputación aflora en varias obras dramáticas y textos literarios. Al contrario que sus empleadas, ella nunca fue perseguida por la justicia.
    Los sonetos publicados en 1609 dentro de un volumen de poemas sigue siendo una mina de interrogantes sobre la vida amorosa de Shakespeare. Las incógnitas empiezan con la dedicatoria del libro a “Mr H.W” como inspirador de los versos (¿un amante, un colaborador literario?) y siguen con el bello joven protagonista de varios.
    La presencia de Dark Lady en los sonetos del 127 al 152 presenta una relación turbulenta y carnal muy diferente a la domesticidad apagada de su matrimonio. Esa dama de los “ojos negros como el cuervo” le provoca al autor repulsión, lujuria, desesperación y celos cuando ella seduce a su joven amigo o se ve con otros pretendientes.
    La irrupción de la meretriz Black Luce está lejos de disipar las intrigas en torno a los apasionados sonetos. Teniendo en cuenta la discusión que provoca cualquier detalle de la obra de Shakespeare, el hallazgo del profesor Salkeld no será la última conjetura sobre los estudiosos de la obra del genio.

    jueves, 30 de agosto de 2012

    'Las palabras que inventó Julio Cortázar' por David González en aviondepapel.tv



    Una relectura del capítulo 68 de Rayuela nos adentra en aquellas palabras inventadas por Julio Cortázar. En apenas unos párrafos, el escritor argentino, nacido un 24 de agosto de 1914, nos regala un lenguaje íntimo y sugerente que narra el encuentro amoroso entre La Maga y Horacio Oliveira.





    Julio Cortázar siempre consideraba la literatura como un juego. El escritor argentino jugaba con los géneros, jugaba con las formas, pero también con el lenguaje.

    “Yo ya no podía aceptar el diccionario, ni aceptar la gramática. (…) El buen escritor es ese hombre que modifica parcialmente el lenguaje. (…) Los prosistas introducen toda clase de trasgresiones que hacen palidecer a los gramáticos y que luego son aceptadas y entran en los diccionarios”, explicaba Cortázar.

    Entre sus invenciones, nos dejó ese significado ambiguo que cada lector le encuentra a los cronopios, a las famas y a las esperanzas en sus serie de relatos. Sin embargo, quizás sea el capítulo 68 de Rayuela, su anti-novela collage, donde el lenguaje creado por Cortázar cobre su máximo protagonismo formal.

    Cuando releemos el capítulo 68 de Rayuela, el escritor nos adentra en un nuevo mundo de palabras imaginarias, como ya lo había hecho Lewis Carrol en su poema "Jabberwocky" u otros escritores vanguardistas. Aquí, Cortázar nos entrega un capítulo digno de la Torre de Babel.

    “Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo”.

    El glíglico o lenguaje inventado de estos párrafos funciona como juego y como un verdadero quebradero de cabeza para los traductores la obra cortazariana.

    No en vano, Cortázar inserta palabras imaginarias junto con otras incluidas en los diccionarios, para crear más verosimilitud en el lector. El resultado es una narración íntima entre los dos protagonistas de Rayuela, La Maga y Oliveira, que activa la imaginación del lector.

    Así, en este capítulo 68, leemos las palabras que inventan estos dos enamorados para describirnos uno de sus encuentros amorosos. Toda pareja usa ciertos vocablos solo reconocibles por ellos mismos, cuyos significados son ajenos al resto del mundo. Cortázar juega y el lector participa.

    "Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, las esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé!"

    Una vez que el lector asume la invención, se deja seducir por la melodía de estos nuevos vocablos creados por el autor de Rayuela. Apenas importa el significado, la música de cada palabra crea una nueva y melódica sintaxis que nos muestra la sensualidad de la escena.

    “Vemos, una vez más, la complicidad con el lector, que, en este caso, se puede volver en contra de él, pues se avergonzará, quizás, al comprobar como su imaginación ha recurrido a términos más gráficos que los empleados por el escritor”, escribe Andrés Amorós en el prólogo de Rayuela publicado por la editorial Cátedra.

    Julio Cortázar murió el 14 de febrero de 1984 y fue enterrado en Montparnasse, el cementerio parisino al que acuden muchos de sus seguidores y donde descansan sus restos, junto a su última pareja, Carol Dunlop. El autor argentino nació el 24 de agosto de 1914. Justo este mes, el Cronopio Mayor celebraría su 98 cumpleaños.

