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sábado, 15 de julio de 2017

Corrección examen Lengua castellana y Literatura. EVAU junio 2017. Opción A

UNIVERSIDADES PÚBLICAS DE LA COMUNIDAD DE MADRID - EVALUACIÓN PARA EL ACCESO A LAS ENSEÑANZAS UNIVERSITARIAS OFICIALES DE GRADO - Curso 2016-2017
MATERIA: LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA II

OPCIÓN A

 Leer y comer son dos formas de alimentarse y también de sobrevivir. No sabría decir qué es más orgánico, más íntimo, más necesario. Los clásicos lo tenían claro: primero vivir y después filosofar. Pero sucede que hoy los más refinados creen que comer es también una filosofía y mastican lentamente los alimentos pensando en su naturaleza ontológica, imaginando el largo camino que han recorrido hasta llegar a la mesa. Alguien sembró la semilla, regó las hortalizas, podó los frutales, salió de madrugada a pescar, apacentó el ganado. Alguien llevó todos esos productos al mercado. Alguien los cocinó con amor y sabiduría, con la cultura culinaria que arranca del neolítico. Los que comen así tratan de convertir también la sobremesa en un ejercicio moral, casi místico y no necesitan ninguna enseñanza de tantos masters chefs insoportables. Por otra parte existen lectores exquisitos que leen buscando en cada libro la isla del tesoro y siempre encuentran el cofre del pirata. Hasta hace bien poco ningún artilugio se interponía en esa placentera navegación de los sueños que a través de las páginas de los libros se eleva hasta el cerebro y tampoco ningún cocinero mediático perturbaba el trayecto que los alimentos naturales recorrían del plato al estómago. Pero hoy la cocina y la lectura están cambiando de sustancia. La cocina ha caído bajo la dictadura de los masters chefs que ejercen el papel de intermediarios del gusto con sus platos estructuralistas y la lectura se ha instalado en soportes digitales que imponen sus reglas al pensamiento con sus múltiples aplicaciones. Los artilugios informáticos exigen una lectura rápida, breve, fragmentada, superficial, líquida e inmediata. Los nuevos cocineros te obligan a admirar sus instalaciones artísticas en el plato sin preocuparse de lo que suceda después en el estómago. Así están las cosas.

 (Manuel Vicent, “Comer, leer”, en El País, 29/05/2016)

CUESTIONES

1. Haga un comentario de texto del fragmento que se propone contestando a las preguntas siguientes:

a) enuncie el tema del texto (0,5 puntos)

La transformación del mundo de la cocina y la lectura en nuestra época.

 b) detalle sus características lingüísticas y estilísticas más sobresalientes (1,25 puntos)

                Este texto de Manuel Vicent, presentado en un párrafo, puede dividirse en tres partes que tienen que ver con las ideas que aparecen en el mismo. La primera parte ( desde “Leer y comer son dos formas…” hasta “primero vivir y después filosofar”) es la presentación del tema, que nos dice cómo la lectura y la alimentación son importantísimas en el ser humano y no se puede saber cuál de las dos es más necesaria. La segunda parte, enmarcada en dos apartados por medio de la conjunción “pero” (“Pero sucede… Pero hoy…”), es el cuerpo de la argumentación, en donde el autor analiza la situación que desde siempre (“Génesis”) han vivido estos dos aspectos importantes de la vida. Dentro de esta primera parte, el autor desarrolla hasta “Por otra parte…”, la evolución y naturaleza de los alimentos, desde el principio de los tiempos, y desde que son semilla, hasta que llegan a la mesa. A continuación, nos habla de la aventura que suponen los libros para los lectores, que hasta hace poco tiempo ningún objeto tecnológico, como también sucedía en la cocina, se interponía entre ellos. La tercera parte, desde “Pero hoy la cocina” hasta el final, señala los cambios más significativos que se han producido en este momento en el arte culinario y en las nuevas formas de leer, que, en el primer caso, vive de la imposición de los programas televisivos y, en el segundo, la incorporación de medios tecnológicos que, en teoría, deberían servir para mejorar o hacer más fácil la labor del que lee, no son todo lo buenos que parecen.

                Si tenemos en cuenta que el texto es argumentativo, basado fundamentalmente en argumentos de la propia experiencia personal del autor y del sentir de la sociedad, que no es inmune al influjo mediático de la televisión ni a los avances tecnológicos del siglo, el texto, con un marcado carácter subjetivo, presenta una estructura encuadrada, ya que el tema y la tesis (que aparecen muy relacionados) aparecen tanto al principio como al final del párrafo; en un principio, en un marco más general y objetivo, aparecen la lectura y la comida como elementos importantes en la vida del hombre, sin establecer jerarquías (tema); y, al final, el nuevo estado de cosas, donde “leer” y “comer” han experimentado una serie de cambios debido a la tecnología y a la televisión, se ve desde un lado más personal y crítico que ambas facetas han perdido sus atributos principales y, por tanto, más importantes (tesis). Teniendo en cuenta la posición de la tesis en el texto, se podría hablar de estructura inductiva.

