domingo, 27 de noviembre de 2011

Comparativa entre Don Juan Tenorio y El burlador de Sevilla


DON JUAN TENORIO
Y
EL BURLADOR DE SEVILLA





1.- El tema central en la obra de Tirso es el de la justicia, que se manifiesta, por una parte, en la imperfección de la justicia humana que tolera los abusos de don Juan, y, por otra, en la justicia divina. ¿Cuándo confluyen ambas justicias? Busca ejemplos concretos donde la justicia humana quede mal parada.
¿Cuál crees tú que es el tema principal en la obra de Zorrilla?

Podemos decir, que ambas justicias confluyen en la figura del alma del comendador don Gonzalo de Ulloa. En primer lugar representa a la justicia humana, ya que, al no poder limpiar el honor de su familia en vida, vuelve su alma para vengarse de don Juan por la ofensa de intentar burlar a doña Ana. En segundo lugar representa a la justicia divina puesto que, en representación de Dios, castiga a don Juan con la muerte por todas las burlas que realizó, y por la ofensa y burla a los muertos, el mayor agravio. También hay que decir que existe la necesidad de que don Juan sea católico, cuando menos creyente, para que su desafío a la justicia divina pudiera ser considerado como el más grave pecado.
-Ejemplos donde la justicia humana queda mal parada:
JORNADA PRIMERA
Don Pedro
Ejecutando, señor,
Lo que mandó Vuestra Alteza,
el hombre...
Rey
¿Murió?
Don Pedro
Escapóse
de las cuchillas soberbias.
Rey
¿De qué forma?
Don Pedro
De esta forma:
aún no lo mandaste apenas,
cuando sin dar más disculpa
la espada en la mano aprieta,
revuelve la capa al brazo,
y con gallarda presteza
ofendiendo a los soldados
y buscando su defensa,
viendo vecina la muerte,
por el balcón de la huerta
se arroja desesperado.
...
(Don Juan ha conseguido engañar a su tío haciéndose la víctima para que le deje escapar y se libra del castigo)
JORNADA SEGUNDA
(don Juan ha burlado a doña Ana y ha matado a don Gonzalo de Ulloa y devuelve la capa al marqués de la Mota)
Mota
¡Válgame Dios, voces oigo
en la plaza del Alcázar!
¿Qué puede ser a estas horas?
Un hielo me baña el alma.
Desde aquí parece todo
Una Troya que se abrasa,
Porque tantas hachas juntas
Parecen gigantes de llamas.
Mas, una escuadra de luces
se acerca a mí. ¿Por qué anda
el fuego emulando al Sol,
dividiéndose en escuadras?
Quiero preguntar lo que es.
(Sale Tenorio el Viejo, y la guarda, con hachas)
Tenorio
¿Qué gente?
Mota
Gente que aguarda
Saber de aqueste alboroto
La ocasión.
Tenorio
Esta es la capa que dijo el Comendador
En las postreras palabras.
Préndanle.
...
(Finalmente don Juan sale airoso de la burla, y todas las culpas las carga el marqués de la mota, la justicia humana queda totalmente mal parada)
Para mí, el tema principal en la obra de Zorrilla es la salvación por el amor de don Juan, que es capaz de redimir con el amor a doña Inés su condición de burlador, obteniendo así el consiguiente perdón divino.

2.- En Tirso, el argumento dramático de la obra aparece estructurado en torno a dos bloques temáticos reflejados en el título: en una primera parte se desarrolla la burla de las mujeres
(la figura de don Juan como burlador);en la segunda parte se desarrolla la burla y ofensa de los muertos (don Juan como huésped del convidado de piedra). Para representar la burla de las mujeres, el autor ha escogido a dos damas y a dos villanas. Indica qué diferencias existen en cuanto al modo de engañarlas y las consecuencias de la burla en cada caso.
BURLA DE ISABELA:
El engaño de Isabela consiste en introducirse en la habitación de la misma con un antifaz y hacerse pasar por el duque Octavio, que en teoría iba a ser su prometido, y del cual ella estaba enamorada, y así, en ausencia de luz, podría gozarla, ya que si no notaba el engaño, ella no opondría resistencia.
Las consecuencias de esta burla son, primero, que casi le cuesta la vida a don Juan, puesto que después de la burla se percata del engaño y avisa a la guardia, aunque afortunadamente para él, el rey le confía a su tío, quien le ofrece otra oportunidad y le deja escapar, y como consecuencia de esto debe mentir al rey. Las consecuencias para ella son que la encierran en una torre y miente, alegando que fue el duque Octavio el culpable. El rey manda prender por ello al duque Octavio. Después, declarada la inocencia de Octavio, el rey lo quiere casar con Ana de Ulloa. Después Fabio lleva a Isabela contra su voluntad a Sevilla para casarla con don Juan, para reemplazar la pérdida del duque Octavio y recuperar algo del honor perdido. Pero finalmente se casa con Octavio.
BURLA DE TISBEA:
A Tisbea la seduce de forma galante y ensalzándola, prometiéndole el matrimonio para engañarla y poder gozarla, diciendo que será su esclavo, y que si no cumple lo que promete, Dios debe castigarle.
Las consecuencias de la burla son que Tisbea queda deshonrada, aunque ella misma admite que no le está mal empleado porque ella antes burlaba a los hombres, y más tarde va a pedir venganza al Rey.
BURLA DE DOÑA ANA:
Para llevar a cabo la burla de doña Ana de Ulloa, primero engaña al marqués de la Mota, de la siguiente manera: para empezar, cambia el mensaje que le da una mujer de parte de doña Ana para el marqués diciéndole que la hora de queda es a las 12, cuando es a las 11. Esto le daría una hora de margen. Después, cuando acompaña al marqués para que goce a su prima, le dice que quiere “dar un perro”, es decir, burlar a una mujer haciéndose pasar por un gran señor, y el marqués le presta su capa y le da las indicaciones para que pueda burlar a una mujer. En realidad, lo que hace don Juan es hacerse pasar por el marqués e intentar burlar a doña Ana de Ulloa, pero ésta se da cuenta del engaño antes de que sea demasiado tarde.
Las consecuencias de esta burla son que don Juan tiene que matar a don Gonzalo de Ulloa para poder escapar, y también tiene que devolverle la capa al marqués para que lo identifiquen como el asesino de don Gonzalo y lo hagan preso escapándose él. Finalmente, cuando el marqués de la Mota se entera de que doña Ana no ha perdido el honor, decide casarse con ella.
BURLA DE ARMINTA:
Arminta iba a desposarse con Batricio. Don Juan asiste a las bodas, y primero con ironía se sienta en el lugar del novio, y ensalza a Arminta, aprovechando que lo consideran un gran señor. Durante la comida no se separa de ella, y la aleja de Batricio. Después, miente a Batricio y le dice que ella le hizo llamar y que él la gozó. Batricio mira por sí mismo, y mira por su honor y abandona su amor por Arminta. Esto le dejaba la vía libre para burlarla prometiéndole antes matrimonio, que acordo también previamente con su padre, que no iba a cumplir.
Las consecuencias de esta burla son que Arminta le persigue para que cumpla su promesa de matrimonio.
Generalizando podemos decir que para burlar a las damas se hace pasar por sus amados, y que para burlar a las villanas, las seduce y les promete un matrimonio que, por supuesto, no va a cumplir. En algunos casos, las burladas piden justicia ante el rey, o exigen el matrimonio a don Juan. La consecuencia final de todas las burlas es la condena a la muerte ejecutada por el alma de don Gonzalo de Ulloa.

