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sábado, 30 de junio de 2012

El Instituto Cervantes estrena su biblioteca virtual


MADRID, 13 Jun. (EUROPA PRESS) -
   El Instituto Cervantes ha puesto en marcha en su red de bibliotecas un nuevo servicio de préstamo y descarga de libros electrónicos para todos sus usuarios a través de Internet. El catálogo de libros accesible en esta plataforma incluye más de 3.000 obras sobre lingüística, literatura clásica y contemporánea de autores españoles e hispanoamericanos, historia, arte y literatura infantil.
   El objetivo de la recién creada biblioteca virtual, que se irá actualizando con continuas incorporaciones de nuevos títulos, es el mismo que el de las colecciones físicas albergadas en la red de bibliotecas del Instituto Cervantes (y que supera el millón de volúmenes): promocionar la cultura y la lengua de España e Hispanoamérica.
   Esta es una iniciativa novedosa en España, pues adopta el modelo de selección "título a título" para la creación de su colección digital, frente a fórmulas más frecuentes como la suscripción o la compra de paquetes de contenidos cerrados que ofrecen los grandes distribuidores internacionales.

TRES MODALIDADES DE LECTURA

   Todo usuario (con carné) de las bibliotecas del Instituto que tenga un dispositivo de lectura y conexión a Internet puede acceder a los contenidos de la colección, desde cualquier lugar del mundo y a cualquier hora.
   Hay tres modalidades de lectura: por un lado, la descarga libre, para publicaciones propias del Instituto Cervantes y para títulos libres de derechos de autor. En esta modalidad, el usuario se puede descargar todos los libros que desee y conservarlos en su propio dispositivo sin límite de tiempo.
   En segundo lugar, el préstamo, destinado a los libros sujetos a derechos de autor. Estos volúmenes, que disponen de protección anticopia con DRM, se pueden descargar en distintos dispositivos, con un plazo de préstamo de 15 días.
   Y por último, la lectura y visionado en streaming, para obras que se pueden leer o ver en línea, como los videocuentos. El usuario tiene también un plazo de préstamo de 15 días.
   Los formatos de las obras que se ofrecen desde la plataforma son los más extendidos: e-Pub y PDF. También se pueden ver vídeos y próximamente se incorporarán documentos en MP3 y MP4 con grabaciones sobre literatura oral.
   Los libros disponibles hasta el momento pertenecen a las editoriales Gredos, Larousse, Iberoamericana, Red-e, Antígona y Leer-e (esta última comercializa los autores de la agencia literaria de Carmen Balcells).
   En cuanto a los dispositivos lectores, se ha procurado que el sistema sea compatible con el mayor número posible de estos, tanto ordenadores como lectores de libros electrónicos (e-readers), tabletas y teléfonos inteligentes.

MEJOR SERVICIO AL USUARIO

   El Instituto, que cuenta con bibliotecas en más de 40 países en los cinco continentes, pone en marcha este proyecto sostenible con varios objetivos. En primer lugar, mejora la oferta de servicios a los usuarios, que evitan tiempos de espera en la recepción de los materiales y ven ampliado el abanico de obras de préstamo y consulta.
   Además, la nueva plataforma de contenidos digitales en la única red internacional de bibliotecas españolas en el extranjero permite rentabilizar recursos, ya que ahorra costes de envío, reduce espacios físicos y agiliza el servicio.
   El Cervantes señala que se trata de una importante herramienta de difusión cultural y de dinamización internacional de la industria digital española. Con ello, el Instituto se adapta a una nueva realidad en la que los lectores habituados a los nuevos soportes crecen día a día, y los libros electrónicos están cada vez más integrados en los servicios bibliotecarios

domingo, 24 de junio de 2012

El Instituto Cervantes celebra el Día del Español


El 7,5% de la población mundial hablará español en 2030. Hoy se celebra el día del idioma en los 77 centros que tiene el Instituto en 44 países de todo el planeta

