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jueves, 26 de junio de 2014

La escritora Ana María Matute muere a los 88 años por Carles Geli (El País)

Premio Cervantes en 2010 y académica, fue una de las grandes autoras de la posguerra y ganadora del Nadal y el Planeta

Matute en noviembre de 2010, después de haber ganado el Cervantes. / ATLAS /

La escritora Ana María Matute, premio Cervantes en 2010, académica y una de las grandes autoras de la posguerra, ha fallecido este miércoles en su domicilio de Barcelona a un mes de cumplir 89 años. Hace sólo unos meses, fue la encargada de entregar la última edición del premio Nadal en su ciudad, donde había nacido el 26 de julio de 1925.
La literatura realista, fantástica e infantil fueron las tres vertientes que caracterizaron su obra con un estilo de aparente sencillez que escondía la complejidad del ser humano. Matute acababa de entregar a la editorial Destino su nueva novela: Demonios familiares, prevista para septiembre.
"Su papel fue relevante en la posguerra desde el punto de vista sociológico, por su condición de mujer que jugó un papel importante al abrirse paso en un mundo machista, y literario al reflejar la realidad a través de líneas duras y poéticas con dosis de ironía", asegura Emili Rosales, editor de Destino.
La tercera mujer que ganó el Cervantes fue capaz como pocas, como pocos, de imbricar en su escritura las indispensables dosis de realismo con un irrenunciable hálito de lirismo. Matute llevó a las librerías novelas de la dimensión de Los Abel(1948), Pequeño teatro (1954, premio Planeta), El río (1973), Olvidado Rey Gudú (1996) y Paraíso inhabitado, su última novela. Con Primera memoriahabía ganado en 1959 el prestigioso Premio Nadal.
La traviesa niña Ana María Matute se portaba mal exprofeso para que su madre, en vez de llamarla por el apelativo familiar de Totitos, gritara su nombre real a más no poder y la encerrara en el cuarto oscuro de la casa. Allí, en la falta de luz más absoluta, aguzaba su imaginación, en la que aparecían sobre todo duendes y reyes y niños encantados amigos de hadas con los que forjaría una de las imaginaciones más potentes de la literatura española de postguerra.
Empezó rápida a sacarle rédito a la riqueza de su mundo interior. Nacida en Barcelona en 1925, a los cinco años recordaba haber escrito ya un relato. Se trataba de un niño que llevaba un vestido muy muy largo y al que un duende ayudaba a ajustar; pero entonces, ya ajustado, el niño crecía y la vestimenta quedaba corta… Su cabeza estaba a punto de estallar con tanta historia de los Andersen, Grimm y Perrault, los grandes clásicos, y con las de las criadas, alas que oía escondida debajo de las tablas de planchar. Por eso a los 17 nacía su primera novela, Pequeño teatro, que tardaría mucho tiempo (algo habitual en su manera de trabajar) en dar por acabada y ver publicada, nada menos que como premio Planeta, en 1954. Era la confirmación de un aviso que dio ya con Los Abel, que aparecía en 1948 y que quedó finalista del premio Nadal.
Marcada especialmente por los recuerdos de las bombas de la Guerra Civil, episodio que reflejó siempre desde la mirada infantil porque quizá nunca tuvo otra, sus problemas matrimoniales (se casó en 1952 con el escritor Eugenio de Goicoechea) marcaron tanto su vida como su obra literaria. En este segundo aspecto, la trayectoria fulgurante de una de las mejores voces de las letras españolas de postguerra, que ya llevaba consigo el bagaje del Premio Café Gijón por Fiesta al noroeste (1952), galardón al que siguieron los Premios Nacional de Literatura Miguel de Cervantes y de la Crítica por Los hijos muertos en 1959 (el mismo año en que consiguió el Nadal por Primera memoria, se frenó. No poder ver a su hijo sólo los sábados y no obtener su custodia hasta que Juan Pablo no alcanzó los 10 años después, lo marcó todo, en especial un proceso de divorcio, algo inaudito en la machista y retrógrada España de los 60. El resultado fue que tomó la decisión de irse a EEUU como lectora. Ello explica que en la Universidad de Boston esté hoy buena parte de su legado literario.

