viernes, 28 de marzo de 2014
miércoles, 26 de marzo de 2014
El quesuismo en Blog de Lengua española
El quesuismo es un uso incorrecto que consiste en sustituir el adjetivo relativo cuyo por la secuencia que su. Veamos un ejemplo:
(1) [...] él es un jugador
que su máxima cualidad es la de crear fútbol (Abc, 9-8-05).
Lo que debemos escribir es esto otro:
(2) Él es un jugador cuya máxima cualidad es la de crear fútbol.
A veces, cuyo se sustituye por la secuencia que el/que la:
(3) Esta es la chica
que el hermano tenía una tienda al lado de la plaza.
El equivalente correcto con cuyo es este:
(4) Esta es la chica cuyo hermano tenía una tienda al lado de la plaza.
Cuyo ha entrado en decadencia en la lengua actual. ¿Quién diría hoy un sábado por la tarde tomando unas cañas algo así?: “No ha venido el chico ese cuya novia estudia empresariales”.
Los hablantes, aunque sea inconscientemente, intuyen la dualidad de cuyo: es relativo y, al mismo tiempo, posesivo. Por eso lo rompen para sacar las piezas. En la lengua coloquial se puede hacer quizás la vista gorda con el quesuismo, pero en textos y situaciones formales es totalmente impresentable.
Haz un ejercicio para practicar. soluciones
Breve comentario de El sí de las niñas por Mario López Asenjo en MasterLengua
1. Autor:
Leandro Fernández de Moratín (1760-1828) escribió poesía en dos vertientes: la satírica y la lírica, pero donde realmente destacó fue como autor dramático. Moratín es el principal autor dramático del Neoclasicismo, aunque sólo escribiera cinco comedias. Sus obras siguen los preceptos del neoclasicismo como son: la verosimilitud de sus argumentos y por su doble finalidad de entretener y enseñar.
El tema fundamental de la obra de Moratín es la inautenticidad como forma de vida. De carácter satírico son La comedia nueva o El café contra los malos autores dramáticos que despreciaban las reglas y La mojigata contra la falsa religiosidad. En sus otras tres comedias – El viejo y la niña, El barón y El sí de las niñas – defiende la libertad de la mujer para elegir marido. Era una cuestión de actualidad en aquella época en la que abundaban los matrimonios impuestos por interés.
El sí de las niñas (escrita en 1801 y estrenada en 1806) es la más importante del teatro neoclásico español. Se trata de una comedia en prosa, dividida en tres actos, cuya única acción se desarrolla en el reducido espacio de una posada de Alcalá de Henares durante diez horas. Dos son los temas esenciales de esta obra: el derecho a la libertad de elegir pareja y la educación de la mujer. Junto con estos dos temas fundamentales, se tratan también otros temas secundarios como son el de la autoridad y egoísmo de los padres y el de las ilusiones del viejo que se enamora de una jovencita.
Su estilo es otro acierto: el diálogo natural y el lenguaje es claro, llano, de un estilo ya moderno.
2. Elementos Dramáticos:
- Personajes
- Don Diego, 58 años. Es el personaje que desencadena la acción porque está comprometido con Doña Paquita, bastante mas joven que él. Se le puede considerar el verdadero protagonista de la obra y el que representa las ideas neoclásicas que tratan de cambiar el problema social de los matrimonios concertados.
- Paquita o Francisca, 16 años. Es una muchacha discreta que es obligada a casarse con un hombre 42 años mayor que ella pero debido a su educación no es capaz de demostrar sus sentimientos y esto la llevara a arriesgar el amor que siente por Don Carlos.
- Don Carlos, 25 años. Sobrino de Don Diego. Es un valiente militar, pero sumiso ante su tío. Es un joven apasionado que quiere luchar por su amor pero las reglas sociales y el respeto a su tío se lo impiden.
- Doña Irene, madre de Doña Paquita, representa un personaje autoritario y ridículo que refleja la autoridad de los padres de la época sobre sus hijos.
- Rita criada de Doña Irene - Simón criado de Don Diego
- Calamocha criado de Don Carlos
| Los criados del teatro tenían la función de aportar al espectador nuevas informaciones por medio del diálogo entre sí o con sus amos. Además, por su espontaneidad y conocimiento basado en la sabiduría popular, que no en los libros, podría decirse que representan la “voz” del pueblo llano en la obra. |
- Tiempo: “La acción empieza a las siete de la tarde y acaba a las cinco de la mañana siguiente”
- Espacio: Una humilde pensión (o posada) en Alcalá de Henares
3. Resumen
La comedia se ajusta perfectamente a los principios artísticos de la estética neoclásica, por lo tanto, en lo que respecta el teatro, nuestra obra sigue la regla de las tres unidades clásicas, es decir: espacio, tiempo y acción. De esta manera, la acción transcurre durante una noche y hasta el amanecer en una posada de Alcalá de Henares (cerca de Madrid). A dicha posada llega don Diego (caballero adinerado de 58 años) para encontrarse y conocer a su futura esposa, Paquita de 16 años (que viene acompañada por su madre, quien ha concertado el matrimonio de su hija). A la posada llega también, don Carlos, el verdadero amor de Paquita, valiente militar y sobrino de don Diego. Llega hasta la posada avisado por Paquita en un desesperado intento para detener la boda.
