domingo, 28 de diciembre de 2014

proactivo, no pro-activo ni pro activo

El término proactivo se escribe en una sola palabra, es decir, sin añadir un espacio ni un guion intermedios.
Sin embargo, a menudo se escribe indebidamente, como en las siguientes noticias: «La empresa destacó el ambiente de trabajo pro activo» o «Se redoblaron los esfuerzos internos en pos de mantener un compromiso pro-activo de minimizar los riesgos ambientales».
Esta voz de nuevo cuño se registra en la 23.ª edición del Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española, como propia de la psicología, para referirse a quien ‘toma activamente el control y que decide qué hacer en cada momento, anticipándose a los acontecimientos’ o a lo que ‘implica acción o intervención activa’.
Al igual que otras voces formadas con un prefijo, este se une al término al que precede, sin guion ni espacio, de modo que en  los ejemplos anteriores lo adecuado habría sido escribir «La empresa destacó el  ambiente de trabajo proactivo» y «Se redoblaron los esfuerzos internos en pos de mantener un compromiso proactivo para minimizar los riesgos ambientales».
Por la misma razón, se escribe proactividad y no pro actividad ni pro-actividad.

Los Panero y la teoría de la destrucción por Ferrán Bono (El País)

Luis Antonio de Villena mezcla memoria personal y ensayo literario en ‘Lúcidos bordes del abismo’


La teoría de la destrucción explica el devenir trágico de la familia Panero. No se trata de ninguna ciencia exacta, sino de una hipótesis vivencial y literaria formulada por Luis Antonio de Villena a partir del conocimiento directo que tuvo de los miembros de la saga que dio a luz un poeta clásico que fue emblema franquista, Leopoldo Panero, el padre; una mujer distinguida de familia bien que murió en soledad, Felicidad Blanch, la madre; dos poetas notables, el más ortodoxo Juan Luis y el maldito Leopoldo María, y un “gran perdedor” periodista, José Moisés, Michi, los hijos.
Luis Antonio de Villena desarrolla su teoría en su último libroLúcidos bordes de abismo. Memoria personal de los Panero, que estrena una nueva línea editorial de la Fundación José Manuel Lara, una vez fallecidos todos los miembros de la familia Panero, que no tuvieron descendencia y con los que mantenía una estrecha relación de amistad. "En el libro se cuentan muchas cosas de las que fui testigo y que nunca se han contado por escrito. Pero por encima de anécdotas que se vuelven categoría, creo que lo más novedoso del libro no es el horror hacia la familia franquista o hacia el padre, sino su búsqueda de la total destrucción. Su horror a la vida", dice el también poeta y ensayista. "El mito de los Panero empieza primero contra su padre, luego los hijos se volvieron contra la madre, pero en realidad su mito fue contra la vida. El error es la vida", agrega.

Los miembros de la familia se despedazaron unos a otros, sacando sus trapos sucio -con el padre ya fallecido en 1962- en la película El desencanto, dirigida por Jaime Chávarri y estrenada en 1976, que tuvo una especie de continuación en 1994 con el también documentalDespués de tantos años, de Ricardo Franco. A partir de esta película, que catapultó a la fama a los Panero, arranca la narración de Luis Antonio de Villena, que combina el ensayo literario y la memoria personal para trazar un retrato de claroscuros con el fin de dar una idea más fiel tanto de la "estatua de mármol" de la vida de la familia como "los ángeles negros que sobrevuelan esa estatua".
De Leopoldo María, que vivió más de 30 años en un psiquiátrico, el autor recuerda que "era un maldito, como su admirado Artaud, pero con su enfermedad lo único que hacía era fumar y beber coca-colas. Lo de la bebida y las drogas fue mucho antes. Para él, la escritura era una terapia", una tabla de salvamento de sus ideas suicidas, y su estancias en los centros le "estabilizó, aunque no le ayudó a mejorar". "Escribía mucho y se repetía mucho" sin que luego depurase su obra, pero también componía poemas de gran altura. Y a pesar de su éxito literario, "la gente que iba a verlo, iba a ver el monstruo", como consecuencia de la degradación física que le provocaba su enfermedad, "que lo iba desfigurando".

En el libro se cuentan muchas cosas de las que fui testigo y que nunca se han contado por escrito
Luis Antonio de Villena
Juan Luis era el "más normal pero su pose de señorito le pasó factura porque resultaba antipático". Michi fue "un gran perdedor": perdió su empleo de columnista y tuvo que dejar su casa. Unas amigas le proporcionaron un pequeño apartamento en el que vivióhasta su muerte. "Era el más joven y fue el primero en morir", comenta el escritor, que recuerda la "gran facilidad que siempre tuvieron los Panero para que las mujeres les protegiesen".
En su opinión, los Panero siguen despertando el interés de la gente por "el hecho insólito en España de que hablasen tan claramente de ellos mismo, de contar las verdades". Luis Antonio de Villena sólo se ha decidido a contar sus verdades sobre la familia cuando murió el último de sus miembros, su amigo Leopoldo María Panero.

lunes, 22 de diciembre de 2014

vuelo aéreo, expresión redundante

La expresión vuelo aéreo resulta redundante, pues el sustantivo vuelo implica ya que el viaje se realiza por el aire.
En los medios de comunicación es habitual encontrar frases como «La cantante Dolores O’Riordan fue detenida por una presunta agresión a una azafata en un vuelo aéreo», «Muere un español en un vuelo aéreo por la rotura de varias bolas de cocaína» o «Más de 150 vuelos aéreos se han cancelado».
El diccionario de uso Clave define vuelo como ‘viaje que se realiza en un vehículo aéreo’ y ‘trayecto que recorre un avión entre el punto de partida y el de destino’. En ambos casos, la noción de ‘perteneciente o relativo al aire o a la aviación’ está implícita en el significado de vuelo.
Así pues, dado que no es preciso diferenciar vuelos aéreos de hipotéticos vuelos submarinos o terrestres, en los ejemplos anteriores habría sido preferible escribir «La cantante Dolores O’Riordan fue detenida por una presunta agresión a una azafata en un vuelo», «Muere un español en un vuelo por la rotura de varias bolas de cocaína» y «Más de 150 vuelos se han cancelado».
El adjetivo aéreo sí es informativo y pertinente, en cambio, en línea aérea,pues una línea también puede ser una vía terrestre o marítima, conforme a la definición del Diccionario académico. 

