viernes, 25 de abril de 2014

Discurso íntegro de Elena Poniatowska al recoger el Premio Cervantes (RTVE)

Rafael Chirbes y Antonio Hernández, nuevos Premios de la Crítica (El País)

El premio, sin dotación económica, reconoce 'En la orilla' y 'Nueva York después de muerto'


El escritor Rafael Chirbes, en entrevista en la estación del Norte de Valencia. / JESÚS CÍSCAR
Rafael Chirbes y Antonio Hernández han sido proclamados ganadores esta mañana del Premio Nacional de la Crítica. El primero, en la categoría de narrativa, ha logrado el galardón por su novela En la orilla (Anagrama); Hernández, en el apartado de poesía, ha sido reconocido por su obra Nueva York después de muerto (Calambur). Así lo anunció en Logroño el jurado de la Asociación Española de Críticos Literarios (AECL). El jurado se ha reunido para fallar un galardón creado en 1956 que no tiene dotación económica pero sí mucho prestigio y que puede ser concedido a cualquier autor en lengua española siempre que la obra haya sido publicada en España.
El autor de En la orilla, ganador de casi todos los premios literarios y de la prensa especializada durante el último año, volvió a leer la cuarta serie deLos episodios nacionales de Galdós, mientras escribía la novela. Este escritor ha sido para Chirbes "fuente de inspiración y maestro para quien quiere ser testigo de su tiempo". El escritor recuerda que cuando Galdós escribió esa parte de Los episodios nacionales tenía más de sesenta años y era un hombre que en ese momento de su vida decidió volver la mirada a sus años de juventud. Es el momento en que reina Isabel II, tiempo en el que los especuladores inmobiliarios se enriquecen, el nepotismo y la corrupción minan la Administración del Estado, la Iglesia mueve sus hilos y los militares se pelean por el poder.
Chirbes reconoce que lleva más de 50 años leyendo a Galdós del que admira su capacidad de narrar la situación histórica y su modestia. En su anterior Premio de la Crítica por Crematorio (Anagrama, 2007), escribía del momento de la burbuja inmobliaria, de corrupción política en esta habla de la resaca que se produce después del jolgorio, una resaca que ha llevado a la sociedad a descubrir la carroña, palabra que utiliza en sus dos novelas.
El premio también distingue a los libros editados en las cuatro lenguas oficiales del país. Bernardo Atxaga ha ganado el premio en euskera porDías de nevada. En esta edición el jurado estuvo presidido por Ángel Basanta. Otros miembros fueron José María Pozuelo Yvancos, Javier Goñi, Fernando Valls, Javier Goñi, Ángel Prieto de Paula, Pilar Castro, Enrique Turpin, Carlos Galán y Araceli Iravedra. Los narradores Rafael Chirbes, Isaac Rosa, Julio Llamazares, Marta Sanz, Eloy Tizón y Jesús Carrasco, y los poetas Miguel D'Ors, Julia Uceda, Ada Salas, Pureza Canelo, Eduardo Moga y Eloy Sánchez Rosillo figuraban entre los candidatos a los Premios de la Crítica.
El año pasado los galardonados fueron la narradora Clara Usón por su novela La hija del Este (Seix Barral) y el poeta Juan Carlos Mestre porLa bicicleta del panadero (Calambur). Entre los distinguidos con el premio en Narrativa en castellano, en sus casi seis décadas, figuran Camilo José Cela (por La catira en 1956), Rafael Sánchez Ferlosio (1957 por El Jarama), Miguel Delibes (1963 por Las ratas), Mario Vargas Llosa (en 1964 por La ciudad y los perros y 1967 por La casa verde), José Manuel Caballero Bonald (1975 por Ágata ojo de gato), Eduardo Mendoza (1976 por El verdad sobre el caso Savolta), José Donoso (1978 por Casa de Campo), Juan Carlos Onetti (1979 por Dejemos hablar al viento), Juan Benet (1983 por Herrumbrosas lanzas), Luis Mateo Díez (1986 por La fuente de la edad y 1999 por La ruina del cielo), Antonio Muñoz Molina (1987por El invierno en Lisboa), Álvaro Pombo (1990 por El metro de platino iridiado). Javier Marías (1992 porCorazón tan blanco), Juan Marsé (1993 por El embrujo de Shangai y 2000 por Rabos de lagartija),
Los últimos ganadores han sido: Manuel Longares (2000 porRomanticismo), Enrique Vila-Matas (2002 por El mal de Montano), Juan Eduardo Zúñiga (2003 por Madrid capital de la gloria), Alberto Méndez (2004 por Los girasoles ciegos), Ramiro Pinilla (2005 por Verdes valles, colinas rojas), Eduardo Lago (2006 por Llámame Brooklyn), Rafael Chirbes (2007 por Crematorio), David Trueba (2008 por Saber perder), Andrés Neuman (2009 por El viajero del siglo), Ricardo Piglia (2010 porBlanco nocturno) e Ignacio Martínez de Pisón (2001 por El día de mañana).