Su vida y su obra estuvieron marcadas por  los recuerdos de las bombas de la Guerra Civil, episodio que reflejó siempre desde la mirada infantil porque quizá nunca tuvo otra, y sus problemas matrimoniales (se casó en 1952 con el escritor Eugenio de Goicoechea)
Fue trampeando su situación personal porque, a pesar de todo, fue una mujer dura, a partir de un intenso compromiso personal en lo moral y en lo profesional, Matute nunca ocultó sus preferencias intelectuales e ideológicas. En una entrevista con este diario realizada el pasado verano, confesaba: "Yo siempre he sido de izquierdas, pero no comprometida con ningún partido. Lo que aspiro es al deseo de justicia y a que no me engañen. Ingenua, inocente, soy, pero tonta, no". También se superó en lo literario y con más éxito del que las circunstancias hacían prever. Así, en 1962 cosechó el Fastenrath de la Academia de la Lengua con Los soldados lloran de noche y en 1965 se alzó con el Premio Nacional de Literatura Infantil Lazarillo por El polizón de Ulises. En los ochenta fue distinguida con el Premio Nacional de Literatura Infantil por Sólo un pie descalzo (1984), tras la que siguió un angustiante silencio motivado por una fuerte depresión de la que no estaba muy alejado el alcohol.
Una fuerza de superación notabilísima, su riqueza interior sin igual y el apoyo de su círculo más cercano, sobre todo de su hijo y del staff de su agencia, Carmen Balcells, hizo que lentamente remontara. El año mágico fue 1996, cuando coincidieron la edición de su majestuosoOlvidado Rey Gudú, bello cuento de hadas que se convirtió en una de sus obras de más éxito y, sin duda, la volvió a poner en primera línea en las librerías, y su elección como miembro de la Real Academia Española de la Lengua para ocupar el sillón “K”, institución en la que ingresó dos años después con un discurso muy de su mundo fantástico, En el bosque. Se convertía así en la tercera mujer en ocupar una silla en la alta cámara de la lengua.
Fue un renacer. Aranmanoth (2000), otra obra de corte medieval y, sobre todo, la edición dos años después de sus Cuentos de infancia, recopilación de nueve cuentos e ilustraciones que Matute escribió cuando tenía entre cinco y catorce año, parecieron quitarle, como ratificó el Premio Nacional de las Letras Españolas en 2007. Ni su hospitalización, en febrero de 2008 a consecuencia de una fractura de tibia, frenó su ansia escritora, entonces centrada en la hasta ahora su última novela, Paraíso inhabitado. La culminación a todo llegó hace tres años, en 2010, cuando obtuvo el Premio Cervantes. “La Literatura ha sido, y es, el faro salvador de muchas de mis tormentas”, reconoció, como gran verdad de su vida, en el discurso de aceptación.

En 1996 volvió a la primera página. Fue el año mágico en que coincidieron la edición de su majestuoso Olvidado Rey Gudú, bello cuento de hadas que se convirtió en una de sus obras de más éxito  y su elección como miembro de la Real Academia Española de la Lengua para ocupar el sillón “K"
Desde entonces fue arrastrando, por culpa de los inevitables achaques de la edad que aun así no le impidieron entregar el pasado enero la última edición del premio Nadal, una nueva novela Demonios familiares, que entregó a su editor, Emili Rosales hace poco y que Destino publicará en septiembre. En verdad, con ella se va uno de los últimos escritores esenciales de los años 40 y 50, en especial mujeres, tras la muerte de autoras como Carmen Laforet, Ana María Moix, Esther Tusquets y Carmen Martín Gaite.
La ya novela póstuma transcurre en 1936, inicio de la Guerra Civil, y está protagonizada por una joven en un mundo de amor, traición y sentimientos confusos. El escenario es una ciudad castellana. Una obra, dice su editor, "en la cual ella trabajó animadamente". Aunque dijera que “nunca ha escrito una sola línea autobiográfica”, la mayor parte de sus obras no estrictamente fantasiosas tiene jirones de su piel y de esas historias que le contaba a Gorogó, su muñeco de tez negra que, pacientemente hasta ayer mismo, fue desde los cinco años el primer receptor de su imaginación ya inmortal.

