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jueves, 9 de febrero de 2012

Hallazgos del planeta Kafka


Por:
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08/02/2012

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Un recorrido por la invención de un mundo y su habitante central, Franz Kafka, de la mano de Pietro Citati, el gran escritor y crítico italiano. Un libro ensayístico que se puede leer como una novela y autobiografía que EL PAÍS avanza hoy en exclusiva. Kafka, lo publicará Acantilado el 17 de febrero.

Puedes ver aquí el avance literario de Kafka, de Pietro Citati.

Por Justo Navarro


No es una biografía el Kafka de Pietro Citati (Florencia, 1930), y ni siquiera es un ensayo. Es más una meditación, una digresión, una manera de pensar y contar a la vez, una novela, podríamos decir: invención de un mundo y de su habitante central, Franz Kafka, en una época en que los escritores se han convertido en criaturas fabulosas, escarabajos o equilibristas o simios parlantes, héroes que imaginan universos de fábula y también los habitan. Pietro Citati mira y se encarna en los mundos kafkianos, los describe, los nombra. Pero no invade el planeta K: se deja invadir por los días, los sueños, los diarios, las cartas de amor, las visiones, los seres, los lugares de Kafka, maniáticos cuartos de soltero, pensiones que parecen “una tumba familiar o una fosa común”, teatros o hipódromos burlescamente paradisíacos, angustiosos juzgados, fábricas, oficinas, colonias penitenciarias, castillos inalcanzables, las inagotables tramas narrativas de Franz Kafka, el abogado de Praga.

Pietro Citati, que alguna vez declaró su antagonismo con esos estudiosos de la literatura que estudian más a los críticos que a los propios escritores, ha practicado con sus autores íntimos, Goethe, Tolstoi, Proust o Kafka, una familiaridad cotidiana, como si su proximidad obedeciera a una necesidad semejante al alimento o el sueño. Muchos años después de escribir su Kafka, y como si fuera uno de sus lectores, se sentía deseoso de continuar su incursión por las páginas kafkianas más hondas. Su inmersión en Kafka puede seguirse como el diario personal de Citati, lector de las profundidades, o, según sugirió Giorgio Manganelli, como una autobiografía que habla de uno mismo hablando de otro. Acata los instrumentos narrativos del autor explorado, sus “principios simplísimos”, como escribe Citati: el narrador desaparece. Y así parece desaparecer el narrador Citati, que, sin embargo, existe imaginando o fabulando las voces, la conciencia, las experiencias de su extraordinario personaje. 

La óptica de Citati descubre las criaturas, objetos y mundos kafkianos siguiendo los métodos de Kafka, que “no buscaba la multiplicidad, sino concentración, enclaustramiento…”. Pero, aunque Citati no parece haber oído jamás la risa del humorista Kafka, su meditación no conduce a la oscuridad, sino a la transparencia, a una claridad misteriosa. “Recorremos los grandes libros de Kafka como el cuerpo mismo del Enigma”. Como en una historia de misterio, la intriga empieza desde la irrupción del personaje fantástico en escena: todos los que se cruzan con él tienen la impresión de que lo rodea “una pared de cristal”. Pietro Citati le decía un día a Paolo Mori que le interesan los escritores que avanzan a tientas intentando descifrar el mundo y descifrarse a sí mismos. No hay en Kafka intención de escribir una teoría de Kafka, porque las teorías, según el propio Citati, violentan, deforman e incluso destruyen los objetos que estudian. Hay percepción de una realidad, reflexión en curso que se vuelve amorosa y esplendente narración. A esto quizá podríamos llamarle gran novela.


Imagen: Tomado de Franz Kafka. Dibujos,  del libro editado en Sexto Piso.

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