TEREIXA CONSTENLA. 23/06/2012 17:19

Por tercer año consecutivo, el Instituto Cervantes ha disparado una traca festiva para festejar el español por todo el mundo. El idioma va como un tiro: ya supera los 500 millones de hablantes y se prevé que sea la lengua del 7,5% de la población mundial en 2030. Aunque en ocasiones prenda la mecha de la polémica a su alrededor: algunas de las nuevas definiciones del Diccionario de la Real Academia de la Lengua no han sentado bien, véase sushi entre los gastrónomos o manga entre los aficionados al cómic.
Entre las actividades virtuales figuran los vídeos donde personalidades de todos los ámbitos confiesan cuál es su palabra favorita y por qué. El abanico es amplio: panhispánico (Víctor García de la Concha, actual director del Cervantes), equilibrio (Andreu Buenafuente), sí (Ángel Corella), resplandor (Ana María Matute) o tú (Antonio Gamoneda). La palabra escogida por la artista plástica Eva Lootz, “ojalá”, lidera el número de visitas. Es fácil adivinar por qué.
Los 77 centros del Instituto han celebrado actividades de todo tipo, en una fiesta que se prolonga durante 24 horas y que comenzó en Sidney. Entre los participantes figuran los escritores Jorge Edwards y Fernando Iwasaki y los poetas Edgardo Dobry y Francesco Luti.
En Madrid se organizaron actividades en la sede de la calle Alcalá, con cuentacuentos de las escritoras Cristina Herreros, Luisa Borreguero, Norma Sturniolo y Margarita del Mazo, y un recital del músico Nacho Mastretta. Además, se organizaron visitas guiadas a la Caja de las Letras, la antigua caja de seguridad que contiene legados de grandes protagonistas de la cultura en español.

domingo, 20 de mayo de 2012

EL PAÍS y el Cervantes, juntos por el español



  • El periódico se convierte en el primer medio de comunicación en firmar un convenio como colaborador de la institución cultural
  • El acuerdo impulsará el castellano como lengua de excelencia con actividades divulgativas en España y el resto de las sedes extranjeras del organismo

EL PAÍS Madrid 10 MAY 2012

El Instituto Cervantes ha ampliado su Círculo de Amigos. Desde ahora, cuenta con el diario EL PAÍS como compañero de viaje, al haber suscrito este un convenio marco como miembro colaborador del organismo. Esta incorporación, la primera de un medio de comunicación, suma un nombre más a la lista de compañías que participan mano a mano con la institución en la difusión de la lengua y cultura de España e Hispanoamérica. “Nuestra intención es realizar una expansión cualificada para poner de relieve el español como lengua de excelencia”, señaló Víctor García de la Concha, el director del Cervantes.

"La adhesión de EL PAÍS es una muestra de su vocación por la lengua”, destacó Juan Pedro Basterrechea, director técnico del Círculo de Amigos. Con 77 centros en 44 países de todo el mundo, la institución, dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores, es el principal impulsor de este idioma en el mundo, una empresa que EL PAÍS, el periódico global en español, respalda por principio. “Incluso en España a veces no se conoce bien la labor del Cervantes”, señaló García de la Concha, “y EL PAÍS puede prestarnos una ayuda eficacísima en la difusión de nuestros objetivos”.

Todavía en su fase inicial, el proyecto implicará la realización de actividades tanto en España como en las sedes del Instituto en el extranjero, con especial foco en países donde el español se ha filtrado con mayor fuerza, como es el caso de EE UU o Brasil. “El convenio está abierto a muchas colaboraciones, que se irán concretando en acciones particularizadas”, apuntó García de la Concha. Entre estas, se organizarán talleres, charlas y conferencias a cargo de profesionales del periódico, se impartirán clases magistrales y EL PAÍS donará colecciones de libros a las bibliotecas del Cervantes.

El Círculo de Amigos nació en 2009 con el fin de dar lugar a alianzas estratégicas con empresas privadas que faciliten la autofinanciación de la institución, y todas las compañías comparten con el Cervantes la visión de que el idioma y la cultura son los más importantes legados de una sociedad. Junto a EL PAÍS, el listado de miembros colaboradores incluye a la Fundación Iberdrola, la Fundación Coca-Cola, la Obra Social La Caixa, la Fundación Axa, el Grupo Correos, la Fundación Repsol y NH Hoteles. Además, Banco Santander y Telefónica están presentes en el proyecto como socios, e Iberia y la Fundación Endesa como patrocinadores.

domingo, 26 de febrero de 2012

“El español está estigmatizado y contaminado en Estados Unidos”



Se veía en paz de vuelta al estudio de la lengua cuando le llamaron para ocuparse del Instituto Cervantes
Su labor en la Real Academia Española le avala como gigante en la política del español


Aquí da algunas claves de lo que será su mandato.



JESÚS RUIZ MANTILLA - El País
Perseguido por los vericuetos y las batallas públicas de la lengua, Víctor García de la Concha no ha podido refugiarse tampoco en la paz de la propia lengua. Entre el estudio, la enseñanza y la política de la misma se ha movido toda la vida. Como profesor en varios institutos, en diversas universidades y, después, como impulsor de la expansión universal del castellano al frente de la Real Academia Española (RAE).