Conforme avanza la acción Don Diego empieza a sospechar que su sobrino tiene algo con Paquita y le ordena que regrese al regimiento; éste se dispone a obedecer, renunciando a la vez al amor de su amada (porque obedecer a su tío es lo que debe hacer un buen ciudadano).
Para informar a Doña Paquita de su decisión le envía una última carta de amor, la cual por casualidad llega a manos de Don Diego, que, comprendiendo el amor entre los jóvenes, decide renunciar a su matrimonio con la joven, y haciendo llamar a su sobrino, hace posible la unión entre los enamorados.
Por tanto, se impone la lógica y triunfan los verdaderos sentimientos. Don Diego se da cuenta de que Paquita se casa obligada por su madre y además que está realmente enamorada es de su sobrino, por ello renuncia a su felicidad para hacer posible la de los jóvenes.
4. Antología de textos
Acto I
[Entran en escena doña Francisca (Paquita en este resumen) y su madre, doña Irene. Vienen desde el convento en el que Paquita vivía para reunirse con el novio. Ambas junto con don Diego charlan sobre los pormenores de la elección de Paquita (ésta claro está solo se casa porque se lo manda su madre, ella vive enamorada de don Carlos]
D. DIEGO Es verdad. Sólo falta que la parte interesada tenga la misma satisfacción que manifiestan cuantos la quieren bien.
DOÑA IRENE Es hija obediente, y no se apartará jamás de lo que determine su madre.
D. DIEGO Todo eso es cierto; pero…
DOÑA IRENE Es de buena sangre, y ha de pensar bien, y ha de proceder con el honor que la corresponde.
D. DIEGO Sí, ya estoy; pero ¿no pudiera, sin faltar a su honor ni a su sangre…?
DOÑA FRANCISCA ¿Me, voy, mamá? (Se levanta y vuelve a sentarse.)
DOÑA IRENE No pudiera, no señor. Una niña bien educada, hija de buenos padres, no puede menos de conducirse en todas ocasiones como es conveniente y debido.
[Se cierra el acto con que la noticia de la llegada de don Carlos a la posada. Informado de los planes de boda ha venido para tratar de impedirlo. Paquita recobra la ilusión y la esperanza de que pueda solucionarse todo]
Acto II
[(Escena V) De nuevo están juntos dialogando, doña Irene, don Carlos y Paquita. Don Diego sigue sospechando de los verdaderos sentimientos de Paquita, duda de si se casa porque quiere o porque su madre se lo manda ]
D. DIEGO Puede que esté llena de miedo, y no se atreva a decir una palabra que se oponga a lo que su madre quiere que diga… Pero si esto hubiese, por vida mía que estábamos lucidos.
DOÑA FRANCISCA No, señor; lo que dice su merced, eso digo yo; lo mismo. Porque en todo lo que me mande la obedeceré.
D. DIEGO ¡Mandar, hija mía!… En estas materias tan delicadas los padres que tienen juicio no mandan. Insinúan, proponen, aconsejan; eso sí, todo eso sí; ¡pero mandar!… ¿Y quién ha de evitar después las resultas funestas de lo que mandaron?… Pues ¿cuántas veces vemos matrimonios infelices, uniones monstruosas, verificadas solamente porque un padre tonto se metió a mandar lo que no debiera?… ¡Eh! No, señor; eso no va bien… Mire usted, Doña Paquita, yo no soy de aquellos hombres que se disimulan los defectos. Yo sé que ni mi figura ni mi edad son para enamorar perdidamente a nadie; pero tampoco he creído imposible que una muchacha de juicio y bien criada llegase a quererme con aquel amor tranquilo y constante que tanto se parece a la amistad, y es el único que puede hacer los matrimonios felices. Para conseguirlo no he ido a buscar ninguna hija de familia de estas que viven en una decente libertad… Decente, que yo no culpo lo que no se opone al ejercicio de la virtud. Pero ¿cuál sería entre todas ellas la que no estuviese ya prevenida en favor de otro amante más apetecible que yo? Y en Madrid, figúrese usted en un Madrid… Lleno de estas ideas me pareció que tal vez hallaría en usted todo cuanto deseaba.
DOÑA IRENE Y puede usted creer, señor D. Diego, que…
D. DIEGO Voy a acabar, señora; déjeme usted acabar. Yo me hago cargo, querida Paquita (…) sepa usted que yo no quiero nada con violencia. (…).
DOÑA IRENE ¿Puedo hablar ya, señor?
D. DIEGO Ella, ella debe hablar, y sin apuntador y sin intérprete.
DOÑA IRENE Cuando, yo se lo mande.
D. DIEGO Pues ya puede usted mandárselo, porque a ella la toca responder… Con ella he de casarme, con usted no.
Preguntas
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[Al final del acto se encuentran don Carlos y su tío. Es un encuentro en el que ninguno de los dos descubre la verdadera razón por la que están en la posada. Sin embargo, don Diego quiere evitar que su sobrino descubra que él se va a casar y le manda de vuelta a Zaragoza donde está su cuartel; aunque Carlos le asegura que lo hará, se queda en la posada]
ActoIII
[En las cinco primeras escenas se empieza a desentrañar la trama: Paquita debería recibir una carta que don Carlos le ha escrito, pero por infortunio la carta llega a manos de don Diego que al leerla descubre la existencia del amante y pierde todas sus ilusiones de boda.