El escritor Javier Fonseca visitó el Puig Adam


Con motivo de la Semana del Libro Infantil y Juvenil que organiza el Ayuntamiento de Getafe, el IES Matemático Puig Adam ha contado con la presencia el día 24 de abril del escritor madrileño Javier Fonseca, especialista en libros para pequeños y adolescentes, que se encarga con gran acierto de llevar a los centros escolares talleres de creación, animaciones, charlas ... 

En esta ocasión, el autor hizo doblete, ya que, por la mañana, llevo a cabo un Taller de Creación Literaria con el grupo de 1º A de Bachillerato, y, por la tarde, ese mismo taller lo puso a funcionar con el grupo de 2º de Bachillerato de Literatura Universal, más alumnos de otros cursos para completar plantilla.

Por la mañana, el grupo de 1º se desdobló en dos mitades para que el taller fuese más productivo con un grupo más reducido de alumnos. La experiencia, según cuenta la profesora Dolores Espartero y el propio autor, ha sido todo un éxito, quedándose encantados los alumnos de la enseñanza recibida y las posibilidades que nos puede ofrecer el papel en blanco, y cómo, a partir de la creación de un personaje se puede elaborar una historia. Unas pocas horas después, Javier tuvo la amabilidad de volver al centro y llevar a cabo el encuentro con alumnos mayores y el resultado fue el mismo.

La hora que estuvo Javier con cada grupo se hizo muy corta; el escritor define estos encuentros como Taller exprés, y no le falta razón. Hablándolo con el autor al finalizar el encuentro, creo que para el curso que viene el taller se podrá ampliar a dos horas.


Gracias Javier y gracias Ayuntamiento de Getafe


Enlaces de interés para conocer mejor a Javier:


martes, 22 de abril de 2014

Matar a un ruiseñor de Harper Lee/Robert Mulligan



Matar un ruiseñor (título original en inglésTo Kill a Mockingbird) es una novela de la escritora estadounidense Harper Lee. Publicada en 1960, tuvo un éxito instantáneo, ganando el premio Pulitzer y pasando a convertirse en un clásico de la literatura moderna estadounidense. La novela está inspirada en las observaciones de la autora sobre su familia y sus vecinos, así como en un incidente ocurrido cerca de su ciudad en 1936, cuando tenía 10 años de edad.
Aunque la novela trata sobre temas polémicos como la violación y desigualdad racial, también es alabada por su calidez y humor. El padre de la narradora, Atticus Finch, ha servido como ejemplo de moral para muchos lectores y como modelo de integridad para los abogados. Un crítico explicaba el impacto de la novela diciendo, «en el siglo XX, Matar un ruiseñor es el libro más leído sobre el tema racial en Estados Unidos, y su protagonista, Atticus Finch, es la imagen de ficción más duradera del heroísmo racial» (artículo de Wikipedia) continuar leyendo























domingo, 20 de abril de 2014

Muere Gabriel García Márquez: genio de la literatura universal por WINSTON MANRIQUE SABOGAL (El País)

Uno de los grandes escritores de la literatura universal ha fallecido en México DF a la edad de 87 años

El narrador y periodista colombiano, ganador del Nobel en 1982, es el creador de obras clásicas como 'Cien años de soledad', 'El amor en los tiempos del cólera', 'El coronel no tiene quien le escriba', 'El otoño del patriarca' y 'Crónica de una muerte anunciada'.

