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viernes, 23 de mayo de 2014

Poesía social española interpretada por Paco Ibáñez

“LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO” – Gabriel Celaya

Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmado,
como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.
Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.
Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.
Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.
Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.
Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas.  Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.
Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.
Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.
No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.
Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.



Paco Ibáñez

Joan Manuel Serrat
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  “ACEITUNEROS” – Miguel Hernández

Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién,
quién levantó los olivos?
No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.
Unidos al agua pura
y a los planetas unidos,
los tres dieron la hermosura
de los troncos retorcidos.
Levántate, olivo cano,
dijeron al pie del viento.
Y el olivo alzó una mano
poderosa de cimiento.
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién
amamantó los olivos?
Vuestra sangre, vuestra vida,
no la del explotador
que se enriqueció en la herida
generosa del sudor.
No la del terrateniente
que os sepultó en la pobreza,
que os pisoteó la frente,
que os redujo la cabeza.
Árboles que vuestro afán
consagró al centro del día
eran principio de un pan
que sólo el otro comía.
¡Cuántos siglos de aceituna,
los pies y las manos presos,
sol a sol y luna a luna,
pesan sobre vuestros huesos!
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
pregunta mi alma: ¿de quién,
de quién son estos olivos?
Jaén, levántate brava
sobre tus piedras lunares,
no vayas a ser esclava
con todos tus olivares.
Dentro de la claridad
del aceite y sus aromas,
indican tu libertad
la libertad de tus lomas.



Paco Ibáñez
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“BALADA DEL QUE NUNCA FUE A GRANADA” – Rafael Alberti

¡Qué lejos por mares, campos y montañas!
 Ya otros soles miran mi cabeza cana. Nunca fui a Granada.
Mi cabeza cana, los años perdidos.
Quiero hallar los viejos, borrados caminos.
Nunca vi Granada.

Dadle un ramo verde de luz a mi mano.
Una rienda corta y un galope largo.
Nunca entré en Granada.
¿Qué gente enemiga puebla sus adarves?
 ¿Quién los claros ecos libres de sus aires?
Nunca fui a Granada.

¿Quién hoy sus jardines aprisiona y pone
cadenas al habla de sus surtidores?
 Nunca vi Granada.

Venid los que nunca fuisteis a Granada.
Hay sangre caída, sangre que me llama.
Nunca entré en Granada.

Hay sangre caída del mejor hermano.
Sangre por los mirtos y aguas de los patios.
 Nunca fui a Granada.

Del mejor amigo, por los arrayanes.
Sangre por el Darro, por el Genil sangre.
 Nunca vi Granada.

Si altas son las torres, el valor es alto.
Venid por montañas, por mares y campos.
Entraré en Granada.



Paco Ibáñez

Rosa León
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“ME LLAMARÁN” – Blas de Otero

…porque la mayor locura que puede
hacer un hombre en esta vida es dejarse
morir, sin más ni más…
SANCHO
(Quijote, II, cap. 74.)

Me llamarán, nos llamarán a todos.
Tú, y tú, y yo, nos turnaremos,
en tornos de cristal, ante la muerte.
Y te expondrán, nos expondremos todos
 a ser trizados ¡zas! por una bala.
Bien lo sabéis. Vendrán
por ti, por ti, por mí, por todos.
Y también
por ti.
 (Aquí
no se salva ni dios. Lo asesinaron.)
Escrito está. Tu nombre está ya listo,
temblando en un papel. Aquel que dice:
abel, abel, abel... o yo, tú, él…


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“ME QUEDA LA PALABRA” – Blas de Otero

Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.

Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.

Si abrí los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.


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“ESPAÑA EN MARCHA” – Gabriel Celaya

Nosotros somos quien somos.
¡Basta de Historia y de cuentos!
¡Allá los muertos! Que entierren como Dios manda a sus muertos.

Ni vivimos del pasado,
ni damos cuerda al recuerdo.
Somos, turbia y fresca, un agua que atropella sus comienzos.