    Glíglico (Wikipedia)


    El glíglico en Rayuela por Daniel González Dueñas
    Julio Cortázar en Lenliblog

    El glíglico es un lenguaje creado por Julio Cortázar y presente en su novela Rayuela, cuyo capítulo 68, que evoca una escena erótica, está completamente escrito en él. Se trata de un lenguaje musical que se interpreta como un juego, además de ser un lenguaje exclusivo, compartido por los enamorados, que los aísla del resto del mundo.

    Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente su orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, las esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentía balparamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.


    Julio Cortázar, Rayuela, capítulo 68

    Aunque a primera vista parece carecer de sentido, una lectura más detallada permite ver que en realidad es bastante comprensible. El glíglico tiene la misma sintaxis y morfología que el español, usando palabras normales con otras inventadas pero reconocibles como sustantivos o verbos, y puntuando correctamente las frases. Una posible fuente de inspiración es el Jabberwocky de Lewis Carroll. Hay posibles antecedentes entre los poetas de la vanguardia latinoamericana, como Vicente Huidobro u Oliverio Girondo.

    paralímpico, no paraolímpico


    Con motivo de los Juegos Paralímpicos de Londres, que se celebrarán del 29 de agosto al 9 de septiembre, se recuerda que el adjetivo apropiado para referirse a los juegos en los que los participantes son personas con discapacidades es paralímpicos, no paraolímpicos.
    Sin embargo, están apareciendo en los medios frases como «El equipo paraolímpico español viaja a Londres‎», «Carmen Herrera concentrada para los Paraolímpicos», «El turno de lucirse es ahora de los atletas paraolímpicos».
    El término paralímpico, tal como indica el Diccionario panhispánico de dudasprocede del inglésparalympic (acrónimo de para[plegic] + [o]lympic) y es la grafía recomendada por ser la más extendida y la más acorde con la etimología; para denominar a los juegos deportivos también es válida la forma paralimpiada(s).
    Además, se desaconsejan las variantes paraolímpico y paraolimpiada, creadas posteriormente a partir del prefijo griego para- ('junto a’), usado a menudo en la creación de voces nuevas con el sentido de ‘semejante a’.
    Por tanto, en los ejemplos anteriores lo adecuado habría sido decir: «El equipo paralímpico español viaja a Londres‎», «Carmen Herrera concentrada para los Paralímpicos», «El turno de lucirse es ahora de los atletas paralímpicos».

    Luisiana y Misisipi, mejor que Louisiana y Mississippi


    El caudal del río Misisipi en calma, en Nueva Orleans, Luisiana (EE.UU., 27/8/2012)
    Foto: © Agencia Efe / Skip Bolen


    Se recomienda escribir Luisiana Misisipi en lugar deLouisiana y Mississippirespectivamente, para referirse a esos dos estados de los Estados Unidos y, en el segundo caso, también al río que desemboca en el golfo de México y a su delta.
    En las noticias sobre la tormenta tropical Isaac, que está llegando a las costas de los Estados Unidos, ambos nombres están escritos en ocasiones de un modo que no le corresponde en español, como en el siguiente ejemplo: «Los gobernadores de Alabama, Louisiana y Mississippi declararon el estado de emergencia».
    Tal como recuerda el Diccionario panhispánico de dudas, los topónimos en español son Luisiana Misisipi , por lo que lo apropiado en el ejemplo anterior habría sido «Los gobernadores de Alabama, Luisiana y Misisipi declararon el estado de emergencia».
    El nombre del río, del delta y del estado homónimo puede usarse igualmente con acentuación aguda (Misisipí), aunque en la actualidad es más frecuente la llana (Misisipi).