A los 78 años, creía haber cumplido con creces su labor pública y deseaba adentrarse en el estudio profundo de un canon literario propio. Pero de nuevo recibió una llamada para ponerse al frente del Instituto Cervantes después de que Mario Vargas Llosa rechazara el ofrecimiento. Le cortaron la retirada. ¿La razón? Impulsar lo que será la gran máquina de la cultura con el Gobierno del PP. Atraer a los países hispanoamericanos en un frente común que coloque al español en su posición de dominio lingüístico global junto al inglés.

No podía decir que no. Si alguien ha impulsado las alianzas con los países de habla común, en lo que definió como la acción panhispánica, ha sido él. Ahora debe encargarse de aunar esfuerzos y no crear fricciones. Nadie como un hombre de concilio que presume de conocer y aplicar a fondo en la política y en la vida la diplomacia vaticana.

Ha llegado usted a lo que denominan el buque insignia de la cultura y resulta que tiene que cambiar el rumbo. Virar hacia el mundo hispano, ese al que se le ha dado tanto la espalda desde el propio Cervantes. Hay que virar, pero eso no implica que lo que se haya hecho hasta ahora estuviera mal. Me alegré de que al día de mi toma de posesión acudieran los cinco directores precedentes y quiero que figuren en el patronato. Cada uno ha trabajado bien y ha hecho su labor. Aquí hay mucha gente que cumple su cometido sin medios y vocacionalmente. Esta institución ha crecido a base de entusiasmo, echándose a la aventura, y esto no se puede perder. Si nos limitáramos a dar clase, estaríamos haciendo un pan como unas tortas. Lo que ha logrado el Cervantes en 20 años, comparado con otras instituciones que llevan 100 o 70 años en activo, como el Instituto Francés o el British Council, es mucho.

Aun así, hay que virar. Bueno, ligeramente.

No, bastante, mucho incluso. Bien, pero sin desatender lo que tenemos y sin perder de vista que el tiempo no nos deja.

¿Por qué? Pues para expandirnos a determinadas zonas como África, sobre todo el sur del continente, o India.

Pero no hay dinero. Hay que pensar en una presencia que a lo mejor no requiera centros, medios como el centro virtual Cervantes, aulas de nuestra marca en las universidades. Por eso urge pensar, ser imaginativos y apoyarnos en lo que tengamos, en empresas también, porque esa carrera no consiente aplazamientos. Si tardamos 15 años en llegar, el campo estará tomado.

No se había contemplado hasta ahora el mundo hispánico dentro del Cervantes como una sinergia, más bien se le ha visto como una competencia. La palabra competencia en ese sentido es absurda.

Pero así se había visto. Bueno, no creo que se haya concebido así del todo. Veamos un frente común: Estados Unidos. Nosotros tenemos allí tres centros y medio. México tiene varios. Lo que debemos hacer es establecer una alianza con ellos por una razón muy sencilla. El español allí tiene un problema común. Está contaminado, estigmatizado por considerársele vinculado a una lengua de inmigrantes que plantean problemas. Debemos emprender una labor de cambio de mentalidad en ese sentido.

Para empezar, en el reparto eurocéntrico a lo largo de sus 20 años, ¿no hubiese sido mejor centrarse en lugares donde existía una demanda real acelerada, como Estados Unidos? ¿No es tarde? Europa y el norte de África ya están básicamente atendidos. Porque se ha hecho eso podemos pensar en otros frentes. Me decían que si se abrieran 50 centros en Estados Unidos, se llenarían. Ahora no hay capacidad económica, en la época de Moratinos se habló de 10. ¿Por qué no nos unimos con México? Es lo que yo propongo. Hay disposición de ellos para colaborar. En el Gobierno y la Academia Mexicana. Me han trasladado su intención de hacerlo, de empezar a hablar de eso. Consuelo Saizar, ministra de Cultura, y Jaime Labastida, director de la Academia, llamaron el día que se conoció mi nombramiento. Urge porque el problema de esa estigmatización en la sociedad de Estados Unidos hay que abordarlo juntos, no podemos hacerlo solos.

La acción cultural, en ese sentido, ayuda a limpiar. Sí, y más si se realiza de la mano. Llevamos 20 años, no es cuestión de flagelarse, pero es necesario buscar esas nuevas alianzas, sobre todo ahora que ellos tienen economías emergentes.

De todas formas, esa visión del pasado que tiene usted sobre el Cervantes resulta leal con la institución, pero la realidad, en comparación con sus competidores que cuentan con presupuestos en ocasiones 10 veces mayores, es que esto era un hijo pobre del Estado. Nadie tenía fe en su potencial. Yo no lo creo.

