“En
la actualidad, todavía es frecuente oír hablar a ciertos psicólogos de la
desigualdad mental de las razas humanas y de las clases sociales. Por de
pronto, es preciso enfrentarse con algunos hechos innegables y tratar de
interpretarlos. Así, por ejemplo, es cierto que la población negra de los
Estados Unidos posee, como conjunto, un coeficiente intelectual inferior al de
la población blanca, y también es igualmente cierto que las puntuaciones que
los hijos de los obreros alcanzan en las pruebas de inteligencia son, en
términos de promedios estadísticos, inferiores a las que consiguen en las
mismas pruebas los hijos de empresarios, intelectuales y altos funcionarios.
Estos
datos son, sin duda, innegables, pero hay que interpretarlos. En realidad,
tales datos no prueban lo que con ellos se pretende probar. Su valor es el
mismo que tendrían unas estadísticas en que se demostrara que los hijos de las
familias acomodadas, donde se come bien, están mejor nutridos que los hijos de
familias pobres, donde se pasa hambre; las diferencias de peso entre unos y
otros podrán ser tan dramáticas como se quiera, pero no probarán sino que unos
comen bien mientras que otros pasan hambre.
Por
de pronto hay que constatar que las llamadas pruebas de inteligencia no miden
exclusivamente la capacidad intelectual innata de los individuos; son pruebas
contaminadas por la cultura, en el sentido de que, además de la inteligencia
“natural” miden también el nivel de conocimientos que el sujeto ha adquirido en
virtud de su educación. Las llamadas pruebas de inteligencia pura no existen,
entre otras cosas porque la inteligencia humana no es una capacidad vacía, sino
una capacidad que se actualiza siempre en una cultura concreta. Por
consiguiente, los niños que han recibido una educación inferior se hallan, como
es natural, en inferioridad de condiciones para contestar a unas pruebas que
presuponen unos conocimientos culturales.
Dadas
tales condiciones, lo lógico para averiguar si en efecto, las razas “de color”
o las “clases bajas” son mentalmente inferiores a la raza blanca y a las clases
altas, debe consistir en algo más que la constatación de unas diferencias que
obedecen a la diversidad de condiciones culturales.
Efectivamente,
se han hecho numerosos experimentos que ponen de manifiesto que en igualdad de
condiciones educativas, las diferencias raciales y sociales son, por término
medio, inexistente.
La
conclusión, por tanto, es evidente: el rendimiento intelectual de las distintas
razas y clases sociales podrá variar a tenor de las circunstancias, pero la
capacidad de todas ellas parece ser básicamente la misma, a despecho del color
de la piel o del estrato social.”
José
Luis Pinillos. La mente humana.
1c) indique qué tipo de texto es (0,25 puntos).
Como se aprecia, el texto es un texto humanístico, dentro de las Ciencias Sociales, pues trata materias relacionadas con la antropología y la psicología. Adopta una forma expositiva (se aportan datos y explicaciones), pero sobre todo es argumentativa porque el autor defiende una tesis. Podemos decir que se trata de un texto divulgativo, esto es, el autor se esfuerza porque el mensaje pueda ser entendido sin dificultad por cualquier lector medio, y por su carácter libre, la combinación de exposición y argumentación, así como su propósito didáctico, es un ensayo.
Como se aprecia, el texto es un texto humanístico, dentro de las Ciencias Sociales, pues trata materias relacionadas con la antropología y la psicología. Adopta una forma expositiva (se aportan datos y explicaciones), pero sobre todo es argumentativa porque el autor defiende una tesis. Podemos decir que se trata de un texto divulgativo, esto es, el autor se esfuerza porque el mensaje pueda ser entendido sin dificultad por cualquier lector medio, y por su carácter libre, la combinación de exposición y argumentación, así como su propósito didáctico, es un ensayo.
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