    'Los románticos españoles y la música popular' por José Ramón Ripoll


    Desde la segunda mitad del xviii, el sonado debate que en Europa se libraba entre clásicos y románticos no tuvo en España demasiado eco. Desprovista de enjundia ideológica y artística, tal discusión tomó cuerpo en el seno de las guerras napoleónicas, entre patriotas y afrancesados o entre conservadores y liberales. Puede decirse que salvo sucesos aislados, la realidad cultural española permaneció al margen o, todo lo más a la cola, de cuanto ocurría en sus países vecinos. En el panorama musical no aconteció ninguna sorpresa, si exceptuamos los casos del vasco Juan Crisóstomo Arriaga, niño prodigio que murió a los veinte años de edad, y al que llamaban el Mozart español, el navarro Ramón Garay, el violinista y compositor Jesús de Monasterio, Tomás Bretón, y alguno más. Casi todo se reducía a una graciosa imitación de formas, giros y fraseos de aquello que nos llegaba de mano de los genios.
    El Romanticismo y sus consecuencias trajeron consigo la revisión de la música popular de cada territorio. Difícil es encontrar a un compositor del siglo xix que no haya utilizado en su obra algún elemento del folclore de su propia tierra, incluso de paisajes lejanos, lo que otorgaba al autor cierto halo de exotismo, inherente al espíritu romántico. Sin embargo, el músico español no supo acudir a tiempo, ni en la forma precisa, a las fuentes originarias de la tradición. Hasta finales de siglo y principios del xx no se puede hablar de una profunda incursión en el acervo popular por parte de los compositores españoles, como ocurrió en el centro de Europa desde la transición del clasicismo hacia las nuevas formas y estilos. Cuanto ocurrió en España no pasó de ser un simple coqueteo con una música que aún no había sido lo suficientemente valorada, estudiada y ordenada.
    El crítico, compositor y musicólogo, figura capital para el impulso y desarrollo de la música española Adolfo Salazar, nos advierte de ello:
    La guitarra —nos dice— es uno de sus agentes predilectos, y cuando Glinka viene a España, en los años 1845, escucha con deleite la música popular de las regiones por donde pasa: Navarra, Castilla la Vieja, Madrid, por fin Murcia y Andalucía. La guitarra, cuyo modelo andaluz era el del rondeño Francisco Rodríguez Murciano, o «El Murciano», le produce un efecto agudo y comienza a aprender las fórmulas de acompañamiento. Por fin —añade— la música italiana que tiene tan esclavizados a los españoles como a los rusos, le hastía y decide marcharse; pero no sin decir a los españoles qué es lo que podían hacer con su música, como lo hizo él en sus páginas Una noche de verano en Madrid, y la Jota aragonesa, con El jaleo de Jerez y otra Obertura española.
    Quedan pocos años para que se funde en Sevilla El folklore español, una sociedad dedicada al estudio y recopilación de las tradiciones populares, bajo el impulso de Antonio Machado Álvarez, padre de los poetas Antonio y Manuel. A partir de este tardío evento, se crean asociaciones, tribunas y academias destinadas a custodiar el tesoro más valioso de nuestra música. Colecciones como La Música del Pueblo, de Núñez Robres (Madrid, 1869), Cantos y bailes populares, de Inzenga (Madrid, 1888), Cancionero de Burgos(Sevilla, 1903), Cancionero Salmantino. de Dámaso Ledesma (Sevilla, 1907), las importantes aportaciones de Juan Ignacio de Iztueta, que reunió en 1826 un buen número de danzas y canciones vascas o el valiosísimo trabajo musicológico de Felipe Pedrell, resumido en su Cancionero musical popular español, ofrecieron a los compositores españoles las herramientas para poner en marcha una música propia e inspirada en las raíces autóctonas. La atmósfera grisácea del Romanticismo español comienza, gracias a la inestimable labor de estos estudiosos, a dejar entrar luces de diferentes colores y tonalidades, cambiando por completo el panorama de nuestra música: una luz que llegaba, no de arriba, sino de lo más profundo de la tierra.

