- Aunque suele ser muy conocido, de nuevo puede ser muy conveniente informarse sobre el argumento de la obra. Investiga más allá del libro de texto.
- Como en la mayor parte de los dramas románticos, las escenas últimas del Tenorio acumulan una gran cantidad de elementos melodramáticos y efectistas que tienen como finalidad conmover y asombrar al espectador. Señala los que en este caso utiliza Zorrilla. Entre ellos, tiene una importancia especial el de la contemplación de su propio entierro por parte del protagonista, motivo literario que ya aparece en otras obras del propio Zorrilla. Investiga cuál. Compárense ambos pasajes. ¿Cuál de ellos tiene mayor eficacia dramática?
- Si lo comparamos con el texto de Don Álvaro , el protagonista don Álvaro asume finalemente su condición de transgresor y se suicida en un último y definitivo acto de libertad. El final de don Juan Tenorio, en cambio, es muy diferente. Comenta cómo y por qué se produce la redención del personaje y qué relación tiene con la ideología del autor y con su intención literaria.
- Compara el final de Don Juan Tenorio con el final de El burlador de Sevilla de Tirso de Molina.
Escena II
DON JUAN, la ESTATUA de DON GONZALO, las SOMBRAS
ESTATUA. Aquí me tienes, don Juan,
y he aquí que vienen conmigo
los que tu eterno castigo
De Dios reclamando están.
JUAN: ¡Jesús!
ESTATUA. ¿Y de qué te alteras,
si nada hay que a ti te asombre,
y para hacerte eres hombre
plato con sus calaveras?
JUAN: ¡Ay de mí!
ESTATUA. Qué, ¿el corazón
te desmaya?
JUAN: No lo sé;
concibo que me engañé;
no son sueños..., ¡ellos son!
(Mirando a los espectros.)
Pavor jamás conocido
el alma fiera me asalta,
y aunque el valor no me falta,
me va faltando el sentido.
ESTATUA. Eso es, don Juan, que se va
concluyendo tu existencia,
y el plazo de tu sentencia
está cumpliéndose ya.
JUAN: ¡Qué dices!
ESTATUA. Lo que hace poco
que doña Inés te avisó,
lo que te he avisado yo,
y lo que olvidaste loco.
Mas el festín que me has dado
debo volverte, y así
llega, don Juan, que yo aquí
cubierto te he preparado.
JUAN: ¿Y qué es lo que ahí me das?
ESTATUA. Aquí fuego, allí ceniza.
JUAN: El cabello se me eriza.
ESTATUA. Te doy lo que tú serás.
JUAN: ¡Fuego y ceniza he de ser!
ESTATUA. Cual los que ves en redor
en eso para el valor,
la juventud y el poder.
JUAN: Ceniza, bien; ¡pero fuego!
ESTATUA. El de la ira omnipotente,
do arderás eternamente
por tu desenfreno ciego.
JUAN: ¿Conque hay otra vida más
y otro mundo que el de aquí?
¿Conque es verdad, ¡ay de mí!,
lo que no creí jamás?
¡Fatal verdad que me hiela
la sangre en el corazón!
Verdad que mi perdición
solamente me revela.
¿Y ese reló?
ESTATUA. Es la medida
de tu tiempo.
JUAN: ¡Expira ya!
ESTATUA. Sí; en cada grano se va
un instante de tu vida.
JUAN: ¿Y esos me quedan no más?
ESTATUA. Sí.
JUAN: ¡Injusto Dios! Tu poder
me haces ahora conocer,
cuando tiempo no me das
de arrepentirme.
ESTATUA. Don Juan,
un punto de contrición
da a un alma la salvación
y ese punto aún te le dan.
JUAN: ¡Imposible! ¡En un momento
borrar treinta años malditos
de crímenes y delitos!
ESTATUA. Aprovéchale con tiento,
(Tocan a muerto.)
porque el plazo va a expirar,
y las campana doblando
por ti están, y están cavando
la fosa en que te han de echar.
(Se oye a lo lejos el oficio de difuntos.)
JUAN: ¿Conque por mí doblan?
ESTATUA. Sí.
JUAN: ¿Y esos cantos funerales?
ESTATUA. Los salmos penitenciales,
que están cantando por ti.
(Se ve pasar por la izquierda luz de hachones, y rezan dentro.)
JUAN: ¿Y aquel entierro que pasa?
ESTATUA. Es el tuyo.
JUAN: ¡Muerto yo!
ESTATUA. El capitán te mató
a la puerta de tu casa.
JUAN: Tarde la luz de la fe
penetra en mi corazón,
pues crímenes mi razón
a su luz tan sólo ve.
