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viernes, 26 de octubre de 2012

Marías dice 'no quiero' a Cultura por Winston Manrique Sabogal


Lo había dicho y escrito en varias ocasiones: “No recibiré ningún premio institucional”. Solo le faltaba a Javier Marías cumplir con su palabra. Y ayer lo hizo. Al escritor y académico de la RAE, la noticia de que había ganado el Premio Nacional de Narrativa por su novela Los enamoramientos (Alfaguara) no le cayó demasiado bien. O le cayó a la perfección para eso, para cumplir con lo dicho y escrito. Consecuencia lógica de todo ello, rechazó educada pero tajantemente el galardón,concedido por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y con una cuantía económica de 20.000 euros que, ahora, se quedarán en la necesitada hucha ministerial.
Una sorpresa más que le depara la novela de la que Javier Marías (Madrid, 1951) aún se siente inseguro y con dudas. A pesar de que ha tenido el favor del público y de la crítica y que ya han sido vendidos sus derechos a más de veinte idiomas. Pero él cree que debe ser consecuente y coherente con su actitud de los últimos años. Una postura de rechazo al premio que aunque tiene una razón clara, está rodeada de otras tres. Las desveló, poco a poco, desde las seis de la tarde en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, a donde llegó vestido de negro y camisa blanca, tras andar unos veinte minutos desde su céntrica casa bajo un cielo plomizo en tregua con la llovizna.
Una vez en el salón Ramón Gómez de la Serna, y frente a medio centenar de periodistas, Marías sacó del bolsillo de la chaqueta una hoja blanca doblada en cuadro partes. La desdobló y empezó a leer los motivos con voz clara y templada:

“No quiero ser visto como un autor favorecido por este o aquel Gobierno”
“Ante la noticia de que mi novela Los enamoramientos ha sido distinguida con el Premio Nacional de Narrativa de este año, quisiera agradecer profundamente, antes de nada, la gentileza y la generosidad de los miembros del jurado por haberla tenido en tanta consideración.
Al ser este un galardón institucional, oficial y estatal, otorgado por el Ministerio de Cultura, no me es posible, sin embargo, aceptarlo. Lamentaría que esta postura mía se viera como un desdén hacia nadie. No lo es. Se trata solamente de una cuestión de consecuencia. Es decir, de mi deseo de ser consecuente.
Desde hace muchos años no he aceptado ninguna invitación de los institutos Cervantes, ni del Ministerio de Cultura, ni siquiera de las Universidades públicas o de Televisión Española. Durante todo este tiempo he esquivado a las instituciones del Estado, independientemente de qué partido gobernara, y he rechazado toda remuneración que procediera del erario público. (...) Y en verdad lamento no poder aceptar lo que en otras épocas habría sido tan sólo motivo de alegría".
Terminada la lectura llegaron las preguntas y las respuestas. Recordó el escritor y académico que es una decisión coherente con otras porque este año ya rechazó un premio oficial, que no reveló, dotado con 15.000 euros (“Este año ya he rechazado dos premios con un total de 35.000 euros. No sé si estoy siendo muy sensato”). E hizo otra confesión: el año pasado pidió a sus colegas académicos de la RAE que barajaban su nombre como candidato al Premio Cervantes que no lo hicieran. Y cuando uno de los tomos de su trilogía de Tu rostro mañana sonó para el Nacional de Narrativa, le dijo a su editora que no lo recibiría. Una postura que tiene clara desde 1995.