Usted, cuando era director de la Real Academia, ¿no tenía la pesada sensación de que era necesario convencer a los Gobiernos para que creyeran con más fuerza en las posibilidades del español? Voy a ser sincero. Desde el Gobierno de Felipe González hasta ahora, no. La Academia fue muy pobre en épocas anteriores. No sé cómo pudo sobrevivir. A Fernando Lázaro Carreter le tocó, para empezar, reconstruir el edificio. Desde esos tiempos, cada vez que la RAE ha pedido algo, dentro de las posibilidades pudimos ir viviendo. Pero por encima de todo eso, hay que decir, estaba y está el apoyo del Rey, que eso lo tiene más que claro. Ha cruzado con nosotros el océano para asistir a congresos y reuniones, y en eso está más que volcado.


¿Cuántas veces ha sobrevolado usted el Atlántico? 50 veces. Y cada una de ellas he visitado al menos dos o tres países. Pero no solo fui yo, sino que desde entonces empezaron a venir ellos. No hay nada como entrar a casa del interesado, todo empieza y termina en personas. He hecho amigos fraternos. Como reza el dicho asturiano: Dios y el cuchu, pueden muchu. Pero sobre todo el cuchu. Lo personal, tocarse, es importante.

¿Y cuántos le quedan por hacer? Tiene usted un aspecto envidiable, ya ha cumplido 78 años y eso se notará. Yo se lo dije honradamente al ministro Wert cuando me llamó: “Vamos a ver, yo ya tengo 78 años…”. “Pero muy bien llevados”, dijo. “Bueno, de momento…”.

Se había reorganizado la vida. Había terminado mi mandato académico. Yo tengo la gran suerte de dedicarme a algo que me gusta tanto que para mí no es trabajo. Había recuperado el espacio de la escritura, de la reflexión, salir a caminar, cosa que sigo haciendo todos los días. En fin, me llamó el ministro y le dije lo primero lo de la edad y acepté sin tener en cuenta los comentarios de los que me alertan: ¡Cómo has aceptado! ¡Te nos vas a quedar en un aeropuerto!”.

¡Hombre, por Dios! Toquemos madera. Lo que es cierto es que esa vida que usted había recuperado ha saltado por los aires. Ni me planteo arrepentirme. Los amigos me aconsejan dedicarme a la filología primera, a las academias literarias renacentistas desde las que pretendíamos aprender el renacimiento de otra manera. Explicándolo desde la perspectiva de los autores que tenían el Epithetorum opus, de Ravisius Textor, un diccionario de epítetos en los que se encontraban referencias a los clásicos y que usaban Fray Luis, Lope de Vega…

Para copiar… Para asimilar. Era la labor de la abeja para ellos. Pero, en fin, en lo que yo me estaba ocupando ahora es en realizar mi canon de la literatura. Y consiste en volver a leer ciertas obras con apoyo en la bibliografía última, que yo ya no alcancé a estudiar a fondo. ¡Lo feliz que yo he sido estos meses! Con esa relectura apoyada en estudios que han hecho alumnos nuestros. He prometido a mis amigos que no iba a dejar eso. Que voy a organizarme de manera que reservaré unas horas para mi canon.

Difícil lo veo. Bueno, como habrá un secretario general en el que se pueda descargar buena parte del trabajo y eso viene bien para la causa, aprovecharé.

Lo que ocurre es que, como usted está acostumbrado a meterse a fondo en las cosas que hace, me da la sensación de que delegar le es complicado. No, no. Precisamente porque me conozco, en el cambio de reglamento aplaudí la idea de especificar las acciones que corresponden al secretario general. No se imagina con qué detalle hemos puntualizado todo.

Aun así, tendrá tentaciones. ¿Las controlará? ¿Por qué? ¿Porque tengo fama de presidencialista?

Bueno, lo ha sido en la Real Academia. Lo fui, cierto. Y me confesaba en las juntas de Gobierno y en las comisiones. Les decía: “Vosotros sabéis que yo soy un director presidencialista”. Y me contestaban: “Por eso te hemos elegido”.

Eso tranquiliza bastante a quienes están debajo. A mí me lo contagió Fernando Lázaro Carreter. Él tenía un temperamento fuerte. Cuando le afectó un ictus, me dijo que tenía que dejarlo, y yo le convencí de que no podía porque sin esa labor sería peor para él. Me comprometí a ayudarlo a fondo y le aseguré que no haría nada sin consultarle. Él me contagió ese presidencialismo. Pero ahora no, ahora esto tiene que ser distinto, en primer lugar porque el Cervantes cuenta con una estructura distinta, con unos jefes de área más que competentes. Ahí va a estar el secretario general, y yo me dedicaré a fondo a la labor institucional.

