El ideal de una escritura alfabética es que se dé una correspondencia biunívoca entre grafemas y fonemas, es decir, que a cada fonema le corresponda una letra (y solo una) y viceversa. En la práctica es raro que esto sea así.
El español ocupa una posición intermedia a este respecto entre lenguas con una gran distancia entre su escritura y su pronunciación, como pueden ser el inglés y el francés, y otras con una correspondencia muy estrecha, como el italiano y el checo. En nuestra lengua no siempre es posible determinar la escritura de una palabra a partir de su pronunciación, pero sí que se sabe siempre cuál es la pronunciación a partir de la grafía.
Son varios los tipos de desajuste que nos encontramos:
a) Una letra puede representar alternativamente dos fonemas diferentes. Esto es lo que se conoce como homografía. En el español de Castilla, que es el que habla este humilde escribiente, el grafema puede representar los fonemas /k/ (como en casa) o /θ/ (como en cera), dependiendo de la vocal que aparezca a continuación.
b) También puede ocurrir que un fonema esté representado alternativamente por dos o más letras, un fenómeno que se denomina heterografía. Por ejemplo, engerente, jarana y México, los grafemas , y remiten a un mismo fonema, que en notación fonológica escribimos como /x/. Lo mismo podemos decir de (burro) y (vaca) respecto de /b/.
c) A veces el desajuste viene porque hace falta escribir una secuencia de dos letras para representar un único fonema. Así, en carro, cacho y queso, tenemos representaciones complejas para fonemas simples. Esto se conoce como digrafía.
d) También existe el caso contrario: una única letra para una secuencia de dos sonidos. Es lo que ocurre con la pronunciación de la x en examen.
e) Y por último tenemos una letra que no representa ningún fonema: , como en harina. La hache se escribe porque se pronunció y es un buen ejemplo de etimología en la ortografía.
Ni que decir tiene que tales desajustes dan pie a numerosas faltas de ortografía, como sabe cualquiera que haya tenido que corregir un examen (o a quien se lo hayan devuelto corregido). Y si quieres contar tus aventuras y desventuras al respecto, puedes explayarte a tu gusto en los comentarios.
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