En la escena VIII por primera vez se quedan solos en escena Paquita y don Diego. Éste sabedor ya de que ella está enamorada de otro hombre quiere que Paquita exprese sus sentimientos y le diga la verdad ahora que no está su madre delante.]
DOÑA FRANCISCA Tampoco; no señor… Nunca he pensado así.
D. DIEGO No tengo empeño de saber más… Pero de todo lo que acabo de oír resulta una gravísima contradicción. Usted no se halla inclinada al estado religioso, según parece. Usted me asegura que no tiene queja ninguna de mí, que está persuadida de lo mucho que la estimo, que no piensa casarse con otro, ni debo recelar que nadie me dispute su mano… Pues ¿qué llanto es ése? ¿De dónde nace esa tristeza profunda, que en tan poco tiempo ha alterado su semblante de usted, en términos que apenas le reconozco? ¿Son éstas las señales de quererme exclusivamente a mí, de casarse gustosa conmigo dentro de pocos días? ¿Se anuncian así la alegría y el amor? (Vase iluminando lentamente la escena, suponiendo que viene la luz del día.)
DOÑA FRANCISCA Y ¿qué motivos le he dado a usted para tales desconfianzas?
D. DIEGO ¿Pues qué? Si yo prescindo de estas consideraciones, si apresuro las diligencias de nuestra unión, si su madre de usted sigue aprobándola y llega el caso de…
DOÑA FRANCISCA Haré lo que mi madre me manda, y me casaré con usted.
D. DIEGO ¿Y después, Paquita?
DOÑA FRANCISCA Después…, y mientras me dure la vida, seré mujer de bien.
D. DIEGO Eso no lo puedo yo dudar… Pero si usted me considera como el que ha de ser hasta la muerte su compañero y su amigo, dígame usted: estos títulos ¿no me dan algún derecho para merecer de usted mayor confianza? ¿No he de lograr que usted me diga la causa de su dolor? Y no para satisfacer una impertinente curiosidad, sino para emplearme todo en su consuelo, en mejorar su suerte, en hacerla dichosa, si mi conato y mis diligencias pudiesen tanto.
DOÑA FRANCISCA ¡Dichas para mí!… Ya se acabaron.
D. DIEGO ¿Por qué?
DOÑA FRANCISCA Nunca diré por qué.
D. DIEGO Pero ¡qué obstinado, qué imprudente silencio!… Cuando usted misma debe presumir que no estoy ignorante de lo que hay.
DOÑA FRANCISCA Si usted lo ignora, señor D. Diego, por Dios no finja que lo sabe; y si en efecto lo sabe usted, no me lo pregunte.
D. DIEGO Bien está. Una vez que no hay nada que decir, que esa aflicción y esas lágrimas son voluntarias, hoy llegaremos a Madrid, y dentro de ocho días será usted mi mujer.
DOÑA FRANCISCA Y daré gusto a mi madre.
D. DIEGO Y vivirá usted infeliz.
DOÑA FRANCISCA Ya lo sé.
D. DIEGO Ve aquí los frutos de la educación. Esto es lo que se llama criar bien a una niña: enseñarla a que desmienta y oculte las pasiones más inocentes con una pérfida disimulación. Las juzgan honestas luego que las ven instruidas en el arte de callar y mentir. Se obstinan en que el temperamento, la edad ni el genio no han de tener influencia alguna en sus inclinaciones, o en que su voluntad ha de torcerse al capricho de quien las gobierna. Todo se las permite, menos la sinceridad. Con tal que no digan lo que sienten, con tal que finjan aborrecer lo que más desean, con tal que se presten a pronunciar, cuando se lo manden, un sí perjuro, sacrílego, origen de tantos escándalos, ya están bien criadas, y se llama excelente educación la que inspira en ellas el temor, la astucia y el silencio de un esclavo.
DOÑA FRANCISCA Es verdad… Todo eso es cierto… Eso exigen de nosotras, eso aprendemos en la escuela que se nos da… Pero el motivo de mi aflicción es mucho más grande.
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[Cuando la madre de Paquita descubre lo que está pasando entra en cólera y quiere matar a su hija por desobediente, pero interviene don Diego para hacerla razonar y convencerla de que lo mejor para todos es que ellos puedan elegir libremente y al final triunfe el amor. Conviene destacar el sentido de moraleja que tiene el final de la obra.]
DOÑA IRENE ¡Conque el bueno de D. Carlos! Vaya que…
D. DIEGO Él y su hija de usted estaban locos de amor, mientras que usted y las tías fundaban castillos en el aire, y me llenaban la cabeza de ilusiones, que han desaparecido como un sueño… Esto resulta del abuso de autoridad, de la opresión que la juventud padece, y éstas son las seguridades que dan los padres y los tutores, y esto lo que se debe fiar en el sí de las niñas… Por una casualidad he sabido a tiempo el error en que estaba… ¡Ay de aquellos que lo saben tarde!
DOÑA IRENE En fin, Dios los haga buenos, y que por muchos años se gocen… Venga usted acá, señor; venga usted, que quiero abrazarte. (Abrazando a D. Carlos. Dª Francisca se arrodilla y besa la mano a su madre.)