Así comienza su novela póstuma

“Algunas noches el Coronel oía llorar a un niño en la oscuridad. Al principio se preguntaba quién sería, puesto que hacía muchos años que en la casa no vivía ningún niño. Solo quedaba, en la mesilla de noche de Madre, una fotografía sepia, una sonrisa transparente y errática ?quién sabía ya si de Madre o del niño?, flotando en la noche, como una luciérnaga alada. Ahora sus recuerdos, incluso los tenebrosos fantasmas de la campaña de África, se parecían cada día más a desperdicios, lo que queda, migas de pan en el mantel, de un antiguo festín. Pero su memoria recuperaba una y otra vez la imagen de Fermín, su hermano mayor. Encerrado en su marco de terciopelo malva, vestido de marinero, apoyado en un aro de madera, y siempre niño. Como un fantasma recurrente ?"qué raro, es mi hermano mayor, pero yo tengo más años que él"?, persistía allí, nadie lo había quitado de la mesilla, ni aun cuando Madre ya no estaba, hacía años que él se había casado, había nacido su hija, y Herminia, su mujer, había muerto...”

martes, 17 de junio de 2014

Coma antes de ‘y’: coordinaciones complejas (Blog de Lengua española)


Como norma general no se escribe coma delante de la conjunción y. Sin embargo, existen casos excepcionales en los que sí puede ser necesaria esta coma. Uno de los principales es el de las coordinaciones complejas. Represento esquemáticamente en (1) en qué consiste una coordinación compleja:
(1) (A1, A2, A3 y A4)y B
En este tipo de construcciones tenemos dos coordinaciones diferentes que se sitúan en niveles diversos. Para no confundirlas, es necesario marcar la frontera entre una y otra con una coma. Se entenderá enseguida con un ejemplo:
(2) Olegario compró gambas, almejas y mejillones, y sus hijos querían que les comprase chocolate.
El ejemplo (2) tiene la siguiente estructura:
(3) Olegario hizo A y sus hijos querían B.
Como A tiene una estructura compleja (comprar gambas, almejas y mejillones), necesitamos la coma entre A y B para que no se mezcle lo uno con lo otro.
El elemento A también puede estar constituido por oraciones breves:
(4) Olegario limpió la casa, hizo la compra, preparó la comida, pintó el garaje, recogió a los niños y los llevó a inglés, y esa misma noche le ingresaron.
Nuevamente tenemos una estructura de este tipo:
(5) Olegario hizo A y le ocurrió B.
Son dos elementos los que se combinan, pero el primero encierra varios en su interior. La conjunción y en el interior de A nos puede dar una pista sobre la necesidad de utilizar la coma con la conjunción que vendrá a continuación, pero tampoco debemos fiarnos exclusivamente de este indicio, pues nos podemos encontrar con estructuras en las que no aparezca:
(6) Olegario arregló las goteras, apagó el incendio de la cocina, tiró la paella a la basura, limpió el vómito del perro, y quizás hubiera sobrevivido si no hubiera subido al cuarto de los niños.
La estructura en este caso es la siguiente:
(7) (A1, A2, A3, A4), y B
En A tenemos una serie de elementos yuxtapuestos que, conjuntamente, se coordinan con otro elemento. Si te das cuenta, el significado de los unos y el otro no es homogéneo.
El uso de la coma con y presenta una gran complejidad. Este es solo un primer caso. Vendrán otros más adelante.
Todo lo que se ha dicho arriba es igualmente válido para la variante e de la conjunción y.