3.- En la obra de Zorrilla la elección del título don Juan Tenorio es significativo. Compara el personaje de don Juan en las dos obras y di en qué crees que ha cambiado.

Si comenzáramos a leer las dos obras simultáneamente e hiciéramos una valoración de don Juan en el principio de ambas obras, podríamos pensar que se trata del mismo personaje, un burlador osado con las mujeres, valiente ante los hombres, y atrevido con los difuntos, ya que aparentemente su carácter es el mismo. Pero a medida que se avanza en las obras, ambos personajes se van diferenciando, hasta el punto de que al final de las obras podemos establecer bastantes diferencias entre ellos, de las cuales la principal radica en la evolución del personaje: en la obra de Tirso nos encontramos con un personaje totalmente plano, que no evoluciona para nada, y cuya actitud se mantiene hasta el final, lo que el cuesta la muerte, mientras que si analizamos el personaje en la obra de Zorrilla, vemos como el personaje ha evolucionado a lo largo de la obra, de tal forma que al final cambia su actitud y su modo de pensar y se produce la salvación. Podemos decir que el don Juan de Zorrilla tiene un carácter más humano que el de Tirso, que después de conocer a doña Inés, cambia sus sentimientos en el último instante, el mito es vencido, y don Juan, enamorado, está dispuesto a vivir conforme a las normas sociales, atado al matrimonio. Mientras el don Juan de Zorrilla acepta la misericordia de Dios, el de Tirso, continúa con su actitud de católico libertino e impertinente y retador de la justicia divina hasta el final, fiel a su lema “Tan largo me lo fiáis”. Esa es otra de las grandes diferencias que podemos establecer entre ellos, la actitud hacia la justicia divina, mientras el don Juan de Tirso no considera las advertencias del posible castigo de Dios menospreciando su poder, y muestra una actitud arrogante hacia el Convidado, en el don Juan de Zorrilla, al principio también tiene una actitud arrogante hacia el Convidado, pero al final de la obra acaba poniéndose de rodillas y pidiendo misericordia, aunque antes dudara que hubiera un Dios que pudiera perdonarle.

4.- ¿Cuál es la postura ante el amor que don Juan tiene en cada obra? En el burlador las víctimas de don Juan muestran un comportamiento que favorece la burla que sufren; analiza esto en Doña Ana de Ulloa, Arminta y el marqués de la Mota.

Como ya hemos comentado antes, la actitud de don Juan al principio de las obras es parecida, concibe el amor como algo meramente carnal, busca a la mujer para un goce personal y egoísta y evitan cualquier unión matrimonial, aunque en el caso de don Juan de Tirso utiliza promesas de matrimonio para llevar a cabo las burlas. En cualquier caso, al principio de las obras, el personaje de don Juan se presenta como el típico seductor y conquistador astuto que sólo busca el placer. Aunque el don Juan de Tirso no evoluciona respecto a la postura ante el amor, la cual mantiene, el don Juan de Zorrilla sí evoluciona, cambia totalmente su postura ante el amor, debido al sacrifico de doña Inés que le ama y se esfuerza por conseguir su redención, y encuentra en ella el amor verdadero, siendo capaz de aceptar las normas morales y sociales y comprometerse en el matrimonio.
En la obra de Tirso podemos observar un comportamiento en ciertos personajes que favorece la burla por parte de don Juan en cada caso. Estos personajes tienen actos reprochables por los que merecen la burla:
  • Doña Ana de Ulloa: busca los favores de su primo el Marqués de la Mota, a quien quiere desposar, en contraposición al esposo establecido por su padre. Este comportamiento reprochable favorece la burla, don Juan se aprovecha de esta situación, se hace pasar por el Marqués de la Mota e intenta la burla.
  • Arminta: en este caso su modo de pensar hace que merezca ser burlada, ya que sólo busca el matrimonio con alguien noble, de gran prestigio y poder adquisitivo, circunstancia que aprovecha don Juan para quitarse de en medio a su reciente desposado y acordar con el padre de Arminta un matrimonio que no va a cumplir, y así llevar a cabo la burla.
  • Marqués de la Mota: este personaje, al igual que don Juan es un burlador, que sólo busca el placer y el goce personal, actitud reprochable, que hace que la burla o engaño por parte de don Juan sea merecida.
5.- Las tres diferencias fundamentales entre las dos obras estriban en tres aspectos básicos: la intención del autor, el amor y la salvación del protagonista. Del amor ya hemos hablado.
Indica cuáles son las diferencias que se dan en los otros dos aspectos. ¿Te parece justa la condenación del don Juan de Tirso? ¿Por qué piensas que se salva el don Juan de Zorrilla?

