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martes, 4 de mayo de 2010

El niño yuntero - Miguel Hernández


El Niño Yuntero

Carne de yugo, ha nacido
más humillado que bello,
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.

Nace, como la herramienta
a los golpes destinado,
de una tierra descontenta
y un insatisfecho arado.

Entre estiércol puro y vivo
de vacas trae a la vida
un alma de color de olivo
vieja y ya encallecida.

Empieza a vivir y empieza
a morir de punta a punta
levantando la corteza
de su madre con la yunta.

Empieza a sentir y siente
la vida como una guerra,
y a dar fatigosamente
en los huesos de la tierra.

Contar sus años no sabe
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador.

Trabaja y mientras trabaja
masculinamente serio,
se unge de lluvias y se alhaja
de carne de cementerio.

A fuerza de golpes, fuerte,
y a fuerza de sol, bruñido,
con una ambición de muerte
despedaza un pan reñido.

Cada nuevo día es
más raíz, menos criatura,
que escucha bajo sus pies
la voz de la sepultura.

Y como raíz se hunde
en la tierra lentamente
para que la tierra inunde
de paz y panes su frente.

Me duele este niño hambriento
como una grandiosa espina,
y su vivir ceniciento
revuelve mi alma de encina.

Lo veo arar los rastrojos,
y devorar un mendrugo,
y declarar con los ojos
que por qué es carne de yugo.

Me da su arado en el pecho,
y su vida en la garganta
y sufro viendo el barbecho
tan grande bajo su planta.

Quién salvará a este chiquillo
menor que un grano de avena
De dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena

Que salga del corazón
de los hombres jornaleros,
que antes de ser hombres son
y han sido niños yunteros.

2 comentarios:

  1. Ha surgido tras una pregunta de Cristina Calles de 4º C: ¿Qué quiere decir la tercera estrofa? Le he pedido que me diera tiempo para verlo en contexto y dar respuesta. Esta es:

    Juega Miguel Hernández, girando la noria del triángulo dramático, los tres movimientos: Salvador (exaltación), Perseguidor (imprecación) y Víctima (lamentación). En El niño yuntero vivencia simultaneamente los tres papeles: Víctima ("me da su arado en el pecho"), Perseguidor ("¿De dónde saldrá el martillo?") y Salvador ("¿Quién salvará este chiquillo?"). Identificamos los tres caminos expresivos de Viento del pueblo con las tres heridas del hombre: la de la vida (lamentación), la de la muerte (imprecación), la del amor (exaltación).

    Revive Miguel en cada niño trabajador su propia tragedia de adolescente cabrero que arrea su ganado, de viaje a la vega, saludando a compañeros que prolongan estudios que él ha tenido que abandonar (El hijo del pobre):

    "Han pasado mis ojos por los pueblos de España: ¿qué han visto? Junto a los hombres tristes y gastados de trabajar y mal comer, los niños yunteros, mineros, herreros, albañiles, ferozmente contagiados por el gesto de sus padres: los niños con cara de ancianos y ojos de desgracia."

    Nunca abandonó su conciencia de clase. Sijé, García Lorca, Aleixandre..., grandes amigos, eran señoritos. Así escribe, con gran dolor y resentimiento:

    "Mientras nosotros éramos desterrados de la alegría, de los juegos y las fiestas, de la hermosura de vivir limpios y satisfechos; mientras nos comían el calor y el frío, los hijos de los ricos, por muy dignos de cuidar cerdos que fueran, gozaban de todo y sólo para ellos se abrían las aulas..."

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  2. por mas que miro este poema no m canso de leerlo
    me perece ¡¡FASCINANTE!!

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