fan zone, alternativas en español

Zona de hinchas, aficionados, seguidores forofos, o zona para la hinchada, la afición o, en algunos países, la fanaticada o la porra son equivalentes en español preferibles a fan zone.
En los medios de comunicación aparece con frecuencia esta expresión inglesa: «Los ticos podrán vivir el Mundial de Brasil en el Fan Zone», «En las Fan Zone encontraremos puestos de barbacoa y bebidas para disfrutar del Mundial con el estómago bien lleno» o «Los aficionados del Real Madrid y el Atlético tendrán finalmente sus respectivas Fan Zone en Lisboa».
El Diccionario académico define zona como ‘parte de terreno o de superficie encuadrada entre ciertos límites’. Por otra parte, hincha es el ‘partidario entusiasta de un equipo deportivo’; aficionado es el ‘que siente afición por un espectáculo y asiste frecuentemente a él’, y seguidor es aquel ‘que sigue algo o que lo apoya o defiende’. Si se opta por fan, se recuerda que el plural recomendado por la Academia es fanes.
Por otro lado, en algunos países de América se emplea el sustantivo fanaticada para referirse al ‘conjunto de cuantos apoyan a un equipo’ y, en México, porra es el ‘grupo de partidarios que en actos públicos apoyan ruidosamente a los suyos o rechazan a los contrarios’.
Puesto que el español cuenta con expresiones propias exactas para designar esta realidad, lo apropiado habría sido escribir «Los ticos podrán vivir el Mundial de Brasil en la zona de hinchas», «En las zonas de aficionados encontraremos puestos de barbacoa y bebidas para disfrutar del Mundial con el estómago bien lleno» y «Los aficionados del Real Madrid y el Atlético tendrán finalmente sus respectivas zonas para la hinchada».

jueves, 12 de junio de 2014

Mundial Brasil 2014, claves de redacción

Con motivo del Mundial de Brasil 2014, que comienza este jueves 12 de junio, se ofrece a continuación una serie de claves sobre la escritura apropiada de algunos términos que pueden aparecer en las informaciones relacionadas con esta competición futbolística:
1. Brasileño es el gentilicio mayoritario y más extendido para los habitantes de Brasil, aunque se considera también válida la formabrasilero, adaptación del portugués brasileiro, frecuente en algunos países de América. Pese a que carioca se usa a menudo de manera indebida como gentilicio general para todos los nacidos en Brasil, alude específicamente a los naturales de Río de Janeiro.
2. La virgulilla (~) es un signo diacrítico que contienen algunos de los nombres de los estadios y se recomienda mantenerla siempre que sea factible: Castelão, Mineirão
3. El balón oficial se llama Brazuca, con mayúscula y sin cursiva ni comillas por tratarse de un nombre propio.
4. Jogo bonitofolha seca paradinha se escriben en cursiva, mientras que en la variante gráfica paradiña y en el sustantivo torcida, en referencia a la hinchada brasileña, no se aplican resaltes.
5. Los nombres populares que reciben muchas de las selecciones nacionales —la mayoría de las veces tomados del color de las camisetas— se escriben con inicial mayúscula, en letra redonda y sin comillas: la Canarinha (Brasil), la Roja (España y Chile), la Azzurra (Italia), la Albiceleste (Argentina), etc.
6. Cuando el sobrenombre de las selecciones alude en cambio a susjugadores, lo apropiado es usar minúscula inicial y cursiva o comillas:las águilas verdes, de la nigeriana; los albicelestes, de Argentina, olos azzurri, de Italia.
7. Zona de (los) aficionados/seguidores/hinchas o zona de la afición/hinchada son equivalentes en español preferibles a fan zone.
8. Para designar la cualidad de favorito no debe emplearse el términofavoritismo, que se refiere a un ‘trato de favor injusto que recibe alguien en perjuicio de otro’.
9. Las formas futbol, usada en México y Centroamérica, y fútbol, extendida en el resto de América y en España, son adaptaciones válidas del anglicismo football.
10. La palabra córner (plural córneres) se escribe con tilde por ser llana, acabada en consonante distinta de -o –s. Alterna con las expresiones saque de esquina o tiro de esquina.
11. La grafía correcta es penalti (en plural, penaltis) y no penalty (su forma en inglés); tampoco son correctos los plurales penalties ni penaltys.
12. Los fuera de juego y los fueras de juego son plurales adecuados de la expresión el fuera de juego.
13. A veces se emplea el once para aludir a un equipo; en este caso, si se habla de más de un equipo, debe utilizarse los onces: «Los onces que presentarán en el próximo partido el Madrid y el Barcelona…».
14. Golaveraje, castellanización de golaverage, es un sustantivo adecuado, si bien se prefiere la expresión diferencia/promedio de goles. 
15. El empleo del adjetivo posesivo con las partes del cuerpo en lugar del determinante es un uso del francés y del inglés que conviene evitar. Por tanto, lo adecuado sería decir «Se lesionó en la pierna derecha» y no «… en su pierna derecha».
16. No es adecuado suprimir el artículo en la expresión por la banda derecha/izquierda.  
17. Tanto tiempo de descuento como tiempo añadido son expresiones válidas, ya que se añaden unos minutos que antes se habían descontado. En algunos países se usan también tiempo extratiempo adicional… opciones también válidas.
Ver también Guía de pronunciación