La intención del autor en cada caso es diferente, ya que, para mí la obra de Tirso tiene una intención más moralizadora y ejemplarizadora, queriéndonos mostrar la autoridad de la justicia divina, que nadie puede eludir y que nos puede castigar por nuestras malas acciones.
La obra de Zorrilla tiene una intención totalmente diferente ya que nos pretende mostrar la misericordia de Dios, que nos puede perdonar todo lo que hayamos hecho, por muy malo que sea si nos arrepentimos de ello e intentamos ser mejores personas, que es lo que ocurre en la obra.
En cuanto a la salvación del protagonista, la diferencia es clara, ya que en la obra de Tirso no existe tal salvación, sino que es castigado con la muerte por todo lo que ha hecho, mientras que en la obra de Zorrilla, don Juan se arrepiente de todo lo que ha hecho y pide misericordia, produciéndose la salvación final, ya que, en cierto modo, el don Juan de Zorrilla en principio también es castigado, puesto que el capitán Centellas le da la muerte.
Para mí la condenación del don Juan de Tirso es totalmente justa, ya que no sólo no se observa un cambio en su actitud por mejorar y no repetir los malos actos, sino que además continuamente reta a la justicia divina y muestra una actitud arrogante y atrevida hacia ella, no mostrando el más mínimo respeto, y por ello merece ser castigado sin piedad.
El don Juan de Zorrilla, sin embargo, aunque ha cometido un sin fin de malos actos y no parece arrepentirse de ello, en el último instante cambia de actitud y se redime, clamando a Dios el perdón. Esa es la clave de su perdón, ya que en mi opinión es sincero, y no lo hace sólo para no ser castigado. Pero para que se produzca esa redención hay un factor, que es la actitud de doña Inés, que definitivamente favoreció ese arrepentimiento. Mientras que en la obra de Tirso se produce totalmente lo contrario, es decir, doña Ana de Ulloa no sólo no busca su salvación, sino que clama justicia y pide la muerte de don Juan, en la obra de Zorrilla, doña Inés ama verdaderamente a don Juan, hasta el punto de que muere por él, y siendo fiel a su amor por él, deja su salvación en manos de don Juan, quien a pesar de creer imposible poder redimir treinta años de pecador en un instante, es iluminado por la fe y clama misericordia.
Es entonces cuando doña Inés le toma la mano y lo lleva con ella a los cielos. Ese sacrifico de doña Inés hace posible una salvación que en principio no se iba a producir. Para mí esa actitud es determinante a la hora de conseguir la redención de don Juan.
6.- Según la preceptiva aristotélica, una obra de teatro debía desarrollar una sola acción dramática, en un único lugar y en un tiempo que no rebase los límites de una jornada. ¿Respetan ambos autores las unidades de espacio, tiempo y acción?¿Es verosímil el horario en el que ocurren los acontecimientos de la primera parte de la obra de Zorrilla? Haz un cuadro para cada obra donde reflejes los distintos espacios y el tiempo interno en que transcurre cada obra.
Está bastante claro que Zorrilla, en su obra, no respeta ninguna de las tres unidades, ya que podemos diferenciar dos acciones, la primera gira en torno a la apuesta y a la consecución de la misma y la segunda gira en torno a la salvación de don Juan, la obra se desarrolla en diferentes lugares, la taberna, el convento, el panteón de la familia Tenorio... y la acción se lleva a cabo en dos jornadas, separadas por cinco años.
Tirso de Molina, aunque respeta la unidad de la acción, esa acción se desarrolla en diferentes lugares, Nápoles, Tarragona, Sevilla... y en tres jornadas diferentes.
En cuanto al horario en que ocurren los acontecimientos en la primera parte de la obra de Zorrilla, no es ni mucho menos verosímil, es imposible que toda la acción de la primera parte se lleve a cabo en una noche, a menos que las horas tuvieran doscientos minutos, ya que, por ejemplo, desde que el reloj da los cuartos para las ocho, ocurre lo siguiente: la Hostelería se llena de curiosos esperando la llegada de don Juan y don Luis, se procede a la lectura de crímenes, se formula una nueva apuesta, hay un enfrentamiento con don Gonzalo de Ulloa y con don Diego Tenorio, se producen los arrestos de don Juan y don Luis y sus posteriores encarcelamientos, y libres ya en la calle, don Juan declara a Ciutti su intención de ir a las nueve al convento. Para mí hace falta mucho más de una hora y cuarto para llevar a cabo todo lo expuesto anteriormente. El horario del resto de la acción de la primera parte parece más verosímil, ya que desde que don Juan profana el convento hasta que llega a su casa transcurren tres horas. En este intervalo de tiempo don Juan ha burlado a doña a Ana de Pantoja y se ha dirigido a su casa.
CUADRO ESPACIO-TIEMPO:
“DON JUAN TENORIO”
Partimos de que se encuentran en Sevilla, año 1545, en Febrero, ya que son Carnavales.
ACTO
ESPACIO
TIEMPO
P
A
R
T
E
1º ACTO
La acción comienza en la taberna de Buttarelli, aunque antes don Juan ha estado en la calle.
No es tiempo real.
Son las ocho menos cuarto de la tarde.
Transcurre no mucho más de media hora, si no es imposible seguir el horario previsto por don Juan.
Calle próxima a la Taberna.
Son las ocho y cuarto aproximadamente.
No pasa demasiado tiempo, el necesario para arrestar a don Juan y don Luis.
2º ACTO
Exterior de la casa de doña Ana de Pantoja.
Pueden ser las ocho y media.
Si don Juan pretende estar a las nueve en el convento no transcurre más de media hora.