De lo que no cabe duda es de que usted forja lealtades, porque era impactante observar a sus compañeros de la Academia en la toma de posesión haciéndole de guardia pretoriana. ¿Qué les da? ¿Miedo o cariño? Mucho cariño. Miedo no, nunca. En la Academia aprendí que la institución era más fuerte cuanto más nos tratábamos con cariño. Con la cortesía académica, que es fundamental. Yo siempre cuidé mucho a los académicos mayores, a quienes caían enfermos. Curiosamente, a medida que se hacían mayores, acudían más: Pedro Laín Entralgo, Rafael Lapesa, Ángel González, Areilza, Rosales… Yo he querido mucho a los académicos. Ahora tengo que encargarme de los directores y profesores de centros, son gente que está por ahí, por el mundo, necesitada de apoyo.

La tarea de misión que veía Lázaro Carreter en el Cervantes… Pero es que ahí damos con otro rasgo de su personalidad porque usted ha trabajado también como sacerdote. Sí. Hace ya casi medio siglo de ello y fue por poco tiempo. Pero guardo un gran respeto a esa etapa, a la que debo mucho de mi formación. No estuve en el tipo de misión a la que se refería Lázaro. Trabajé en la información de la Iglesia y fundé, siendo arzobispo Tarancón, con quien tuve una relación cercana, el semanario Esta Hora. Pero básicamente era profesor y si tuve alguna notoriedad fue porque escribía en La Nueva España. Guardo grandes amigos de entonces. Desde cardenales hasta curas de aldea. Hay gente que dice que empleo la diplomacia vaticana. No me disgusta…

Como vocación, queda, construye. Mucho va en la pasta, en la manera de ser. Hay gente conflictiva por naturaleza, que parecen salamandras, que no viven a gusto más que en el fuego, y luego hay gente de paz. Yo lo soy. Pero no por haber dedicado pocos años de mi vida a eso. Yo me recuerdo de niño como un muchacho pacífico, eso va en la manera de ser, en el carácter.

Todo construye una vida. Desde luego. Un hombre es muchos hombres. Eso lo cuenta Mario Vargas Llosa en su última novela, El sueño del celta. Aun la persona que nos parece más anodina es muchas a la vez.

También tiene su etapa como profesor de instituto. Eso fue muy importante. Lo que yo soy ahora es el final de una etapa que ha durado 50 años. Una carrera de letras. Tuve la suerte de disfrutar a grandes maestros. Fui discípulo amado de Emilio Alarcos, nada menos. De José María Cachero, José Caso, verdaderos maestros. Y a poco de terminar comencé la carrera docente con oposiciones sucesivas, de abajo arriba: primero fui adjunto y luego catedrático de instituto; en Valladolid, penene de universidad, después agregado, más tarde catedrático… Ha sido una carrera muy variada en la universidad, en Zaragoza, en Salamanca… Allí moví muchas iniciativas, incluso me hice cargo de los cursos internacionales de enseñanza de español a extranjeros, qué cosas.

Ya dicen muchos que usted tiene algo de visionario en esto del idioma. No me corresponde a mí decir eso. Soñador sí fui siempre. Pero visionario…

Lo digo por el concepto panhispánico que impulsó usted en la Real Academia y cambió la manera de percibir la enseñanza y el poder sobre el idioma. Pasó de ser castellano dictado por normas castellanas a español global, en el que América tenía tanto o más que decir sobre el idioma que España misma. Bueno, pero ahí tengo que pagar peajes. ¿Por qué yo me interesé por América? Tiene su deuda. Yo era un gran europeísta. Por mis años de estudio en Roma, algunas estancias en Alemania y porque mi padre, que era juez, se sentía muy ligado a lo francés. Cuando Fernando Lázaro me propuso ser secretario de la Academia, hablé mucho con Alonso Zamora Vicente. Fue él quien me dijo: “Víctor, por favor, ocúpate de América, estamos ciegos”. También me pidieron lo mismo Francisco Ayala y Gregorio Salvador. Fueron dos referencias que me hicieron reflexionar hondamente. Surgió la idea del panhispanismo después de ser alertado por ellos. Cuando hicimos la nueva gramática, nos planteamos la colaboración con el resto de las academias, y así ha sido con el resto de lo que se ha hecho después. Pero eso ya estaba planteado desde el principio.