(…)
D. DIEGO Paquita hermosa (Abraza a D. Francisca), recibe los primeros abrazos de tu nuevo padre… No temo ya la soledad terrible que amenazaba a mi vejez… Vosotros seréis la delicia de mi corazón; y el primer fruto de vuestro amor…, sí, hijos, aquél…. no hay remedio, aquél es para mí. Y cuando le acaricie en mis brazos, podré decir: a mí me debe su existencia este niño inocente; si sus padres viven, si son felices, yo he sido la causa.
D. CARLOS ¡Bendita sea tanta bondad!
D. DIEGO Hijos, bendita sea la de Dios.
Adolfo Suárez, claves de redacción
Con motivo del inminente desenlace de la enfermedad del expresidente del Gobierno español Adolfo Suárez, anunciado hoy por su hijo, se ofrece a continuación una serie de claves sobre la escritura apropiada de algunos términos que pueden aparecer en las informaciones relacionadas con este suceso:
1. La denominación expresidente se escribe en una sola palabra, de acuerdo con las normas académicas sobre la escritura de los prefijos. Además, como el nombre de todos los cargos, lo adecuado es escribirlo con inicial minúscula.
2. Estado se escribe con inicial mayúscula cuando se alude a una ‘forma de organización política, dotada de poder soberano e independiente, que integra la población de un territorio’ o al ‘conjunto de los órganos de gobierno de un país soberano’. Por tanto, lo adecuado es escribir golpe de Estado, jefe de Estado…
3. Gobierno debe llevar mayúscula inicial cuando se refiere al conjunto de personas o instituciones que gobiernan una división político-administrativa: «En 1981 Adolfo Suárez dimite de su cargo de presidente del Gobierno».
4. Se escriben con mayúscula los nombres de entidades, organismos o instituciones: las Cortes, la Corona, el Congreso, etc.
5. De acuerdo con la Ortografía, los sustantivos que designan tanto formas de Estado o de gobierno como acontecimientos y periodos históricos se escriben con minúscula: monarquía, dictadura, democracia, franquismo otransición; sin embargo, se pueden escribir con mayúscula para indicar su uso antonomástico referido a un periodo histórico determinado o a la forma de gobierno que lo caracteriza: la Transición, la Dictadura.
6. Se considera correcto, aunque no preceptivo, escribir las siglas formadas por combinaciones de letras y cifras con guion intermedio (23-F); sin embargo, es apropiado y cada vez más frecuente escribirlas unidas sin guion (23F).
7. Expresiones como elecciones democráticas o elecciones generales se escriben con las iniciales en minúscula.
8. Cuando se habla de una constitución en concreto se emplea la mayúscula, tanto en su denominación completa (la Constitución de 1978) como en la abreviada (la Constitución); únicamente se usa la minúscula cuando se emplea como genérico: las primeras constituciones. También se escriben con minúscula los especificadores: la Constitución española.
9. Las expresiones enfermedad de Alzheimer o mal de Alzheimer se escriben con mayúscula inicial y sin tilde. Sin embargo, si el nombre se emplea aisladamente para referirse a dicha enfermedad, se convierte en un sustantivo común, por lo que ha de escribirse con minúscula inicial y con tilde: alzhéimer.
10. De entre las distinciones que ha recibido el expresidente destacan el Toisón de oro (con la inicial de oro en minúscula, según del Diccionario de la lengua española), el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia(con iniciales mayúsculas) y el título de duque de Suárez, con minúscula.
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convoy, convoyes, pero gay, gais
El plural de convoy es convoyes, no convois ni convoys, pero el de gay es gais.
En español, los sustantivos y adjetivos que terminan en -y precedida de vocal forman tradicionalmente el plural añadiendo la sílaba -es por considerar esta -y como consonante, y así se han consolidado en la lengua los plurales leyes, bueyes y convoyes a partir de ley, buey y convoy, como señala el Diccionario panhispánico de dudas.
Sin embargo, en la prensa se encuentran ejemplos como «… choque entre dos convois del metro» o «Los convoys de ayuda llegan diariamente», en los que se usan formas alternativas, en lugar de la apropiada, convoyes.
Es probable que este error se deba a que hay un grupo reducido de sustantivos y adjetivos terminados en -y que se han tomado recientemente de otras lenguas cuyo plural se forma convirtiendo la -y en i y añadiendo una -s, sin alterar por ello el sonido de la palabra: la y del singular y la i del plural se pronuncian igual (gay-gais o jersey-jerséis).
Un tercer grupo de palabras de este tipo, también minoritario, pertenece a una etapa de transición entre las dos tendencias anteriores y admite los dos plurales; es el caso, por ejemplo, de guirigay o de estay, cuyos plurales son guirigáis/guirigayes y estáis/estayes, respectivamente.
Por otra parte, se recuerda que las palabras extranjeras que terminan en -y precedida de consonante, sustituyen la -y por -i para adaptarse al español (dandi, panti o ferri, a partir de las voces inglesas dandy, pantiy y ferry), y forman el plural añadiendo una -s:dandis, pantis, ferris.
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dar como resultado, no resultar en
La expresión resultar en no es adecuada para introducir las consecuencias de una acción o situación, un sentido que se expresa adecuadamente con las formas dar como resultado y ocasionar.