Nació en Aracataca y fue el creador de un territorio eterno llamado Macondo donde conviven imaginación, realidad, mito, sueño y deseo.

  

El escritor colombiano Gabriel García Márquez. / THE DOUGLAS BROTHERS
Bajo un aguacero extraviado, el 6 de marzo de 1927, nació Gabriel José García Márquez. Hoy, bajo los primeros olores que anuncian lluvia este jueves 17 de abril de 2014, a la edad de 87 años, ha muerto en México DF el periodista colombiano y uno de los más grandes escritores de la literatura universal. Autor de obras clásicas como Cien años de soledad,El amor en los tiempos del cólera, El coronel no tiene quien le escriba, El otoño del patriarca y Crónica de una muerte anunciada,fue el creador de un territorio eterno y maravilloso llamado Macondo.
Nació en la caribeña Aracataca, un poblado colombiano, un domingo novelable a partir del cual el niño viviría una infancia a la que volvió muchas veces. Entró a la literatura en 1947 con su cuento La tercera resignación; la gloria le llegó en 1967 con Cien años de soledad, y su confirmación en 1982 con el Nobel de Literatura. Ahora, el ahijado más prodigioso de Melquiades se ha ido, para quedarse entre nosotros un hombre que creó una nueva forma de narrar; un escritor que con un universo y un lenguaje propios corrió los linderos de la literatura; un periodista que amaba su profesión pero odiaba las preguntas; una persona que adoraba los silencios, y con un encanto que cautivó a intelectuales y políticos, y hechizó a millones de lectores en todo el mundo.