                En relación al nivel lingüístico, el texto claramente pertenece al nivel estándar o español correcto, ya que no presenta dificultades en cuanto a su comprensión, aunque en algún momento puede aparecer algún cultismo como es el caso de “ontológica” o “culinaria”.

                Dentro de las funciones del lenguaje, destaca, sobre todo, la función expresiva, ya que el autor a lo largo de la columna manifiesta su opinión y su punto de vista más subjetivo en relación con el tema. También está presente el carácter persuasivo del autor en todo el texto y, por tanto, la función apelativa; está claro que para el autor hay otras formas, llamémoslas tradicionales, de entender el arte de la buena mesa y la literatura, y de ello pretende convencernos a los lectores. Además, como corresponde a un escritor de su talento literario como es Vicent, está presente la función poética, dado el carácter literario de la prosa del autor, con un marcado empleo de recursos estilísticos como la ironía (“Los nuevos cocineros te obligan a admirar sus instalaciones artísticas en el plato sin preocuparse de lo que suceda después en el estómago”) o la metáfora (“buscando en cada libro la isla del tesoro”), por poner dos ejemplos.

                En cuanto al nivel morfosintáctico, es un texto muy rico en matices. Predominio de oraciones enunciativas y, muchas de ellas, atributivas (“Leer y comer son dos formas de alimentarse y también de sobrevivir” o “Así están las cosas”), que abren y cierran el texto. Destaca el uso de formas no personales, tan característico en el escritor valenciano (además de los infinitivos anteriormente citados en el anterior paréntesis, “vivir”, “filosofar”, “pensando”, “imaginando”, “buscando”, “cambiando”, “admirar”, “preocuparse”, que dotan de cierta impersonalidad y distanciamiento al texto. Este distanciamiento también lo consigue el autor con el uso casi exclusivo de la tercera persona (“sucede”, “creen”, “mastican”…). La única marca de subjetividad en relación a las personas gramaticales la da el pronombre “te”, casi al final del texto (“te obligan a admirar”). A nivel sintáctico, cabe destacar el empleo de una sintaxis muy variada, que va desde la oración simple (por ejemplo, la oración última), a la oración coordinada (“primero vivir y después filosofar”), pasando por la yuxtaposición (“Alguien sembró la semilla, regó las hortalizas, podó los frutales, salió de madrugada a pescar, apacentó el ganado”), hasta un empleo muy variado de oraciones subordinadas, en donde destacan las subordinadas adjetivas para matizar y precisar significados (“lectores exquisitos que van buscando…”, “los master chefs que ejercen el papel…”).

                Desde el punto de vista del nivel léxico-semántico, la acumulación de rasgos lingüísticos es todavía más llamativa. Manuel Vicent es un maestro a la hora de cohesionar sus textos, sobre todo a partir de recurrencias o repeticiones, tanto de tipo léxico “leer”, “comer”, “vivir”-“sobrevivir”, “recorrido”-“recorrían”, “cocinero”-”cocina”, etc., como de tipo semántico, en casos de sinonimia (“camino”-“trayecto”), de antonimia (“se eleva”-“han caído”) o campos asociativos como el de la alimentación (“comer”, “alimenta”, “sembró la semilla”, “regó las hortalizas”, “podó los frutales”, “pescar”, “apacentó el ganado”, “mercado”…) o los libros (“leer”, “lectores”, “libros”, “lectura”…). Es un texto, además, con un marcado carácter connotativo, que se observa por ejemplo en el empleo variado de adjetivos valorativos como “místico”, referido a ejercicio, “placentera”, referido a navegación,  o “exquisitos”, referido a lectores. En esta línea, están los sustantivos ponderativos (“amor”, “sabiduría”…) o denostadores (“dictadura”, “artilugios informativos”…).

                Por último, para terminar, en el nivel textual, destaca el empleo de marcadores del discurso como el contraargumentativo “pero” o el de orden del discurso y tematización “por otra parte”. Hay un uso variado de anáforas (desde los relativos hasta pronombre átonos como “los”, referido a productos) y catáforas como “lo”, referido a “primero vivir y después filosofar”. Hay varios ejemplos de deícticos: adverbios como “así”, demostrativos como “esa” o posesivos como “sus”, que también dan cohesión al texto.

                               
 c) indique qué tipo de texto es (0,25 puntos).

Se trata de un artículo de opinión o columna del diario El País, que por tanto se engloba dentro de los textos periodísticos y también de los textos de las disciplinas humanísticas, ya que está próximo al ensayo por su carácter persuasivo, su estructura libre y por el propósito de reflexionar sobre los problemas que atañen al ser humano. Por esto último y porque se centra en un problema que genera debate dentro de la sociedad es un texto sociológico. También es un texto argumentativo puesto que el autor pretende darnos un punto de vista personal y subjetivo sobre el tema tratado. Según el receptor a quien va dirigido, es un texto de carácter divulgativo, puesto que utiliza un lenguaje sencillo, no demasiado elaborado, que pretende llegar a un amplio número de personas.