El giro resultar en aparece ocasionalmente en las noticias, como en «El endeudamiento creciente del país resulta en enormes inflaciones y devaluaciones» y «La excelente selección del programa resultó en una noche de brillante sinfonismo».
Las Academias de la Lengua señalan en la Gramática que la construcción una causa resulta en un efecto no es la apropiada para expresar que una cosa ocurre a causa de otra, pues la adecuada con este significado es de una causa resulta un efecto, tal como se indica en el Diccionario del estudiante, también de las Academias.
Así, en los ejemplos anteriores habría sido más apropiado haber escrito «El endeudamiento creciente del país ocasiona enormes inflaciones y devaluaciones» y «De la excelente selección del programa resultó una noche de brillante sinfonismo».
Otras alternativas que pueden ser apropiadas en función del contexto son tener como resultado, dar lugar a, provocar, causar y conllevar.
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jueves, 20 de marzo de 2014
Guía para comentario de textos literarios en MasterLengua por Mario López Asenjo
Comentar un texto literario es muchas veces como traducir un texto escrito en un idioma extraño de manera que sea comprensible para todos. Por tanto, tenemos que, paso a paso, descifrar la conexión que existe entre la forma (expresión) y el fondo(contenido). Espero que esta guía para el comentario de textos literarios te sea de ayuda en este fin.
Para comentar un texto literario seguiremos los siguientes pasos:
- Lectura atenta del texto
- Localización
- Determinación del tema
- Determinación de la estructura
- Comentario: análisis de la forma a partir del tema
- Conclusión
1. LECTURA ATENTA DEL TEXTO
- Lectura comprensiva. Hay que leer el texto cuantas veces sean necesarias hasta comprenderlo bien. Es imprescindible tener un buen diccionario a mano para consultar aquellas palabras cuyo significado no tengamos claro.
- Después de esta lectura tenemos que tener ya una idea general del asunto que trata. Puede que esta primer impresión sufra modificaciones totales o parciales cuando pasemos al análisis del texto, pero debemos tener un primer punto de partida.
- Conviene numerar los versos o líneas de cinco en cinco.
2. LOCALIZACIÓN En este apartado hacemos referencia al autor del texto, el estilo y el movimiento literario en el que se inscribe el texto. Depende del grado de profundidad que queramos dar a nuestro comentario, pero no debería ser un apartado extenso, unas 3-6 líneas bastarían. Lo que tenemos que determinar es:
- El autor y el movimiento literario concreto con el que está relacionado
- Señalar el género literario al que pertenece el texto: narración, descripción, diálogo, lírica, exposición…
- Determinar si se trata de un texto independiente o de un fragmento: en el caso de un texto independiente o completo debemos situarlo dentro de la trayectoria del escritor. Para los fragmentos lo situaremos primero en la obra a la que pertenece y luego ésta, como para en el supuesto del texto independiente, dentro de la trayectoria del escritor
3. DETERMINACIÓN DEL TEMA El tema de un texto debe recoger la idea central o asunto. Debe poderse resumir a una línea en la que también se hará referencia a la intención del autor, si es necesario. El tema del texto debe singularizar ese texto respecto a otros, por tanto evitemos las caracterizaciones demasiado simples y generales, diciendo, por ejemplo, que el tema es el amor, hay que matizar un poco. Ten presente que habrás realizado bien esta tarea si consigues que: el tema del texto esté presente en todas y cada una de las partes del texto. Nota: como truco para sacar el tema podemos resumir en un borrador de pocas frases el contenido del texto. De este modo, solo queda dar el siguiente salto y reducir ese resumen a una sola frase que es en la que se concentrará el tema.
4. DETERMINACIÓN DE LA ESTRUCTURA
4.1. Externa: En poesía: Determinar la estructura métrica, rima, acentuación. En teatro: División en escenas, cuadros o actos, parlamentos, monólogos, apartes y acotaciones. En narrativa: División en párrafos y determinar las formas de expresión ya sean pasajes narrativos, descriptivos, dialogados, exposición o argumentación.
4.2. Interna: Senalamos los apartados del texto siguiendo como criterio la relación de su contenido con el asunto general. Estos apartados no tienen por qué coincidir necesariamente con las estrofas en un poema o con los párrafos en la prosa. El objetivo de esta división en apartados es senalar cómo evolucionan el tema y la intención del autor a lo largo del texto.
5. COMENTARIO: ANÁLISIS DE LA FORMA PARTIENDO DEL TEMA Partimos del principio de que hay una estrecharelación entre el tema del texto y su forma: El tema de un texto está presente en todos los rasgos formales de ese texto. Con la explicación del texto buscamos justificar cada rasgo formal del texto como una exigencia del tema o del movimiento estético al que pertenece. Lo que queremos es demostrar que la expresión utilizada, los recursos retóricos empleados están en relación con el contenido, sirven para intensificarlo y darle la forma que el autor buscaba. En el análisis de un texto debemos a cada paso hacernos la pregunta: ¿por qué esto?, y tratar de justificarlo como una exigencia del tema.
A tener en cuenta para los textos narrativos y teatrales.