3º ACTO
Convento de la orden de Calatrava. Celda de doña Inés.
Son las nueve de la noche.
Debe transcurrir menos de una hora porque don Juan a las diez debe estar en casa de doña Ana de Pantoja.
4º ACTO
Quinta de don Juan Tenorio cerca de Sevilla y sobre el Guadalquivir.
Son las doce de la noche. Han transcurrido dos horas desde que don Juan estuvo en casa de doña Ana. Aquí transcurre una hora, hasta la una de la madrugada.
P
A
R
T
E
1º ACTO
Panteón de la familia Tenorio a las afueras de Sevilla. En el cementerio yacen don Diego Tenorio, don Gonzalo de Ulloa, don Luis de Mejía y doña Inés.
Han transcurrido cinco años desde que don Juan escapó de su casa. Se da a entender que son las ocho de la tarde más o menos. No se dan referencias de cuánto tiempo transcurre.
2º ACTO
Aposento de don Juan Tenorio en Sevilla.
Es la hora de la cena, las nueve de la noche aproximadamente. No se dan referencias del tiempo que transcurre, pero puede ser media hora.
Exterior de la casa de don Juan en Sevilla.
La muerte de don Juan a manos de Centellas puede darse a las nueve y media aproximadamente.
3º ACTO
Panteón de la familia Tenorio
La salvación de don Juan, y su simultáneo entierro corporal se producen acto seguido de su muerte, ya que la acción de la segunda parte transcurre en una sola noche.
JORNADA
ESPACIO
TIEMPO
J
O
R
N
A
D
A
La acción comienza en Nápoles, en el palacio, en la habitación de la duquesa Isabela.
Estamos alrededor del año 1350.
La acción transcurre en parte de una noche.
Pueden ser las doce de la noche, aproximadamente.
Aposento del duque Octavio.
Al día siguiente por la mañana temprano, a las ocho, más o menos.
No transcurre demasiado tiempo a juzgar por la conversación que mantienen.
La acción se traslada a las costas de Tarragona, donde el barco en que viajaba don Juan ha naufragado.
No se dan referencias en cuanto al tiempo pero creo que es al atardecer, ya que los pescadores se encontraban pescando y don Juan hace planes para esa noche.
Dejan de lado a don Juan, y ahora la acción se sitúa en Sevilla, en el Palacio del Rey Alonso.
No se dan referencias en cuanto al tiempo. Transcurre muy poco tiempo, no mantienen una conversación demasiado extensa.
La acción vuelve a Tarragona, donde está don Juan, que entra en la cabaña con Tisbea.
Ya es de noche, puesto que los pescadores celebran una fiesta. No es demasiado tarde, alrededor de las diez de la noche.
J
O
R
N
A
D
A
Vuelve a Sevilla, donde ya se encuentra don Juan Tenorio. El escenario se sitúa en el Palacio del Rey.
Para empezar se supone que ha debido transcurrir tiempo para su traslado a Sevilla, por lo menos dos días, dadas las limitaciones de la época. Se da la referencia de que el Sol camina al ocaso, luego podemos deducir que la acción transcurre al atardecer.
La acción se traslada a la calle.
El Sol está apunto de caer. Se mantienen varias conversaciones, puede pasar media hora, aproximadamente.
Ahora se encuentran en una calle cercana a la de la Sierpe, donde vive doña Ana de Ulloa. Después, don Juan entra en su casa. La muerte de don Gonzalo es posible que se dé en la puerta de la casa.
Son aproximadamente las once de la noche, hora a la que doña Ana había quedado con el Marqués de la Mota.
“EL BURLADOR DE SEVILLA”
J
O
R
N
A
D
A
La acción vuelve a la calle anterior, donde se encuentra el Marqués de la Mota.
Deben ser cerca de las doce de la noche. Transcurre el tiempo necesario para que don Juan huya y apresen al Marqués de la Mota.
La jornada concluye en Dos Hermanas, donde se celebra una boda, en el tálamo.
Otra vez debe haber transcurrido algo de tiempo desde su marcha de Sevilla hasta la llegada a Dos Hermanas. Se da la referencia de que el Sol no hace mucho que ha salido, luego pueden ser las nueve de la mañana.
J
O
R
N
A
D
A
Al comenzar la tercera jornada la acción sigue en Dos Hermanas, aunque ahora ya no están en el tálamo, aunque no dice exactamente donde están.
La hora de cenar ha pasado, luego pueden ser las diez de la noche.
Ahora nos encontramos en los aposentos de Arminta, aunque la conversación entre don Juan y Catalinón se da fuera de ella.
Arminta advierte a don Juan que es muy tarde para estar en sus aposentos, luego pueden ser las once de la noche.
Volvemos a Tarragona donde se encuentran Tisbea e Isabela que van de camino a Sevilla.
Por las referencias que se dan parece ser de noche, aunque no estoy muy seguro.
La acción vuelve con don Juan, que ha vuelto a Sevilla, y se encuentra en la iglesia donde se encuentra el sepulcro de don Gonzalo de Ulloa.
No se dan referencias en cuanto al tiempo transcurrido desde que partió de Dos Hermanas.
Ha anochecido.
Se dirigen a la posada para cenar.
Son aproximadamente las nueve de la noche, y transcurre media hora más o menos.
Nos encontramos en el Palacio del Rey .
Podemos deducir que la acción transcurre al día siguiente por la tarde.
Don Juan y Catalinón se encuentran en la iglesia donde se encuentra el sepulcro de don Gonzalo de Ulloa.
Es la hora de cenar, sobre las nueve de la noche.
No pasa demasiado tiempo.
Por último la acción termina en el Alcázar, donde se celebran las bodas.
Esto se produce acto seguido de la muerte de don Juan.

