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sábado, 6 de octubre de 2012

Dígrafos: dos letras para un sonido (Blog de Lengua española)



Un dígrafo es una combinación de dos letras que representa un único sonido. En la ortografía castellana hay varios:
ch como en charco
ll como en calle
rr como en carro
qu como en querer
gu ante e, i como en guerra, guitarra
Este es uno de los posibles casos de desajuste entre sonido y escritura. En una escritura alfabética ideal, a un sonido le corresponde una sola grafía y viceversa. Sin embargo, en la práctica, son pocos los sistemas ortográficos que se ajustan a este principio.
Algunos de nuestros dígrafos se introducen porque el alfabeto latino estaba pensado para escribir eso: el latín. En castellano surgen algunos sonidos nuevos que hay que escribir de alguna forma. Una solución es juntar dos letras. Es lo que se hizo con ch. Si nos fijamos en otras lenguas de nuestro entorno (descendientes del latín o no), comprobaremos que el problema de cómo representar este sonido se les planteó también. Cada una optó por una solución diferente dentro de un abanico de posibilidades. Algunas unieron dos grafemas, como nosotros:
Italiano: cioccolato ‘chocolate’
Polaco: czekolada ‘chocolate’
Otras juntaron tres:
Francés: tchèque ‘checo’
Y otras, hasta cuatro (por letras, que no falte):
Alemán: Tschetschenien ‘Chechenia’
Otros, en cambio, optaron por modificar una letra ya existente añadiéndole un signo diacrítico:
Checo: čokoláda ‘chocolate’
Como decía, en todos estos casos, la dificultad de partida es la misma: queremos escribir una lengua con un alfabeto que estaba preparado para otra y hay que acomodar de alguna forma los sonidos que no estaban previstos.
Otras veces, en cambio, es el apego al latín lo que nos ha hecho mantener dígrafos que en principio serían innecesarios. Se trata de casos de etimología en la ortografia. Hoy escribimos querer con qu porque en latín quaerere se escribía así. En latín esa u se escribía porque sonaba; en castellano se escribe porque sonó.
Siempre que se ha propuesto una reforma ortográfica, formaba parte del programa eliminar los dígrafos o al menos reducir su número. Pero de eso ya hablaremos otro día, que por hoy ya está bien.

sábado, 19 de mayo de 2012

Exclusión de los dígrafos ch y ll del abecedario


 

 Se excluyen definitivamente del abecedario los signos ch y ll, ya que, en realidad, no son letras, sino dígrafos, esto es, conjuntos de dos letras o grafemas que representan un solo fonema. El abecedario del español queda así reducido a las veintisiete letras siguientes: a, b, c, d, e, f, g, h, i, j, k, l, m, n, ñ, o, p, q, r, s, t, u, v, w, x, y, z.

  El español se asimila con ello al resto de las lenguas de escritura alfabética, en las que solo se consideran letras del abecedario los signos simples, aunque en todas ellas existen combinaciones de grafemas para representar algunos de sus fonemas.

  La eliminación de los dígrafos ch y ll del inventario de letras del abecedario no supone, en modo alguno, que desaparezcan del sistema gráfico del español. Estos signos dobles seguirán utilizándose como hasta ahora en la escritura de las palabras españolas: el dígrafo ch en representación del fonema /ch/ (chico [chíko]) y el dígrafo ll en representación del fonema /ll/ o, para hablantes yeístas, del fonema /y/ (calle [kálle, káye]). La novedad consiste, simplemente, en que dejan de contarse entre las letras del abecedario.

  Al tratarse de combinaciones de dos letras, las palabras que comienzan por estos dígrafos o que los contienen no se alfabetizan aparte, sino en los lugares que les corresponden dentro de la c y de la l, respectivamente. La decisión de adoptar el orden alfabético latino universal se tomó en el X Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española, celebrado en 1994, y viene aplicándose desde entonces en todas las obras académicas.

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