1) En la narración Debemos explicar el contenido analizando, si fuera conveniente o necesario, los elementos de la narración que aparecen en el texto:
- Explicamos cómo es el narrador (para ello observamos su conocimiento de los personajes y su implicación en la acción): omnisciente, objetivo, testigo de los hechos, narrador personaje…
- Describimos los personajes que aparecen en el texto: ¿cómo son? ¿a qué clase social representan? ¿qué papel desempeñan en la obra? ¿qué punto de vista adopta el autor frente a ellos? Es importante destacar cómo están caracterizados. A este respecto a dos posibilidades: Caracterización directa, lo que de él dice el narrador u otro personaje, o lo que dice él de sí mismo. Caracterización indirecta: solo lo conocemos través de sus actos y de lo que dice.
- Si es determinante para el tema, debemos senalar el espacio o lugares donde suceden las acciones: aludido o descrito; espacio único o espacio cambiante; real o simbólico; cerrado o abierto; urbano o rural, etc.
- Lo mismo sucede con el tiempo: el externo, localización de la acción en el tiempo histórico y el interno, la duración de los hechos que se relatan en la narración.
- Mencionar el orden de la narración: Cronológico, alterado (analepsis o retrospección –proyección hacia atrás- /prolepsis o prospección –proyección hacia delante), circular o paralelístico, etc. y su relación con el tema.
2) En los textos teatrales: Seguimos criterios de atención parecidos a los anteriores para los elemtos del texto teatral que son comunes con la narración. Esto es: los personajes, el espacio y el tiempo. Además analizaremos los elementos propiamente dramáticos como:
- El diálogo observando sus características: verso / prosa, declamatorio / conversacional; lento (parlamentos largos) / rápido (parlamentos cortos); diálogo dentro del diálogo (se reproduce por un personaje lo que otro u otros han dicho).
- Las acotaciones: gestualidad, movimientos, vestuario, sonido, decorado, iluminación….
ATENCIÓN: Estas recomendaciones para los textos narrativos y teatrales espero que no nos confundan o nos desvíen del objetivo central del comentario. No se trata de hacer un análisis aislado de los elementos arriba senalados, sino que al explicar el texto debemos tener en cuenta estos elementos e integrarlos en el comentario.
6. CONCLUSIÓN La conclusión no consiste en decir si el texto me ha gustado o no o si es bueno o malo. Esto forma parte solo de la impresión personal y en una conclusión lo más importante es hacer un balance o síntesis general de las observaciones que hemos hecho durante el copmentario. Además, de manera opcional, podemos aportar nuestra impresión personal (insisto, sin recurrir al tipico me ha gustado… o no me ha gustado). Emitiremos un juicio siguiendo unos criterios que pueden ser muy amplios, por ejemplo: el interés del texto, su intemporalidad, su originalidad, su estilo, etc. Debemos elegir un criterio de jucio que haga justicia al contenido del texto y a la intención de su autor.
Fuente Este artículo ha sido eleborada a partir de la Guía para el comentario de textos que se ofrece la web Proyecto Cícerosperteneciente al Ministerio de Educación de Espana. Para la documentación teórica me he valido de un libro que se ha convertido en el abc del comentario de textos. Me refiero a Cómo se comenta un texto literario de Fernando Lázaro Carrter y Evaristo Correa Calderón.
Oraciones subordinadas adverbiales en MasterLengua por Mario López Asenjo
Las oraciones subordinadas adverbiales son aquellas que realizan la misma función que los adverbios, esto es: la de complemento circunstancial.
• Dado que funcionan como complementos circunstanciales, vamos a estudiar dentro de las adverbiales a aquellas que describíamos más arriba como sustantivas en función de complemento circunstancial (de modo, finalidad, etc). Esto no debería plantear ninguna controversia, pues del mismo modo los sintagmas nominales, en la oración simple, pueden ser complementos circunstanciales.
Comparación de una oración adverbial y un complemento circunstancial
La fiesta acabó cuando se hizo de noche (OSAdv de tiempo)
La fiesta acabó entonces (CC de Tiempo)
Las oraciones subordinadas adverbiales se suelen clasificar en dos grandes grupos en función de su capacidad para dejarse sustituir por adverbios:
La fiesta acabó cuando se hizo de noche (OSAdv de tiempo)
La fiesta acabó entonces (CC de Tiempo)
Las oraciones subordinadas adverbiales se suelen clasificar en dos grandes grupos en función de su capacidad para dejarse sustituir por adverbios:
a) Las subordinadas adverbiales propias o que se dejan sustituir por los adverbios:
De tiempo
Lugar
Modo
Lugar
Modo
• Estas oraciones subordinadas forman parte del sintagma verbal del verbo al que complementan, por tanto se integran dentro de una oración compuesta como complemento circunstancial del verbo.
b) Las subordinadas adverbiales impropias que no se pueden sustituir por adverbios:
De causa Consecutivas Finales Concesivas Condicionales Comparativas
Por contra, estas oraciones complementan a toda la oración principal de la que dependen y no solo al sintagma verbal. Forman conjuntos oracionales por subordinación donde hay una oración principal y una subordinada (la adverbial impropia) que la complementa.
Por contra, estas oraciones complementan a toda la oración principal de la que dependen y no solo al sintagma verbal. Forman conjuntos oracionales por subordinación donde hay una oración principal y una subordinada (la adverbial impropia) que la complementa.
