El Soneto es una Composición Poética que consiste en catorce versos endecasílabos distribuidos en dos cuartetos y dos tercetos. En cada uno de los cuartetos riman, por regla general, el primer verso con el cuarto y el segundo con el tercero, y en ambos deben ser unas mismas las consonancias, es decir (ABBA, ABBA). Los tercetos pueden ir estas ordenadas de distintas maneras, por ejemplo (CDE, CDE), (CDC, DCD), etc.
Ejemplos de Soneto:
1. ¿Cómo era, Dios mío, cómo era? A
—¡Oh corazón falaz, mente indecisa!— B
¿Era como el pasaje de la brisa? B
¿Como la huida de la primavera? A
Tan leve, tan voluble, tan lijera A
cual estival villano… ¡Sí! Imprecisa B
como sonrisa que se pierde en risa… B
¡Vana en el aire, igual que una bandera! A
¡Bandera, sonreír, vilano, alada C
primavera de junio, brisa pura… D
¡Qué loco fue tu carnaval, qué triste! E
Todo tu cambiar trocose en nada C
—¡memoria, ciega abeja de amargura!— D
¡No sé cómo eras, yo qué sé qué fuiste! E
Juan Ramón Jiménez, "Retorno Fugaz"
2. Mientras por competir con tu cabello, A
oro bruñido al sol relumbra en vano; B
mientras con menosprecio en medio el llano B
mira tu blanca frente el lilio bello; A
mientras a cada labio, por cogello. A
siguen más ojos que al clavel temprano; B
y mientras triunfa con desdén lozano B
del luciente cristal tu gentil cuello: A
goza cuello, cabello, labio y frente, C
antes que lo que fue en tu edad dorada D
oro, lilio, clavel, cristal luciente, C
no sólo en plata o vïola troncada D
se vuelva, mas tú y ello juntamente C
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada. D
Luís de Góngora, "Mientras por competir"
3. No sé. Sólo me llega, en el venero A
de tus ojos, la lóbrega noticia B
de dios; sólo en tus labios, la caricia B
de un mundo en mies, de un celestial granero. A
¿Eres limpio cristal, o ventisquero A
destructor? No, no sé… De esta delicia, B
yo sólo sé su cósmica avaricia, B
el sideral latir con que te quiero. A
yo no sé si eres muerte o eres vida, C
si toco rosa en ti, si toco estrella, D
si llamo a Dios o a ti cuando te llamo. E
Junco en el agua o sorda piedra herida, C
sólo sé que la tarde es ancha y bella, D
sólo sé que soy hombre y que te amo. E
Damaso Alonso, "Ciencia de Amor"
4. Ilustre y hermosísima María, A
Mientras se dejan ver a cualquier hora B
En tus mejillas la rosada aurora, B
Febo en tus ojos, y en tu frente el día, A
Y mientras con gentil descortesía A
Mueve el viento la hebra voladora B
Que la Arabia en sus venas atesora B
Y el rico Tajo en sus arenas cría; A
Antes que de la edad Febo eclipsado, C
Y el claro día vuelto en noche obscura, D
Huya la aurora del mortal nublado;C
Antes que lo que hoy es rubio tesoro E
Venza a la blanca nieve su blancura, D
Goza, goza el color, la luz, el oro. E
Luís de Góngora
5. Yo sé que ver y oír a un triste enfada
cuando se viene y va de la alegría
como un mar meridiano a una bahía,
a una región esquiva y desolada.
Lo que he sufrido y nada todo es nada
para lo que me queda todavía
que sufrir, el rigor de esta agonía
de andar de este cuchillo a aquella espada.
Me callaré, me apartaré si puedo
con mi constante pena, instante, plena,
a donde ni has de oírme ni he de verte.
Me voy, me voy, me voy, pero me quedo,
pero me voy, desierto y sin arena:
adiós, amor, adiós, hasta la muerte.
Miguel Hernández, "El rayo que no cesa"
6. Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;
mas no, desotra parte, en la ribera,
dejará la memoria, en donde ardía:
nadar sabe mi llama el agua fría,
y perder el respeto a ley severa.
Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
médulas que han gloriosamente ardido,
su cuerpo dejarán, no su cuidado;
serán ceniza, más tendrán sentido,
polvo serán, más polvo enamorado.
Francisco de Quevedo, "Poema de Amor"
No hay comentarios:
Publicar un comentario