    Campus


    Un campus es un terreno en el que se agrupan diversas instalaciones de una universidad. Este es el sentido en que se utiliza en los siguientes ejemplos:
    (1) Luis Zelaya, rector de la Unitec, dijo que los cinco edificios que tendrá el nuevocampus contarán con los más altos estándares internacionales [La Prensa(Honduras), acceso: 29-8-2012]
    (2) La apertura de la residencia del campus de Mieres generará 12 puestos de trabajo [La Nueva España (España), acceso: 29-8-2012]
    Aunque campus es un sustantivo de origen latino, a nosotros nos llega a través del inglés. Esto se explica porque la idea de concentrar las instalaciones universitarias en unos terrenos de uso exclusivo es una invención estadounidense. Las universidades europeas tradicionales estaban integradas en la ciudad y tenían sus edificios repartidos por las calles, como habrá tenido ocasión de comprobar cualquiera que haya visitado ciudades como Salamanca o Heidelberg.
    Es importante entender que una universidad puede tener varios campus, uno solo o incluso ninguno si es una universidad a la antigua usanza. Así evitaremos caer en un error que está cada vez más extendido en los medios de comunicación. Fijémonos en los dos ejemplos siguientes, que adapto de sendos diarios españoles:
    (3) El ranquin de Shangái tiene muy en cuenta la capacidad de investigación de los campus
    (4) El nuevo calendario académico ya se ha implantado en muchos campus españoles, como la Universidad de Oviedo, la de Navarra, la Carlos III…
    En (3) se está sustituyendo, de manera poco afortunada, la institución por sus instalaciones. En (4) se confunde la parte con el todo. Estos usos en el mejor de los casos dan muestras de un insuficiente conocimiento léxico y, en el peor, de un razonamiento defectuoso. Lo que estaban intentando decir quienes escribieron estas oraciones es simplemente esto:
    (5) El ranquin de Shangái tiene muy en cuenta la capacidad de investigación de las universidades
    (6) El nuevo calendario académico ya se ha implantado en muchas universidades españolas, como la de Oviedo, la de Navarra, la Carlos III…
    Por tanto, al emplear esta palabra hemos de tener presente que campus no essinónimo de universidad.
    Por lo demás, conviene saber que se mantiene invariable en plural:
    (7) Los tiroteos en los campus universitarios se han incrementado en los últimos años [El Heraldo (Honduras), acceso: 29-8-2012]
    Es decir, frente a una forma singular (el) campus, tenemos un plural (los) campus. Se sigue en esto la norma de formación del plural de las palabras terminadas en -s. Son incorrectos plurales a la manera inglesa, como los cámpuses, o formaciones vulgares como los campuses.
    Al tratarse de un sustantivo que está plenamente integrado en el léxico del español, no hay necesidad de destacarlo con la cursiva o las comillas. Sencillamente, se escribe en redonda como el resto del texto.
    A partir del significado de ‘terrenos o instalaciones de una universidad’ se han ido derivando otros que no ofrecen problemas para su comprensión y que han venido a enriquecer el contenido de esta palabra. Por ejemplo, algunas empresas han empezado a llamar también campus a los lugares donde agrupan sus instalaciones. También se tiende a denominar campus a ciertos eventos, a veces competitivos, que reúnen a un número de personas en un lugar concreto con un objetivo determinado, como campus internacional de informática o campus de baloncesto. No creo que nadie tenga nada que objetar a estas extensiones semánticas.
    En cualquier caso, para evitarnos disgustos nunca está de más echar un vistazo al diccionario antes de lanzarnos alegremente a escribir.

    martes, 28 de agosto de 2012

    Don Juan Manuel


    Don Juan Manuel (Escalona, 5 de mayo de 1282 – Córdoba, 13 de junio de 1348) fue un político y escritor en lengua castellana. Fue uno de los principales representantes de la prosa medieval de ficción, sobre todo gracias a su obra El conde Lucanor, conjunto de cuentos moralizantes (exempla) que se entremezclan con varias modalidades de literatura sapiencial. (Wikipedia)



    El conde Lucanor - Don Juan Manuel


    El conde Lucanor es una obra narrativa de la literatura española medieval escrita entre 1330 y 1335 por el infante Don Juan Manuel. Su título completo y original en castellano medieval es Libro de los enxiemplos del Conde Lucanor et de Patronio (Libro de los ejemplos del conde Lucanor y de Patronio).
    El libro está compuesto por cinco partes, la más conocida de las cuales es una serie de 51  exempla  o cuentos moralizantes tomados de varias fuentes, como Esopo y otros clásicos, así como de cuentos tradicionales árabes.(Wikipedia)

    artículo de wikipedia - imágenes - Don Juan Manuel en Lenliblog - vídeos - Books Googlerinconcastellano.com - algunos cuentos y ejercicios (en fidescu.org)  -  WebQuest para la asignatura de Lengua y literatura españolas de Tercero de E.S.O. Diseñada por Javier González Rovira - WebQuest en slidesharecaza del tesoro del área de Lengua Castellana y Literatura dirigida a alumnos de tercer curso de ESO por Carlos Verdugo JiménezLa estructura narrativa (en faculty.washington.edu) - Actividades de Anaya Juvenil - actividades interactivas en el tinglado.netbambulector.com (plan lector de Ed. Casals para 3º ESO) - selección de textos del IES La Aldea de San Nicolás - slideshare - enlaces externos en virtual-spain.com - "EL CONDE LUCANOR  Y EL MÉTODO EXEGÉTICO" por Pablo Adrián Cavallero (en CVC) - algunos cuentos en teresadientedeleon.blogspot.com.es

    Rima Monorrima (en Retóricas)


    Rima monorrima es término lingüístico usado en métrica que se emplea para indicar que los versos de una estrofa o poema riman todos entre sí.