1. Oraciones subordinadas adverbiales propias
1.1. Subordinadas adverbiales de lugar
• Indican lugar y se pueden sustituir por adverbios de lugar (allí, aquí, etc.).
• Siempre van introducidas por el adverbio donde, que puede ir precedido (o no) de preposiciones de donde por donde, …
• Nexos: donde (precedido o no por preposición)
• Indican lugar y se pueden sustituir por adverbios de lugar (allí, aquí, etc.).
• Siempre van introducidas por el adverbio donde, que puede ir precedido (o no) de preposiciones de donde por donde, …
• Nexos: donde (precedido o no por preposición)
Ejemplos:
Se fue a vivir donde no quiere ir nadie
Nos quedamos donde nos dijiste
Vino andando desde donde trabaja
Se fue a vivir donde no quiere ir nadie
Nos quedamos donde nos dijiste
Vino andando desde donde trabaja
1.2. Subordinadas adverbiales de tiempo
• Expresan temporalidad (anterioridad, simultaneidad o posterior a la acción del verbo principal).
• Se dejan sustituir por adverbios con valor temporal (o expresiones sustantivas con el mismo valor)
• Nexos principales : cuando, apenas, tan pronto como, en cuanto, primero que, mientras, según, mientras tanto, mientras que, en el instante de que, antes (de) que, etc.
• Se dejan sustituir por adverbios con valor temporal (o expresiones sustantivas con el mismo valor)
• Nexos principales : cuando, apenas, tan pronto como, en cuanto, primero que, mientras, según, mientras tanto, mientras que, en el instante de que, antes (de) que, etc.
Ejemplos:
Cuando se despertó, el dinosaurio todavía estaba allí
Mientras tenga tiempo, no dejaré de escribirte
La reunión se terminó después de que hablara el presidente
Antes de que digas nada, escúchame
Cuando se despertó, el dinosaurio todavía estaba allí
Mientras tenga tiempo, no dejaré de escribirte
La reunión se terminó después de que hablara el presidente
Antes de que digas nada, escúchame
1.3. Subordinadas adverbiales de modo
• Indican el modo en que se realiza la acción del verbo principal
• Son adverbiales cuando se pueden sustituir por el adverbio de modo así (aunque no siempre es posible sustituirlas por un adverbio)
• Nexos: como (principal), según, según que, como si, tal y como, conforma, cual…
• Indican el modo en que se realiza la acción del verbo principal
• Son adverbiales cuando se pueden sustituir por el adverbio de modo así (aunque no siempre es posible sustituirlas por un adverbio)
• Nexos: como (principal), según, según que, como si, tal y como, conforma, cual…
Ejemplos:
Lo hice como tú me enseñaste
El atraco salió tal y como lo teníamos planeado
Se escapó de pagar cual gato del agua
Lo hice como tú me enseñaste
El atraco salió tal y como lo teníamos planeado
Se escapó de pagar cual gato del agua
2. Oraciones subordinadas adverbiales impropias
2.1. Subordinadas adverbiales causales
• Indican la causa, el motivo o la razón por la que sucede la acción de la oración principal.
• Complementan a toda la oración principal y no sólo al verbo (estas oraciones junto con el resto de las adverbiales impropias forman grupos/conjuntos oracionales)
• Nexos: porque (principal), como (siempre antes de la oración principal), que, puesto que, pues, supuesto que, gracias a que, ya que, a fuerza de, en vista a/de que, visto que, como quiera que, por razón de que…
• Indican la causa, el motivo o la razón por la que sucede la acción de la oración principal.
• Complementan a toda la oración principal y no sólo al verbo (estas oraciones junto con el resto de las adverbiales impropias forman grupos/conjuntos oracionales)
• Nexos: porque (principal), como (siempre antes de la oración principal), que, puesto que, pues, supuesto que, gracias a que, ya que, a fuerza de, en vista a/de que, visto que, como quiera que, por razón de que…
Ejemplos:
Como se te olvidó llamarme, no fui a la fiesta
No te lo compraré ya que no tengo dinero
Aprobó el examen porque se preparó bien
Sudas porque has trabajado mucho
No te lo compraré ya que no tengo dinero
Aprobó el examen porque se preparó bien
Sudas porque has trabajado mucho
2.2. Subordinadas adverbiales condicionales
• Indican la condición o la hipótesis de lo sucedido en la oración principal.
• Complementan a toda la oración principal y no sólo al verbo principal.
• Pueden preceder o seguir a la oración principal.
• El conjunto oracional formado por la oración principal y la subordinada condicional recibe las siguientes denominaciones: apódosis (O. Principal) y prótasis (O. Subordinada)
• Nexos: si (principal) como, cuando, en el caso de que, a condición de que, a menos que, en el supuesto de que, etc…
• Indican la condición o la hipótesis de lo sucedido en la oración principal.
• Complementan a toda la oración principal y no sólo al verbo principal.
• Pueden preceder o seguir a la oración principal.
• El conjunto oracional formado por la oración principal y la subordinada condicional recibe las siguientes denominaciones: apódosis (O. Principal) y prótasis (O. Subordinada)
• Nexos: si (principal) como, cuando, en el caso de que, a condición de que, a menos que, en el supuesto de que, etc…
Ejemplos:
Iré si me interesa
No saldrás de aquí a menos que recojas lo que has roto
Como no me ayudes, me enfadaré
Cuando no confía en ti, será por algo
Iré si me interesa
No saldrás de aquí a menos que recojas lo que has roto
Como no me ayudes, me enfadaré
Cuando no confía en ti, será por algo
2.3. Subordinadas adverbiales finales
• Expresan finalidad.
