La
salida del Modernismo, cuya narrativa está dominada por el cuento fantástico (Rubén
Darío, Leopoldo Lugones y Horacio Quiroga), se da de forma
paulatina y conduce a la “Novela de la Tierra”. Se abandona la prosa de temas
fantásticos para ceder el lugar a una “Narrativa de carácter social” que, o se
centra en sucesos históricos del momento o en la marginación de los indígenas.
1.-
NOVELA DE LA TIERRA
La
búsqueda de una identidad nacional lleva a buscar las esencias de lo americano
en el folclore y las costumbres.
El
tema común es el intento del hombre de dominar la Todopoderosa naturaleza
americana. Esta lucha desproporcionada alcanza proporciones de epopeya y acaba
con la derrota de los hombres.
No
obstante en las tres grandes novelas de la tierra se llega a conclusiones
distintas:
La
vorágine de José Eustasio Rivera termina con la impotencia
del hombre ante el medio.
Doña
Bárbara de Rómulo Gallegos parece que en determinadas circunstancias
la acción humana puede vencer los condicionantes naturales.
Don
Segundo Sombra de Ricardo Güiraldes añora el
ambiente natural por haber sido vencido por el progreso humano.
2.-
NOVELA SOCIAL
Las
circunstancias históricas por las que pasaron diversos países fueron motivos de
diversos relatos. Pero el más importante fue el que versó sobre la larga
Revolución mexicana. La más destacada novela se titula Los de abajo de Mariano Azuela,
que ofrece una visión distanciada y desilusionada de los ideales de la Revolución.
Por
otra parte, hay que mencionar también la llamada novela indigenista, en la cual
se plantea el problema del indio: la denuncia de la opresión y explotación del
indígena, tema central de novelas como El mundo es ancho y ajeno de Ciro
Alegría.
3.-
RENOVACIÓN NARRATIVA
A
partir de los años 40 la narrativa hispanoamericana se renueva y enriquece
mediante la asimilación de procedimientos técnicos de novelistas
norteamericanos y europeos, mediante las audacias estéticas de las vanguardias
y el cambio de perspectiva artística del Surrealismo.
Este
cambio coincide con una época de transformaciones en la vida social de los
países americanos y el crecimiento de las ciudades.
Entre
1940 y 1960 conviven diversas tendencias. Por un lado, tienen importancia los
relatos de índole metafísica de Jorge Luis Borges. Por otro lado, se desarrolla
una narrativa de corte existencialista con autores como Juan Carlos Onetti
o Ernesto Sabato. Además, algunas tendencias de décadas anteriores
continúan dando lugar a obras excelentes como Juan Rulfo, continuador de
la novela mexicana con la novela titulada Pedro Páramo, y Alejo Carpentier,
continuador del tema indigenista, con novelas como Los pasos perdidos y El siglo de las
luces.
4.-
REALISMO MÁGICO
En la
segunda mitad de siglo la característica más llamativa de la narrativa será la
ruptura con el realismo tradicional, que se manifiesta con la aparición de
elementos míticos, legendarios y fantásticos.
Lo real
maravilloso se convierte en la forma que pretende encontrar la identidad
americana. Los mitos forman parte de la realidad desde el mismo momento que la
comunidad cree en ellos y operan en la vida cotidiana de los seres.
Miguel
Ángel Asturias es ejemplo de convivencia en su obra de la América
maravillosa, la denuncia social y el vanguardismo. Su novela más conocida El Señor Presidente es
de las más conocidas novelas de dictador, es decir, novela cuyo protagonista es
un dictador
Julio Cortázar se
caracteriza por incluir en sus textos el elemento fantástico. Su capacidad para
el relato breve hizo que escribiera obras maestras en este género: El
bestiario, Las armas secretas... La ruptura con lo convencional se produce
en el plano técnico mediante la incorporación de innovaciones y audacias
formales como se comprueba en su novela Rayuela. Esta es un collage
narrativo que tiene diversas posibilidades de lectura y se presenta como una
metáfora del caos del mundo.
5.-
NARRATIVA DESDE 1960
Durante
los años 60 se produce la difusión internacional de la narrativa hispanoamericana.
El creciente interés por estos escritores puede ser debido a la residencia de
muchos de ellos en Europa. Se puede decir que los novelistas han asimilado las
innovaciones técnicas que se han producido en la novela universal a lo largo
del siglo XX. Además, son deudores de la literatura hispanoamericana anterior
y, muchos de ellos, de la literatura española.
Gabriel
García Márquez compaginó su actividad periodística con la escritura
de cuentos y novelas cortas. En estos relatos se advierten las características
de su narrativa: mezcla de lo real e imaginario, mitos, historia, etc. Su
primera novela, La hojarasca, se desarrolla en Macondo, lugar imaginario donde
también se desarrollan otras de sus novelas, entre las que destaca Cien años
de soledad, obra cumbre de la literatura universal del siglo pasado. Posteriores
novelas del autor son Crónica de una
muerte anunciada o El amor en tiempos del cólera. En 1982 recibió el
Premio Nobel de Literatura.
Carlos
Fuentes. Su obra más destacada es La muerte de Artemio Cruz ofrece una
crítica visión del dilatado proceso de la Revolución mexicana, frustrada a
causa del egoísmo y la ambición de los dirigentes.
Mario
Vargas Llosa. Su primera novela inaugura el boom de la narrativa
de los 60: La ciudad y los perros. Satiriza el mundo cerrado y violento
de una institución militar. Otras obras son: Pantaleón y las visitadoras
o Lituma en los Andes. Premio Nobel de Literatura en el 2010.
Por
último incluimos una pequeña lista de otros autores actuales: Mario
Benedetti, Isabel Allende, José Donoso, Guillermo Cabrera Infante...
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