2. Redacte un resumen del contenido del texto. (1 punto)

                Hoy en día, la naturaleza de la comida y de la lectura ha cambiado. La sociedad, en continua transformación, ha evolucionado a nivel tecnológico y mediático, haciendo que ámbitos de la vida tan importantes como la alimentación y los libros se adapten a los nuevos tiempos y cambien sus formatos tradicionales por otros como el de los concursos televisivos o los libros en soporte digital.

3. Elabore un texto argumentativo a favor o en contra de que sea mejor leer en papel que en formato digital. (1,5 puntos)

                En la actualidad, el peso del mundo tecnológico es tan grande que sectores como el librero sucumben ante los nuevos avances. Con el comienzo de siglo, asistimos al nacimiento del ebook o libro electrónico; al principio un ente extraño, pero ya familiar en las casas y calles de las ciudades y pueblos de todo el planeta.

                A pesar de este empuje, muchos somos de momento los que nos resistimos a aparcar el libro tradicional de papel. Nos sentimos cómodos acariciando las hojas, subrayando en algunos casos una palabra o una cita del autor que estamos conociendo o, simplemente, una vez culminada la tarea de la lectura, colocando el libro en un lugar destacado o proscrito, de nuestra librería.

                Es indudable que el libro electrónico supone un ahorro de espacio (tan necesario en estos momentos), cómodo para utilizar en determinadas ocasiones o lugares, que ofrece, además, una enorme batería de posibilidades con sus inagotables ventajas tecnológicas (tamaño de letra, luminosidad, diccionarios, etc.). Pero, ¿qué haríamos los bibliófilos sin la existencia de nuestras ferias del libro en todo el mundo?, ¿en qué resquicio de este artilugio podrían estampar sus firmas los autores de estas obras? En este instante, las bibliotecas perderían su funcionalidad, se convertirían en lugares de culto o peregrinación para ser visitadas por fanáticos o proselitistas del libro.

                En conclusión, sigo manteniéndome en la corriente o bando de los partidarios del libro impreso con sus inconvenientes, que siempre existieron, pero que han hecho grande a uno de los mayores inventos de la humanidad.

4.a. Analice sintácticamente: Existen lectores exquisitos que siempre encuentran el cofre del pirata. (1,5 puntos)

Se trata de una oración compuesta por subordinación formada por dos proposiciones:

  •   La proposición principal es “Existen lectores exquisitos”; se trata de una oración personal; predicativa, activa y intransitiva y enunciativa afirmativa. Tiene, por tanto, un predicado verbal, en el que “existen” es el verbo predicativo. El sujeto de la oración es “lectores exquisitos”, junto con la proposición subordinada adjetiva. A pesar de haberla analizado como personal, en cuanto al significado de la oración, yo la veo con cierto matiz de impersonalidad, equivalente a “Hay lectores exquisitos”.
  •  La proposición subordinada es “que siempre encuentran el cofre del pirata”. Se trata de una proposición subordinada adjetiva especificativa cuyo antecedente es “lectores”. Es una oración personal; predicativa, activa, transitiva; enunciativa afirmativa. El relativo “que” cumple la función de sujeto de la subordinada, cuyo verbo es “encuentran”, que tiene un CD que es “el cofre del pirata” y un complemento circunstancial de tiempo que es el adverbio “siempre”.


4.b. Explique el concepto de antonimia y busque un antónimo adecuado para superficial en el contexto de “una lectura superficial”. (1 punto)

                La antonimia es la relación de oposición o contraste en el significado de palabras diferentes. El carácter polisémico de las palabras hace que la antonimia sea un fenómeno complejo. 
                En el caso del adjetivo “superficial”, referido a “lectura”, su significado viene a ser “sin profundidad”, “por encima” o incluso “frívola”. Se podrían utilizar los antónimos “profunda” , “activa”, "rigurosa", "seria" o “concienzuda”.


5.a. La poesía de 1939 a finales del siglo XX. Tendencias, autores y obras principales. (2 puntos)

La poesía es utilizada como arma de propaganda y de combate durante la Guerra Civil. Dos bandos. Escasa calidad.

·         Poetas en el exilio, fieles a la República: Juan Ramón Jiménez, León Felipe, Salinas, Guillén, Cernuda, Alberti, Prados, Altolaguirre...  España como patria perdida fue el tema clave y ante él dos actitudes, correspondientes a dos momentos temporales: tono apasionado al principio y tono nostálgico con el paso del tiempo.

·         Poesía de posguerra – “Generación del 36”. Los poetas que siguen en España se orientan por diversos caminos que Dámaso Alonso redujo a dos: una poesía arraigada y una poesía desarraigada.

  1. Poesía arraigada. Poetas que se agrupan en torno a la revistas  Escorial, fundada en 1940 y Garcilaso, fundada en 1943; de ahí que se les llamara también los “garcilasistas”. Han salido de la contienda con un afán optimista de claridad, de perfección, de orden. En puras formas clásicas, encierran una visión del mundo coherente, ordenada y serena. Arte por el arte. Uno de los temas dominantes es su firme sentimiento religioso, junto con temas tradicionales (el amor, el paisaje, las cosas bellas...).
Poetas: Luis Rosales, Leopoldo Panero, Luis Felipe Vivanco, Dionisio Ridruejo, Rafael Morales, José García Nieto, etc.

