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domingo, 24 de junio de 2012

De Onetti a Bolaño: libro escoge los 100 títulos más importantes en español


En las próximas semanas llegará a Chile Los libros esenciales de la literatura en español.

por Roberto Careaga C. Diario La Tercera
  

Es una lista arbitraria. Hecha de sesgos, limitaciones y preferencias personales. En algún momento, Ignacio Echevarría tuvo la tentación de escoger sólo a 30 autores. No pudo, debió ajustarse a la petición que le habían hecho: seleccionar los 100 libros de narrativa más representativos de la literatura hispanoamericana de los últimos 60 años. Desde la explosión del boom hasta hoy. Eso es Los libros esenciales de la literatura en español, un volumen que más allá de dar cuenta de los gustos del crítico español, recoge a las estrellas y los olvidados, los clásicos y los ignorados de la reciente historia literaria de una lengua. Desde Jorge Luis Borges a Alberto Fuguet.

Con vocación masiva, el libro funciona como una guía la literatura hispana contemporánea. Nada de academicismos, tampoco de ensayo: por orden cronológico, al lado de cada portada original de los libros escogidos, Echevarría escribe una reseña crítica del título. Desde clásicos fundacionales como Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, hasta novedades por descubrir en este lado del mundo, como El malestar al alcance de todos, de la española Mercedes Cebrián.

Dominada por españoles (44 de los 100), la lista propuesta por Echevarría se inicia con La vida breve (1950), del uruguayo Juan Carlos Onetti, y termina con Familias como la mía (2011), del español Francisco Ferrer Lerín. Borges está con el cuento La muerte y la brújula y junto a su inseparable Adolfo Bioy Casares, con Crónicas de Bustos Domecq; Mario Vargas Llosa no aparece con sus clásicos, sino que con La tía Julia y el escribidor, y Bolaño inscribe dos títulos: Los detectives salvajes y 2666. También repiten Onetti y los españoles Juan Benet y Camilo José Cela. Sólo figuran 8 libros de mujeres. Argentina pone 16 títulos en la selección.

Publicado el año pasado en España, el libro fue ideado por el sello Lunwerg, del grupo Planeta, y la próxima semana llegará a librerías chilenas. El curador, uno de los críticos más influyentes del idioma, ya es un viejo conocido nuestro. Amigo de Roberto Bolaño, Echevarría editó tres de sus libros póstumos -incluido 2666- y dirigió las Obras completas & algo +, de Nicanor Parra. Desde Barcelona, niega que este libro sea su canon: “Es divulgación”, precisa.

“El concepto de canon es transpersonal. Alude a aquellos libros o autores que consagra una tradición, siempre a posteriori. Sí que estaría dispuesto, en determinadas circunstancias, a proponer mi propio canon, pero dejando bien claro que se trata de un acto de fingida autoridad”, dice Echevarría. Y agrega: “Hay que aceptar la lista como un todo orgánico, y tener bien claro que al lado de ella podría ponerse otra igualmente plausible, con un escasísimo margen de coincidencia”.

Entre las coincidencias posibles, además de los dichos, están los clásicos: Rayuela, de Julio Cortázar; Pedro Páramo, de Juan Rulfo; Sobre héroes y tumbas, de Ernesto Sabato; Aura, de Carlos Fuentes; El jardín de al lado, de José Donoso; Tres tristes tigres, de Guillermo Cabrera Infante; Un mundo para Julius, de Alfredo Bryce Echenique; Respiración artificial, de Ricardo Piglia; Todas las almas, de Javier Marías, y La virgen de los sicarios, de Fernando Vallejo, entre otros.

A contrapelo de esa lista de títulos, la mano de Echevarría se revela al escoger libros de toda una generación que se desplegó en los costados del boom: Antonio Di Benedetto, Virgilio Piñera, Osvaldo Lanborguini, Rodolfo Walsh, Jorge Ibargüengoitia o Severo Sarduy, por ejemplo. En el revés, las omisiones también retratan al Echevarría: ni rastros de José Lezama Lima, Mario Benedetti o Jorge Edwards.

Aparte de la ausencia de Edwards (ni siquiera con Persona non grata), la selección chilena tampoco es la más obvia: Donoso, Bolaño, Germán Marín (El palacio de la risa), Pedro Lemebel (Adiós mariquita linda), Roberto Brodsky (Bosque quemado), Rafael Gumucio (Memorias prematuras) y Fuguet (Missing).

Mapa del intercambio literario entre España y Latinoamérica, Los libros esenciales de la literatura en español reconstruye la historia del estallido del boom en los 60, todo lo que ocultó su éxito y cómo fue superado por las nuevas generaciones de autores. También es algo más sencillo: una excelente guía de lectura.

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