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domingo, 3 de junio de 2012

Tópicos literarios por el Departamento de Lengua del Colegio Irabia



            Los tópicos o lugares comunes son esquemas del pensamiento y de la expresión ya prefijados, muchos de ellos procedentes de la literatura antigua greco-latina que, al igual que las figuras retóricas, todavía perduran en la literatura contemporánea. Al margen de muchas figuras retóricas que por su excesivo uso y reiteración se han convertido en elementos tópicos (figuras lexicalizadas: los cabellos rubios de la amada comparados con los rayos del sol, los dientes como perlas, la piel blanca como el mármol, etc.) y de las frases hechas, lexicalizadas, aquí únicamente nos referiremos a los principales temas:

1.- Fugacidad de la vida (Tempus irreparabile fugit).
            Es uno de los más antiguos de la literatura universal. Básicamente consideraremos tópicos a dos tratamientos del tema:

            a) Estoicismo: reflexión sobre la brevedad de la vida y lo absurdo de pretender riquezas o poder, ya que la muerte llega de improviso. La moral estoica concede a la razón una autonomía y un poder casi divinos: es el único medio para afrontar con éxito las adversidades, renunciando a lo material y a lo sensitivo. El estoicismo clásico es fatalista y, en el fondo, panteísta y negador de la inmortalidad del alma. El estoicismo cristiano, doctrina moral surgida entre los humanistas, pretende aunar el rigor del estoicismo clásico con las exigencias del dogma cristiano, también llamado neoestoicismo.

            Séneca, De providentia, II.

            "Nada malo puede pasar a un hombre bueno: no se mezclan las cosas contrarias, ni la naturaleza consiente que en ningún tiempo lo bueno dañe a lo bueno; pues entre los hombres buenos y los dioses hay amistad, cuyo enlace es la virtud (...). Lo que importa no es cuánto sufres, sino cómo lo sufres (...). A medida que el razonamiento avence te demostraré cómo no son males aquellos que lo parecen. Dígote que éstas que tú llamas asperezas, adversidades, abominaciones, son provechosas, primeramente al que las sufre, luego, a la universidad de los hombres."

            b) Epicureísmo: ante la brevedad de la vida, se exhorta a gozar de los placeres de la vida mientras ésta dure. Muestra un punto de vista alegre y jocoso, desenfadado; a veces contiene una reflexión ligeramente angustiada en la que se nos anima al goce porque pronto vendrá la destrucción. Ofrece, además, otros matices más o menos admonitorios y reflexivos. En poesía, la primera visión del tema suele aparecer como carpe diem (de Horacio) -"aprovecha el tiempo" -y el collige, virgo, rosas  (de Ausonio)  -incitación a la brevedad de la belleza de una doncella-.

            Horacio, Odas (I, 5)

            No investigues, pues no es lícito, Leucónoe, el fin que ni a mí / ni a ti los dioses destinen; a cálculos babilonios / no te entregues. ¡Vale más sufrir lo que haya de ser! / Te otorgue Júpiter varios inviernos o solo el de hoy, / que destroza al mar Tirreno contra las rocas, prudente / sé, filtra el vino y en nuestro breve vivir la esperanza / contén. Mientras hablo, el tiempo celoso habrá ya escapado: / goza el día y no jures que otro igual vendrá después."

2.- Fortuna mutabile
            Reflexión sobre los avatares y vueltas de la fortuna, unas veces favorable, otras desfavorable; generalmente se la representa como una rueda que va girando.

            Juan de Mena, Laberinto de Fortuna (X y LVI)

            "Mas bien acatada tu varia mudança, / por ley te goviernas, maguer discrepante, / ca tu firmeza es non ser constante, / tu temperamento es distemperança, / tu más cierta orden es desordenança, / es la tu regla seer muy enorme, / tu conformidat es non ser confforme, / tú desesperas a toda sperança."

            "Bolviendo los ojos a do me mandava, / vi más adentro muy grandes tres ruedas: / las dos eran firmes, inmotas y quedas, / mas la de en medio boltar non çesava; / e vi que debaxo de todas estava / caída por tierra giente infinita, / que avía en la fruente cada qual escripta / el nombre e la suerte por donde passava."

3.- Ubi sunt...?
            Reflexión sobre todos aquellos que han muerto, qué se ha hecho de ellos, de sus casas, sus fiestas, sus ilusiones, su poder,...

            Jorge Manrique, Coplas por la muerte de su padre, XVII.

            "¿Qué se hizieron las damas, / sus tocados e vestidos /sus olores? / ¿Qué se hizieron las llamas / de los fuegos encendidos / d'amadores? / ¿Qué se hizo aquel trovar, / las músicas acordadas / que tañían? / ¿Qué se hizo aquel dançar, / aquellas ropas chapadas / que traían."

4.- Muerte igualatoria
            Reflexión sobre la desigualdad de la fortuna entre los hombres y el envanecimiento de éstos cuando sabemos que al final la muerte nos llegará a todos, igualándonos.

