La locución latina statu quo se escribe y se pronuncia así, sin -s en la primera palabra. Se utiliza en español con el significado de ‘el estado de las cosas’, ‘el orden de las cosas’ o, a veces, más específicamente, ‘el orden establecido’ (con connotaciones de inmovilismo). Se debe escribir en cursiva por ser un latinismo crudo y la pronunciación más adecuada para la segunda palabra es [kuó], con diptongo. La variante [kúo], con hiato, es semiculta y, por ello mismo, bastante extendida. Veamos un par de ejemplos en que se hace un uso correcto de ella en textos escritos:
(1) A estas alturas de la crisis el futuro sigue siendo oscuro por la falta de diagnósticos y medidas que identifiquen y cambien el statu quo especulativo que la había provocado [Del Consejo Editorial (blogs de Público.es), acceso: 3-1-2012]
(2) Los blogs han acelerado una revolución que ha demostrado el impacto de las ideas y que ha hecho temblar hasta tambalearse, e incluso caer, a quienes parecían anclados al statu quo. Blogueros contra déspotas. Opinión contra censura. Cambio contra permanencia [lainformacion.com, acceso: 3-1-2012]
En el ejemplo (1) nos encontramos con el significado más general: … que identifiquen y cambien el estado de cosas especulativo… En (2), en cambio, tenemos una muestra de la especialización semántica equivalente a ‘orden establecido’.
El origen de esta locución es una expresión latina empleada en el lenguaje jurídico: in statu quo ante bellum, que quiere decir que las cosas se deben dejar “en el estado en que se encontraban antes de la guerra”, o sea, que los contendientes deben retirar sus tropas y devolver (o recuperar) los territorios conquistados, así como renunciar a cualquier otro tipo de ventajas políticas o económicas que hayan podido adquirir durante el enfrentamiento. El motivo de que en español se prefiera la forma statu quo es que esta es la etimológica, tal como se registra en esta expresión. Nuestra lengua se alinea en esto con el francés. La variante status quo, por su parte, es la corriente en inglés y en alemán. En la expansión de su uso en castellano probablemente influyó no poco la existencia de un grupo de rock con ese mismo nombre.
Sea como sea, nos podemos hacer un favor a nosotros mismos y a nuestros lectores u oyentes si esto mismo lo decimos lisa y llanamente, explicándolo con buenas palabras en castellano (en el primer párrafo tenemos algunas opciones). Sonará menos importante, pero probablemente resultará más efectivo y nos salvará de algún que otro traspié.
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