Infringir significa ‘incumplir normas’, mientras que infligir es ‘causar daño o imponer castigo’ y, por lo tanto, no es adecuado emplearlos indistintamente.
Sin embargo, en ocasiones en los medios de comunicación se encuentran frases como «Yo me cuido de no infligir las leyes y hacer lo que mi conciencia y experiencia me dicen» o «Infringir un castigo, ya sea físico o psicológico, puede tener el propósito de obtener una confesión».
En estos casos lo adecuado hubiera sido: «Yo me cuido de no infringir las leyes y hacer lo que mi conciencia y experiencia me dicen» e «Infligir un castigo, ya sea físico o psicológico, puede tener el propósito de obtener una confesión».
Además, estos dos verbos con significados diferentes han dado lugar a la forma híbrida inflingir, como se ve en «Los de Mendilibar se encuentran en un momento inmejorable para intentar inflingir una nueva y dolorosa derrota a los blancos», donde lo apropiado hubiera sido emplear infligir.
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