            Danza de la muerte ("La llamada de la muerte")

            "A la danza mortal venid los nacidos / que en el mundo sois, de cualquier estado; / el que no quisiere, a fuerza y amidos / hacerle he venir muy toste priado. / Pues que ya el fraile os ha predicado / que todos vayáis a hacer penitencia, / el que no quisiere poner diligencia / por mí no puede ser más esperado (...)"    

5.- Cualquier tiempo pasado fue mejor
            Añoranza de un pasado que, engañosamente, es visto como un tiempo, si no perfecto (la clásica Edad de oro), sí libre de los males del presente.



            Cervantes, Don Quijote de la Mancha, I, 11.

            "!Dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron el nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío. Eran en aquella santa edad todas las cosas comunes; a nadie le era necesario para alcanzar su ordinario sustento tomar otro trabajo que alzar la mano (...). No había la fraude, el engaño ni la malicia mezclándose con la verdad y llaneza. La justicia estaba en sus propios términos, sin que la osasen turbar ni ofender los del favor y los del interese, que tanto ahora la menoscaban, turban y persiguen."

6.- Nihil novum sub sole
            Asunto de origen bíblico. El hombre se afana y cree descubrir cosas nuevas cuando siempre la vida ha sido igual para todos; nos repetimos constantemente.

            Eclesiastés

            "Todo trabaja, más de cuanto el hombre puede decir, y no se sacia el ojo de ver ni el oído de oir. Lo que fue, eso será. Lo que ya se hizo, eso es lo que se hará; no se hace nada nuevo bajo el sol. Una cosa de que dicen: "Mira esto, esto es nuevo", aun esa fue ya en los siglos anteriores a nosotros, no hay memoria de lo que precedió, ni de lo que sucederá habrá memoria en los que serán después."

7.- Vanitas vanitatum
            De origen bíblico también. El hombre sólo se mueve por vanidad y no se da cuenta de que nada puede hacer por resolver el gran enigma de la creación. A veces el hombre olvida su condición de mortal y se quiere igualar a Dios.

            Eclesiastés

            "Vanidad de vanidades, dijo el Cohelet, vanidad de vanidades, todo es vanidad. ¿Qué provecho saca el hombre de todo cuanto se afana debajo del sol?
            Pasa una generación y viene otra, pero la tierra es siempre la misma. Sale el sol, pónese el sol, y corre con el afán de llegar a su lugar, de donde vuelve a nacer. Tira el viento al mediodía, gira el norte y va siempre rodeado de continuo y torna de nuevo sus giros. Los ríos van todos a la mar y la mar no se llena; allá de donde vinieron tornan de nuevo, para volver a correr."

8.- Locus amoenus
            Lugar idílico donde se desarrolla una acción bella; generalmente se trata de un verde prado en primavera, de aguas dulces y claras, con pajarillos, etc.

            Garcilaso de la Vega, Égloga III, 8

            "Cerca del Tajo, en soledad amena, / de verdes sauces hay una espesura / toda de hiedra revestida y llena, / que por el tronco va hasta la altura / y así la teje arriba y encadena / que el sol no halla paso a la verdura; / el agua baña el prado con sonido, / alegrando la vista y el oído."

            En ciertas ocasiones, sin embargo, aparece el tema llamado "Late anguis in herba" de origen virgiliano. Es un aviso para los confiados: el peligro, el mal, pueden aparecer en cualquier parte, preferentemente en los lugares aparentemente bellos.
           
9.- Beatus ille
            Feliz aquel que logra aislarse de la vanidad humana y vive en contacto con la naturaleza, lejos de la ciudad, sin preocupaciones mundanas, intrigas ni pasiones.
            El tópico se extiende hacia otras dos versiones: "menosprecio de corte y alabanza de aldea" y la "aurea mediocritas" -elogio de la vida sobria, discreta y sin pretensiones-.

            Horacio, Épodos, II

            Feliz aquel que, sin negocio alguno, / como los hombres de antaño / los campos paternos con su yunta labra / libre de usura, al que nunca / despierta en las filas clarín truculento, / quien no teme al mar airado / y el foro rehuye y umbrales soberbios / de ciudadanos ricos, / (...)

            Fray Luis de León, Canción a la vida solitaria

            ¡Qué descansada vida / la del que huye del mundanal rüido, / y sigue la escondida / senda, por donde han ido / los pocos sabios que en el mundo han sido! / Que no le enturbia el pecho / de los soberbios grandes el estado / ni el dorado techo / se admira, fabricado / del sabio moro, en jaspes sustentado (...)

10.- Captatio benevolentiae
            El autor, poeta, pide al público que sea benevolente con él y con su obra, pues a pesar de sus imperfecciones ha trabajado con buena voluntad.

            Cervantes, Don Quijote de la Mancha, I, prólogo.