  1. Poesía desarraigada (existencial). Reacción contra los garcilasistas. Rehumanización de la poesía. Poesía comprometida. Hijos de la ira (1944) de Dámaso Alonso (“Para otros, el mundo nos es un caos y una angustia, y la poesía una frenética búsqueda de ordenación y de ancla. Sí, otros estamos muy lejos de toda armonía y de toda serenidad.”) y la revista Espadaña, fundada en 1944, en León,      por Victoriano Crémer y Eugenio de Nora. Estilo bronco, directo, más sencillo y menos preocupado por los primores estéticos.
·         La poesía social (años 50). Parte de la poesía desarraigada. La poesía debe “tomar partido” ante los problemas del mundo que le rodea. El poeta se hace “solidario” de los demás hombres; antepone a las metas estéticas los objetivos más inmediatos para transformar el mundo. El tema principal es el “tema de España” y, junto a él, la injusticia social, la alienación, el mundo del trabajo, el anhelo de libertad y de un mundo mejor... Lenguaje claro, prosaico muchas veces, y empleo sistemático del tono coloquial para llegar mejor al pueblo. Poesía = comunicación.

Poetas: Blas de Otero, Gabriel Celaya, José Hierro...

Grupos disidentes: el grupo Cántico de Córdoba (preocupaciones estéticas) y el Postismo (de carácter experimental, surrealista).

·         De la poesía social a una nueva poética (los años 60). Preocupación por el hombre que, en parte, enlaza con el “humanismo existencial”, pero huyen de todo tratamiento patético. Dan frecuentes muestras de inconformismo frente al mundo en que viven, pero cierto escepticismo les aleja de la poesía social. Consolidación de una poesía de la experiencia personal, cuya temática se caracteriza por un retorno a lo íntimo: el fluir del tiempo, la evocación nostálgica de la infancia, lo familiar, el amor y el erotismo, la amistad, el marco cotidiano... Renace el interés por los valores estéticos y por las posibilidades del lenguaje. Influencia de Vicente Aleixandre.
Autores: Ángel González, Jaime Gil de Biedma, José Agustín Goytisolo, Carlos Barral, José Ángel Valente, Claudio Rodríguez, Francisco Brines, José María Valverde...

·         Los “novísimos” y la poesía experimental (años 70). Exhibicionismo cultural y esteticismo. Una nueva vanguardia, vuelven la espalda al prosaísmo y a las formas tradicionales, se encuentran de nuevo con el Surrealismo. Pere Gimferrer, Antonio Martínez Sarrión, Manuel Vázquez Montalbán, Leopoldo Mª Panero, Guillermo Carnero...

·         “Postnovísimos” (años 80). Dispersión de tendencias. Luis García Montero, Blanca Andreu, Felipe Benítez Reyes...

5.b. Comente los aspectos más relevantes de la obra española del siglo XX anterior a 1940 que haya leído en relación con su contexto histórico y literario. (1 punto)

  Federico García Lorca escribió La casa de Bernarda Alba en 1936, año de su muerte, pero la obra no fue estrenada hasta 1945. Este drama pertenece a la Generación del 27, grupo en el que nuestro autor juega un papel fundamental. Además de poeta, Lorca es un profundo conocedor del mundo del teatro y unos de los grandes renovadores del género. Fundó la compañía teatral “La Barraca”, cuyo propósito fue difundir el teatro en los espacios rurales y obreros. También cabe destacar el desprecio  que la sociedad española tenía hacia las mujeres durante ese tiempo, hasta después de la Guerra Civil Española. Entre sus rasgos principales se encuentran el gusto por la pureza estética, el interés por lo popular, la influencia de la vanguardia, sobre todo, el surrealismo, la renovación poética y temas como el amor, la naturaleza, la muerte o el compromiso con su tiempo. 

   La casa de Bernarda Alba constituye una de las piezas capitales del teatro lorquiano, ya que presenta temas nuevos como es el principio de autoridad y la gran importancia que adquieren los personajes femeninos.

   Lorca experimenta con el drama surrealista, la tragedia rural y la farsa violenta hacer partícipe al espectador del drama que sufren sus personajes, por lo que el tema central de la obra es el enfrentamiento entre autoridad y libertad, o el conflicto entre la realidad y el deseo, así como las apariencias, honor, la pasión condenada a la soledad o la muerte, y el luto y la frustración. La obra se relaciona con otros dramas del autor como es Doña Rosita la soltera, que también simboliza la frustración femenina, o la tragedia Bodas de sangre, dada por los conflictos familiares que llevan a los protagonistas a la muerte.

   En cuanto al lenguaje, tiene un intenso sabor popular, abundan los diálogos fluidos e intensos, combinados con la prosa, y es frecuente la presencia de canciones populares y de numerosas metáforas e imágenes simbólicas.