Condolencia de Mario Vargas Llosa

Nada más conocerse la noticia de la muerte de Gabriel García Márquez, el premio Nobel de Literatura peruano Mario Vargas Llosa hizo esta declaración de condolencia a EL PAÍS:
“Ha muerto un gran escritor cuyas obras dieron gran difusión y prestigio a la literatura en lengua española en todos los países del mundo. Sus novelas sobrevivirán e irán ganando lectores por doquier. Envío mis condolencias a toda su familia”.
Gabriel no iba a ser su nombre. Debió llamarse Olegario. Acababan de sonar las campanas dominicales de la misa de nueve de la mañana cuando los gritos de la tía Francisca se abrieron paso, entre el aguacero, por el corredor de las begonias: “¡Varón! ¡Varón! ¡Ron, que se ahoga!”. Y nuevos alaridos enmarañaron la casa. Una vez liberado del cordón umbilical enredado en el cuello, las mujeres corrieron a bautizar al niño con agua bendita. Lo primero que se les vino a la cabeza fue ponerle Gabriel, por el padre, y José, por ser el patrono de Aracataca. Nadie se acordó del santoral. De lo contrario, se habría llamado Olegario García Márquez.
Aquel domingo 6 de marzo de 1927,Aracataca celebró la llegada del primogénito de Luisa Santiaga y Gabriel Eligio. Fue el mayor de 11 hermanos, siete varones y cuatro mujeres. En realidad, para los cataqueros había nacido el nieto de Tranquilina Iguarán Cotes y el coronel Nicolás Ricardo Márquez Mejía, los abuelos maternos con quienes se crió hasta los diez años en una tierra de platanales bajo soles inmisericordes y vivencias fabulosas. Era unpelaíto en una casa-reino de mujeres, acorralado por el rosario de creencias de ultratumba de la abuela y los recuerdos de guerras del abuelo, el único hombre junto a él. ¡Ah! y un diccionario en el salón por el que entra y sale del mundo.
Diez años que le sirvieron para dar un gran fulgor a lo real maravilloso, al realismo mágico. Los cuentos fueron para él ese primer amor que nunca se olvida, el cine los amores desencontrados y las novelas el amor pleno y correspondido.De todos ellos, creía que la historia que no embolatará su nombre en el olvido es la de sus padres recreada en El amor en los tiempos del cólera.
Son las vísperas de su vida.
Donde todo empieza... Amor y amores deseados, esquivos y de toda estirpe en sus escritos.
García Márquez, que será conocido por sus amigos como Gabo, vive un segundo tiempo cuando a los 16 años, en 1944, sus padres lo envían a estudiar a la fría, helada, Zipaquirá, cerca de Bogotá. Descubre sus primeros escritores tutelares, Kafka, Woolf y Faulkner.
El zumbido de la literatura y el periodismo lo rondan.
Allí, en el frío del altiplano andino, lo sorprende el cambio de destino del país y el suyo. Estudia Derecho, cuando el 9 de abril de 1948 es asesinado el candidato presidencial Jorge Eliécer Gaitán. Un suceso conocido como El bogotazo. Fue el antepenúltimo germen de un rosario de conflictos políticos y sociales, conocido como La violencia que habrán de germinar en sus obras.
Después de El bogotazo volvió a sus tierras costeñas con una mala noticia para sus padres: deja la carrera de Derecho. A cambio empieza en el periodismo. Primero en el periódico El Universal, de Cartagena, entre otras cosas como crítico de cine bajo el seudónimo de Séptimus; luego en El Heraldo, de Barranquilla, hasta volver a Bogotá, en 1954, aEl Espectador, el diario que en 1947 había publicado, un domingo, su primer cuento.
Además de crónicas y reportajes escribía para las páginas editoriales y la sección Día a Día, en la que se daba cuenta de los hechos más significativos de aquella Colombia donde la violencia corría en tropel. En 1955 escribe la serie sobre un suceso que terminará llamándose Relato de un náufrago.
Ryszard Kapuscinski aseguró que, aunque lo admiraba por sus novelas, consideraba que “la grandeza estriba en sus reportajes. Sus novelas provienen de sus textos periodísticos. Es un clásico del reportaje con dimensiones panorámicas que trata de mostrar y describir los grandes campos de la vida o los acontecimientos. Su gran mérito consiste en demostrar que el gran reportaje es también gran literatura”.