super-, escritura de este prefijo

El prefijo superse escribe unido a la palabra a la que antecede, sin tilde y sin guion ni espacio intermedios.
Sin embargo, en los medios de comunicación es frecuente encontrar frases como «Se han animado hacer más series con personajes de cómics y súper héroes», «Un súper desayuno simple, rápido y fácil de llevar» o «El New York City Football Club anunció el fichaje de su primer jugador, la super estrella española David Villa».
El prefijo super- se escribe unido a la palabra a la que antecede, sin guion y sin tildeconforme a las normas de la Ortografía. Excepcionalmente, y como ocurre con todos los prefijos, se escribe separado de la base a la que afecta cuando esta está formada por un conjunto de palabras con un significado unitario (super de modasuper a gusto…).
Únicamente llevará tilde si se emplea como sustantivo, equivalente a supermercado o a un tipo de gasolina («Lo compramos en el súper», «Este año la súper subirá de precio») y cuando se utiliza como adverbio o adjetivo pospuesto al sustantivo («Es una idea súper», «Lo pasamos súper en la fiesta»).
Así pues, en los ejemplos anteriores lo apropiado habría sido escribir «Se han animado hacer más series con personajes de cómics y superhéroes», «Un superdesayuno simple, rápido y fácil de llevar» y «El New York City Football Club anunció el fichaje de su primer jugador, la superestrella española David Villa».

martes, 10 de junio de 2014

Examen de Lengua castellana y Literatura. Comunidad de Madrid. Junio. 2014

OPCIÓN A

En España, donde la pereza es, más que un vicio, una religión, se comprenden difícilmente esas monumentales obras de los químicos, naturalistas y médicos alemanes en las cuales solo el tiempo necesario para la ejecución de los dibujos y la consulta bibliográfica parecen deber contarse por lustros. Y, sin embargo, estos libros se han redactado en uno o dos años, pacíficamente, sin febriles apresuramientos. El secreto está en el método de trabajo, en aprovechar para la labor todo el tiempo hábil, en no entregarse al diario descanso sin haber consagrado dos o tres horas por lo menos a la tarea, en poner dique prudente a esa dispersión intelectual y a ese derroche de tiempo exigido por el trato social, en restañar, en fin, en lo posible, la cháchara ingeniosa del café o de la tertulia, despilfarradora de fuerzas nerviosas (cuando no causa disgustos), y que nos aleja, con pueriles vanidades y fútiles preocupaciones, de la tarea principal.
Si nuestras ocupaciones no nos permiten consagrar al tema más que dos horas, no abandonaremos el trabajo a pretexto de que necesitaríamos cuatro o seis. Como dice juiciosamente Payot, «poco basta cada día si cada día logramos ese poco».
Lo malo de ciertas distracciones, demasiado dominantes, no consiste tanto en el tiempo que nos roban, cuanto en la flojera de la tensión creadora del espíritu y en la pérdida de esa especie de tonalidad que nuestras células nerviosas adquieren cuando las hemos adaptado a determinado asunto.
No pretendemos proscribir en absoluto las distracciones, pero las del investigador serán siempre ligeras y tales que no estorben en nada las nuevas asociaciones ideales. El paseo al aire libre, la contemplación de las obras artísticas o de las fotografías de escenas, de países y de monumentos, el encanto de la música y sobre todo la compañía de una persona que, penetrada de nuestra situación, evite cuidadosamente toda conversación grave y reflexiva, constituyen los mejores esparcimientos del hombre de laboratorio. Bajo este aspecto será bueno también seguir la regla de Buffon, cuyo abandono en la conversación (que chocaba a muchos admiradores de la nobleza y elevación de su estilo como escritor) lo justificaba diciendo: «Estos son mis momentos de descanso».
(Santiago Ramón y Cajal, Reglas y consejos sobre la investigación científica, 1897)