            "Desocupado lector: sin juramento me podrás creer que quisiera que este libro, como hijo del entendimiento, fuera el más hermoso, el más gallardo y más discreto que pudiera imaginarse. Pero, no he podido yo contravenir al orden de naturaleza; que en ella cada cosa engendra su semejante. Y así, ¿qué podrá engendrar el estéril y mal cultivado ingenio mío sino la historia de un hijo seco, avellanado, antojadizo y lleno de pensamientos varios y nunca imaginados de otro alguno, bien como quien se engendró en una cárcel, donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación?"

11.- Invocación a las Musas
            El poeta busca la ayuda de las diosas protectoras de las artes; es frecuente que antes de empezar un canto el poeta se dirija a ellas para que le favorezcan.
           
            Homero, Ilíada (Canto I)

            "Canta, ¡oh Musa! la cólera de Aquiles, hijo de Peleo; cólera funesta, que causó tantas calamidades a los aqueos, que precipitó en los infiernos las vigorosas almas de multitud de héroes, y que entregó sus cuerpos a la presa de los perros y de las aves todas. De este modo se cumplía la voluntad de Zeus, desde el día en que se separaron, después de una viva discusión, Agamenón, rey de los hombres, y el divino Aquiles."

12.- Homo viator
            Nuestra vida es como un camino sobre el que nunca hemos de volver.

            Dante, La Divina Comedia, Canto I

            "A mitad del camino de la vida me encontré en una selva oscura por haberme apartado de la recta vía.
            ¡Ah!, cuán difícil me resultaría decir lo salvaje, áspera y espesa que era aquella selva, que sólo el recordarlo me produce pavor. Era aún más triste que la muerte. Mas para hablar del bien que allí encontré, narraré las otras cosas que vi (...)."

13.- La vida como un río
            Variación del anterior. Nuestra vida es como un río que va a dar al mar, que es la muerte.

            Jorge Manrique, Coplas por la muerte de su padre, III.

            "Nuestras vidas son los ríos / que van a dar en la mar, / qu'es el morir; / allí van los señoríos / derechos a se acabar / e consumir; / allí los ríos caudales, / allí los otros medianos / e más chicos, / allegados, son iguales / los que viven por sus manos e los ricos."

14.- La vida como sueño, máscara, teatro o representación
            En la vida los hombres soñamos o bien representamos un papel como en el teatro, pero que no es vida verdadera, ya que nosotros somos como muñecos de trapo, "guiñol", que alguien (Dios) mueve a su antojo y al final tenemos que dejar de representar para morir. Algunos se "creen" el papel y se envanecen si les ha tocado ser reyes, príncipes, etc. Este tema alude al absurdo de la vida humana y lo grotesco de la existencia, sobre todo de los vanidosos.

            Juan Boscán

            "Dulce soñar y dulce congojarme, / cuando estaba soñando que soñaba; / dulce gozar con lo que me engañaba, / si un poco más durara el engañarme / (...) Durmiendo, en fin, fui bienaventurado; / y es justo en la mentira ser dichoso / quien siempre en la verdad fue desdichado."

            Calderón de la Barca, La vida es sueño, II, 19.

            Sueña el rico en su riqueza, / que más cuidados le ofrece; / sueña el pobre que padece / su miseria y su pobreza; / sueña el que a medrar empieza, / sueña el que afana y pretende, / sueña el que agravia y ofende, / y en el mundo, en conclusión, / todos sueñan lo que son, / aunque ninguno lo entiende. / (...) ¿Qué es la vida? Un frenesí. / ¿Qué es la vida? Una ilusión, / una sombra, una ficción, / y el mayor bien es pequeño; / que toda la vida es sueño, / y los sueños, sueños son."

15.- Somnis imago mortis
            Estar dormido es como estar muerto: ausencia de la conciencia.

            W. Shakespeare, Hamlet, III, 1.

            "Ser o no ser: he ahí el dilema. ¿Qué es más noble: sufrir en el ánimo los golpes y flechazos de la insultante Fortuna, o alzarse en armas contra un mar de agitaciones, y, enfrentándose con ellas, acabarlas? Morir, dormir, nada más, y, con un sueño, decir que acabamos el sufrimiento del corazón y los mil golpes naturales que son herencia de la carne. Esa es una consumación piadosamente deseable: morir, dormir; dormir, tal vez soñar: sí, ahí está el problema, pues tiene que preocuparnos qué sueños podrán llegar en ese sueño de muerte..."

16.- Que el mundo se compadezca del dolor del poeta
            El poeta, en medio de su desesperación amorosa, conmueve a todo el mundo con su canto.

            Garcilaso de la Vega, Égloga I, 15.

            "Con mi llorar las piedras enternecen / su natural dureza y la quebrantan; / los árboles parece que se inclinan; / las aves que me escuchan, cuando cantan / con diferente voz se condolecen / y mi morir cantando me adivinan; / las fieras que reclinan / su cuerpo fatigado / dejan el sosegado / sueño por escuchar mi llanto triste: / tú sola contra mí te endureciste, / los ojos aún siquiera no volviendo / a los que tú hiciste / salir, sin duelo, lágrimas corriendo."

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