Libros inolvidables

García Márquez ha vendido más de 40 millones de ejemplares en más de 30 idiomas.
Novelas: La hojarasca (1955), El coronel no tiene quien le escriba (1957), La mala hora (1961),Cien años de soledad (1967), El otoño del patriarca (1975), Crónica de una muerte anunciada (1981), El amor en los tiempos del cólera (1985), El general en su laberinto (1989),Del amor y otros demonios (1994), Memorias de mis putas tristes (2004).
Grandes reportajes: Relato de un náufrago(1970), Noticia de un secuestro (1996), Obra periodística completa (1999). Primer tomo de sus memorias, Vivir para contarla (2002).
Cuentos: Ojos de perro azul (1955), Los funerales de la Mamá grande (1962), La irresistible y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada (1972), Doce cuentos peregrinos (1992).
Mientras trabaja como periodista escribe cuentos y no se desprende de una novela en marcha que lleva a todos lados, titulada La casa.
Ese mismo año aparece su primera novela, La hojarasca. Después viaja a Europa como corresponsal del diario bogotano y recorre el continente, e incluso los países de la “cortina de hierro”. En 1958 vuelve y se casa con Mercedes Barcha. Hasta que se instala en México DF, en 1961, donde hace vida con sus amigos, las parejas Álvaro Mutis-Carmen Miracle y Jomí García Ascot-María Luisa Elío (dos españoles exiliados de la guerra). Un día Mutis le da dos libros y le dice: “Léase esa vaina para que aprenda cómo se escribe”. Eran Pedro PáramoEl llano en llamas, de Juan Rulfo. Ese año publica El coronel no tiene quién le escriba.
—“¿Fue tu abuela la que te permitió descubrir que ibas a ser escritor?”, le preguntó en los años setenta su amigo y colega Plinio Apuleyo Mendoza.
—“No, fue Kafka, que, en alemán, contaba las cosas de la misma manera que mi abuela. Cuando yo leí a los 17 años La metamorfosis,descubrí que iba a ser escritor. Al ver que Gregorio Samsa podía despertarse una mañana convertido en un gigantesco escarabajo, me dije: ‘Yo no sabía que esto era posible hacerlo. Pero si es así, escribir me interesa”.
La escritura no le da para comer y trabaja en cine y publicidad. Llega 1965. Pronto terminarán cuatro años de sequía literaria. El embrión esLa casa. Páginas que no terminan de coger forma. Hasta que un día, mientras viaja en un Opel blanco con su esposa Mercedes y sus dos hijos de vacaciones a Acapulco, ve clara la manera en que debe escribirla: sucedería en un pueblo remoto, y descubre el tono: el de su abuela que contaba cosas prodigiosas con cara de palo, y la llenaría de historias: las contadas por su abuelo en la Guerra de los Mil Días de Colombia. Y el comienzo de la novela: “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo”.
Ha sido el soplo divino de Kafka, Faulkner, Sherezada, Rulfo, Verne, Woolf, Hemingway, Homero… y sus abuelos Tranquilina y Nicolás.


El escritor durante la ceremonia de los Premios Nobel en Estocolmo en 1982
Da media vuelta y regresa en el Opel blanco a su casa de San Ángel Inn, en México DF.
Una vez llega, coge sus ahorros, 5.000 dólares, y se los entrega a su esposa para el mantenimiento del hogar mientras se dedica a escribir. La Cueva de la Mafia es la habitación de su casa donde esa primavera se exilia con la enciclopedia británica, libros de toda índole, papel y una máquina Olivetti. Vive y disfruta ese rapto de inspiración al escribir hasta las ocho y media de la noche al ritmo de los Preludios de Debussy y Qué noche la de aquel día de los Beatles.
En otoño el dinero se acaba y las deudas acechan. García Márquez coge, entonces, el Opel y sube al Monte de Piedad a empeñarlo. Es una nueva tranquilidad para seguir escribiendo, aumentada por las visitas de sus amigos que les llevan mercaditos.
Al llegar el invierno de 1965-1966 pone un punto y aparte, y llora, llora como ni siquiera en sus novelas está escrito. Tenía 39 años Gabriel García Márquez cuando, esa mañana de 1966, salió de La Cueva de la Mafia, atravesó la casa y se derrumbó en lágrimas sobre la cama matrimonial como un niño huérfano. Su esposa, al verlo tan desamparado, supo de qué se trataba: el coronel Aureliano Buendía acababa de morir. Era el personaje inspirado en su abuelo Nicolás.
Muere orinando mientras trata de encontrar el recuerdo de un circo, después de una vida en la que se salvó de un pelotón de fusilamiento, participó en 32 guerras, tuvo 17 hijos con 17 mujeres y terminó sus días haciendo pescaditos de oro.
Un duelo perpetuo para el escritor que, el 5 de junio de 1967, ve recompensado al saber que esa historia comandada por el coronel, bajo el título de Cien años de soledad, inicia su universal parranda literaria en la editorial Sudamericana, de Francisco Porrúa, en Buenos Aires. Todos quieren conocer la saga de los Buendía.
La novela impulsa la universalización del boom de la literatura latinoamericana. “Verdaderamente fue a partir del triunfo escandalosamente sin precedentes de Cien años de soledad”, afirmaría José Donoso en Historia personal del boom.
En medio de la algarabía, García Márquez se va a vivir a Barcelonadonde afianza su amistad con autores como Carlos FuentesMario Vargas Llosa y Julio Cortázar. El éxito es rotundo y trasciende a otros idiomas. Luego empieza a escribir El otoño del patriarca (1975) como un ejercicio para quitarse de encima la sombra de su obra maestra. Para entonces ya es muy activo con la causa cubana y está más presente en Colombia. En 1981 publica Crónica de una muerte anunciada.


