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domingo, 8 de abril de 2012

Los discos de rock que vetó la censura



 Julio Vallejo | aviondepapel.tv

Xavier Valiño recopila en su libro Veneno en dosis camufladas aquellos casos de censura discográfica durante el régimen franquista. El escritor estima que más de 4.000 canciones y 150 portadas de discos de rock y pop se prohibieron en los casi 40 años de dictadura. The Rolling Stones, The Beatles, Serge Gainsbourg o Roxy Music, entre otros, fueron víctimas del censor. 

Foto de La portada censurada en España de `Sticky Fingers´ de The Rolling Stones
El mítico disco `Sticky Fingers´, de los Rolling Stones, sufrió la censura franquista. En el montaje fotográfico vemos la portada prohibida y la que luego incluyó el disco cuando se autorizó en España. 


La censura franquista es la principal responsable de que uno de los vinilos más buscados sea la edición española del mítico Sticky Fingers, de los Rolling Stones. La portada original de Andy Warhol, que mostraba los pantalones ceñidos y una cremallera que permitía ver los calzoncillos del actor Joe D’Allessandro, era demasiado explícita para la pacata moral del régimen. 

Para solucionar el veto, se propuso otra carpeta, diseñada en Gran Bretaña, donde unos dedos salían de una lata de melaza. De esta manera, la alusión a la masturbación del título original -Dedos pegajosos, en castellano- quedaba suprimida con una cubierta cuyo significado era más obvio y casto. 

El álbum de los Stones es solo uno de los muchos casos de censura discográfica que Xavier Valiño recoge en el libro Veneno en dosis camufladas (Milenio, 2012). El escritor desvela que 150 carpetas de discos se censuraron y 4.343 canciones recibieron el veto de la Dirección General de Radiodifusión y Televisión. 

Sin criterios definidos  
La censura discográfica, a diferencia de la cinematográfica, no se regía por ninguna normativa. Los criterios de los lectores censores eran los únicos que prevalecían a la hora de bloquear determinado tema musical. 

“Un lector podía vetar una canción y, luego, para editarse en otro disco, otro funcionario podía autorizarla. El superior también podía censurar algo a lo que el primer lector había dado el visto bueno”, aclara Valiño.  

El autor de Veneno en dosis camufladas asegura que las cuatro personas responsables de la censura discográfica tenían que intuir qué es lo que se pretendía de ellos.  

“Y les preocupaba mucho que los superiores les llamasen la atención por haber dejado pasar algo que debían censurar, aunque no tuvieran directrices”, añade Valiño. 

España y Gibraltar  
Uno de los asuntos con los que la censura se cebó con radicalidad fueron los temas políticos. Así, por ejemplo, The Beatles vieron como se vetaba The Ballad of John and Yoko por sus referencias a Gibraltar. La canción comentaba que el peculiar paraíso fiscal se encontraba cerca de España, y no en nuestro país. 

Las autoridades franquistas, que habían convertido casi en lema la expresión “Gibraltar español”, no permitieron que la canción apareciera en los álbumes recopilatorios de la banda de Liverpool. 

Más curioso, como nos recuerda Valiño en su libro, es el caso del grupo alemán Embryo y su canción España sí, Franco no, donde expresaban su apoyo al país y su oposición al régimen dictatorial. 

La composición se prohibió en 1971. No obstante, la historia del tema no acabó ahí. La banda germana vio cómo su gira por nuestro país quedaba suspendida por la inclusión de la polémica canción en su repertorio de sus conciertos. 

Unos años más tarde, en 1975, Embryo pudo editar la composición en su recopilatorio bajo la denominación de España sí. Sin embargo, los censores pasaron por alto que en el interior de la carpeta se contaba que el tema había sido la causa de la suspensión de una gira del grupo en nuestro país. Allí se aludía a la canción con dicho título. 

Unos meses después, el grupo aprovecharía la muerte del dictador para relanzar la composición con el título Spain Yes, Franco is Finished (España sí, Franco se acabó) 

Cuestiones de moral  
Los asuntos morales también fueron otra de las piedras de toque de la censura. Las referencias a las relaciones sexuales y la desnudez fueron vetadas en numerosas ocasiones. Ese fue el caso de Country Life, el álbum de los británicos Roxy Music

En la portada, aparecían dos señoritas ligeras de ropa y los censores decidieron sustituirla por el primer plano de una de ellas, llevándose la mano a la frente. 

Más curioso resulta la historia del veto al mítico Je t’aime… mo non plus, el sensual tema de Serge Gainsbourg y Jane Birkin. La canción recibió el visto bueno de los lectores franquistas al ser presentado como un tema instrumental. Sin embargo, después de su publicación y el revuelo provocado por su letra explícitamente sexual, la composición fue prohibida. 

A partir de ese momento, como explica el libro, los censores tuvieron que escuchar los temas para evitar que se produjeran este tipo de errores. 

Burlar a la censura  
No obstante, algunos artistas tuvieron el suficiente ingenio como para distribuir sus discos sin pasar por los lectores de la censura del régimen. El ejemplo más curioso es, según Valiño, el de Julio Matito, componente de la banda Smash

El músico, amigo personal de Felipe González, grabó su disco en Sevilla con el apoyo económico del PSOE. Para eludir el veto censor, el álbum fue prensado en Alemania y llegó a España en el coche del propio artista, que fue el encargado de pasarlo a través de la frontera francesa. 

Una vez en el país, el disco consiguió distribución a través de las Casas del Pueblo de la UGT de Andalucía. Todo un ejemplo de ingenio en unos tiempos donde el rock, como demuestra el libro de Xavier Valiño, era visto como enemigo por la dictadura. 

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