   Bernarda es la madre, representa el principio de autoridad, le importan mucho las apariencias y su obsesión es la virginidad; las hijas (Angustias, Magdalena, Amelia, Martirio y Adela) viven entre la reclusión impuesta y el deseo del mundo exterior. Todas ellas están obsesionadas por lo erótico. Angustias es hija del primer matrimonio de Bernarda y heredera de una gran fortuna, por lo que atrae a Pepe el Romano. Adela es la menor y más hermosa, y rebelde, que se convertirá en la querida de Pepe el Romano; María Josefa es la madre de Bernarda y en medio de su demencia expresa grandes verdades; La Poncia es una vieja criada que aconseja a Bernarda, y se caracteriza por su sabiduría y la ironía con que habla; Pepe el Romano no aparece en escena pero está omnipresente, representa el objeto del deseo, y por él se desatan las envidias.

   La estructura recuerda a la del teatro clásico; la trama está dividida en tres actos (exposición de los acontecimientos y presentación; enfrentamiento entre las hermanas; y misterio y final trágico). La acción transcurre en la casa, un espacio cerrado y asfixiante plagado de símbolos. El vestuario viene marcado por la represión y la ausencia de color, salvo el de Adela, y el decorado es sencillo, concediéndole mucha importancia a la blancura y a los gruesos muros.


Corrección examen Lengua castellana y Literatura. EVAU junio 2017. Opción B

UNIVERSIDADES PÚBLICAS DE LA COMUNIDAD DE MADRID - EVALUACIÓN PARA EL ACCESO A LAS ENSEÑANZAS UNIVERSITARIAS OFICIALES DE GRADO - Curso 2016-2017
MATERIA: LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA II

OPCIÓN B

A nuevos conocimientos nuevas palabras. Los técnicos inventaban máquinas y los científicos descubrían realidades, y a esas nuevas máquinas y a esas nuevas realidades había que “bautizarlas”: teníamos que imaginar nombres con los que llamarlas. Según el bello relato de la Creación en el Génesis, Dios no solo creó el mundo mediante el poder mágico de la palabra, sino que además él mismo iba necesitando palabras para poder designar las cosas a medida que las iba creando: “Y llamó Dios a la luz día, y a las tinieblas llamó noche… Y llamó Dios a esa bóveda cielos… y llamó Dios a lo seco tierra, y a la reunión de las aguas mares…”. Nosotros, que no somos dioses, hemos tenido, sin embargo, la misma necesidad: crear palabras para designar las cosas. ¿Y cómo hemos “bautizado” aquellas nuevas máquinas inventadas por los técnicos y aquellas nuevas realidades descubiertas por los científicos en los últimos siglos? ¿Cómo hemos respondido a esa necesidad que tenemos de designar a las cosas con un nombre, de llamarlas “por su nombre”? Pues creando neologismos, palabra que, a su vez, es un neologismo creado por los franceses hace casi trescientos años, a partir de dos términos griegos: neos, ‘nuevo’, y logos, ‘palabra’ (más el sufijo -ismós, que permite formar ciertos sustantivos), en resumen, creando ‘palabras nuevas’.

 Y eso lo hemos hecho de varias maneras. En primer lugar, como es lógico, recurriendo a nuestras dos lenguas madre, el griego y el latín. Si nuestros técnicos inventaban el coche, pues tomaban una palabra griega, autós, ‘por sí mismo’, y una latina, mobilis, móvil, ‘que se mueve’, y creaban automóvil, ‘que se mueve por sí mismo’, sin que lo arrastre un caballo. Y si nuestros científicos descubrían un antepasado nuestro situado a medio camino entre el hombre y el mono, acudían al griego y lo llamaban pitecántropo, ‘hombre mono’, de píthekos, ‘mono’, y ánthropos, ‘hombre’. Los griegos nunca usaron esa palabra: jamás hablaron de “pitecántropo”. ¿Hablaron de píthekos? Sí, claro, es palabra suya. ¿Hablaron de ánthropos? Sí, por supuesto, muchas veces. Pero jamás usaron ese palabro que nosotros hemos creado uniendo dos palabras suyas en una nuestra.

 (Virgilio Ortega, Palabralogía, 2014))


CUESTIONES

1. Haga un comentario de texto del fragmento que se propone contestando a las preguntas siguientes:

a) enuncie el tema del texto (0,5 puntos)

                La creación de neologismos para la nominalización de las nuevas realidades.

b) detalle sus características lingüísticas y estilísticas más sobresalientes (1,25 puntos)

                Este texto ensayístico, separado en dos párrafos, se puede dividir en tres partes, atendiendo a las ideas que aparecen en él. La primera parte (que corresponde a las tres primeras líneas, hasta “Según”) es el planteamiento inicial del ensayo en donde el autor nos cuenta que, durante el largo y continuo proceso de invención de máquinas y descubrimientos de realidades, los hombres han tenido la necesidad de imaginar nombres para las cosas y bautizarlas. Comienza el cuerpo de la argumentación con el creador de todos los creadores: Dios, que en el Génesis, a medida que iba creando el mundo, iba dándole nombre a las cosas que iba creando. A continuación, fueron a los hombres (“los no dioses”) a los que nos correspondió la ardua tarea de designar las cosas que iban surgiendo con una palabra, creando lo que se llamó neologismos. El autor emplea seguidamente dos ejemplos de neologismos procedentes del griego, uno que pertenece al ámbito técnico (“automóvil”) y otro, al ámbito científico (“pitecántropo”), palabras que como tales no pertenecen a la lengua helena, pero surgieron de la unión de dos términos de este idioma. El autor concluye en las últimas cuatro líneas del texto que, aunque estas palabras no existieron como tales en la lengua griega, sí se crean en la formación de lenguas modernas como el castellano.

