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sábado, 3 de noviembre de 2012

Cambio de género con cambio de significado (Blog de lengua española)



En español tenemos unos cuantos pares de sustantivos en los que un cambio de género va asociado a un cambio de significado. Esto es lo que ocurre, por ejemplo, con el orden (‘colocación, arreglo’) y la orden (‘mandato’). No es lo mismo, consecuentemente, el orden del día, que es la relación de asuntos que se han de tratar en una reunión, que la orden del día, que son las instrucciones de un superior que habremos de cumplir durante la jornada.
Veamos unos cuantos más:
—El margen es el espacio que dejamos en blanco a los lados de una hoja, mientras que la margen es la orilla, normalmente de un río, aunque también puede serlo de un campo o de un camino.
—El pez es un animalito que vive feliz en el agua, mientras que la pez es una sustancia oscura y viscosa que se utiliza para impermeabilizar.
—Si te ponen un terminal, te han instalado un teléfono o algo por el estilo; pero si te ponen una terminal te han construido como mínimo un aeropuerto.
—El cólera es una enfermedad (que asociamos con el amor desde que García Márquez publicó su novela), pero la cólera es una pasión. Algunos la toman por montura: montan en cólera.
—En clase de lengua siempre nos recalcan la importancia de la coma para una buena redacción, pero saltarse una nunca tendrá la gravedad que reviste el coma clínico.
—El editorial es el artículo de un diario en el que la redacción de este fija su posición respecto de algún asunto de actualidad. La editorial, por su parte, es la empresa que se dedica a publicar.
—Los curas son sacerdotes, pero eso no convierte a las curas en sacerdotisas. Estas siguen siendo los cuidados que se nos prodigan para que sanemos.
—Los cometas y las cometas surcan el cielo, pero si los unos lo hacen a distancias astronómicas, las otras apenas se alzan unos metros por encima de nuestras cabezas; es más, las llevamos sujetas por un cordelito.
—El frente es un lugar donde no conviene dejarse ver si estamos en medio de una guerra (hay que evitar, sobre todo, la primera línea). La frente nunca será igual de conflictiva por muchos quebraderos de cabeza que se escondan detrás de ella.
—Por la pendiente nos deslizamos. El pendiente se desliza como mucho por la oreja.
—El parte es un informe, pero la parte es un trozo.
—El corte es un tajo, una herida. A nadie le gusta que se lo den (incluido el de mangas). ¿A quién le disgustaría, en cambio, andar por la corte codeándose con la nobleza?
—El doblez es el resultado de doblar algo, mientras que la doblez es la condición de ser doble, de tener dos caras y ser, por tanto, taimado, traicionero, poco de fiar.
Ahora ya en serio: No hay que confundir estos pares con los denominados nombres ambiguos en cuanto al género, en los que el cambio de género no da lugar a un cambio de significado.
De todas formas, lo mejor es que hagas unos ejercicios para practicar.

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