Páginas

sábado, 19 de febrero de 2011

Verde Juan Ramón, Lorca verde





JOSÉ ANTONIO EXPÓSITO






BABELIA - 19-02-2011









Como a menudo sucede en las labores de investigación, también en el hallazgo de los manuscritos de Arte menor hubo un indudable golpe de azar. En julio de 2007 viajé hasta Puerto Rico para recopilar datos con los que preparar la edición de otra obra inédita de Juan Ramón titulada La frente pensativa (Linteo, 2009). Cierta tarde, mientras revisaba los miles de papeles del poeta que allí se custodian, en la Biblioteca de la Universidad, tuve la enorme fortuna de descubrir los manuscritos originales de uno de sus más anhelados proyectos: Arte menor. Aunque su autor no llegó a publicarlo nunca a pesar de haberlo intentado infructuosamente al menos en dos ocasiones. Primero en París, con la editorial Ollendorff, y después en Madrid, con Renacimiento.



No resulta extraño que JRJ hubiese enviado sus poemas fuera de nuestro país, teniendo en cuenta que en la España de comienzos del XX prestigiosos editores como Gregorio Pueyo, que publicaba a los poetas modernistas, valoraban la poesía al peso. Así se constata tras leer una carta inédita que le dirigió a JRJ en la que le hace este atrevido reproche, que resulta cómico por su extrema simplicidad mercantilista: "Si usted pone más cantidad de versos en sus libros no dudo se venderán bien, pero el de Elegías puras tendrá en total de 60 a 70 estrofas de 4 líneas. Hoy el público no acepta hojas en blanco". Sin duda, los versos breves que componen Arte menor no encontraron en 1910, hace ya más de un siglo, el ambiente idóneo para su recepción.



No obstante, Juan Ramón algunos años más tarde acabaría propiciando con su pertinaz ejemplo en el cultivo de estas formas métricas ágiles y populares la estima que de las mismas se tuvo finalmente en los ámbitos de la poesía culta. El importante neopopularismo de poetas como García Lorca, Rafael Alberti, José María Hinojosa o Miguel Hernández hay que filiarlo con toda certeza en las cancioncillas de esta primera etapa juanramoniana. El famoso verso de Lorca "verde carne, pelo verde" tiene aquí su claro antecedente en estos otros de JRJ, "tus cabellos, verdes / de estrellas mojadas" o en estos otros también de Juan Ramón: "Verde es la niña. Tiene / verdes ojos, pelo verde". Hay que destacar el enorme parecido entre el ya legendario verso lorquiano: "Córdoba lejana y sola", con este otro anterior de JRJ mucho menos conocido: "Huelva lejana y rosa". Alberti, a su vez, clamaba: "Si mi voz muriera en tierra / llevadla al nivel del mar"; y antes JRJ había clamado: "¡Llevadme a la mar / a ver si me duermo!". Pintó Alberti "la blusa azul ultramar, y la cinta milagrera"; y muchos años antes JRJ había pintado "la blusa azul, y la cinta / milagrera sobre el pecho". Veía Lorca: "El barco sobre la mar / y el caballo en la montaña"; pero ya antes JRJ había visto: "¡El hombre siempre en el mar / y el corazón en el viento!". Dijo Lorca: "Empieza el llanto / de la guitarra"; pero antes JRJ había dicho: "La guitarra lloraba en tu pecho / la tristeza de todos los días". Continuaba Lorca el llanto de la guitarra con estos versos: "Es inútil / callarla. / Es imposible / callarla"; y JRJ en otro poema distinto de 1905 hacía incurable ese mismo llanto: "Hay en la sombra una pena / indefinible... ese llanto / que no se puede curar". Escribió JRJ de una bella mujer que era "morena de la luna"; y después Lorca le añadió "morena de luna llena"; y Miguel Hernández aún fue más audaz: "Una mujer morena / resuelta en luna". Cantó JRJ también a una "luna de nardo"; que Lorca años después vistió con polisón: "La luna vino a la fragua / con su polisón de nardos".



A veces, las fronteras entre algunos versos de estos poetas citados se vuelven difusas hasta el punto de hacernos dudar en ciertas ocasiones acerca de quién es su autor. Así, por ejemplo, al leer estos versos: "El gallo alzará / su clarín de plata Levantará el gallo / su clarín de llama", nos preguntamos, con asombro, ¿de quién son, de Lorca o de JRJ? Sí, los escribió JRJ, si bien parecen más propios del estilo de Lorca. Y estos otros: "el puñal que asesina el olvido, / la pasión de las novias sombrías", ¿a quién suenan más a Juan Ramón o a Lorca? Pues también fueron escritos por Juan Ramón como los anteriores, cuando aún Lorca era un niño. Retrató primero JRJ en su Platero una gitana envuelta en un halo amarillo de cobre, "viene, calle abajo, en el sol de cobre"; después, Lorca la transformó en "por el monte oscuro / baja Soledad Montoya. / Cobre amarillo, su carne". Escribió antes JRJ, "carne de bronce, de seda y de topacio"; y Lorca dejó escrito después: "Unos niños con carne de bronce se bañan en la acequia"; y Hernández su conocido "Carne de yugo, ha nacido". Sucede muchas veces con el ritmo y la música que se vuelven pegadizos, aunque, eso sí, al final cada cual siempre acaba interpretando con voz distinta.



Con Arte menor quiso JRJ culminar una trilogía formada por Las hojas verdes y Baladas de primavera que presenta unas características formales y temáticas similares: un paulatino protagonismo del paisaje de Moguer y una definida y clara estética en la que prevalece la sencillez expresiva. El germen de estos versos hay que buscarlo en el pensamiento krausista imbuido por hombres como Giner o Cossío que le orientaron decididamente con su trato y su ejemplo vivo hacia el interés y la valoración ética y estética del arte popular. Juan Ramón asumió entonces plenamente su labor de expresar el espíritu de su pueblo y también su obligación de integrar su arte en la tradición, pero renovándola. Algo que supo hacer con notable acierto incluso en sus últimos poemas.



Cuando al final de aquel verano de 2007 terminé mi estancia en la "Isla de la Simpatía", regresé a España hermanado de soledad y cargado con un ligero tesoro: este exquisito ramillete de delicadas cancioncillas inéditas de Juan Ramón Jiménez, que ahora, por fin, reverdecen de nuevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario