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viernes, 17 de enero de 2014

Tema 8 – La prosa narrativa del siglo XVI (Temas de literatura de 1º de Bachillerato)


Durante el siglo XVI el género narrativo tiene un éxito sin precedentes, destacando una novela idealista de ficción que era utilizada como entretenimiento por esos nobles y burgueses que empiezan a interesarse por la cultura en ese siglo. En el siglo XVI la novela se establece como género literario definitivamente. Lo más importante fue la aparición de las primeras novelas de tipo realista (picaresca), y que se enfrentaban a la excesiva idealización de la novela pastoril o la bizantina.

La prosa narrativa del siglo XVI presenta una gran variedad en la que destacan diversos géneros novelísticos caracterizados por su tono idealista y cuya finalidad era servir de entretenimiento a la nobleza y la burguesía.

Los principales géneros novelísticos renacentistas son:

1.    Novela de caballerías. Narra las aventuras de un caballero andante que recorre el mundo enfrentándose a seres fantásticos en defensa de la justicia y la lealtad, y para demostrar el amor a su dama. Destaca el Amadís de Gaula.

2.    Novela bizantina. Narra las aventuras de una pareja de jóvenes enamorados que se ve obligada a separarse, emprendiendo un largo viaje para reencontrarse. A lo largo del viaje se enfrentarán a peligrosas aventuras. Destaca Los trabajos de Persiles y Sigismunda, de Cervantes, aunque es del siglo XVII.

3.    Novela pastoril. En estas obras, en las que apenas hay acción, unos pastores cultos e idealizados cuentan sus desventuras amorosas en una naturaleza idílica. Destaca La Diana, de Montemayor, y La Galatea, de Cervantes.

4.    Novela morisca. Narra aventuras entre moros y cristianos en los tiempos de la Reconquista. El ejemplo más destacado es la anónima Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa.


Todos estos subgéneros novelísticos se caracterizan por su tono idealista, que implica una serie de características comunes:

1. Aparecen personajes y sucesos inverosímiles (pastores cultos, sucesos maravillosos...).
2. Ambientes y paisajes idealizados según los gustos de la época: naturaleza idealizada, gusto por parajes exóticos y lejanos.
3. Abundancia de estereotipos: caballero andante siempre heroico, pastores siempre son cultos...

Por otro lado, tenemos la novela picaresca, muy distinta a las anteriores, por su tono realista. La literatura castellana acogió el género picaresco durante un periodo de unos cien años. Las dos principales novelas de este subgénero (el Lazarillo --anónimo--, y el Guzmán de Alfarache --de Mateo Alemán--), fueron publicadas en el siglo XVI, pero la mayoría ya pertenece al siglo XVII.

La novela picaresca consiste en una narración autobiográfica, pero habitualmente ficticia. Está contada en primera persona. El protagonista-narrador es un personaje que vive en la marginalidad, próximo o introducido en la delincuencia, según los casos, pero la mayoría de las veces totalmente inmerso en ella.

La novela picaresca se desarrolla en episodios, en las cuales la vida del pícaro presenta distintas situaciones o etapas. A través de ellas se va descubriendo su realidad social, pero de forma cómica e incluso satírica a veces. Estas situaciones suelen estar conducidas por la miseria y el hambre, algo que resultaba real y extendido en la época, no sólo por toda la Península Ibérica, sino también por el resto de Europa. Los lectores no se sentían ajenos a esas situaciones, pues las conocían e identificaban con el vivir de sus contemporáneos, de ahí que las narraciones, aunque ficticias, tuvieran un fuerte componente de credibilidad.

Originalmente la novela picaresca constituyó también una forma de protesta contra aquella sociedad española, cuyas máximas virtudes descansaban en el honor y la limpieza de sangre.

Aparte de los señalados, las novelas picarescas tuvieron sin embargo pocos rasgos más en común. Así, la condición social de cada autor y las personalidades eran muy diferentes, e igualmente lo eran las intenciones de sus obras. Tales intenciones apenas coinciden en algo, por ejemplo, entre las del autor anónimo del Lazarillo --posiblemente un judío converso--, y las de Quevedo (Historia de la vida del Buscón llamado Don Pablos), o Mateo Alemán (el Guzmán de Alfarache).