    Es característica de los cantares de gesta. La rima puede ser asonante o consonante. Así, la épica medieval española se compone, desde el punto de vista de la estructura métrica, de tiradas monorrimas asonantadas. Por el contrario, el llamado mester de clerecía, de carácter culto, convino en adoptar la estrofa llamada tetrástrofo monorrimo o cuaderna vía, que, como su nombre indica, tiene rima consonante monorrima en los cuatro versos de que consta.

    A continuación se muestran las dos primeras estrofas del Enxienplo del garçón que quería cassar con tres mugeres del Arcipreste de Hita.

        Era un garçón loco, mancebo bien valiente,
        no quería casarse con una solamente,
        sino con tres mujeres: tal era su talente;
        porfiaron en cabo con él toda la gente.

        Su padre, su madre y su hermano mayor
        afincáronle mucho que ya, por su amor,
        con dos, que se casase: primero con la menor
        e, donde a un mes cumplido, casase con la mayor

    domingo, 26 de agosto de 2012

    dopaje y antidopaje, mejor que doping y antidoping


    Se recomienda evitar el uso de los extranjerismos doping y antidoping emplear en su lugar dopajeantidopaje, tal como indica el Diccionario panhispánico de dudas.
    Sin embargo, en las noticias que han aparecido acerca de las últimas declaraciones del ciclista Lance Armstrong sobre su decisión de no recurrir más los cargos que se le imputan es frecuente el empleo de las formas inglesas.
    Así, se pueden encontrar frases como «Armstrong dijo que no rechazará los cargos que en su contra lanza la agencia antidoping de su país» o «Aunque el americano haya pasado más de 500 controles sin haber incurrido en doping» en las que lo adecuado habría sido emplear los equivalentes españoles antidopaje y dopaje, respectivamente.

    eccehomo, en minúscula y sin comillas ni cursiva


    La palabra eccehomo se aplica a una imagen de Jesucristo como lo presentó Pilatos al pueblo y se escribe en una palabra, en minúsculas y sin comillas ni cursiva.
    En las noticias relacionadas con un fresco de la localidad española de Borja no es raro ver esta voz escrita de multitud de formas, como en los siguientes ejemplos: «Más de 160 países han mostrado su interés en la restauración del Ecce Homo» o «La localidad zaragozana donde se encuentra el ‘ecce homo’ no descarta emprender acciones legales».

    Un laberinto borgiano en el centro de Londres (vídeo)




    Dos artistas brasileños crean un laberinto de libros inspirados en el amor del escritor argentino Jorge Luis Borges por las bibliotecas y los laberintos.
    Marcos Saboya y Gualter Pupo usaron un mapa singular para trazar su laberinto: la huella digital simplificada de Jorge Luis Borges.
    Inspirados por la obra del escritor argentino, construyeron un laberinto con 250.000 libros en el centro Southbank de Londres.
    La idea principal, según Saboya, era llevar la literatura a la gente.
    Vea este video de Alvaro A. Ricciardelli para BBC Mundo.

    'Un bulto en el hígado' por Juan José Millás



    El escritor analiza a los futbolistas del Barça y el Real Madrid y encuentra así un final sorprendente para su serie veraniega

