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sábado, 26 de mayo de 2012

Los mejores comienzos en CVC









En esta página encontrarán los comienzos de las obras finalistas en el concurso Lecturas del siglo XX. Pueden acceder también, si lo desean, a algunas informaciones sobre estas creaciones y sobre sus autores.
Cien años de soledad
Rayuela
Pedro Páramo
La colmena
Romancero gitano
Luces de bohemia
La familia de Pascual Duarte
El Aleph
Veinte poemas de amor y una canción desesperada
Campos de Castilla
La ciudad y los perros
Platero y yo
Tiempo de silencio
Ficciones
Poeta en Nueva York
La casa de Bernarda Alba
Paradiso
El Siglo de las Luces
Doña Bárbara
Niebla
El señor presidente
Canto General
El túnel
Marinero en tierra
El Jarama

«Muchos años después,
    frente al pelotón de fusilamiento...»

     

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Cien años de soledad (1967), Gabriel García Márquez

Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronelAureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo. Todos los años, por el mes de marzo, una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea, y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos. Primero llevaron el imán. Un gitano corpulento, de barba montaraz y manos de gorrión, que se presentó con el nombre de Melquíades, hizo una truculenta demostración pública de lo que él mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia. Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metálicos, y todo el mundo se espantó al ver que los calderos, las pailas, las tenazas y los anafes se caían de su sitio, y las maderas crujían por la desesperación de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse, y aun los objetos perdidos desde hacía mucho tiempo aparecían por donde más se les había buscado, y se arrastraban en desbandada turbulenta detrás de los fierros mágicos de Melquíades.
Gabriel García Márquez, Cien años de soledad, Edición de Jacques Joset, Madrid, Cátedra, 1996.


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