                Atendiendo a la posición de la tesis en el texto, este tiene una estructura inductiva, ya que la idea que el autor nos quiere transmitir, de que las nuevas palabras o neologismos de origen culto formadas por composición no existían en su lengua original, salvo por separado, aparece al final del ensayo. Para llegar a esta teoría, el autor se vale de argumentos de ejemplificación como en el caso de las palabras “automóvil” y “pitecántropo”, al igual que antes ha utilizado el argumento de autoridad del “Génesis” para comentar el origen de las primeras palabras.

                En cuanto al nivel lingüístico, el texto, a pesar de los cultismos de origen griego como “pitecántropo”, pertenece al español correcto o estándar. Es un ensayo, de carácter divulgativo, que no presenta dificultades en cuanto a su comprensión.

                Desde el punto de vista de las funciones del lenguaje, es un texto muy rico y variado. En primer lugar, en las primeras líneas, existe predominio de la función representativa o referencial, dado su carácter más objetivo, que se observa sobre todo con el rasgo de la 3ª persona. A medida que avanza el texto, este se va haciendo más personal, más “expresivo”, hecho que se percibe con el uso de la 1ª persona y otras marcas de subjetividad (por ejemplo adjetivos valorativos, “bello relato”). Cuando el autor explica el significado de ciertos términos, se está desarrollando la función metalingüística del lenguaje. Y, por último, el abundante empleo de oraciones interrogativas (aunque retóricas), nos acerca el texto a la función apelativa del lenguaje.

                Por lo que respecta al nivel morfosintáctico, en relación con la última idea del párrafo anterior, predomina la modalidad oracional enunciativa, tanto afirmativa (“Los técnicos inventaban máquinas y los científicos descubrían realidades”) como negativa (“Los griegos nunca usaron esa palabra”), junto con las oraciones interrogativas, tanto totales (“¿Hablaron de píthekos?") (“¿Y cómo hemos “bautizado” aquellas nuevas máquinas inventadas por los técnicos y aquellas nuevas realidades descubiertas por los científicos en los últimos siglos?”). Es frecuente el uso del plural asociativo para implicarnos a los lectores en esta faceta lingüística (“somos”, “hemos hecho”). Predominan, además, las formas verbales en pasado, tanto pretéritos perfectos simples (“usaron”, “hablaron”) como pretéritos imperfectos (“inventaban”, “descubrían”) e incluso, para acercarnos la situación a estos días, pretéritos perfectos compuestos (“hemos tenido”, “hemos bautizado”). Destaca el uso de perífrasis verbales, que aporta al texto muchos matices y dinamismo, tanto modales (“había que bautizarlas”, tenemos que imaginar”) como aspectuales (“iba necesitando”, “iba creando”).

                En cuanto al nivel léxico-semántico, el texto destaca por la gran acumulación de recurrencias, que dan cohesión al mismo. Recurrencias léxicas como “palabra”-“palabro”, “creó”, “creando”-“hemos creado”, “nuevos”-“nuevas”… Recurrencias semánticas, como sinónimos (“inventar”-“imaginar”, “designar”-”llamar”, “términos”-”palabras”), antónimos (“día”-“noche”, “luz”-“tinieblas”), hiperónimos (“lenguas madres” frente a sus hipónimos “griego” y “latín”) o el campo semántico de la lingüística con  palabras como “neologismos”, “sufijo”, “sustantivos”. Dentro del carácter subjetivo del texto, destacan ciertas expresiones evidenciales, que figuran como marcadores en función pragmática (“como es lógico”, “por supuesto”).

                Por último, para concluir, en el plano textual, destaca el uso de marcadores discursivos para dar cohesión a las ideas, como por ejemplo el de adición a principio de enunciado “y”, ordenadores del discurso como “en primer lugar”, el contraargumentativo “pero”, de recapitulación como “en resumen” o de consecuencia “pues”. Hay casos de elipsis como “A nuevos conocimientos nuevas palabras” o “Sí, por supuesto, muchas veces”. Es frecuente el uso de anáforas, como “eso” (“creando nuevas palabras”), “bautizarlas” (“realidades”), “lo” (“automóvil”) y, en el segundo párrafo, gran acumulación de deícticos como “nuestros”-“nuestras”, “suya”-“suyas”, “ese” o “nosotros”.

c) indique qué tipo de texto es (0,25 puntos).