García Márquez con una edición de 'Cien años de soledad' a finales de los sesenta / COLITA
La noticia del Nobel lo sorprende en México en 1982. En la frontera del amanecer del 10 de octubre el teléfono lo despierta. Con 55 años se convierte en uno de los escritores más jóvenes en recibir el máximo galardón de la literatura. En diciembre rompe con la tradición al recibir el premio vestido con un liquiliqui, una manera de rendir homenaje a su tierra costeña y compartirlo con su abuelo Nicolás que usaba trajes así en el ejército. Una ausencia que acompañó al escritor desde los 10 años, cuando este murió, y convirtió en incompletas todas sus alegrías futuras, por el hecho de que el abuelo no las sabía, escribe Dasso Saldívar en la biografía Viaje a la semilla.
Tres años después culmina la historia de sus padres: El amor en los tiempos del cólera. Siguen El general en su laberinto (1989) y Del amor y otros demonios (1994).
Hace realidad uno de sus sueños, en Cartagena de Indias: la creación de la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano y se une a otros proyectos informativos. Son los años de su vuelta al periodismo. Al principio de todo.
En 1999 le detectan un cáncer linfático. Todo ello mientras termina de escribir sus memorias, Vivir para contarla, a las que cuando puso punto final se topó con la muerte de su madre, Luisa Santiaga Márquez Iguarán. Un domingo lo trajo ella al mundo; y un domingo lo dejó ella. Fue la noche del 9 de junio de 2002. Dos años más tarde escribe su última creación: Memoria de mis putas tristes.
Sus recuerdos empiezan su peregrinación.
Hasta que se han ido del todo al encuentro de los Buendía.
Y de no haber sido escritor, lo que realmente hubiera querido ser Gabriel García Márquez también tiene que ver con el amor, presente en todas sus obras. Lo supo hace muchos en Zúrich cuando una tormenta de nieve tolstiana lo llevó a refugiarse en un bar. Su hermano Eligio recordaría cómo él se lo contó:
—“Todo estaba en penumbra, un hombre tocaba piano en la sombra, y los pocos clientes que había eran parejas de enamorados. Esa tarde supe que si no fuera escritor, hubiera querido ser el hombre que tocaba el piano sin que nadie le viera la cara, solo para que los enamorados se quisieran más”.
Entre realidades, deseos, sueños, alegrías, agradecimientos, imaginaciones y, sobre todo, por el paraíso irrepetible de su lectura, Gabriel García Márquez está ahora en el mismo lugar donde él llevó a Esteban en su inolvidable cuento El ahogado más hermoso del mundo,después de que a la gente del pueblo “se le abrieran las primeras grietas de lágrimas en el corazón”… Porque una vez comprobado que había muerto “no tuvieron necesidad de mirarse los unos a los otros para darse cuenta de que ya no estaban completos, ni volverían a estarlo jamás”… El rumor del mar trae la voz del capitán de aquel barco, que en 14 idiomas, dice señalando al mundo, por encima del promontorio de rosas amarillas en el horizonte del Caribe: “Miren allá, donde el viento es ahora tan manso que se queda a dormir debajo de las camas; allá, donde el sol brilla tanto que no saben hacia donde girar los girasoles; sí, allá, es el pueblo” de Gabriel García Márquez.

martes, 8 de abril de 2014

Un juez ampara que los maestros vistan la camiseta verde en clase en http://mareaverdemadrid.blogspot.com.es/

domingo, 6 de abril de 2014


LA MAREA.COMLa Justicia da la razón a la primera profesora sancionada por vestir la camiseta verde


