El texto de un correo electrónico se suele iniciar con un saludo o encabezamiento. Esta es una parte fundamental del mensaje porque nos va a ayudar a conectar con nuestro lector o, si fracasa, nos va a indisponer con él.
El tono de la correspondencia electrónica tiende a ser más informal que el de las cartas, pero aun así debemos estar atentos al grado de confianza que tenemos con el destinatario. Cuando nos dirigimos a un amigo, el saludo más frecuente es un simple hola. No obstante, hay que tener cuidado con un par de cuestiones ortográficas:
Hola, Sisebuto:
Oye, que no te olvides de traerte mañana el libro [...]
En este ejemplo, el encabezamiento ocupa su propia línea. Entre el saludo hola y el nombre hay una coma. Esa coma hace falta por dos motivos. Primero porque hola es una interjección y, como es bien sabido, estas se aíslan entre comas. Y segundo porque el nombre que aparece en esa posición es un vocativo y para señalarlo como tal es necesaria la coma. Por tanto, el omitirla es una doble falta de ortografía. Fíjate además en que la línea de encabezamiento termina con dos puntos y que este es uno de los casos en que después de dos puntos se escribe mayúscula. Esto es lo que viene marcado por la tradición hispánica. El poner una coma en lugar de los dos puntos es una copia del inglés que debemos evitar.
El saludo se puede integrar a veces en el primer párrafo, sobre todo si el texto es breve (el famoso correo de un solo párrafo). En ese caso, tenemos que poner comas por los motivos que acabamos de exponer. Este estilo es más informal aún que el anterior:
Hola, Sise, que no te olvides mañana de traerte el libro [...]
Cuando nos dirigimos a personas que no son nuestros amigos, ya nos tenemos que pensar mejor lo que ponemos. Ahora sí que se impone el encabezamiento en línea aparte y con dos puntos al final. Una fórmula neutra es la siguiente:
Estimado Amadeo:
En respuesta a su pregunta sobre nuestra nueva promoción de viviendas…
Aquí combinamos la fórmula estimado con el nombre de pila. Si es una persona a la que tutearíamos en un encuentro cara a cara, la podemos tutear. En caso de duda, más vale emplear el usted, aunque la cuestión del tuteo y los tratamientos está evolucionando muy deprisa en el mundo hispánico.
Si necesitamos más formalidad, ya tenemos que pasar a utilizar el apellido acompañado de algún tratamiento. Pongo solo dos ejemplos:
Estimada señora Santana:
Estimada profesora Navas:
Aquí tienes que observar dos cosas:
1. En la línea de saludo, no debes abreviar el tratamiento. En el cuerpo del mensaje, sí; pero aquí se escribe con todas sus letras.
Se puede omitir el apellido, pero esto hoy día es menos frecuente:
Estimada señora:
Estimada profesora:
Naturalmente que se pueden utilizar fórmulas y tratamientos más formales todavía; pero, por la propia naturaleza del correo electrónico, es raro que tengamos ocasión de hacerlo. Con estas breves notas cubrimos el 99,9 % de los casos.
En el área de los saludos y los tratamientos se entrecruzan lo lingüístico, lo social y lo cultural. Sería interesante saber cuáles son los usos más frecuentes en los diferentes países hispanohablantes. Cuéntanoslo en los comentarios. Aprenderemos todos.
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