¿Con antecedentes? Las academias se constituyeron como organismos correspondientes de la española, precisamente para atajar los conatos de independentismo lingüístico gracias sobre todo a Andrés Bello. Se revela y dice: “¿De qué estáis hablando? La lengua es nuestra”. Fueron academias formadas por gente de gran representatividad e influencia en los países nacientes. Algo que ocurre ahora también, son miembros de mucho peso. Estaba claro que debíamos trabajar en conjunto, y así ha sido. Mi mejor aportación a esa etapa ha sido favorecer que los tres grandes códigos puestos al día durante mis mandatos –el gramatical, el ortográfico y el léxico se hicieran como obra de todas las academias sobre el español de todo el mundo. Hoy eso es una realidad. Y nos va a servir en la labor que ahora nos toca al frente del Cervantes.

Por eso dice usted mismo que le han llamado. Por algo que resume, a mi juicio, en una carta Alfredo Matos, el director de la Academia Chilena: “Tu concepción y convicción panhispánicas ahora en perspectiva transhispánica universal”.

Eso puede ser un eje de su mandato. Así es.

Pero antes debe limar las asperezas eternas entre los Ministerios de Educación y Cultura y Exteriores para hacerse fuertes en esta institución. ¿Cómo va la lucha? Hay varios organismos de la cultura española que van por su parte. Existe una dispersión de esfuerzos que sumados producirían una sinergia considerable. Hace falta ponernos a remediarlo. Cada entidad tiene su normativa, pero con un poco de buena voluntad por parte de todos El Cervantes está ausente de América Latina, pero los centros culturales españoles que existen allí pueden servir de palestra para organizar cosas en conjunto. A eso llegaremos pronto porque es tan obvio que resulta difícil encontrar quien esté en contra de eso. Se ha señalado que en la toma de posesión, el ministro de Exteriores dejó claro que esto era suyo y lo hizo en presencia del responsable de Educación y Cultura. Pero yo puedo decir que se han dado pasos para clarificar todo eso. Lo primero que hemos hecho es modificar el reglamento. Ha sido fácil, y por eso mismo pienso que cuando llame a las puertas para unir sinergias, estoy muy confiado en que se va a conseguir y será un paso importante.

¿El reto de lo digital nos desborda para el idioma también? Sí, y eso exige investigación, negociación comercial con las grandes firmas, es un momento en que urge pensar, por muchas razones, y urge superar los compartimentos pequeños y unirse en sinergia no solo a nivel del Estado, sino con relaciones estrechas con las industrias culturales y con las empresas a las que interese la promoción de sus labores. No solo la cultura, también la ciencia, la tecnología. Todo eso está por pensar y por definir. Vendrá el mecenazgo y la ayuda, pero no porque pidamos, sino para ofrecerles.

¿Por qué? ¿Se acabó ir de pedigüeños? ¿Es a ellas a las que se debe convencer de que pueden sacar idéntico partido? Efectivamente. Hay que venderles a las empresas el valor de sus posibilidades abiertas al español para hacer cosas conjuntas. Es un problema de apertura y de vuelo. Aunque solo sea por la rentabilidad económica que les supone a las empresas. En Estados Unidos, dos de cada tres estudiantes la eligen como segunda lengua. ¿Por qué? Porque dicen que es útil. Para ganarse la vida. Ese cambio de mentalidad no lo podemos hacer solos, sino con los protagonistas de todo ese fenómeno, que son los países hispanoamericanos.


Guardián e impulsor global del español

Víctor García de la Concha (Villaviciosa, Asturias, 1934), filólogo y licenciado en Teología, estudió en la Universidad de Oviedo y en la Gregoriana de Roma. Su carrera como docente transcurrió a partir de los años sesenta en diferentes institutos de secundaria hasta que llegó a la universidad, donde ha desarrollado su labor como catedrático en Zaragoza y Salamanca, principalmente.
Desarrolló tres mandatos al frente de la Real Academia Española (RAE), a la que dio un impulso modernizador entre 1998 y 2010 cuando sustituyó en el cargo a Fernando Lázaro Carreter. Había sido nombrado académico en 1992 para ocupar el sillón con la letra c minúscula. Ha sido reconocido con el Toisón de Oro por parte del rey Juan Carlos, así como con el Premio Internacional Menéndez Pelayo. (En la foto, en Santander, en 1988).

sábado, 25 de febrero de 2012

El Cervantes estrena ruta multimedia de Antonio Machado



El portal multimedia Rutas Cervantes sigue los pasos que el poeta español diera durante sus tres estancias en París

Retrato. Machado "no amaba a París pero sí a Verlaine y a otros poetas simbolistas", que influyeron notablemente en su estilo poético. (Foto: Archivo )


Twitter: @Univ_Cultura 

Las tres estancias en París del poeta y dramaturgo español Antonio Machado (1875-1939) pueden descubrirse a partir de hoy en una nueva página del portal multimedia de Rutas Cervantes (del Instituto Cervantes), coincidiendo con el aniversario de su muerte en el exilio, el 22 de febrero de 1939, en Collioure (sureste).