El movimiento de la comunidad educativa por la enseñanza pública ha ganado esta semana una batalla cargada de simbolismo en un contexto de presión a los docentes incómodos. Una orientadora del IES Arcipresde de Hita de Vallecas (Madrid) ha ganado el juicio por la sanción impuesta en mayo de 2011, por mostrar, en el colegio concertado donde realizaba una prueba de evaluación, la camiseta verde que hoy representa al movimiento en defensa de la escuela pública.
Por aquel entonces, la prenda de color verde sólo la usaba la comunidad educativa de Vallecas, ya que no se había impuesto aún ningún símbolo común. Fue entonces, a raíz de la sanción a la docente -quien no quiere que aparezca su nombre porque lo considera un hito colectivo-, cuando la mayor parte de profesores y estudiantes comenzaron a llevar la prenda. Tanto se extendió la camiseta que, hoy en día, el movimiento por la educación pública se llama Marea Verde.
La directora del centro concertado elevó una queja al inspector educativo, que llegó al director del área territorial, Bonifacio Alcáñiz, quien finalmente impuso la sanción a la profesora. Un castigo que sus compañeros tildaron de ejemplarizante y despertó un gran sentimiento de solidaridad entre el profesorado.
Posteriormente, la Consejería de Educación desestimó el recurso de la profesora, por lo que ésta dio un paso más y denunció a la Comunidad de Madrid por sanción improcedente. Han tenido que pasar dos años para que un juzgado haya, finalmente, dado la razón a la docente.
“Es una sentencia importantísima porque da la razón al profesorado y refuerza la necesidad de movilizarse”, valora Isabel Galvín, secretaria general de la federación de Enseñanza de CCOO Madrid y miembro de la Marea Verde. “Hay más de 500 expedientes abiertos contra la comunidad educativa desde 2011 sólo en Madrid, una auténtica criminalización que se ejerce de manera indiscriminada contra profesores incómodos”, denuncia.
El mes pasado, sin ir más lejos, un alumno de Formación Profesional fue sancionado por mostrar una camiseta verde durante la visita de la consejera de Educación madrileña, Lucía Figar, según denuncia el sindicato. “La represión continúa, pero esto nos vale como una invitación al optimismo, nos reafirma en que hay que luchar tanto en los tribunales como en la calle”, incide Galvín.

making of, alternativas en español

Cómo se hizo o así se hizo se presentan como alternativas adecuadas en español para el anglicismo making of.
En los medios de comunicación se pueden encontrar construcciones como «Se publica el making of del vídeo de Rihanna y Shakira», «En el último making of de El tiempo entre costuras hemos estado en los lugares donde se rodaron las secuencias finales».
La expresión inglesa making of es frecuente en el lenguaje cinematográfico y audiovisual. Suele referirse a la realización de un vídeo documental que muestra cómo fue la producción de una película, aunque en la actualidad es también frecuente para sesiones fotográficas, series y programas de televisión.
Las alternativas que se proponen en español son cómo se hizo o así se hizo. Se recomienda escribir estas construcciones en cursiva, o entrecomilladas si no se tiene acceso a este tipo de letra, para facilitar la compresión del lector.
También es posible emplear la construcción tras las cámaras, en cursiva, o el término derivado de ella tras cámara, una variante adecuada en español, por lo que puede ir en redonda, y de la cual se registra cierto uso en América.
Así, en los ejemplos anteriores habría sido preferible escribir «Se publica el cómo se hizo del vídeo de Rihanna y Shakira», y «En el último así se hizo deEl tiempo entre costuras hemos estado en los lugares donde se rodaron las secuencias finales».
En el caso de preferir la expresión inglesa, se recomienda escribirla con cursiva o entre comillas si no se dispone de este tipo de letra, y se recuerda que la forma correcta es making of (con una sola f), y no making off, como aparece a veces en los medios.

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