María Luisa García Moreno
Revista Pionero, Cuba.
Como sabes, la astronomía es la «ciencia que trata de cuanto se refiere a los astros, y principalmente a las leyes de sus movimientos». Procede del latín astronomĭa, y este del griego y recoge también el campo semántico que define el vocabulario relacionado con el espacio exterior, el cual se puede agrupar en tres series básicas: astros y planetas, instrumentos de observación y exploración, y cosmología, origen y evolución del universo.
Muchas de las palabras que componen este extenso campo semántico proceden del latín o el griego y otras, de lenguas como inglés, francés, ruso, las lenguas árabes. Hoy veremos algunas de las que proceden del latín.
Por ejemplo, constelación, formada de la combinación del elemento compositivo com-, con- + stellare, stella, «estrella», denomina un «conjunto de estrellas» y, especialmente, aquellas que tienen formas mitológicas, como Casiopea, la Osa Mayor y otras. Como se infiere de la anterior explicación, también estrella «cuerpo celeste brillante», procede de esta lengua muerta, así como su derivado estelar, de stellaris, «relacionado con las estrellas».
Igual procedencia tienen firmamento, de firmamentum, «bóveda celeste, apoyo» y «espacio exterior, cielo estrellado por la noche» y espacio, de spatium, «extensión que contiene toda la materia existente», «espacio exterior», y el adjetivo espacial «relacionado con el espacio».
Lo mismo sucede con equinoccio, de aequinoctium, de aequus, «igual» + nox, noctis, «noche», palabra que define el momento en que, por hallarse el Sol sobre el Ecuador, los días son iguales a las noches y cambia la estación: equinoccio de primavera (21 de marzo), equinoccio de otoño (23 de septiembre).
Idéntico origen tienen el término que da nombre al sol, de sol, solis, «astro central de la Vía Láctea, de cualquier estrella» y solar, de solaris, «del sol» y al que nombra al satélite de la Tierra o de otro planeta: luna, relacionada con lux, «luz», así como sus derivados lunar, de lunaris, “de la luna”; lunático, de lunaticus, originalmente «que vive en la luna», aunque hoy se refiere a «quien padece locura, no continua, sino por intervalos».
Universo, de universus, y este de unus, «uno» + versus, «girado», significa «todo lo que existe» y universal, «perteneciente o relativo al universo», «que pertenece o se extiende a todo el mundo, a todos los países, a todos los tiempos»; mundo, de mundus, «la Tierra o cualquier otro planeta» y sus derivados mundial y mundano, «perteneciente o relativo al mundo» y también «que frecuenta las fiestas y reuniones de la buena sociedad» y orbe, de orbis, «redondez, círculo; esfera terrestre o celeste» y sus parientes órbita, de orbita, orbis, «orbe, camino de un astro en su movimiento de traslación»; nebulosa, observatorio y satélite también proceden del latín, lengua muerta —porque hoy nadie la habla— que, como ves, permanece bien viva en nuestro idioma.
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