lunes, 28 de marzo de 2011

Entrevista: La ilusión y el sentimiento del fútbol a través de los versos de Luis García Montero


Patricia Alcubilla

“… son noventa minutos en un vaso de agua. Pero a mí me han quitado muchas veces la sed”. Así termina “Real Madrid”, el poema que Luís García Montero, premio Nacional de Poesía en 1995, ha dedicado al conjunto blanco dentro de su libro “Infancia”. Este magnífico poeta, es un acérrimo seguidor del Real Madrid, al que acude a ver puntual todos los fines de semana en el Estadio Santiago Bernabéu. Es, además, un vivo ejemplo de la relación histórica entre fútbol y literatura, la unión sobre la que intenta llamar la atención el Real Madrid a través de su Causa Justa de febrero, en la que se trata de fomentar la lectura infantil. De hecho, el autor, que próximamente va a presentar su nuevo libro “Vista Cansada”, publicó en 1999 sus “Lecciones de poesía para niños inquietos”, en las que, a través de conceptos deportivos, invitaba a los más pequeños a aprender a disfrutar de la literatura.
¿Desde cuándo es Luis García Montero seguidor del Real Madrid?
Soy del Madrid porque mi padre ya lo era. Creo que las pasiones deportivas se heredan. Recuerdo desde niño estar atento a la televisión, viendo jugar al Real Madrid. Eso de que los equipos son más que un club me parece algo muy solemne. Uno debe ser del equipo del que era su padre y yo soy del Madrid porque mi padre lo era.
Después de tantos años como madridista, imagino que tendrá muchos recuerdos relacionados con este equipo.
Tengo recuerdos muy buenos de los momentos felices, por ejemplo, cuando gana, pero también algún mal rato, pero no porque pierda el equipo, sino porque la pasión deportiva me ha jugado alguna que otra mala pasada. Recuerdo una del año pasado: se estrenaba en Granada una Sinfonía dedicada a la ciudad y a mí me habían pedido la letra como poeta. Lorenzo Palomo, el compositor de la Sinfonía, me pidió que el primer fragmento de la misma la recitara yo con la orquesta sinfónica de la ciudad, pero con la mala suerte que todo esto fue el domingo siguiente a que el Real Madrid jugara el año pasado en Zaragoza. En ese minuto en el que marcó el Madrid y empató el Espanyol di tal grito que a la mañana siguiente estaba afónico y no pude recitar la sinfonía que había estado ensayando tanto tiempo. Ese es el último mal recuerdo que me ha dejado el fútbol. Sin embargo, tengo muchos buenos recuerdos, de infancia, de familia o con mi hija disfrutando con el Real Madrid.

¿Por qué se decidió a escribir este poema en honor a tu Real Madrid?
El poema es una reivindicación del fútbol en general y un canto a mi equipo. Me interesaba dedicarle un poema al fútbol en un libro de poemas, porque durante un tiempo se heredó la idea de que el fútbol y los intelectuales estaban reñidos. Sin embargo, yo recuerdo importantes poemas de Bertolt Brecht o Rafael Alberti y cómo, en la época de la vanguardia, el deporte, en general, y el fútbol, en particular, significaron una mirada nueva sobre la sociedad. Yo quería reivindicar el fútbol y alejarme de una idea muy rara que hay de los intelectuales, porque éste debe ser una persona que comprenda la sociedad en la que vive, y alejarse de un fenómeno social tan importante como es el fútbol dice muy poco de los intelectuales. Por otro lado, quería dedicarle un poema al Real Madrid porque el fútbol es una parte de la infancia en la que uno no se siente responsable de nada. Sólo quiere con pasión que ganen los suyos. Esa inocencia que se escapa de la infancia con el fútbol me gusta mantenerla. No me siento responsable cuando vengo al campo y quiero que gane mi equipo. Me apasiono y eso se lo agradezco al fútbol.