El lanzamiento de esta nueva ruta coincide además con el centenario de la publicación de una de las obras más importantes de Machado, Campos de Castilla, que comenzó a escribir precisamente en París, subrayaron los promotores de la página en un comunicado.

El recorrido propuesto comienza en el Collège de France y termina en el Hospital Fernand-Widal, lugares de gran importancia intelectual y vital en la que fue tercera y última etapa parisina de Machado, iniciada en 1911.

El Collège de France, que sigue siendo hoy la institución académica más prestigiosa de Francia, figura en uno de los raros recuerdos personales del poeta sevillano relacionados con París, en las páginas autobiográficas de sus Poesías completas, donde comenta que siguió allí algunos cursos de Henri Bergson.

Filósofo que el gran poeta de la Generación del 98 consideraba "el más importante de su tiempo", subraya el autor de la ruta, el escritor José María Conget, quien cuenta asimismo cómo Machado había viajado a París becado por la Junta de Ampliación de Estudios para estudiar en la vecina Universidad de la Sorbona.

Toda esta actividad parisiense, que incluía colaboraciones para la revista hispana Mundial Magazine, cuya antigua sede es uno de los enclaves de la ruta, quedó sin embargo plasmada en sus obras de manera muy escueta y superficial, destaca Conget.

El periplo multimedia concluye en el hospital donde su esposa, Leonor Izquierdo, ingresó en julio de 1911, afectada de una grave tuberculosis que acabó con su vida poco después y se llevó a Machado de París, muy deprimido, para irse a España a vivir con su madre.

En total, el recorrido revela trece momentos o lugares claves en la poco conocida vida del narrador en esta ciudad por la que no sentía especial atracción, sino más bien lo contrario, según Conget.

"No amaba París", pero sí a Verlaine y a otros poetas simbolistas, por lo que sus tres experiencias francesas influyeron notablemente en su estilo poético, además de en su labor docente como profesor de francés, recuerda.

La ruta convierte a "la ciudad de la luz" en escenario de encuentros con escritores como Pío Baroja, Miguel de Unamuno y Oscar Wilde, y de importantes amistades como la forjada con el poeta nicaragüense Rubén Darío, de quien la ruta incluye dos direcciones.

Dado que el poeta apenas habló de la ciudad, sus vivencias allí fueron reconstruidas ante todo gracias al recuerdo de otros autores como su hermano Manuel y amigos como Darío y Baroja.
A lo largo de algo más de cuatro kilómetros, el itinerario incluye también los hoteles en que vivió Machado, desde su primera estancia, en 1899, cuando vino para trabajar en la editorial Garnier, donde junto con su hermano trabajó como traductor.

Machado retornó a París en 1902, ésta vez para trabajar como funcionario diplomático en el Consulado de Guatemala, cuya antigua sede, hoy derribada, es otro enclave de este paseo machadiano.

Esta nueva ruta (http://paris.rutascervantes.es/ruta/machado) se suma a las ya existentes sobre los republicanos de "La Nueve" que liberaron París y los españoles en el París de la Revolución Francesa; y a las dedicadas a otras grandes figuras españoles y latinoamericanos que vivieron en París, como Luis Buñuel, Cristóbal Balencaiga, César Vallejo, Mario Vargas Llosa o Carlos Fuentes.

sábado, 28 de enero de 2012

Víctor García de la Concha, nuevo director del Instituto Cervantes


Víctor García de la Concha. | Bernardo Díaz.

El veterano filólogo, exdirector de la RAE, sustituirá a Carmen Caffarel


ELCULTURAL.es | Publicado el 27/01/2012


El ex director de la Real Academia de la Lengua, Víctor García de Concha (Villaviciosa, Asturias, 1934) ha sido elegido nuevo director del Instituto Cervantes, según ha anunciado este viernes la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.