Somos el ser que se crece.
Somos un río derecho.
Somos el golpe temible de un corazón no resuelto.

Somos bárbaros, sencillos.
Somos a muerte lo ibero
que aún nunca logró mostrarse puro, entero y verdadero.

De cuanto fue nos nutrimos,
transformándonos crecemos
y así somos quienes somos golpe a golpe y muerto a muerto.

¡A la calle! que ya es hora
de pasearnos a cuerpo
y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo.

No reniego de mi origen
pero digo que seremos
mucho más que lo sabido, los factores de un comienzo.

Españoles con futuro
y españoles que, por serlo,
aunque encarnan lo pasado no pueden darlo por bueno.

Recuerdo nuestros errores
con mala saña y buen viento.
Ira y luz, padre de España, vuelvo a arrancarte del sueño.

Vuelvo a decirte quién eres.
Vuelvo a pensarte, suspenso.
Vuelvo a luchar como importa y a empezar por lo que empiezo.

No quiero justificarte
como haría un leguleyo,
Quisiera ser un poeta y escribir tu primer verso.

España mía, combate
que atormentas mis adentros,
para salvarme y salvarte, con amor te deletreo.



Paco Ibáñez

jueves, 28 de marzo de 2013

"Recuerdos de Miguel Hernández" por Winston Manrique Sabogal


MiguelhernandezElpais

De El rayo que no cesa
Me llamo barro aunque Miguel me llame.
Barro es mi profesión y mi destino
que mancha con su lengua cuanto lame.
Soy un triste instrumento del camino.
Soy una lengua dulcemente infame
a los pies que idolatro pegada.
Como un nocturno buey de agua y barbecho
que quiere ser critatura idolatrada,
embisto a tus zapatos y a sus alrededores,
y hecho de alfombras y de besos hecho
tu talón que me injuria beso y siembro de flores. (...)
Hoy hace 71 años murió Miguel Hernández, con tan solo 31 años, en la enfermería de la prisión de Alicante. Su condena a muerte durante el franquismo ha llegado a la ONU. Dramaturgo y poeta español que cantó a la vida y a la libertad:
VIENTOS DEL PUEBLO ME LLEVAN
Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.

Los bueyes doblan la frente,
impotentemente mansa,
delante de los castigos:
los leones la levantan
y al mismo tiempo castigan
con su clamorosa zarpa.
No soy de un pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.
Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España. (...)
Cantando espero a la muerte,
que hay de ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.
El suyo fue un pensamiento claro frente a la democracia y contra el autoritarismo, la fuerza y la injusticia, la Guerra Civil. Una de las tantas ideas de este poeta de quien en 2010 se conmemoró el centenario de su nacimiento en Orihuela (Alicante). Hernández falleció de tuberculosis el 28 de marzo de 1942 en el Reformatorio de Adultos de Alicante tras haber padecido un calvario de persecusión por parte del franquismo, pues estuvo en varias prisiones por haber defendido la República. (Artículos sobre Miguel Hernández en EL PAÍS)
Un buen momento para rendir homenaje a este gran poeta. Los invito a recordar y compartir algunos de los poemas o versos de Miguel Hernández.

jueves, 23 de diciembre de 2010

El rayo que no cesa

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Cancionero y Romancero de ausencias (Miguel Hernández)


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Miguel Hernández

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sábado, 30 de octubre de 2010

Cumpleaños feliz al poeta

ROSANA TORRES - Madrid - 31/10/2010



Miguel Hernández hubiera sido feliz con la fiesta de su 100º cumpleaños. Como poeta y como hombre del pueblo. Doce horas continuadas de su poesía, de sus palabras, de su dignidad. Una jornada maratoniana que, por un lado fue popular, abierta a todo el mundo, con un público que fue variando a lo largo del día y de la noche. Por otro se celebró en la sede del Instituto Cervantes de Madrid.