engaño y bulo, alternativas a hoax

Los términos engaño, bulo y noticia falsa son alternativas adecuadas en español al anglicismo hoax.
En los medios de comunicación es frecuente encontrar frases como «Historias como esta solo son el producto de un “hoax” que se echa a correr y que gana verosimilitud a medida que se repite» o «Los hoax de las muertes de famosos prenden con gran facilidad en las redes sociales».
El término hoax se utiliza con frecuencia en los medios para referirse a las noticias falsas que se difunden a través del correo electrónico y las redes sociales generalmente con amenazas falsas de virus, cadenas de mensajes o denuncias que se pretende que sean difundidas por los usuarios.
En español los términos engaño y engañar (‘dar a la mentira apariencia de verdad’ o ‘inducir a alguien a tener por cierto lo que no lo es’) recogen plenamente el significado de hoax. También, en muchos casos, resultan adecuadas las palabras bulo (‘noticia falsa propalada con algún fin’) o la propia noticia falsa.
Así, en los ejemplos anteriores habría sido preferible escribir «Historias como esta solo son el producto de un engaño que se echa a correr y que gana verosimilitud a medida que se repite» y «Los bulos de las muertes de famosos prenden con gran facilidad en las redes sociales».
Si, en todo caso, se prefiere usar el anglicismo hoax, lo adecuado es escribirlo en cursiva o, si no se dispone de ese tipo de letra, entre comillas.

aporofobia, neologismo válido

El neologismo aporofobia, no aporafobia, está bien formado y se considera un término válido en español para hacer referencia al odio o al miedo al pobre.Aporofobia —formado a partir de la voz griega á-poros, ‘sin recursos’ o ‘pobre’, y fobos, ‘miedo’ significa ‘odio, miedo, repugnancia u hostilidad ante el pobre, el que no tiene recursos o el que está desamparado’. Esta voz está bien formada en español, por lo que no es necesario resaltarla con cursiva o comillas.
Este nuevo término parece tener su origen en algunas publicaciones de la filósofa Adela Cortina en los años noventa, en las que la autora pretendía diferenciar esta actitud de la xenofobia o el racismo.
Se recuerda además que lo apropiado es utilizar la forma aporofobia, y noaporafobia, voz que tiene cierto uso, pero que etimológicamente no se considera válida. Sin embargo, en algunos medios de comunicación se encuentran frases como «No es ni racismo ni xenofobia: es aporafobia» o «Según la autora, lo que tiene el 90 % de la gente es aporafobia». En estos casos, lo apropiado habría sido emplear aporofobia.

la fiscal y la fiscala, formas válidas

La fiscal y la fiscala son dos formas apropiadas en español.
Aunque, por su terminación, fiscal es un sustantivo común en cuanto al género (el fiscal, la fiscal), es también válido el femenino fiscalausado en algunos países de América, tal como indica el Diccionario panhispánico de dudas.
En cuanto al sintagma fiscala generalcabe destacar que el adjetivo generales invariable, a diferencia de cuando funciona como sustantivo, que puede emplearse en femenino: capitana generala.
Así pues, son adecuadas las siguientes frases encontradas en diferentes medios de comunicación «El Gobierno elige a Consuelo Madrigal fiscal general del Estado» o «Consuelo Madrigal, posible fiscala general del Estado».
Se recuerda, además, que los nombres de los cargos se escriben con minúscula inicial (fiscal general, no Fiscal General ni Fiscal general) y los de las instituciones con mayúscula: Fiscalía General.

teleco no necesita comillas

El sustantivo teleco es un acortaminto válido para referirse a la ingeniería de telecomunicaciones, al ingeniero que ha llevado a cabo esta formación o a una empresa de dicho sector, y no necesita comillas.
En los medios de comunicación es habitual encontrar esta palabra entrecomillada: «Estudiantes de ‘Teleco’ de la Politécnica ganan el primer certamen», «El “teleco” Gil Bernárdez recibe un galardón a toda su carrera» o «¿Puede este cambio en los servicios de la compañía estar relacionado con la presión ejercida por las “teleco” en la India?», ejemplos en los que habría sido preferible prescindir de las comillas.
La forma teleco cuenta con amplia difusión desde hace años y el Diccionario del español actual, de Seco, Andrés y Ramos, la recoge sin comillas con el significado de telecomunicación, en general, y como sustantivo común en cuanto al género para designar específicamente al ‘ingeniero de telecomunicación’: el/la teleco.
Además de con este sentido, teleco puede emplearse para referirse a la Ingeniería de Telecomunicaciones y a la empresa de este sector, en cualquier caso sin comillas por tratarse de un abreviamiento igualmente extendido con estos dos significados.
El plural es telecos, por lo que en el último de los ejemplos lo apropiado habría sido escribir «¿Puede este cambio en los servicios de la compañía estar relacionado con la presión ejercida por las telecos en la India?».
Por último, se recuerda que también se considera válida sin necesidad de comillas la forma telco, préstamo crudo del inglés que admite adaptación inmediata y se encuentra ampliamente difundido en América, donde también se emplea, aunque en menor medida, la variante telecom.

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