García de la Concha tiene claro cuáles serán los ejes clave en su gestión futura: "Es la visión de América y de que la enseñanza de la lengua española debe estar enriquecida siempre con la visión americana, y, por tanto, hay que trabajar de acuerdo con ellos". "El Cervantes", ha añadido,"tiene como misión la difusión de la lengua española y de la cultura en español, y el Gobierno entiende que ahí tengo una experiencia acumulada muy amplia. Me pareció egoísta por mi parte no aceptar esa propuesta, dado que se entiende que yo puedo servir al país en ese sentido".

Para García de la Concha, "el Cervantes ha logrado consolidar la marca de enseñanza de español como lengua extranjera y su prestigio universal está consolidado. Lo importante es que el interés del Cervantes sea cada vez más sólido y compartido". Sabe que la crisis puede lastrar la capacidad de la institución, pero ve el vaso medio lleno: "Estamos en años difíciles económicamente hablando y eso que el Cervantes que siempre ha funcionado con poco dinero, pero tendremos que ingeniar algo para que el español esté ahí porque hay un enorme reclamo de conocimiento del español. Las universidades españolas están llenas de chinos, coreanos y chicos que quieren aprender el español y formarse como profesionales". 

La semana pasada se hizo público que el Rey ofreció a Mario Vargas Llosa la presidencia -un nuevo cargo más representativo que administrativo que hubiera implicado un cambio del organigrama- de la institución que promueve la lengua española alrededor del mundo. Tras conocerse su negativa, el Gobierno ha comunicado que el veterano filólogo, que dirigió la RAE entre 1998 y 2010, ocupará el tradicional puesto de director, en sustitución de Carmen Caffarel.

En relación al rechazo de su compañero en la RAE, García de la Concha ha comentado: "Comprendo que Marío Vargas Llosa haya declinado esa invitación porque acaba de salir de un año atroz, y tiene todavía tal cantidad de compromisos, a parte de su compromiso diario como escritor, que parecía difícil que aceptara". Y ha recalcado: "Seguro que cada vez que le necesite, acudirá". 

De la Concha ha realizado diversas investigaciones centradas sobre todo en las letras hispánicas del renacimiento y la poesía española. Además, es autor de numerosos libros, entre los que destacan La poesía española de postguerra de 1935 a 1975 (Ediciones Cátedra), Época contemporánea, 1914-1939 (Historia y crítica de la literatura española; T. 7) (Crítica, 1997) y El aire de su vuelo: estudios sobre Teresa de Jesús, Fray Luis de León, Juan de la Cruz y Calderón de la Barca (Galaxia Gutemberg, 2004).

En el año 2009, fue galardonado con el Premio Lázaro Carreter y en 2010 el rey Juan Carlos I le nombró caballero de la Orden del Toisón de Oro. El año pasado recibió el Premio Internacional Menéndez Pelayo

domingo, 1 de mayo de 2011

Javier Rioyo dirigirá el Cervantes en Nueva York


T. C. - Madrid EL PAÍS - Cultura - 30-04-2011

Recambio en el Instituto Cervantes de Nueva York por imperativo legal. Javier Rioyo (Madrid, 1952), periodista, guionista y director, sustituirá en septiembre al escritor Eduardo Lago (Madrid, 1954) al frente del organismo que se encarga de difundir la lengua y cultura española en Nueva York. "Es una historia que no estaba en mi guion de vida, que me ha hecho dudar mucho... pero no más de cinco minutos", comentó Rioyo, feliz por la propuesta de la directora del Cervantes, Carmen Caffarel. "Siempre dices que Nueva York es una ciudad en la que deberías vivir un tiempo", añadió el director del documental Asaltar los cielos, que hace años rodó en la sede que ahora dirigirá parte de su película sobre Francisco Ayala.



En aquella época aun estaba al frente de la sede el escritor Antonio Muñoz Molina, que ocupó la dirección dos años, hasta 2006, cuando le sustituyó Eduardo Lago, un madrileño profundamente enraizado en la ciudad estadounidense que ha permanecido en el cargo cinco años, el máximo que permite el organismo a sus directores.



Lago ha rehusado la oferta para ocuparse de otras sedes, dado que su proyecto vital está ligado a Nueva York -es catedrático de Literaturas Hispánicas en el Sarah Lawrence College- y su afán inmediato es culminar una novela pendiente. "Acepté el cargo porque pensé que podría ofrecer algo en una ciudad que conozco muy bien, me lo he pasado muy bien y ha sido muy bonito, pero la creación exige soledad", explicó Lago, que se va con la sensación del deber cumplido. "En Nueva York ya no se entiende algo literario sin contar con el Cervantes", aseguró el autor de Llámame Brooklyn.

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