7.- La obra de Zorrilla es un ejemplo de la estética dramática del Romanticismo.
Busca los rasgos propios del teatro romántico y señala cuáles de ellos aparecen en Don Juan Tenorio.

En España, la introducción del drama romántico, al igual que la poesía, fue retrasada por la supervivencia del teatro neoclásico, y durante las primeras décadas del siglo XIX llegaron a convivir, provocando debates sobre la estética teatral.
Podemos encontrar numerosas características del teatro del Romanticismo reflejadas en la obra de Zorrilla, empezando por un afán de trasgresión, de rechazar y quebrantar las normas, de tal modo que se mezclan géneros cómicos y trágicos. En esta obra, esto no queda muy bien reflejado, pero se puede hacer una diferenciación dentro de la misma, ya que, al principio, no parece tener un gran carácter trágico, mientras que al final alcanza su mayor esplendor.
En cuanto a la estructura, el teatro romántico se caracterizó por obras divididas en tres, cuatro, o cinco actos, algo semejante a la obra de Zorrilla, que está dividida a un nivel superior en dos partes, la primera en cuatro actos y la segunda en tres. Además, como se puede ver sobre todo al principio de la obra, se incluyen notas que describen los personajes, los decorados o la situación, algo propio del teatro en el Romanticismo.
Ejemplo:
PARTE PRIMERA-ACTO PRIMERO-ESCENA PRIMERA
“Don Juan, con antifaz, sentado a una mesa escribiendo; Buttarelli y Ciutti, a un lado esperando. Al levantarse el telón, se ven pasar por la puerta del fondo Máscaras, Estudiantes y Pueblo con hachones, músicas, etc.”
Podemos observar también un abandono de las tres unidades, ya que, no se puede observar unidad en la acción (primero se centra en la apuesta, y después en la salvación de don Juan), tampoco en el tiempo (transcurre en dos jornadas separadas por cinco años), y tampoco en el lugar (se dan diversos escenarios: taberna, convento, cementerio...).
Otra característica del drama romántico que comparte con la obra de Zorrilla es que sitúa la acción en ambientes alejados en el tiempo, en este caso en la edad Media, más concretamente en el año 1545, el último del emperador Carlos V y se intercalan elementos fantásticos, por ejemplo el convite al Comendador, su aparición para cumplir su promesa y la devolución del convite con el fin de impactar, en este caso al lector. Otros elementos que comparte la obra son la Luna, en el famosos pasaje de “No es verdad ángel de amor...”, como símbolo del romanticismo, el convento como lugar misterioso y sagrado, el mar, etc. Además, los escenarios suelen ser lugares solitarios y abandonados, como cementerios. Esto se puede ver en la segunda parte de la obra de Zorrilla, que transcurre en su mayor parte en el panteón de la familia Tenorio, que posee un cementerio.
Si hablamos de los protagonistas, también hay características que comparten, son un hombre y una mujer, bellos y virtuosos, que se enfrentan a la imposibilidad de ver satisfecho su amor. El origen del protagonista suele ser noble, en este caso la familia Tenorio, y la mujer reúne todas la virtudes físicas y espirituales. Como puede verse en la obra, los demás adquieren un papel secundario, y pueden actuar en oposición al amor de los protagonistas, como ocurre con don Gonzalo de Ulloa y don Luis de Mejía.
La temática, por supuesto, la comparten, el amor, un amor imposible, en este caso por al ruptura del acuerdo “prematrimonial” establecido por los padres de ambos, y platónico, que se opone a las normas sociales y que arrastra al que lo padece a la muerte, como ocurre en este caso con don Juan y doña Inés. En el teatro del Romanticismo el final es trágico, y aunque lo parezca, no tiene una intención moral, sino que es una señal de rebeldía en contra de un mundo que no admite el cumplimiento de los ideales. En esta obra, cuando se está leyendo, todo apunta a un final trágico, pero en el último momento, don Juan se redime y se produce las salvación por el amor.

8.- Ejercicios de expresión escrita. Haz una de estas tres actividades:

  • Escribe un monólogo interior que exprese los sentimientos de doña Inés al acabar el acto IV (1ª parte).
  • Inventa un diálogo entre Ciutti y Brígida tras la muerte de Don Juan.
  • Escribe un parlamento en el que el personaje de Avellaneda cuente a los sevillanos cómo ocurrió la muerte de don Juan.

  • Monólgo interior de doña Inés
    INÉS
    De tu casa has escapado Yo no le culpo por ello,
    huyendo de la justicia, porque quisiste evitar
    no pensando en tu novicia, nuestro humilde enamorar,
    a la que has abandonado. Y aunque no fue un acto bello
    creo que no es de juzgar,
    Ten en cuenta, amado mío, pues está justificado,
    que mi amor por ti es intenso, padre, el haberte matado.
    y cuando te marchas pienso
    que todo será sombrío. No sé si podré esperar,
    querido, a que regreses,
    Tu palabra me confunde, pues algo puede pasar
    tu figura me complace y sin poderlo evitar,
    y un tremendo bien me hace, si no regresas en dos meses.
    aunque tu ausencia me hunde.
    De pena voy a morir
    Ya nada tiene sentido si tu estimada presencia
    si tú no estás a mi lado, no cura esta dolencia
    porque tu amor endiablado que tanto me hace sufrir.
    mi corazón ha herido,
    y hasta tal punto ha llegado, Si a la muerte me someto
    que ya no puedo dormir no te preocupes por mí,
    de tanto y tanto sufrir, yo te esperaré allí,
    por ti, mi querido amado. y si tú mueres prometo
    que algún día volveré
    Padre, osaste retar para llevarte conmigo,
    a don Juan a vida o muerte, y con cualquier enemigo
    pero no tuviste suerte, porque mi amor es notorio.
    porque te logró matar.
    La eternidad, sin dudar,
    me gustaría pasar,
    contigo, don Juan Tenorio.