Esta lectura continuada de la obra del poeta Miguel Hernández, en las voces de personalidades del mundo de la cultura, de la sociedad civil y de ciudadanos anónimos, recibió el nombre de La voz de la memoria. Un proyecto que ha impulsado desde hace tiempo la actriz Amparo Climent con la Unión de Actores, en colaboración con el Cervantes, aunque dice que sin la ayuda de la Fundación Aisge (Artistas Intérpretes Sociedad de Gestión) y el Ayuntamiento de Madrid no se hubiera podido llevar a cabo.



Para inaugurar y clausurar la jornada, nada menos que Paco Rabal recitando Elegía, en un documento grabado. Y entre una proyección y otra cientos de participantes, miles de espectadores. Desde Carmen Caffarel , directora del Cervantes, y otras autoridades como Alicia Moreno (Ayuntamiento), Jorge Bosso (Unión de Actores) y la familia de Hernández, que han elegido este acto de los muchos que hoy se celebraban por toda la geografía española, Lucía Izquierdo, nuera del poeta homenajeado, su nieta María José Hernández, y su sobrina carnal Rosa Moreno Hernández.



Luego han hecho una aproximación a Hernández figuras como Xavier Elorriaga, Pilar Bardem, Luis Eduardo Aute, Blanca Portillo, José Sacristán, Emma Cohen, Fernando Chinarro, Elisa Sanz... Y a partir de ahí, actores, músicos, público desconocido y también espectadores de lujo como Mario Gas, en silencio en una esquina, y Marcos Ana, el poeta... y el preso político español que más tiempo ha estado de manera continuada en cárceles franquistas, 26 años, quien, como otros, ha acudido a la cita después de haber participado por la calles de Madrid en el cortejo fúnebre de Marcelino Camacho. Y ya entrada la noche, Juan Diego, Natalie Poza, Juan Diego Botto, Lucía Álvarez, Nathalie Seseña, Josep Maria Flotats, Héctor Alterio...



A la cantaora Carmen Linares, una de las voces más contundentes del flamenco, no se la esperaba. Cantó Aceituneros, uno de los poemas más conocidos del poeta. El mismo que leyó Josefina Román, una joven republicana de 88 años, venida desde Alcalá al acto, quien interrumpió su intervención para gritar un "¡Viva la República!" que emocionó hasta el llanto a muchos asistentes.



martes, 4 de mayo de 2010

El niño yuntero - Miguel Hernández


El Niño Yuntero

Carne de yugo, ha nacido
más humillado que bello,
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.

Nace, como la herramienta
a los golpes destinado,
de una tierra descontenta
y un insatisfecho arado.

Entre estiércol puro y vivo
de vacas trae a la vida
un alma de color de olivo
vieja y ya encallecida.

Empieza a vivir y empieza
a morir de punta a punta
levantando la corteza
de su madre con la yunta.

Empieza a sentir y siente
la vida como una guerra,
y a dar fatigosamente
en los huesos de la tierra.

Contar sus años no sabe
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador.

Trabaja y mientras trabaja
masculinamente serio,
se unge de lluvias y se alhaja
de carne de cementerio.

A fuerza de golpes, fuerte,
y a fuerza de sol, bruñido,
con una ambición de muerte
despedaza un pan reñido.

Cada nuevo día es
más raíz, menos criatura,
que escucha bajo sus pies
la voz de la sepultura.

Y como raíz se hunde
en la tierra lentamente
para que la tierra inunde
de paz y panes su frente.

Me duele este niño hambriento
como una grandiosa espina,
y su vivir ceniciento
revuelve mi alma de encina.

Lo veo arar los rastrojos,
y devorar un mendrugo,
y declarar con los ojos
que por qué es carne de yugo.

Me da su arado en el pecho,
y su vida en la garganta
y sufro viendo el barbecho
tan grande bajo su planta.