CUESTIONES

 1. Haga un comentario de texto del fragmento que se propone contestando a las preguntas siguientes: a) Enuncie el tema del texto (0,5 puntos); b) detalle sus características lingüísticas y estilísticas más sobresalientes (1,25 puntos); c) indique qué tipo de texto es. (0,25 puntos)

2. Redacte un resumen del contenido del texto. (1 punto)

3. Elabore un texto argumentativo a favor o en contra de que en ciertas profesiones se sustituya un horario fijo de trabajo por otro flexible a cambio de una determinada productividad. (1,5 puntos)

4.a. Analice sintácticamente: No pretendemos proscribir las distracciones, pero las del investigador serán siempre ligeras. (1,5 puntos)

4.b Explique el concepto de metáfora y el sentido metafórico de la siguiente expresión del texto: Poner dique prudente a esa dispersión intelectual. (1 punto)

5.a. La novela realista y naturalista del siglo XIX. (2 puntos)

5.b. Comente los aspectos más relevantes de la obra del siglo XX anterior a 1939 que haya leído en relación con su contexto histórico y literario. (1 punto)



OPCIÓN B

La timidez es un rasgo de carácter. Se define por una marcada tendencia a rehuir los contactos sociales con desconocidos, evitar la iniciativa en el terreno social, permanecer silencioso en las reuniones, sentir dificultad para mirar a los ojos, y un gran pudor en hablar de las propias emociones. El tímido no suele serlo dentro de casa o en ambientes familiares, y una vez pasada la dificultad de los primeros contactos su adaptación social puede ser buena. La timidez hace sufrir a mucha gente, pero no es un trastorno grave, ni una enfermedad como lo es la fobia social. El tímido suele adaptarse bien a partir de un período de inhibición inicial. ¿Qué es lo que teme una persona tímida? Las estadísticas nos proporcionan el siguiente ranking: los desconocidos (70%), las personas del sexo opuesto (64%), hablar delante de un público (73%), estar en un grupo grande (68%), ser de un estatus que se supone inferior al de sus interlocutores o sentirse inferior a ellos de una forma u otra (56%).
Hay que ser cuidadoso al juzgar una posible timidez, porque en un mundo soez, ruidoso, agresivo y desvergonzado como el nuestro podemos acabar llamando timidez a la buena educación y el respeto por los demás. La evolución del concepto de pudor nos demuestra que estamos tratando un tema sometido a grandes influencias sociales y culturales. Una parte importante de las características atribuidas a las personas tímidas —dulzura, pudor, recato, pasividad— han sido durante siglos atributos de la perfección femenina. Tradicionalmente se ha elogiado a la mujer tímida, lo que hace que en este momento la timidez sea sentida y resentida sobre todo por los hombres, que son los que con mayor frecuencia acuden a los especialistas en busca de ayuda, porque contraviene gravemente la imagen social de la masculinidad.
Estamos hablando de un tipo de ansiedad social que dificulta la vida de muchas personas y las condena a la soledad y a vivir en retirada. Solo cuando alcanza unos grados de angustia insoportables e invalidantes entramos en el terreno patológico y hablamos de “fobia social”.

(José Antonio Marina, Anatomía del miedo. Un tratado sobre la valentía, 2006)

CUESTIONES

 1. Haga un comentario de texto del fragmento que se propone contestando a las preguntas siguientes: a) Enuncie el tema del texto (0,5 puntos); b) detalle sus características lingüísticas y estilísticas más sobresalientes (1,25 puntos); c) indique qué tipo de texto es. (0,25 puntos)

2. Redacte un resumen del contenido del texto. (1 punto)

3. Elabore un texto argumentativo a favor o en contra de que un chico tímido tenga un problema mayor que una chica tímida. (1,5 puntos)

4.a. Analice sintácticamente: Hablamos de un tipo de ansiedad social que dificulta la vida de muchas personas y las condena a la soledad. (1,5 puntos)

4.b. Indique a qué categoría gramatical o clase de palabras pertenece desvergonzado, analice su estructura morfológica y señale a qué proceso de formación de palabras responde. (1 punto)

5.a. La poesía de la Generación del 27. (2 puntos)
5.b. Comente los aspectos más relevantes de la obra posterior a 1939 que haya leído en relación con su contexto histórico y literario. (1 punto)