• (Para algunos gramáticos son oraciones sustantivas en función de complemento circunstancial de finalidad).
• Nexos: para que (principal), para, a que, con el fin de que, con el objeto de que, con la intención de que, etc.
• Expresan finalidad.
• (Para algunos gramáticos son oraciones sustantivas en función de complemento circunstancial de finalidad).
• Nexos: para que (principal), para, a que, con el fin de que, con el objeto de que, con la intención de que, etc.
Ejemplos:
Le dije cosas bonitas para que me dejase entrar
Para parecer medio tonto, lo hizo antes que nadie
Gírate, para que te veamos
Le dije cosas bonitas para que me dejase entrar
Para parecer medio tonto, lo hizo antes que nadie
Gírate, para que te veamos
2.4. Subordinadas adverbiales consecutivas
• Expresan la consecuencia o deducción de algo.
• Se distinguen dos tipos:
• Expresan la consecuencia o deducción de algo.
• Se distinguen dos tipos:
a) Intensivas: van precedidadas de un intensificador (tan, tanto…) seguidas de la conjunción subordinante que para introducir la oración subordinada. Ejemplo de análisis:
b) No intensivas: introducidas por locuciones y conjunciones como luego, conque, que, así es que, por consiguiente, por lo tanto, así, de tal manera que, de tal suerte que, etc. Para muchos gramáticos estas consecutivas no intensivas, no son subordinadas sino coordinadas.
Ejemplos:
Sabe tantas cosas que nadie se atreve a poner en duda lo que dice.
Llueve, por tanto no saldré
Va corriendo de tal modo que va a estrellarse
Tengo poco dinero, por eso no podré comprar mucho.
Sabe tantas cosas que nadie se atreve a poner en duda lo que dice.
Llueve, por tanto no saldré
Va corriendo de tal modo que va a estrellarse
Tengo poco dinero, por eso no podré comprar mucho.
2.5. Subordinadas adverbiales concesivas
• Expresan una dificultad, un inconveniente o una objeción para lo dicho en la proposición principal.
• Forman conjuntos oracionales pues complementan a toda la oración principal, no solo al verbo.
• Nexos: aunque (principal), a pesar de que, a pesar que, aun cuando, si bien, aun si, así, por más que, mal que, etc…
• Expresan una dificultad, un inconveniente o una objeción para lo dicho en la proposición principal.
• Forman conjuntos oracionales pues complementan a toda la oración principal, no solo al verbo.
• Nexos: aunque (principal), a pesar de que, a pesar que, aun cuando, si bien, aun si, así, por más que, mal que, etc…
Ejemplos:
No iré aunque me llores
He terminado el curso y eso que no tenía ninguna esperanza de hacerlo
A pesar de lo que digas, no lo haré
No iré aunque me llores
He terminado el curso y eso que no tenía ninguna esperanza de hacerlo
A pesar de lo que digas, no lo haré
2.6. Subordinadas adverbiales comparativas
• La proposición subordinada establece una comparación con el predicado de la proposición principal.
• Generalmente suele elidirse el verbo de la subordinada si coincide con el de la principal: Su primer coche era más potente que éste nuevo (es)
• Los nexos están formados por dos miembros: el primero es un intensificador (adverbio) que se sitúa en la oración principal (tan, mas, etc.) y el segundo miembro es la partícula subordinante que introduce la oración subordinada.
• Se distinguen los siguientes tipos:
• La proposición subordinada establece una comparación con el predicado de la proposición principal.
• Generalmente suele elidirse el verbo de la subordinada si coincide con el de la principal: Su primer coche era más potente que éste nuevo (es)
• Los nexos están formados por dos miembros: el primero es un intensificador (adverbio) que se sitúa en la oración principal (tan, mas, etc.) y el segundo miembro es la partícula subordinante que introduce la oración subordinada.
• Se distinguen los siguientes tipos:
1) Comparativas de igualdad.
Nexos: tan/tanto/tanta/tantos/tantas (…) como/cuanto/ igual(de)/lo mismo (…)
Ejemplos: Juan es tan alto como yo / Juan es igual de alto que yo.
Nexos: tan/tanto/tanta/tantos/tantas (…) como/cuanto/ igual(de)/lo mismo (…)
Ejemplos: Juan es tan alto como yo / Juan es igual de alto que yo.
2) Comparativas de superioridad:
Nexos: más/mejor/mayor (…) que
Ejemplo: Trabaja más que todos nosotros juntos.
Nexos: más/mejor/mayor (…) que
Ejemplo: Trabaja más que todos nosotros juntos.
3) Comparativas de inferioridad:
Nexos: menos/peor/menor (…) que
Ejemplo: Trabaja menos que cualquiera de nosotros
Nexos: menos/peor/menor (…) que
Ejemplo: Trabaja menos que cualquiera de nosotros
Mas ejemplos:
Nos saludaron como si nos conocieran.
El monumento era tan grande como pensábamos
revisión
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