Curioso el destino de los estudios literarios: a lo largo de decenios se han ido volviendo, en las universidades, cada vez más ininteligibles, convertidos en jerga, fosilizados por ortodoxias sucesivas cada vez más intolerantes, más herméticas, cada vez más ajenas a la filología, es decir, literalmente, al amor por la palabra, a la aproximación iluminadora y entusiasta a las obras escritas. Todo modas, una tras otra: marxismo, lacanismo, estructuralismo, postestructuralismo, postcolonialismo, etc. La primera vez que vine a dar clases a una universidad americana, cada vez que le preguntaba a un estudiante si le había gustado el libro que acabábamos de leer me miraba con gesto de asombro: al pobre o a la pobre ni se le ocurría que en el conocimiento de la literatura pudiera intervenir el placer.
Los estudios literarios, en una medida considerable, son elucubraciones que oscurecen la obra literaria en vez de iluminarla, que vuelven retorcido lo que muchas veces es pura transparencia. Las mejores intuiciones sobre la naturaleza de la literatura y el arte vienen cada vez más de la neurociencia. Escribir, pintar, componer música o tocarla, son tareas inscritas en lo más elemental de la capacidad humana para el conocimiento, son maneras práctica de acercarse al mundo y de buscar un lugar en la vida.
Para entender cómo surge la invención en literatura, cómo una canción irrumpe en la conciencia del compositor, nada mejor que leer “Imagine: How Creativity Works”, de Jonah Lehrer, o una obra monumental que acaba de salir de Eric Kandel, el premio Nobel de fisiología que descubrió los mecanismos moleculares de la adquisición de la memoria, “The Age of Insight”. Kandel publicó hace años un libro de originalidad arrebatadora, In Search of Memory, que es un relato simultáneo de su infancia en Viena y de su huida de los nazis y de las investigaciones que lo llevaron a su gran descubrimiento. Con ochenta y tantos años sigue lúcido y entusiasta, y en este último libro vuelve de nuevo a la Viena de sus orígenes, a la explosión de hallazgos científicos y rupturas estéticas que está en el principio mismo de la modernidad. Escribe de medicina y de psiquiatría y literatura y escribe de arte. Ojalá esos libros se traduzcan bien y cuanto antes al español.
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