Los ve... con horrible afán
porque al ver su multitud
ve a Dios en la plenitud
de su ira contra don Juan.
¡Ah! Por doquiera que fui
la razón atropellé,
la virtud escarnecí
y a la justicia burlé,
y emponzoñé cuanto vi.
Yo a las cabañas bajé
y a los palacios subí,
y los claustros escalé;
y pues tal mi vida fue,
no, no hay perdón para mí.
¡Mas ahí estáis todavía
(A los fantasmas.)
con quietud tan pertinaz!
Dejadme morir en paz
a solas con mi agonía.
Mas con esta horrenda calma,
¿qué me auguráis, sombras
fieras?
¿Qué esperan de mí?
(A la estatua de DON GONZALO)
ESTATUA. Que mueras
para llevarse tu alma.
Y adiós, don Juan; ya tu vida
toca a su fin, y pues vano
todo fue, dame la mano
en señal de despedida.
JUAN: ¿Muéstrasme ahora amistad?
ESTATUA. Sí: que injusto fui contigo,
y Dios me manda tu amigo
volver a la eternidad.
JUAN: Toma, pues.
ESTATUA. Ahora, don Juan,
pues desperdicias también
el momento que te dan,
conmigo al infierno ven.
JUAN: ¡Aparta, piedra fingida!
Suelta, suéltame esa mano,
que aún queda el último grano
en el reloj de mi vida.
Suéltala, que si es verdad
que un punto de contrición
da a un alma la salvación
de toda una eternidad,
yo, Santo Dios, creo en Ti:
si es mi maldad inaudita,
tu piedad es infinita...
¡Señor, ten piedad de mí!
ESTATUA. Ya es tarde.
(DON JUAN se hinca de rodillas, tendiendo al cielo la mano que le deja libre la estatua. Las sombras, esqueletos, etc., van a abalanzarse sobre él, en cuyo momento se abre la tumba de DOÑA INÉS y aparece ésta. DOÑA INÉS toma la mano que DON JUAN tiende al cielo.)
Escena III
DON JUAN, LA ESTATUA DE DON GONZALO DOÑA INÉS, SOMBRAS, etc.
INÉS: ¡No! Heme ya aquí,
don Juan mi mano asegura
esta mano que a la altura
tendió tu contrito afán,
y Dios perdona a don Juan
al pie de la sepultura.
JUAN: ¡Dios clemente! ¡Doña Inés!
INÉS: Fantasmas, desvaneceos:
su fe nos salva..., volveos
a vuestros sepulcros, pues.
La voluntad de Dios es
de mi alma con la amargura
purifiqué su alma impura,
y Dios concedió a mi afán
la salvación de don Juan
al pie de la sepultura.
JUAN: ¡Inés de mi corazón!
INÉS: Yo mi alma he dado por ti,
y Dios te otorga por mí
tu dudosa salvación.
Misterio es que en
comprensión
no cabe de criatura:
y sólo en vida más pura
los justos comprenderán
que el amor salvó a don Juan
al pie de la sepultura.
Cesad , cantos funerales
(Cesa la música y salmodia.)
callad, mortuorias campanas
(Dejan de tocar a muerto.)
ocupad, sombras livianas,
vuestras urnas sepulcrales
(Vuelven los esqueletos a sus tumbas, que se cierran.)
volved a los pedestales,
animadas esculturas;
(Vuelven las estatuas a sus lugares.)
y las celestes venturas
en que los justos están,
empiecen para don Juan
en las mismas sepulturas.
(Las flores se abren y dan paso a varios angelitos que rodean a DOÑA INÉS y a DON JUAN, derramando sobre ellos flores y perfumes, y al son de una música dulce y lejana, se ilumina el teatro con luz de aurora. DOÑA INÉS cae sobre un lecho de flores, que quedará a la vista en lugar de su tumba, que desaparece.)
Escena última
DOÑA INÉS, DON JUAN, LOS ÁNGELES
JUAN: ¡Clemente Dios, gloria a Ti!
Mañana a los sevillanos
aterrará el creer que a manos
de mis víctimas caí.
Mas es justo: quede aquí
al universo notorio
que, pues me abre el
purgatorio
un punto de penitencia,
es el Dios de la clemencia
el Dios de Don Juan Tenorio.
(Cae DON JUAN a los pies de DOÑA INÉS, y mueren ambos. De sus bocas salen sus almas representadas en dos brillantes llamas, que se pierden en el espacio al son de la música. Cae el telón.)
Muy bueno.
ResponderEliminarA parte de servirme de ayuda, me ha gustado mucho.
Gracias!
=)