    9.- Da tu opinión sobre las obras. ¿Cuál de ellas te ha gustado más?¿Por qué?

    Después de leer la obra de Zorrilla y empezar a leer la obra de Tirso pensé que me iba a encontrar con una obra muy parecida, pero al acabar de leer la obra de Tirso, me di cuenta de que son muy diferentes, aunque en las dos se represente el mito de don Juan. He de decir que ambas son dos excelentes obras, que pueden ser consideradas como dos grandes de la literatura española, pero personalmente me ha gustado bastante más la obra de Zorrilla, por varios motivos: para empezar la lectura de esta obra es mucho más amena y entretenida, ya que te introduce con el tema de la apuesta, que en cierto modo hace que la acción sea más interesante y te lleva a una incertidumbre por saber si ganará la apuesta o no. Además, la evolución del personaje y su salvación le dan un final a la obra diferente del que cabía esperar, en contraposición a la obra de Tirso, donde se ve claramente a lo largo de toda la obra que don Juan será castigado por la justicia divina. Para mí la obra de Tirso es bastante plana, ya que su argumento se basa en la consecución de cuatro burlas fundamentalmente y su posterior castigo, y el personaje se mantiene en la misma línea durante toda la obra, llegando a parecer aburrido.
    En la obra de Zorrilla se dan muchas más referencias en cuanto al lugar y al tiempo, y eso hace que puedas situarte y seguir mejor la obra, pudiéndote imaginar con más exactitud cómo son los decorados. Sin embargo, en la obra de Tirso hay momentos donde puedes perderte y no saber donde se encuentra, sin contar que hay momentos donde al acabar el diálogo entre dos personajes, salta a otro entre otros personajes que se encuentran en otro lugar diferente, y eso puede descolocarte.
    Estilísticamente me parece mucho más bonita la obra de Zorrilla, y sus personajes me parecen más elaborados, sobre todo el de don Juan y doña Inés, cuya historia de amor me ha impresionado.
    Una curiosidad que he podido observar en esta obra es que normalmente cuando en la obra se hace mención a don Juan Tenorio, el autor utiliza la palabra “notorio” para conseguir la rima, que por otra parte, hace alarde de la nobleza del personaje.
    BIBLIOGRAFÍA
    • “EL BURLADOR DE SEVILLA”- Atribuida a Tirso de Molina
    Editorial Cátedra-Novena Edición-1997- MADRID
    • “DON JUAN TENORIO”- José Zorrilla
    Editorial Cátedra-Vigésima Edición-1999-MADRID
    • “LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA”- José María Echazarreta
    Editorial Editex-1999-MADRID
    • “HISTORIA DE LA LITERATURA ESPAÑOLA”- Juan Luis Alborg
    Editorial Gredos-1982-MADRID

    Características generales de las Leyendas de Bécquer(slideshare)




