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viernes, 19 de octubre de 2012

'Bevilacqua y Chamorro, los guardias civiles que han dado el Planeta a Lorenzo Silva' por Luís Martínez González


Una peculiar pareja más parecida a don Quijote y Sancho que a Watson y Holmes
Lorenzo Silva
Lorenzo Silva, creador de Bevilacqua y Chamorro
Aunque la narrativa policíaca es uno de los géneros más populares, sobre todo cuando se trata de una serie protagonizada por los mismos detectives –basta recordar al Holmes y Watson de Arthur Conan Doyle-, a veces el éxito obtenido sorprende al propio escritor. Algo de ello le ha sucedido a Lorenzo Silva (Carabanchel, 1966) con ya famosa pareja de guardias civiles, que le han proporcionado numerosos reconocimientos. Entre ellos, el Premio Ojo Crítico en 1998, el Nadal en 2000 y –de momento, el último de ellos- el Planetahace tan sólo unos días.
Él mismo lo reconoce cuando señala acerca de la primera novela de la saga que la escribió en treinta y cuatro días que “han sido los treinta y cuatro días más fructíferos de mi vida, porque en ellos les di forma novelesca al sargento Rubén Bevilacqua y la guardia Virginia Chamorro, que no han dejado de traerme suerte desde que nacieron”. Y es que Silva no debía estar del todo seguro del éxito de la peculiar pareja, pues continúo trabajando en el bufete de abogados donde lo venía haciendo hasta el año 2002, es decir, que lo abandonó cuatro años después de la publicación de ‘El lejano país de los estanques’, primera entrega de la serie y cuando ya habían aparecido otras dos novelas: ‘El alquimista impaciente’ y ‘La niebla y la doncella’. Además, por entonces, ya había recibido dos de los premios citados y vendido miles de ejemplares.
No obstante, tales dudas deben achacarse a la inseguridad típica del escritor, pues Bevilacqua y Chamorro son dos personajes bien construidos y con el marchamo de calar hondo en los lectores. Más parecidos a don Quijote y Sancho que a los citados Holmes y Watson –en palabras del propio Silva-, se complementan a la perfección. Rubén Bevilacqua, nacido en Uruguay hace cuarenta y pico años, es Licenciado en Psicología aunque, con buen ojo, prefirió entrar en la Guardia Civil en vez de dedicarse a la profesión que había estudiado, en la que probablemente estaría en el paro. Desde ‘La estrategia del agua’ –sexta entrega de la saga- ostenta la categoría de brigada.

Estuvo casado y tiene un hijo adolescente y, por su formación académica, se aleja bastante del tipo histórico de miembro de la Benemérita. Si bien ha perdido gran parte de su fe en la Justicia, conserva aún cierto idealismo, del que nos da idea el hecho de que, en su colección de soldaditos de plomo, sólo admite unidades pertenecientes a ejércitos derrotados, pues “cuando el arte se pone al servicio de la victoria, se convierte en algo obsceno”.
Coche de la Guardia Civil
Bevilacqua y Chamorro pertenecen a la Guardia Civil
Por su parte, Victoria Chamorro es más joven que su compañero, frente al que –como Sancho- representa lasensatez. Hemos asistido a toda su carrera, desde que salió de la academia hasta el presente, en que se ha convertido en sargento. Ella aún conserva, no obstante, la fe en la Justicia y su afición secreta es la Astronomía. Aunque bastante tímida, es práctica y decidida. Últimamente, se ha unido a la pareja Juan Arnau, guardia en prácticas bajo la supervisión de Bevilacqua, que lo hace objeto de sus ironías. Todos ellos trabajan en la Unidad Central Operativa, una división de élite dedicada a investigar los casos más difíciles.
Ya lo era el del asesinato de una joven austríaca cuyo cadáver aparece en un chalet de Mallorca, asunto de ‘El lejano país de los estanques’ (primera novela de la serie). Para averiguar que ha sucedido, Bevilacqua y Chamorro deben convivir sin levantar sospechas entre nudistas alemanes, turistas con mucha sed y mafiosos de la zona. Desde entonces, la pareja de sabuesos no ha hecho sino crecer y ganar en calidad literaria. No en balde, su última aventura, ‘La marca del meridiano’, ha proporcionado a Lorenzo Silva el Premio Planeta del presente año.
Fotos: UNED y Tjeerd.

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