Quién salvará a este chiquillo
menor que un grano de avena
De dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena

Que salga del corazón
de los hombres jornaleros,
que antes de ser hombres son
y han sido niños yunteros.

viernes, 9 de abril de 2010

Carta de Miguel Hernández a Juan Ramón Jiménez

Hace un par de años, viendo en la Residencia de Estudiantes de Madrid, una exposición sobre Juan Ramón Jiménez. Me llamó la atención una carta que le dirigía Miguel Hernández. Paso a transcribirla literalmente:
Orihuela, noviembre 1931

Venerado Poeta:
Sólo conozco a usted por su "Segunda Antología" que-créalo-ya he leído cincuenta veces aprendiéndome algunas de sus composiciones. ¿Sabe usted dónde he leído tantas veces su libro?. Dónde son mejores: en la soledad, a plena naturaleza, y en silenciosa, misteriosa, llorosa hora del crepúsculo, yendo por antiguos senderos empolvados y desiertos entre sollozos de esquilas.
No le extrañe lo que le digo, admirado maestro es que soy pastor, No mucho poético, como lo que usted canta, pero sí un poquito poeta. Soy pastor de cabras desde mi niñez. Y estoy contento con serlo, porque habiendo nacido en casa pobre, pudo mi padre darme otro oficio y me dió este que fue de dioses paganos y héroes bíblicos.
Como le he dicho, creo ser un poco poeta. En los prados por que yerro con el cabrío ostenta natura su mayor grado de belleza y pompa; muchas flores, muchos ruiseñores y verdores, mucho cielo y mucho azul, algunas majestuosas montañas tras las cuales rueda la gran era del Mediterráneo.
...Por fuerza he tenido que cantar. Inculto, tosco, sé que escribiendo poesía profano al divino arte...No tengo culpa de llevar en mi alma una chispa de la hoguera que arde en la suya...
Usted, tan refinado, tan exquisito, cuando lea esto ¿qué pensará? Mire: odio la pobreza en la que he nacido, yo no sé por muchas cosas...Particularmente por ser causa del estado inculto en que me hallo, que no deja expresarme bien ni claro, ni decir las muchas cosas que pienso. Si son molestas mis confesiones, perdóneme, y ...ya no sé como empezar de nuevo. Le decía antes que escribo poesías...Tengo un millar de versos compuestos, sin publicar. Algunos diarios de la provincia comenzaron a sacar en sus páginas mis primeros poemas, con elogios...Dejé de publicar en ellos. En provincia leen poco los versos y los que lo leen no los entienden.Y heme aquí con un millar de versos que no sé qué hacer con ellos. A veces me he dicho que quemarlos tal vez fuera lo mejor. Soñador, como tantos, quiero ir a Madrid. Abandonaré las cabras-¡ oh, esa esquila en la tarde!- y con el escaso cobre que puedan darme tomaré el tren de aquí a una quincena de días para la corte.
¿Podría usted, dulcísimo Juan Ramón, recibirme en su casa y leer lo que le lleve? ¿Podrá enviarme unas letras diciéndome lo que crea mejor?
Hágalo por este pastor un poquito poeta, que se lo agradecerá eternamente.

Miguel Hernández
Arriba 73. Orihuela.




sábado, 6 de marzo de 2010

Nanas de la Cebolla - Miguel Hernández- Joan Manuel Serrat



Miguel Hernández en en lenliblog




NANAS DE LA CEBOLLA

La cebolla es escarcha
cerrada y pobre:
escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla:
hielo negro y escarcha
grande y redonda.


En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.


Una mujer morena,
resuelta en luna,
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te tragas la luna
cuando es preciso.


Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en los ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que en el alma al oírte,
bata el espacio.


Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.


Es tu risa la espada
más victoriosa.
Vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.


La carne aleteante,
súbito el párpado,
el vivir como nunca
coloreado.
¡Cuánto jilguero
se remonta, aletea,
desde tu cuerpo!


Desperté de ser niño.
Nunca despiertes.
Triste llevo la boca.
Ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.


Ser de vuelo tan alto,
tan extendido,
que tu carne parece
cielo cernido.
¡Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!


Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.


Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.


Vuela niño en la doble
luna del pecho.
Él, triste de cebolla.
Tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.


Miguel Hernández, 1939

Elegía a Ramón Sijé - Miguel Hernández - Joan Manuel Serrat

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