      El País

    El redactor jefe me pide que cierre esta serie estival de relaciones imposibles con Leo Messi y Cristiano Ronaldo.
    —¿Por qué con ellos? —pregunto.
    —¿Cómo que por qué con ellos? —dice molesto, como si le hubiera metido un dedo en el ojo.
    —Sí, ¿por qué con ellos? —insisto.
    Se ve que tiene ganas de decir que porque lo manda él, pero se reprime para no dar al traste con la fama de tolerante que se ha creado céntimo a céntimo, como el que ahorra para poner un puesto de pipas. Llevo meses intentando que se quite la piel de cordero para que se le vean los cojones de autoritario, pero de momento solo he logrado que enseñe un par de veces los colmillos con los que se comió a Caperucita, que estuvo cuatro días de becaria en el periódico.
    —Porque está empezando la liga, idiota —dice—, y la liga es una percha perfecta para hablar de la relación imposible entre Ronaldo y Messi.
    La “percha”, en periodismo, significa que para hablar de una cosa tiene que suceder otra. El aniversario de la muerte de Marilyn, por ejemplo, es una percha excelente para hablar de Marilyn, de ahí la peste de artículos sobre la actriz que nos hemos tragado este verano. Ya verán la que se arma cuando se cumpla el cuarto de siglo de la publicación de laCrítica de la Razón Pura. Aclaremos: no es que no puedas hablar ahora mismo de ese monumento filosófico, pero resultaría extravagante, como comer turrón en agosto o visitar al abuelo en la residencia un miércoles. El año pasado, por estas mismas fechas, le propuse al redactor jefe una serie de artículos sobre el Argumento Ontológico de San Anselmo para demostrar la existencia de Dios y me preguntó por la percha.
    —¿Y la percha? —dijo.
    —No sé —dije yo—, ¿Dios?
    —¿Le ha pasado algo a Dios?
    Fue el día en el que comprendí lo de la percha y también en el que comenzaron mis dificultades de relación con el redactor jefe.
    —¿Sigues ahí? —escucho al otro lado del teléfono.
    —Sigo aquí —digo yo.
    —Pues mal hecho, ya deberías haber empezado el artículo sobre Ronaldo y Messi.
    Cuelgo y entro en Google, donde dice que a Messi le diagnosticaron de pequeño una deficiencia de la hormona del crecimiento cuyo tratamiento costaba 900 euros al mes que el Barça, al ver las habilidades del chico, se ofreció a pagar. En cuanto a Ronaldo, sufrió a los 15 años un problema cardíaco que estuvo a punto de acabar con su carrera deportiva casi antes de que empezara. Hago cuentas de lo que se puede obtener de esos historiales clínicos desde el punto de vista del mal rollo entre los jugadores, pero no hallo nada.
    Me entero también de que quizá sean los dos mejores jugadores del mundo y eso sí es un motivo para llevarse mal. Tradicionalmente, los dos mejores de cualquier cosa acaban a palos porque al ser humano no le basta con ser feliz. Para que su dicha sea completa es preciso que los demás sean desgraciados. A Cela, que escribía bien, se le abría la úlcera cuando un colega publicaba algo bueno, sobre todo si era joven, pues significaba que la literatura no moría con él. Cela, además de ganar, necesitaba que los otros perdieran. Históricamente hablando, esta tradición de mal rollo entre el segundo y el primero empezó con Luzbel, el vicedios, y desde entonces no ha hecho más que repetirse a lo largo de la historia. La salud de uno, por ejemplo, es importante, pero no se disfruta del todo hasta que al amigo de toda la vida le encuentran un bulto en el hígado.
    Sin embargo, y por lo poco que sabemos de Ronaldo y Messi, no parece que la rivalidad deportiva inherente a su condición les haga desgraciados; al contrario, contribuye a su felicidad. Messi debe de dar todos los días gracias por la existencia del portugués y el portugués por la de Messi, ya que cada uno proporciona sentido a la existencia del rival. Por otra parte, los futbolistas son, en su mayoría, de una sensatez que no se da en ningún otro ámbito de la vida. Escuchas hablar a Casillas y te da pena que no sea ministro de Exteriores. O de Cultura. O de Sanidad. Sería hasta mejor presidente del Gobierno que Rajoy. Al menos no mentiría tanto, no le sale (a ver si va a resultar que el fútbol no es una metáfora de la vida, sino una metáfora de lo que nos gustaría que fuera la vida).
    Está luego el asunto de que uno juega en el Barça y otro en el Real Madrid, los dos equipos antagonistas por antonomasia de la liga española. Pero se trata de un antagonismo hueco, diseñado para canalizar a través de él pasiones de otro orden, como cuando se construye un cauce falso para redirigir las aguas de un río. Por otra parte, los jugadores van de un club a otro en función de sus intereses económicos o de sus afectos territoriales. Dos futbolistas rivales hoy pueden coincidir mañana en el mismo equipo. De hecho, coinciden en sus respectivas selecciones nacionales, donde, lejos de hacerse la pascua, luchan por el interés común.
    En fin, que no veía yo en Ronaldo y Messi lo que me pedía el redactor jefe, pese a los desplantes chulescos del primero y a la modestia paradigmática del segundo. Hay muchos matrimonios en los que uno de los cónyuges es más extrovertido y no por eso se llevan mal, al contrario, se complementan, como si entre los dos formaran un solo individuo.
    Quiere decirse que si cierro los ojos, imagino perfectamente al portugués y al argentino casados, ya un poco mayores, en un café de Lisboa o de Buenos Aires, pues el matrimonio viviría entre esas dos ciudades. Un café con mucha madera y mucho mármol y ahí están los dos, merendando unas tortitas con nata. Ronaldo se pavonea ante los parroquianos de sus éxitos pasados mientras Messi unta la nata en la tortita con la tenacidad con la que ahora regatea al contrario. De vez en cuando, levanta la cabeza y asiente a lo que dice su cónyuge extrovertido, que interrumpe un segundo su discurso para darle un beso en la frente.
    —Este —dice luego Ronaldo señalando a Messi— también hizo sus jugadas históricas, pero disfruta más comiendo tortitas con nata que contando batallitas. ¿Verdad, Leo?
    —Mmm —dice Mesi con la boca llena.
    Total, que la única relación imposible que se le ha ocurrido al redactor jefe resulta que es posible. Este hombre no da una.