En unos casos se utilizaba al pícaro para satirizar, burlar y criticar la sociedad en la que se desenvolvía; en otros constituía un medio moralizador y forma de expresar la moraleja, tras el escarmiento del pícaro por sus malas andanzas.

A mediados del siglo XVI se publica El Lazarillo de Tormes (1554), una obra anónima y que inició el género conocido como novela picaresca. El Lazarillo es una obra realista de crítica social que contrasta con la novela idealista de moda en la época.

Debemos destacar los siguientes elementos del Lazarillo:
Autor. Aunque hay diversas teorías lo cierto es que se desconoce el autor de la obra, ya que ocultó conscientemente su nombre por las críticas que hace a la Iglesia en el libro.

Argumento. Toda la obra está estructurada como una enorme carta que Lázaro escribe a un personaje desconocido al que se refiere como “Vuestra Merced” para explicarle su situación actual en la que corren rumores sobre la infidelidad de su mujer con el Arcipreste que le da trabajo. Para que se entienda esta situación, Lázaro relata los aspectos más importantes de su vida: sus orígenes humildes y sus vivencias con diferentes amos, entre los que destacan un ciego cruel, un clérigo avaricioso y un escudero pobre obsesionado por la honra.

Estructura. La obra se divide en un prólogo y siete tratados, en los que Lázaro sirve a varios amos, narrándose, con gracia e ingenio, no exentas de dureza, sus estancias con cada uno de ellos. Su extensión es muy diferente, ya que los tres primero son mucho más largos, posiblemente porque son los más importantes, ya que forman el carácter y la personalidad del protagonista.

Algunos rasgos de El Lazarillo se convertirán en características de la novela picaresca:

1. El protagonista narra su vida en primera persona, contándonos desde el presente cómo ha llegado a esa situación y las dificultades por las que ha pasado.
2. El protagonista es un antihéroe que va aprendiendo y evolucionando de sus experiencias. Procede de una familia sin honra y la sociedad en la que vive exige que robe, mienta y sea espabilado para poder sobrevivir.
3. Realismo en los personajes, los ambientes y las situaciones, lo que contrasta con las novelas idealistas de moda en la época.
4. Se lleva a cabo una crítica de la sociedad de la época.
5. El final de la novela es abierto, lo que permite escribir continuaciones.

De forma inmediata el Lazarillo gozó de un enorme éxito. Pocos años después de su aparición fue traducida varios idiomas. Tuvo una serie de continuaciones. En España, sin embargo, fue incluido en 1559 por la Inquisición en el Índice de libros prohibidos, de tal forma que si existió alguna publicación fue clandestinamente. La primera de las obras mutiladas se publicó en 1573, con el título de Lazarillo de Tormes castigado o Lazarillo de la Inquisición; el hecho hace suponer que el autor ocultó su nombre deliberadamente.

En 1599 se publicó el primer libro del Guzmán de Alfarache, obra de Mateo Alemán  dividida en dos partes; la primera ya citada con el título de Primera parte de Guzmán de Alfarache; y la segunda, publicada en 1604, con el título de Segunda parte de la vida de Guzmán de Alfarache, atalaya de la vida humana.
Fue la segunda novela picaresca después de la publicación del Lazarillo, pero su éxito fue incluso mayor que este.
Aunque perteneciente al mismo género que el Lazarillo de Tormes, el Guzmán presenta claras diferencias: esta pretende ser una obra moralizante, función que encajaba en los nuevos tiempos reinantes en España a finales del siglo XVI, en los que la vida social y espiritual había sido altamente influenciada por la Contrarreforma católica.

Esta obra resulta incluso más dura que el Lazarillo en cuanto a la crítica social, pero en este caso tal crítica se realiza desde las posiciones contrarreformistas, que eran muy diferentes a las planteadas por el autor anónimo del Lazarillo, que las exponía de forma satírica y burlesca.

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