domingo, 8 de abril de 2012

Tema 6 (pregunta 5 de Selectividad) - La poesía de la Generación del 27


La Generación del 27, llamada así por el homenaje en honor a Góngora que celebraron en 1927, es una de las generaciones literarias más importantes de la historia de la literatura española. Es sobre todo una generación de poetas, pues con excepción de Federico García Lorca que cultivó el teatro con gran brillantez, lo mejor de la obra del resto está en su poesía. Tienen algunos mentores como Juan Ramón Jiménez y Ortega y Gasset.

Poseen unos rasgos comunes, sobre todo apreciables en su primera etapa. Se pueden resumir como la síntesis de la modernidad y la tradición:

         -   Tienen influencia de la literatura tradicional:

                          · Culta: les influye el cancionero, Jorge Manrique, Lope de Vega, Góngora...

                          · Popular: el romancero, folklore...

         - Influencia de poetas recientes: Bécquer, Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez con su poesía pura.

         - Influencia de las vanguardias:

         - Búsqueda de lo nuevo, lo original.

         - Dificultad de la poesía, elitismo (Góngora y Juan Ramón Jiménez).

         - Autosuficiencia de la obra en sí misma; es una poesía no humana, no sentimental: una poesía pura, al
           estilo de Juan Ramón Jiménez.

         - Destaca un marcado antirrealismo y antirromanticismo.

         - El arte se concibe como intrascendente; búsqueda del “arte por el arte” como simple juego estético.

         - Destaca la gran importancia de la metáfora, la imagen.

         - Tienen un carácter fragmentario, reflejo del desorden del mundo.
La Generación del 27 tiene una primera etapa anterior a 1930 en la que casi todos sus miembros discurren por caminos paralelos. Esta generación, eco de numerosas corrientes, cultiva la vanguardia en sus distintas versiones: el ultraísmo el creacionismo con Gerardo DiegoManual de espumas;  el futurismo en Cal y Canto de Alberti;  el surrealismo de Pedro Salinas en Fábula y signo, de Lorca en Poeta en Nueva York, de CernudaUn río un amor o de Aleixandre, Espadas como labios.

Salinas (“el poeta del amor”) y Guillen se inclinan hacia una poesía pura, depurada de todo aquello que no sea emoción lírica en La voz a ti debida del primero o Cántico del segundo.

Además cultivan en estas primeras etapas una poesía neopopular: Alberti con Marinero en tierra, y Lorca con El Romancero Gitano entre otros, o bien una poesía de raíz clásica inspirada en GarcilasoLope o Góngora como Gerardo Diego con Versos humanos.

Hacia 1928 (segunda etapa) se produce una rehumanización de la poesía. Existe una gran preocupación, compromiso con el hombre.  La poesía ya no es un juego formal.  Aparece la influencia del surrealismo y de Pablo Neruda, con su revista Caballo verde para la poesía (defiende una poesía sin pureza). La poesía es comprometida. A este compromiso se une la figura de Miguel Hernández, “gran epígono” de esta generación.

Después de la guerra (tercera etapa), la trayectoria de estos poetas es muy diferente. Evolución individual de cada poeta. Aparecen, aun así, temas comunes, como la nostalgia de España. También un poesía comprometida, social. Todo ello visto desde un punto de vista de angustia existencial. Lorca ha muerto, Alberti, Guillén, Cernuda y Salinas están en el exilio, los dos últimos morirán en él. Allí continúan escribiendo una poesía alejada del entusiasmo de sus primeras horas. Para Guillén ha llegado la hora de Clamor, Salinas espera volver algún día en El contemplado, Alberti tiñe de melancolía Baladas y canciones del Paraná y a Cernuda le obsesiona el final en  Desesperación de la quimera.

Dámaso Alonso, que antes de la guerra había cultivado la poesía sólo de manera tangencial, pública en 1944 Hijos de la ira que, junto con Sombra del paraíso de Vicente Aleixandre, constituyen un punto de inflexión en la poesía de posguerra y tendrán una influencia decisiva en los poetas de las generaciones siguientes.

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