Es un texto de carácter expositivo-argumentativo (más esto último), en donde el autor nos habla de la importancia de la importancia de la incorporación de neologismos a un idioma. Se trata de un texto de tipo humanístico, de carácter ensayístico, ya que trata de un tema que afecta al ser humano, dentro de la rama de la lingüística y, más concretamente, la sociolingüística. Según el receptor al que va dirigido, es un texto divulgativo, con un lenguaje sencillo, sin apenas cultismos.

2. Redacte un resumen del contenido del texto. (1 punto)

                Desde el comienzo de los tiempos, a medida que el mundo crecía y aumentaban el número de nuevas realidades, hubo la necesidad de crear a su vez nuevas palabras: los neologismos. El autor selecciona de este amplio número de palabras aquellas que proceden de las dos lenguas maternas del castellano: el griego y el latín. Aunque no se utilizaran ciertas palabras compuestas cultas en el mundo antiguo, la aportación de las lenguas clásicas es importante para la evolución de una lengua.

3. Elabore un texto argumentativo a favor o en contra de usar términos tomados del inglés para denominar nuevos inventos y realidades. (1,5 puntos)

                Resultaría muy complicado, por no decir imposible, permanecer en una sociedad como la actual impermeable a la influencia del inglés, a su dominio sobre el resto de las lenguas y a la incorporación constante de anglicismos en todas las facetas de la vida.

                En primer lugar, me parece de mentes muy arcaicas y rudimentarias el hecho de criticar cualquier incorporación de palabras procedentes de otros idiomas para nombrar nuevas realidades. De siempre han existido los préstamos, que son fuente de enriquecimiento idiomático y un síntoma saludable del contacto entre lenguas.

                En mi opinión, el uso, en este sentido, debería imponerse a la norma, a las reglas. Si los hablantes de una lengua –que no son tontos- adoptan como naturales, entendibles y necesarios vocablos del inglés no debería objetarse nada; es algo natural e inevitable.

                Por mucho que nos moleste, la influencia del inglés es tan grande que no se le puede poner límites o barreras a su expansión. Los académicos y defensores a ultranza de la lengua patria siempre llegarán un minuto tarde a la nueva palabra inglesa que se ha colado por internet, a través de nuestro televisor o con el último avance tecnológico.

Por lo tanto, relajémonos y permitamos sin obstaculizar la incorporación de nuevas palabras de otros idiomas, síntoma muy evidente de progreso.

4.a. Analice sintácticamente: Los griegos jamás usaron ese palabro que hemos creado nosotros. (1,5 puntos)

Se trata de una oración compuesta por subordinación formada por dos proposiciones:

  • ·         La proposición principal es “Los griegos jamás usaron ese palabro”; se trata de una oración personal; predicativa, activa y transitiva y enunciativa negativa. Tiene, por tanto, un predicado verbal, en el que “usaron” es el verbo predicativo y “ese palabro”, junto con la proposición subordinada adjetiva, configuran el CD; el adverbio de negación “jamás” actúa como un complemento circunstancial de negación.
  •  ·     La proposición subordinada es “que hemos creado nosotros”. Se trata de una proposición subordinada adjetiva especificativa cuyo antecedente es “palabro”. Es una oración personal; predicativa, activa, transitiva; enunciativa afirmativa. El relativo “que” cumple la función de CD de la subordinada, cuyo verbo es “hemos creado”; el sujeto de esta proposición es “nosotros”.


4.b. Indique a qué categoría gramatical o clase de palabras pertenece conocimientos, analice su estructura morfológica y señale a qué proceso de formación de palabras responde. (1 punto)

  •  Categoría gramatical: “conocimientos”, palabra variable, es un sustantivo común, contable, individual y abstracto, con género masculino y número plural.
  • Estructura: conoc-i-miento-s. “conoc-“ es el lexema (la palabra proviene del verbo  conocer); “-i-” es la vocal temática o de unión; “-miento-“ es un morfema derivativo sufijo, que forma nombres verbales con el significado de 'acción', 'proceso' o 'resultado'; “-s” es un morfema flexivo de número.
  • Clase de palabra según su formación. “Conocimientos” es una palabra derivada, ya que emplea un morfema derivativo en su formación.


5.a. El Novecentismo y las Vanguardias. (2 puntos)

 En España, el grupo literario que sucede a los modernistas y noventayochistas recibe el nombre de Novecentismo o Generación del 14. Sus componentes se caracterizan por su orientación europeísta y por su concepción del arte como una actividad separada de lo social y lo político.

            Durante las primeras décadas del siglo XX aparecen en Europa diversos movimientos artísticos, llamados vanguardismos, que rompen radicalmente con la temática y las técnicas expresivas del Romanticismo y el Realismo. Los novecentistas conectan fácilmente con los vanguardismos, ya que en ellos ven cumplida su apuesta por un arte producto de un acto lúdico y libre que ponga a prueba la capacidad intelectual y expresiva del artista.

            Los rasgos más destacados de la lengua de los novecentistas son la precisión conceptual, que refleja su sólida formación intelectual, y la expresión de lo subjetivo, que refleja su vertiente creativa y se materializa, sobre todo, en la metáfora.