Los motivos

El revuelo causado por la decisión de ayer en todos los medios de comunicación y en las redes sociales que apoyaban y aplaudían su decisión, incluso sin saber los motivos, sorprendió a Marías. Varios miembros del jurado se han mostrado sorprendidos. Marcos Giralt Torrente, ganador el año pasado por Tiempo de vida dice que “con esto Marías contribuye a devaluar uno de los pocos premios que, con equivocaciones o aciertos, no están vinculados a en España a intereses editoriales”.
Para el autor de Los enamoramientos las sensaciones son contradictorias, primero por que es un halago y segundo porque no cree que deba ni pueda recibir un galardón oficial: “Sería una sinvergonzonería por mi parte aceptar ahora un premio cuando he estado tantos años diciendo que no lo recibiría. No quiero prestarme a estar involucrado en cualquier tipo de sospecha o de recibir favores. Es una actitud consecuente. Sería indecente aceptarlo”.
Preguntado sobre si había algún motivo político en su postura, él que ha sido tan crítico con el gobierno de Rajoy y con los recortes a la Cultura, Javier Marías dijo: “No exactamente. Mi postura viene de antiguo y no tiene que ver con quien gobierne. El Estado no tiene que darme nada por ejercer mi tarea de escritor que es algo que he elegido yo por propia iniciativa”. Pero dos segundos después reconoció: “Quizá este momento, por toda la situación política, añade otro motivo más para mi decisión”.
¿Y por que no aceptarlo como reivindicación positiva y donar el dinero? “Hubiera sido demagógico. Ellos sabrán qué hacer con el dinero, o darlo a las bibliotecas públicas, cuyo presupuesto es cero”.
Apareció, entonces, un tercer motivo: Su padre. El hecho de que Julián Marías, gran ensayista que falleció a los 91 años, nunca recibió el premio de Ensayo, por lo cual considera que no debe ni puede recibirlo él tampoco. Así lo recordó en un artículo de junio de 2011 en su columna de El País Semanal. Un momento emotivo en el que evocó a grandes autores españoles que nunca recibieron premios, como Juan Benet, Jaime Gil de Biedma o Juan García Hortelano. No olvidó a aquellos autores contemporáneos a los que también los premios han sido esquivos como Eduardo Mendoza o Enrique Vila-Matas. Eso no significa, aclaró Marías, que los galardones oficiales no hayan reconocido a importantes autores como el Cervantes a Juan Marsé o Rafael Sánchez Ferlosio (“que está más allá del bien y del mal”), o el Nacional a Antonio Muñoz Molina.

La votación

La posibilidad de que Javier Marías rechazara el Premio Nacional de Narrativa sobrevoló ayer por la mañana la reunión de los 11 miembros del jurado, formado por personalidades del mundo de las letras. “Todo el mundo dio por supuesto que lo aceptaría, pero alguien preguntó qué pasaría si no era así”, recordaron varios jueces del galardón. La respuesta a esa posibilidad llegó de parte de las dos representantes de Cultura (que cuenta con voz, pero sin voto): “Marías sólo rechaza los viajes subvencionados”. Se trataba de la presidenta del jurado -la directora general de Políticas e Industrias Culturales y del Libro, Teresa Lizaranzu-, y la vicepresidenta -la subdirectora general de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas, Mónica Fernández. Sí hubo un debate, pero los miembros del jurado y fuentes del Ministerio aseguran que la decisión final se adoptó teniendo en cuenta “solo criterios estrictamente literarios”. Poco antes del mediodía, la novela de Marías ganaba por mayoría.
Este nuevo capítulo de la vida de Los enamoramientos empezó hace un par de semanas. Fue cuando los miembros del jurado recibieron un correo electrónico del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte en el que se les pedía que sugirieran dos novelas candidatas, “excepcionalmente tres”. El número final de candidatos fue “de entre 15 y 20 nombres”. La decisión final se dio ayer en un salón de la quinta planta de la subsecretaría de Estado de Cultura en su sede de la Plaza de las Cortes, de Madrid. Alrededor de una mesa se inició una ronda de votaciones con sobre cerrado en la que se fueron dejando fuera candidatos. En total fueron ocho votaciones. “Primero se vota a cinco nombres, luego a cuatro, luego tres y luego dos. En cada una de esas votaciones fueron cayendo candidatos, en la primera tanda quien tenía cero o solo un voto, en la siguiente los que solo tenían cero, uno, o dos votos, y así sucesivamente. Al final quedaron dos nombres. Las dos o tres novelas finales eran muy buenas”. Y ganó Los enamoramientos.
Los delegados del Ministerio pidieron no divulgar la noticia y esperar un par de horas, para dar tiempo a comunicar al ganador e informar al ministro José Ignacio Wert. Pero, poco antes de la una de la tarde, EL PAÍS dio la exclusiva en su edición digital. Luego, antes de la hora de la comida, una delegada del ministerio habló con Marías, quien le explicó los motivos por los cuales declinaba el premio. Silencio. Poco después de las tres de la tarde, EL PAIS anunciaba otro vuelco en la noticia al anunciar que Marías rechazaba el galardón. El teléfono del escritor no dejaba de sonar con múltiples felicitaciones unas por el premio, otras por rechazarlo y unas cuantas por los dos. Las redes sociales empezaron a hacer lo mismo.
Hacia las cinco y media, Javier Marías, atravesó andando el centro, subió a la quinta planta del Círculo de Bellas Artes, y entró en la sala Ramón Gómez de la Serna donde contó la alegría y la pena por no aceptar el premio para Los enamoramientos. Es su novela número 11, o 13 si se cuentan de manera individual los tomos de su trilogía Tu rostro mañana. Precisamente esta es la novela que él considera la mejor de su obra, y junto a ella otras como Corazón tan blanco, Mañana en la batalla piensa en mí y Negra espalda del tiempo. “Pero el propio autor es el peor juez de lo que hace”.
Casi una hora después de preguntas, la sala quedó vacía y ante la pregunta de si su decisión de ayer podía ser negativa para posibles nuevos premios internacionales, Marías insistió en que no porque su posición es sobre los premios oficiales en España. En total, él ya ha recibido una veintena de galardones nacionales e internacionales. La penúltima distinción simbólica es que este otoño ha entrado a formar parte de la selecta colección de Modern Classics de la editorial británica Penguin.
¿Y esta decisión de rechazar premios oficiales en España no afectaría a una posible candidatura al Nobel, donde su nombre suele aparecer en las quinielas y apuestas? “La Academia sueca, que yo sepa, no tiene ningún motivo para concederme el premio. Y no tengo que preocuparme por algo que no va a suceder”.
* Con información de Antonio Fraguas