    jueves, 23 de agosto de 2012

    'Esguinces verbales' por Juan José Millás


    Hay matrimonios cuyos cónyuges aparecen unidos por coordinación o subordinación, los hay meramente yuxtapuestos en el peor sentido

     - El País

    CLESS

    La conjunción gramatical es una de las piezas más pequeñas del motor de la frase. Se utiliza para unir oraciones o palabras y establecer entre ellas relaciones jerárquicas que reflejan los escalafones de la vida. Quiere decirse que las conjunciones sirven para saber quién manda. Cuando escribo en el BOE “te quito la paga extraordinaria porque eres un funcionario de mierda”, resulta que el “porque”, una modestísima conjunción, articula dos oraciones (“te quito la paga extraordinaria” y “eres un funcionario de mierda”) al modo en que la rodilla y el codo articulan, respectivamente, las dos partes de que se componen la pierna y el brazo. Las articulaciones son tan importantes para mantener el statu quo que, a la hora de amputar, no es lo mismo que te corten por debajo o por encima de la rodilla, por debajo o por encima del brazo. Si el cirujano logra salvar la articulación, la prótesis que sustituya al miembro perdido resultará más eficaz.
    Gracias entonces a ese humilde “porque”, una palabra de dos sílabas que además carece de otro significado que el meramente gramatical, estas dos oraciones pueden andar juntas por la vida. Y cuando nosotros las vemos saliendo de la boca de un ministro o escritas en un papel con membrete, adivinamos enseguida cuál es la principal y cuál es la subordinada porque reflejan una jerarquía copiada del orden de la existencia. En otras palabras, yo sé quién es el funcionario de mierda al que reducen el sueldo y quién el ministro que ordena reducirlo. ¿Sirve o no sirve la conjunción para saber quién manda?
    Hay conjunciones que sirven también para subir el IVA, como cuando Rajoy, por ejemplo, dice: “Ese asunto no está ahora mismo encima de la mesa, pero…”. Da igual lo que venga detrás del “pero”…, que es la conjunción, porque el significado es que subirá el IVA. A veces, aunque el “pero" no está explícito, funciona con idéntica eficacia. Si Rajoy afirma que no está en condiciones de asegurar que pedirá el recate, lo que quiere decir es que lo pedirá. El “pero” que vendría a continuación, y que ha escamoteado al público, es, aunque invisible, de tal tamaño que no queda otra. Los huesecillos del tobillo tampoco se ven y nadie duda de su eficacia. Una amiga se hizo un esguince nada más comenzar las vacaciones, o como se llame lo de este año, y está la pobre en un ay. Las conjunciones son muy dadas a los esguinces, sobre todo cuando salen de la boca de Rajoy y Montoro, aunque también de la de Ana Mato o de la de Soria, o de la de Morenés. Por no hablar del ministro de Cultura, que pronuncia todo el rato frases descoyuntadas (o con los huesecillos del talón hechos polvo), a las que su subsecretario, el pobre Lassalle, no hace más que poner férulas a fin de enderezarlas para que las dos partes de la oración, aunque rígidas, se mantengan más o menos en pie.
    Hay tantas formas de articulación gramatical como de articulación existencial. La yuxtaposición, que es una de ellas, consiste en unir oraciones sin recurrir a ningún tipo de conjunción. Oraciones sin rótula, podríamos decir, o sin astrágalo, o sin lo que haya en el codo, que no me viene ahora. En lugar del nexo convencional, la yuxtaposición utiliza pausas o comas, como cuando decimos “llegué, vi, vencí”.
    Yuxtaponer significa colocar una cosa junto a otra. En un libro de cuentos, por ejemplo, los relatos aparecen uno al lado del otro sin otro vínculo que la página que los separa para dar paso al siguiente. En la mayoría de las oraciones yuxtapuestas, sin embargo, a menos que estén tan descoyuntadas como aparentan, hay un vínculo invisible que indica algún tipo de relación entre ellas. Así, en “llegué, vi, vencí" se establece una sucesión temporal, lo mismo que en “murió mamá, la enterramos, nos entregamos al dolor”. También los buenos libros de relatos están recorridos por un hilo conductor, que, visible o no, somete a cierta unidad la diversidad que los caracteriza.