            Los géneros literarios más representativos del Novecentismo son la lírica, expresada tanto en prosa como en verso, y el ensayo, que se divulga, sobre todo, a través del periódico y de revistas especializadas.

            Un grupo nutrido de personas procedentes de diferentes ámbitos (medicina, política, filosofía…) que tuvieron un papel activo en la sociedad de su tiempo y que encontraron en el ensayo el medio idóneo de divulgar sus ideas y conocimientos. José Ortega y Gasset* (La deshumanización del arte) más importante de este grupo.

            La novela novecentista continúa el camino de subjetivismo y de renovación que había comenzado la Generación del 98. Los autores novecentistas suelen manipular situaciones para expresar su opinión sobre los más diversos temas. Algunos, como Gabriel Miró (El obispo leproso), se valen del lirismo; otros, como Wenceslao Fernández Flórez (El bosque animado), optan por el humorismo.

            La producción lírica de estos años es muy variada. Aunque a todos los poetas les mueve la voluntad común de acabar con el sentimentalismo y la retórica, heredados del Romanticismo y del Modernismo, podría decirse que, a grandes rasgos, los novecentistas se preocupan por conseguir un mensaje exacto y claro que transmita fielmente la idea, y que los vanguardistas pretenden ofrecer nuevas versiones del universo.

            No obstante, entre los novecentistas, aparecen personalidades difíciles de encasillar, bien porque escapan del llamado arte deshumanizado, como León Felipe, bien por su compleja trayectoria creativa, como Juan Ramón Jiménez*.

            Por otro lado, del rico panorama de la lírica vanguardista habría que destacar la figura de Ramón Gómez de la Serna* (“Greguería”=metáfora + humor), que facilitó la entrada de las nuevas tendencias artísticas en España, donde los vanguardismos más importantes fueron el creacionismo, representado por Vicente Huidobro; el ultraísmo, difundido, sobre todo, a través de la revista Grecia, y el surrealismo, que influyó notablemente, en la Generación del 27.

            El creacionismo y el ultraísmo tienen en común la búsqueda de nuevas formas tipográficas, como el caligrama, pero el primero cultiva más la metáfora y el segundo siente preferencias por las máquinas y el léxico técnico-científico.


5.b. Comente los aspectos más relevantes de la obra española publicada entre 1940 y 1974 que haya leído en relación con su contexto histórico y literario. (1 punto)

La familia de Pascual Duartepublicada en 1942, es la novela que inaugura el llamado “tremendismo” literario. Además es la primera novela de Cela y la que inicia su reconocimiento por parte de la crítica y el público. El novelista ofrece en estas páginas la trascripción de las memorias de Pascual Duarte, un asesino que espera la ejecución en la cárcel de Badajoz. La obra se presenta desde una perspectiva moralista, como “un modelo de conductas”, pero  “un modelo para huirlo”.  Desde el primer capítulo de las memorias de Pascual Duarte busca la justificación y el perdón por los hechos que va a relatar. Parece como si él no fuera culpable, sino el mundo en el que le tocó vivir. Esta actitud de humildad y arrepentimiento será una constante en el tono de la narración en la novela (“Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo”). Todo le sale mal y su reacción ante las adversidades es el crimen: matar a quien le hace daño, ya sea animal o persona.

La novela fija sus modelos creativos principalmente en la novela picaresca (especialmente en los cinco primeros capítulos (niñez de Pascual, su casa, padres y hermanos), la novela naturalista (no tanto en el estilo como en la descripción del entorno social marginal y mísero en el que se mueven los personajes), el Romance de ciego (relatos sensacionalistas acerca de crímenes y sucesos repulsivos) o E.A. Poe y  Dostoievsky (autores  a los que se puede seguir su huella en la obra: los crímenes, la observación del alma humana en lo que tiene de patológico y enigmático).

El principal tema del libro es la violencia como respuesta ante las adversidades que tiene la vida. Pascual se esfuerza en toda la obra para convencernos de que la influencia del entorno le condujo a matar.

Otros temas relacionados son: la soledad y/o el aislamiento, la visión primitiva y animal del ser humano y el fatalismo.

Pascual Duarte es el personaje protagonista y el más complejo de la novela. En él se unen el sentido común y el instinto animal,  la barbarie y la sensibilidad de un modo que provoca, en ocasiones, el desconcierto del lector. Parece  que está perseguido por una especie de “fatum” que le impide encontrar la paz y la felicidad y que por el contrario le conduce a la desgracia y al crimen.

En cuanto al estilo, la novela se caracteriza por las expresiones coloquiales y el lenguaje llano y sin alardes acorde al nivel social de los personajes, el vocabulario es muy expresivo y variado, la narración en primera persona se combina con el estilo directo (menos habitual es el indirecto)  y con los diálogos: ágiles y de un lenguaje sencillo y directo; los recursos retóricos más empleados son las estructuras paralelas (semánticas y sintácticas) y las comparaciones ricas, expresivas y originales y, por último, no faltan en la novela notas de color local, con el empleo de regionalismos y vulgarismos.