Entre la tristeza y la sorpresa

ANTONIO FRAGUAS
Las 11 “destacadas personalidades del ámbito de las letras” que el Ministerio de Cultura designó como miembros del jurado para fallar ayer el ganador del Premio Nacional de Narrativa no podían sospechar que el escritor madrileño Javier Marías, galardonado por su novela Los enamoramientos (Alfaguara), fuera a rechazar la distinción.
Marcos Giralt, que formó parte del jurado en calidad de ganador de este mismo galardón el año pasado por su novela Tiempo de vida, siguió en vídeo el final de la rueda de prensa que Marías ofreció ayer por al tarde en Madrid. Giralt expresó su decepción por vía telefónica: “Con esto contribuye a devaluar uno de los pocos premios que, con equivocaciones y aciertos, no están vinculados en España a intereses editoriales. Siento tristeza por quien podía haberlo ganado en su lugar”.
“Respetando las razones por las que los pueda rechazar, me parecería más útil que hubiese aceptado el premio y destinado el dinero a la caridad o a una organización que represente su desacuerdo político. Los miembros del jurado no representan a ningún Gobierno. Los representantes del Gobierno tienen voz pero no voto. El dinero se lo da el Estado, pero el premio se lo da un jurado”, ha añadido Giralt.
Darío Villanueva, secretario general de la Real Academia Española se declaraba “muy sorprendido” antes de entrar a una reunión de esa institución: “El jurado hizo lo que tenía que hacer. Hubo ocho votaciones y al final de esas votaciones se eligió a Marías por una amplia mayoría. Salí muy satisfecho del comportamiento del jurado, hubo debate no agrio pero sí intenso. Pienso que esta novela merecía este premio”. En el mismo sentido se expresó Jon Kortazar, jurado a propuesta de la Real Academia de la Lengua Vasca: “Me parece una magnífica novela que merecía el premio”.
La periodista Soledad Gallego-Díaz, miembro del jurado por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España, señaló: “Los enamoramientos’ estuvo entre las favoritas desde el primer momento y la hemos elegido porque nos parecía la mejor”.

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