    View more presentations from emunoz32

    Movimientos literarios (Slideshare) por Rafael del Moral


    Qué con tilde y que sin tilde

    Hay un qué interrogativo (1) o exclamativo (2) que se escribe con tilde diacrítica:
    (1) ¿Qué mano oculta había urdido la horrible conspiración? [Juan Goytisolo: Paisajes después de la batalla]
    (2) ¡Qué cosas se te ocurren, Tula! [Miguel de Unamuno: La tía Tula]
    Podemos encontrarlo también precedido de preposición:
    (3) Cariño, ¿por qué dejaste el psicoanalista? [Elvira Lindo: Tinto de verano]
    (4) ¿Y para qué quería oxígeno, si estamos en el campo? [Juan José Alonso Millán: Pasarse de la raya]
    (5) ¡De qué manera tan difícil hemos llegado a vivir juntos veinticinco años! [Ana Diosdado: Trescientos veintiuno, trescientos veintidós]
    Este qué acentuado también aparece en oraciones interrogativas (6, 7) y exclamativas (8) indirectas:
    (6) Y no sabemos qué es lo que quieren [Alejandro Dolina: El ángel gris]
    (7) Se preguntaba con qué podría comerciar él para obtener a cambio un poco de la libertad que nadie le ofrecía [Belén Gopegui: Lo real]
    (8) Hay que ver qué buen gusto tiene esta chica… [María Manuela Reina: Alta seducción]
    Al igual que ocurre con otras palabras con valor interrogativo, se puede sustantivar anteponiéndole un determinante (9). Mantiene entonces su acento ortográfico. Como muestra el ejemplo (10), también algunas de las secuencias con preposición admiten este cambio de categoría:
    (9) Más decidir sobre el qué, que pretender monopolizar el quién y el cómo [Joan Subirats, "Sociedad en cambio",La Vanguardia, 2-6-1995]
    (10) [...] si por alma entendemos eso que siempre ha estado ahí sin que nosotros sepamos ni el porqué ni el para qué [Daniel Leyva: Una piñata llena de memoria]
    La tilde de los ejemplos anteriores sirve para diferenciar los usos interrogativos y exclamativos frente a dos homógrafos átonos: el relativo que (11) y la conjunción que (12):
    (11) Nunca te he hablado de estos ataques que sufro desde pequeño [Juan José Millás: Dos mujeres en Praga]
    (12) Decidió que se despediría de ellos en cuanto le resultasen más favorables las circunstancias [Jesús Torbado: El peregrino]
    Hay un uso del que átono en el que tropiezan muchas personas al escribir: a menudo aparece encabezando un enunciado interrogativo o exclamativo sin ser él mismo ni lo uno ni lo otro. Es lo que sucede en (13) y (14):
    (13) ¿Que te has dejado las llaves en casa?
    (14) ¡Que se me quema la comida!
    Es muy frecuente que aquí se deslice una tilde que sobra. En el caso de las interrogativas, al menos, podemos echar mano de un truco que nos puede sacar de apuros. Si un supuesto interlocutor puede contestar a esa pregunta con un o un no, entonces el que en cuestión no lleva tilde:
    (15) —¿Que te has dejado las llaves en casa? —Sí, me las he dejado
    Esto tiene su lógica. Las oraciones interrogativas pueden ser totales o parciales. Las totales ponen en cuestión la oración en su totalidad y se contestan con  o no. Es un todo o nada. Las parciales, en cambio, preguntan solo por una parte de lo dicho. Esa parte es, precisamente, la que se sustituye con el pronombre interrogativo qué, o sea, con el que lleva tilde.
    A veces nos toparemos con pares de oraciones que, aunque sintácticamente son muy diferentes, en apariencia son iguales y en las que la presencia o ausencia de tilde puede dar lugar a contrastes de significado:
    (16) No tengo qué comer
    (17) No tengo que comer
    La oración (16) significa ‘carezco de alimento’, mientras que la (17) se interpreta como ‘no debo comer’ o ‘no me conviene’.
    El problema básico que plantea esta tilde diacrítica es que para desenvolverse entre toda la maraña de casos particulares son necesarios unos conocimientos de gramática que nos permitan afinar al milímetro en lo tocante a funciones y categorías. Por si fuera poco, se trata de funciones y categorías donde se dan la mano lo abstracto y lo complejo. Cada cual puede aventurarse con el análisis gramatical hasta donde le parezca seguro, pero donde dejemos de hacer pie no nos quedará más remedio que aferrarnos al oído como tabla de salvación. Las formas con tilde son tónicas, mientras que las contrapartidas sin acento ortográfico son átonas. Así, ejemplos como (13) y (14) deberían ser fáciles de resolver si nos percatamos de que se pronuncian como sigue:
    (18) ¿keteás dedo lasllábes enkása?
    (19) ¡kesemema lakoda!
    Compárese lo anterior con (20) y (21):
    (20) ¿ teás dedo? ¿lasllábes?
    (21) ¡ rríka es lakoda!
    Análogamente, el contraste de significado de (16) y (17) se resuelve así en la pronunciación:
    (22)  téngo  komér (‘carezco de comida’)
    (23)  téngo kekomér (‘no debo comer’)
    En fin, con lo expuesto hasta aquí no he hecho sino tocar de pasada los puntos principales del uso de qué y que. Cualquiera que tenga la paciencia de estudiarse la prolija exposición que contiene la Ortografía de la lengua española de 2010 se convencerá de ello. Y todavía nos queda hablar de quién, cómo, cuál, (a)dónde, cuándo, cuánto y cuán. Pero todo se andará.

    Puntos cardinales, con minúscula



    Se escriben con minúscula inicial los nombres de los cuatro puntos cardinales: norte, sur, este y oeste. Esto se extiende, naturalmente, a las combinaciones de los anteriores (noroeste, sudeste, etc.). He aquí algunos ejemplos:
    (1) De norte a sur se han sucedido actos por este tipo de cáncer que afecta a una de cada tres mujeres [El País (España), 19-10-2011]
    (2) El western spaghetti fue un género de películas de los años 60 sobre vaqueros del oeste americano, rodadas en Italia por realizadores italianos [Clarín (Argentina), 20-11-2011]
    (3) El hábitat de esos felinos abarca China, Rusia, el sudeste asiático e India [El Universal (México), 3-11-2011]
    La única excepción se aplica cuando el punto cardinal en cuestión forma parte de un nombre propio, como Corea del Sur, Diario del Norte, Ediciones del Oeste, etc.
    Se escriben con mayúscula, eso sí, los símbolos alfabetizables N, S, E, O y sus combinaciones.
    Esta es una innovación que introduce la Ortografía de la lengua española de 2010 respecto de la norma anterior y de la tradición ortotipográfica del mundo hispánico, que distinguían usos con mayúscula y usos con minúscula.

    sábado, 26 de noviembre de 2011

    Érase una vez un español que razonaba



    Un ensayo traza por primera vez la historia de las ideas literarias en España - El pensamiento estético se ha debatido entre el casticismo y el cosmopolitismo

    JAVIER RODRÍGUEZ MARCOS  -  Madrid 

    EL PAÍS  -  Cultura - 26-11-2011

    "Soy un español que razona", respondía Juan Gil-Albert cuando lo acusaban de afrancesado. Las palabras del poeta republicano dos veces exiliado, fuera y dentro, ilustran bien la presunta incompatibilidad entre las palabras España y pensamiento. No digamos pensamiento relacionado con las artes. Esa presunción queda ahora en entredicho con la aparición de las 900 páginas de Las ideas literarias (1214-2010), un volumen coordinado por José María Pozuelo Yvancos. Escrito por el propio Pozuelo, que se encarga del siglo XX, y por cuatro estudiosos más -Fernando Gómez Redondo, Gonzalo Pontón, Rosa María Aradra Sánchez y Celia Fernández Prieto-, el libro es el tomo octavo de la Historia de la literatura española dirigida por José-Carlos Mainer y publicada por la editorial Crítica.
    Las ideas literarias es una rareza por lo que recoge y por el hecho de recogerlo. Lo más parecido habría que ir a buscarlo al periodo que va de 1883 a 1891, años en que Menéndez Pelayo redactó su Historia de las ideas estéticas. "Un libro como este estaba sin hacer", explica Pozuelo Yvancos. El catedrático de teoría de la literatura de la Universidad de Murcia y autor de títulos como Poética de la ficción o Teoría del canon y literatura española añade que, en lugar de por el término teoría, optaron por el más amplio de ideas. Y fueron a buscarlas "allá donde estuvieran", fueran prólogos (el Marqués de Santillana en el siglo XV), comentarios (Herrera sobre Garcilaso en el XVI), discursos (Lope de Vega en el XVII), cartas (Feijoo en el XVIII), críticas (Clarín en el XIX) o ensayos filosóficos (Ortega y Gasset en el XX).