    En la vida, la yuxtaposición suele obedecer también a algún criterio unitario. Los frascos de especias, en el supermercado, aparecen unos al lado de los otros y ordenados por orden alfabético. Especias y alfabeto, tales son sus puntos de articulación. Un Corte Inglés en el que los calcetines aparecieran mezclados con los hígados de pollo sería un Corte Ingles desquiciado. No existe de momento esa clase de Carrefour, pero del mismo modo que hay matrimonios cuyos cónyuges aparecen unidos por coordinación o subordinación, los hay meramente yuxtapuestos en el peor sentido de la palabra. Están juntos, sí, pero como podrían estar juntos un alicate y un rodaballo. No hay vínculo secreto que los articule, para alcanzar ese grado de unidad mínimo que les permita disfrutar, no sé, de ir del brazo al cine.
    Viene todo esto a cuento de nuestros ministros. Los miembros de un Gobierno deberían estar unidos fundamentalmente por relaciones de coordinación. Coordinar, según el diccionario, significa, de un lado, disponer las cosas metódicamente y, de otro, concertar medios, esfuerzos, etc. para una acción común. Cuando decimos “Ministerio de Economía y Hacienda”, por ejemplo, estamos simbolizando con esa “y” copulativa los intereses que unen ambos departamentos. Ahora no lo decimos porque los ministerios de Economía y Hacienda aparecen yuxtapuestos. Están colocados el uno al lado del otro, sí, pero con la misma eficacia que en un supermercado loco venderían las máquinas de cortar césped en la misma sección que el menaje de cama. De hecho, Montoro y Guindos son lo más parecido a uno de esos matrimonios ya citados cuyos cónyuges están juntos por una equivocación del reponedor de mercancías.
    Economía y Hacienda metaforizan la relación gramatical existente entre el resto de los departamentos. Uno sigue con paciencia infinita las declaraciones de unos y de otros en busca de una sintaxis conocida y no halla más que un conjunto de personas yuxtapuestas sin otra intención que la de hacer bulto y aguantar en el puesto, que debe de ser una bicoca. Imaginamos las reuniones del Consejo de Ministros como una suerte de cajón de sastre donde Industria y Cultura y Fomento e Interior, por citar solo unos pocos departamentos, conviven en una suerte de sálvese quien pueda al modo en que una nevera rota y una mesilla de noche desencolada conviven en un guardamuebles, sin otro criterio que el de ocupar el menor espacio posible. Los ministros del Gobierno ocupan poco espacio, pero ni siquiera esas apreturas a las que les obliga el pánico sirven para coordinar o subordinar, solo para yuxtaponer, aunque no, por desgracia, en el sentido gramatical del término. Una relación imposible.

    miércoles, 22 de agosto de 2012

    párkinson, escritura correcta


    El apellido Parkinson se escribe con inicial mayúscula si va antecedido por enfermedad (enfermedad de Parkinson) y con minúscula cuando va solo, usado como nombre común (padece párkinson).
    Según el Diccionario panhispánico de dudas, en la expresión enfermedad de Parkinson debe respetarse la grafía del apellido del médico inglés que describió por primera vez esa dolencia y escribirlo con mayúscula inicial y sin tilde. 
    Por el contrario, si se emplea el término aisladamente para referirse a la enfermedad, se convierte en unsustantivo común, y por lo tanto se escribe con minúscula inicial y con tilde: párkinson, como en «El párkinson es una enfermedad muy frecuente que afecta a dos de cada 1000 personas», «La nueva generación de estimulación cerebral puede mejorar los tratamientos del párkinson».
    Día Mundial del Párkinson se escribe con iniciales mayúsculas, pues así es como se escriben los sustantivos y adjetivos que forman parte del nombre de festividades, ya sean civiles, militares o religiosas, y con acento, por referirse en este caso a la enfermedad.