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martes, 26 de julio de 2011

Isabel García Viñao, de Jaca (Huesca), Ganadora del 1er Concurso Internacional de Poesía Hispano-Francesa Antonio Machado en elprofedefrances.com


Tal día como hoy, 26 de julio, en 1875, nacía en Sevilla el insigne poeta Antonio Machado. El profesor de francés Roberto González ha organizado un concurso de poesía muy especial para homenajear al gran poeta universal. Hoy, recordando la figura de Don Antonio, conocemos a los ganadores. Me honra haber participado como jurado. ¡Gracias, Roberto!
Isabel García Viñao, de Jaca (España) con su obra "Días azules y sol de mi infancia" y con el pseudónimo de Ariadna es la vencedora del 1er Concurso Internacional de Poesía Hispano-Francesa Antonio Machado organizado por El Blog del Profe de Francés en un apretado final con la obra de Javier Osorio Piñero (Barcelona), "Estos días azules".


Poema ganador

DIAS AZULES Y SOL DE MI INFANCIA



Estos días azules y este sol de la infancia


son languidez y añoranza en mis ojos,


ahora los días se enturbian


en mi memoria cansada.


Estos días azules y este sol de la infancia


ya son “ésos” que sólo permanecen vivos


como ecos en mi permanente recuerdo.


Hoy, mi torpe pulso quiere escribir al pasado


y acercarlo al presente


para empaparme de colores vivos,


del sol brillante, juguetón, amoroso,


que maquilla de rojo pasión el horizonte


e incendia las vedijas.


Ese sol de la infancia,


el que llenaba los patios blancos de Sevilla,


fue el mismo que el de mi juventud,


que amarilleaba las espigas maduras,


más si cabe, y las doraba.


Antes las irguió, cuando verdes,


como lanzas hacia el cielo, altivas,


manifestándose sólo en posición reverente


cuando eran mecidas por el céfiro indolente.


Y es que el sol de mi infancia


no se fatiga nunca:


es el mismo que sigue dando brillo


a los lingotes de oro de paja


en los vastos campos de Castilla.


¡Ay sol y Duero!, ¡Duero y sol de mis amores!


¡Cómo los rayos pintan de color tus aguas


formando tornasoles en la superficie,


grácil, suave y ondulada.


Tus aguas parecían melena suelta de doncella


de pelo ondulado e irisado,


o el plumaje del cuello de torcaces y arrendajos.


Hermosura plena.


Hermosura nacarada en la piel del agua


que mece tu corriente serena.






Hoy mi vista cansada recorre en la memoria los senderos,


las curvas de ballesta del Duero,


los pájaros canoros en tus orillas,


orquesta de violines, flautas y liras,


que saltan de retamas y majuelos


salpicando el rostro del firmamento


pífanos que acompañan tu rumor casi silencioso.


Pero a mi memoria no sólo llega el Duero,


recuerdo las calles de Soria, los balcones de flores,


los trinos de las oscuras golondrinas,


quizás venidas del sur, las de Bécquer,


los campos salpicados de amapolas,


repletas de sangre sus corolas,


el zureo de palomas, los maullidos de gatos en celo,


el zumbido de las moscas, inevitables golosas,…


Y es que todo …todo bulle en mi efervescente recuerdo.


¡Todo lo de mi Soria querida!


Esos días azules me acercan


a mi primer amor: mi dulce y joven Leonor.


Mujer que me hiciste ver


todavía más azules, los días azules.






y los verdes, más verdes,


cuando los montes explosionaban


en primaveras de soles.


Juntos, vadeábamos caminos


para ver madrugar en los pinares la mañana,


en la Soria fría. Y tú, sol de mi infancia,


besabas de sus agujas el rocío


que eran perlas que ornamentaban su atavío.


También me enseñaste a descubrir colores,


que brillaban más con el sol juguetón de mi infancia


unido con tu sol de amor. ¡Soles de ingenuidad


y de deseos encendidos!






Y en una de las primaveras


con la savia y nuestra sangre alterada,


emergimos del túnel de la hibernada,


bullendo frenéticamente al compás de la savia.


Nuestro amor surgió arrebatador,


por generación espontánea,


en uno de los anaqueles


de la estación más florida,


como lo más sutil, exquisito


y puro de la quintaesencia.


Iluminado por ese mi cielo azul


que también era tu cielo


y por ese sol de mi infancia


que querías atrapar entre tus dedos.


¡Alquimia de días azules, de sol de la infancia,


de pétalos, corolas y hojas!


La magia nos ayudó a cruzar el umbral de una esperanza:


que el sino nos uniera


para calmar el ardor de muchas primaveras.


Pero no fueron muchas, y, prematuramente,


la crueldad del tiempo te arrastró,


¡mi querida Leonor!, a la tierra de Dios sin patria.






Hoy me envuelven aquí los recuerdos,


y sobre esta hoja en blanco los escribo


desde Colliure, pequeña población marítima


de intacta calma en el Rosellón francés.


A veces, el mediterráneo, me devuelve


los días cerúleos y el sol de mi inocencia.


Pero hoy, justamente hoy,


sus rugidos enfadados


no son como el rumor del Duero.


Sé que pronto me arrastrarán sus aguas


a ese confín donde se perderán


los días azules y el sol de mi infancia.




Isabel García Viñao (Jaca-Huesca)


continúa el artículo

2 comentarios:

  1. ME PARECE UN POEMA PRECIOSO. SENSIBILIDAD SUBLIME. COLORES, SOL, AMOR, EVERYTHING

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