    Si en otras tradiciones los conceptos salían de manos de los maestros de retórica y poética, en el caso español son "los escritores son los que han ido abriendo camino teórico", dice Pozuelo. "Durante la posguerra, escritores como Benet, Gil de Biedma o Valente se adelantaron a los profesores de su tiempo". En los últimos cien años, un narrador juega un papel fundamental en el terreno de las ideas literarias, la de su tiempo y las del pasado: Azorín, que entre 1911 y 1913 publica Lecturas españolas, Al margen de los clásicos y Clásicos y modernos. "Es el gran creador de la tradición castellana. Hace como escritor lo que en términos filológicos estaba haciendo Menéndez Pidal en el Centro de Estudios Históricos". Así, el Centro impulsa la edición de grandes clásicos españoles de los que, como El Buscón, no existía un texto fiable. "Azorín lee a esos clásicos buscando construir una tradición nacional que estaba sin hacer. Más tarde, en un libro como Castilla, la vincula al paisaje".


    La introducción a Las ideas literarias destaca que si hay una continuidad en los ocho cambiantes siglos que recoge, esa es la espinosa "cuestión nacional". ¿Existe una escuela española en literatura como se dice que existe en pintura? "Ha querido crearse", responde el responsable del volumen. "Lo curioso es que fueron los institucionistas los que fueron conscientes de esa necesidad". De entrada, no existía una historia de la literatura española. La primera escrita por un español fue, en 1865, Amador de los Ríos, el maestro de Menéndez Pelayo. No pasaba del siglo XV. "La Institución Libre de Enseñanza quiso dar cauce a una tradición española, y para eso había que historiarla", argumenta Pozuelo, que recuerda la lectura que Pidal hace de la épica castellana buscando la idiosincrasia de española: "Fija así una serie de caracteres de lo español. Por ejemplo, el realismo, que considera determinante en la historia de nuestra cultura. Quería subrayar aquellos elementos con los que España había intervenido en Europa, básicamente, la picaresca".

    Si Azorín es el haz de la teoría, el envés (o viceversa) es Ortega y Gasset, que con La deshumanización del arte (1925) instala la cultura local en las polémicas de la vanguardia internacional. Para Pozuelo, Ortega es "la gran figura universal" del pensamiento estético de un país, este, que durante siglos ha vivido la tensión entre lo propio y lo ajeno, lo vernáculo y lo extranjero. Esa es la otra gran continuidad hispánica, la que va del italianizante Garcilaso a los afrancesados del siglo XVIII. "Siempre hubo un diálogo difícil con Europa", dice el profesor Pozuelo. "En eso la literatura no ha ido por un camino muy distinto que la política o la filosofía".

    Tras la Guerra Civil, el franquismo triunfante mutiló el árbol de los estudios literarios. De ahí que la teoría literaria tardara en asentarse sin recelos en la universidad. No por casualidad, la antología de textos que cierra el nuevo volumen culmina con dos maestros que son un símbolo: Fernando Lázaro Carreter y Claudio Guillén. En el álbum gráfico que completa el texto, el primero aparece retratado junto a Roman Jakobson; el segundo, junto a George Steiner. El estructuralismo y la literatura comparada al máximo nivel. Las dos fotografías se tomaron en España.





    El autor ha muerto, viva el autor
    El volumen dedicado a las ideas en la Historia de la literatura española dirigida por José-Carlos Mainer coincide con la resurrección editorial de 1616, el Anuario de Literatura Comparada. Si el nombre de la revista alude al año de la muerte de Cervantes y Shakespeare, su director, Darío Villanueva, analiza en ella el realismo de Zola, Galdós y Henry James. No todas las comparaciones son odiosas. A ese anuario y al nuevo tomo de la Historia le acaba de seguir otro aún más nuevo: Razón y sentimiento,consagrado al siglo XVIII y redactado por María-Dolores Albiac Blanco.
    Si el tomo histórico combate los prejuicios sobre la creatividad de las letras española durante el Siglo de las Luces, el teórico subraya lo que la idea actual de la literatura debe a esa centuria. En ella se fijan los géneros literarios por necesidades pedagógicas y comienza la profesionalización de los escritores y de la crítica. "Entre la imprenta e Internet está la prensa", explica Pozuelo Yvancos. "El siglo XVIII vive la eclosión de la comunicación intelectual fuera de los espacios académicos: revistas, tertulias... Nacen la vida literaria y el mercado". Las ideas literarias es, de hecho, un registro de nacimientos y defunciones. La imprenta mata la epopeya pero impulsa el ensayo y la novela, género al que le costó adquirir el pedigrí de la poesía. ¿Y hoy? "La Red lo va a cambiar todo", dice Pozuelo. Puede, por ejemplo, retocar la idea de autor, alguien que en la Edad Media era menos importante que el recitador. "El autor no estuvo y posiblemente llegará a no estar. Tuvimos que inventarnos a Homero con una imagen que es muy posterior. No pasará nada distinto de lo que ha pasado: la disolución de muchas categorías. Es posible que hayamos entrado en el inicio del final". O en el final del inicio.




    Entradas populares

    número de páginas