En él dice que el fútbol es como un vaso de agua, pero que, le ha quitado muchas veces la sed.
Es verdad. Como decía Eduardo Galeano, el fútbol es lo más importante de las cosas menos importantes. En la vida hay cosas decisivas, pero dentro de lo que no lo es, el fútbol ha sido importante en mi vida, me ha dado alegrías y malos ratos; me acompaña en las tardes de los sábados y domingos desde que era niño; y es una felicidad en un vaso de agua porque uno no se juega la vida en un partido de fútbol pero ese vaso me quita la sed todos los fines de semana.
Tuvo mucho que ver para escribir este poema el que en su día, Alberti escribió a Platko
Rafael Alberti era muy amigo de José María Cossío, que en 1928 era Presidente del Racing de Santander. Estando Alberti con él se disputó en El Sardinero la final de la Copa del Rey entre el Barcelona y la Real Sociedad. Alberti fue al campo y se quedó impresionado, sobre todo, con Platko, que tuvo una actuación excelente, pero se dio un golpe y, aun así, volvió a salir lesionado. Se convirtió, de este modo, en el artífice de esa victoria. Cuando hice mi tesis doctoral sobre Alberti, me di cuenta que Alberti, en ese poema estaba anticipando las crónicas deportivas.

Cuando se sentó a escribir el poema, ¿qué recuerdos o sentimientos te vinieron a la mente?.
El poema está publicado en un libro que se llama Infancia y yo quise cerrar el libro con ese poema porque, para mi, el fútbol es la parte de la infancia que se ha escapado y que me acompaña como hombre maduro. El fútbol tiene mucho que ver con la ilusión y yo quería contar eso. Cómo la ilusión se mezcla con nuestra vida. Hay versos que recuerdan esa sensación que tenemos los aficionados los lunes por la mañana cuando ha perdido tu equipo y llegas al despacho sabiendo que te van a preguntar “¿qué pasó ayer?”. He utilizado las metáforas del fútbol para hablar de la vida porque el fútbol es como el resumen, en noventa minutos, de las cosas que ocurren en la vida. El fútbol nos permite ajustar cuentas con la realidad. Me explico: cuando yo era niño empecé a escribir poemas casi al mismo tiempo que jugaba en casa de mis padres a inventarme partidos de fútbol. La literatura tiene mucho que ver con un ajuste de cuentas con la realidad. Hay cosas que te gustas y tú las imaginas o cosas que no te gustan e imaginas cómo deberían ser. Del mismo modo, yo de pequeño me imaginaba un partido y cuando tiraba en nombre de Gento tiraba con más cuidado que cuando lo hacía en nombre de cualquier otro jugador y acababa siempre ganando, cuando en la realidad no se gana siempre…La literatura, como ejercicio de imaginación, es igual, uno quiere ajustar cuentas con la realidad y quiere cambiar lo que no te gusta. La imaginación te ayuda a saber cómo te gustaría que fuera la realidad y el fútbol tiene mucho que ver con eso. Esto es lo que quería contar en mi poema.

Comenta en el poema la tranquilidad que da terminar un encuentro con tres a cero. ¿Cómo son los partidos de Luis García Montero cuando pierde o gana el Real Madrid?
Me pongo nervioso en los partidos. Yo disfruto del fútbol cuando llevamos dos goles de ventaja. A mi me gusta que los equipos jueguen bien, creo que deben tener su propia identidad. Eso lo tiene el Madrid. Nosotros en el campo somos muy exigentes porque estamos acostumbrados a ver buen fútbol. En ese sentido, el Madrid que se encierra no me gusta, pero hasta que el partido no está encarado y llevamos varios goles de ventaja yo no veo el partido tranquilamente.
Habla también de la belleza y felicidad, ¿prefiere ver un buen partido, aunque se pierda o busca el resultado por encima de todo?
Prefiero ver un buen partido en el que gane mi equipo y creo que esa es la identidad del Real Madrid. Aunque cuando salgo del campo prefiero llevarme los tres puntos, no me consuela el haber hecho un buen partido, si perdemos. Tengo alma de forofo, aunque, a la hora de planificar un equipo, sea partidario de ver un partido creativo.

Hay mucha relación entre el fútbol y la literatura. ¿Quién sería para usted un poeta del balón?
En este momento, Guti. Agradezco sus jugadas y pases y hay veces que no hace falta jugar bien al fútbol para marcar el ritmo del partido y levantar al campo. Hace que el campo se anime y levanta la moral. Pero aquí he visto muy buen fútbol. Recuerdo, por ejemplo, a Michel, Martín Vázquez o Zidane, pero, de entre todos estos poetas, me quedo con Guti.
¿En qué más se parecen el fútbol y la literatura?
Hay mucha relación. Por ejemplo, cuando alguien habla de leer el partido y es que, los partidos se leen. En un momento determinado saben algunos jugadores lo que le conviene al equipo, cómo se puede abrir el partido y cómo se pueden crear situaciones. Son estos jugadores a los que más relaciono con la literatura. Eso de que fútbol y literatura no están relacionados no es verdad. Yo tengo muchos amigos, escritores, editores… y discutimos de fútbol. Me parece importante y es que la creación es ilusión, imaginación y deseo y todas esas cosas se dan desde muy pequeños en el fútbol. La gente que quiere encerrarse en una torre de marfil y que cree que la cultura no tiene relación con el gusto de la gente, me preocupa. Habla peor de la cultura que del fútbol.
¿El Bernabéu tiene poesía?
En este estadio hay mucha poesía, se ha jugado muy bien al fútbol desde hace mucho tiempo. Me gusta cuando me cuentan historias, emociones, sentimientos que han pasado aquí y eso tiene que ver mucho con la poesía, porque la poesía es sentimiento. La última Copa de Europa que ganamos, por ejemplo, llamé a mi hija y ésta empezó a hablarme ronca porque de gritar había perdido la voz y yo recordé la cantidad de veces que había perdido la voz gritando en casa. Eso es la emoción. Yo escribí en ese momento y al ver emocionada a mi hija que a ver cuándo ganábamos la siguiente.

¿Cómo definiría al Real Madrid en un verso?
Resumir al Real Madrid en un verso es difícil, pero sería “El corazón blanco”.

Si el Real Madrid fuera un libro, ¿cuál sería?
Sería un poema y una novela. Un poema por la provocación inmediata de emociones. En ese sentido, me acuerdo del libro de Cernuda, “Realidad o Deseo”, porque el fútbol es un diálogo entre la realidad y el deseo. En cuanto a la novela, sería una con mucha historia y tradición. En este aspecto, me voy al Quijote.

¿Qué es más placentero: un buen libro o un buen partido?
Las dos cosas son emociones distintas y no están regañadas. Yo al campo vengo a disfrutar, animar, gritar y en casa dedico mucho tiempo a la lectura y no son incompatibles. Se puede ser aficionado al fútbol y a la lectura.

¿El fútbol es sólo deporte o tiene algo de arte?
El fútbol es un deporte, es un negocio, pero tiene algo de belleza. Siempre lo comparo con el arte porque el arte nos enseña las reglas de juego de la vida. Si uno comprende lo que significa el amor, el odio, la muerte o la relación con los demás, uno vive la vida más intensamente y las reglas nos las enseña el arte. Y eso ocurre también con el deporte, porque el que conozca las reglas del fútbol disfruta mucho del espectáculo que ve y puede apreciar la belleza del fútbol.

¿A qué jugador o a qué momento que ha vivido en un Estadio le dedicaría un poema?.
Se lo dedicaría a Zidane. Hablaría de esa volea fabulosa que enganchó en la final de la Copa de Europa. Si tuviera que hablar de mi infancia, hablaría de Gento. Era otra manera de entender el fútbol y recuerdo sus galopadas por la banda, tras las cuales acudía al remate él mismo.

¿Qué le parece que el Real Madrid haga este tipo de iniciativas?
Muy importante. Los clubes saben la repercusión que tienen, sobre todo, sobre los niños. Si utilizan esa repercusión para que se compren la camiseta o para defender causas justas, creo que estamos cumpliendo una labor social muy importante. Yo lo agradezco porque se suele decir que nunca se interesan por temas sociales. El que conoce esto sabe que no es así y ahora, gracias a estas iniciativas, se sabe que el Real Madrid defiende la lectura o la integración de los inmigrantes.

Porque la falta de lectura entre los más pequeños es un problema preocupante
Sí, pero todavía los niños leen algo, pero cuando son adolescentes ya no leen nada. A veces se recupera ese placer y, por eso, es muy importante hacer esta labor educativa con la infancia. Nos conviene a todos formar a los niños durante su infancia, pero si queremos evitar la violencia del fútbol, que no se identifique nuestro deporte con la violencia, tenemos que educar ciudadanos. Eso se hace en la escuela y en las edades a las que va dirigido este proyecto en pos de la lectura infantil.

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