jueves, 30 de septiembre de 2010
El 'Quijote' más grande de la Historia llega a Internet
La Real Academia Española y YouTube promueven una lectura universal de la novela de Cervantes
JAVIER RODRÍGUEZ MARCOS - Madrid - 30/09/2010
Una lectura completa y global del Quijote en Internet. Ésa es la pretensión que ha llevado a la Real Academia Española y a YouTube a abrir un canal en la plataforma audiovisual de Google para que los internautas de todo el mundo cuelguen los vídeos de la lectura de un fragmento de la novela de Miguel de Cervantes. Esta mañana, en la sede de la RAE, su director, Víctor García de la Concha, grabó las primeras líneas de la obra una vez se solucionaron los problemas con el ordenador. Pasa en las mejores familias. También, está visto, en casa del herrero. Tomó el relevo Javier Rodríguez Zapatero, director general de Google para España, Portugal y Turquía. El resto del libro queda a disposición de los lectores para que la lectura siga desde cualquier rincón del planeta y con cualquier acento, sea o no el español su lengua materna. Lo que sigue son algunas claves del proyecto.
¿Dónde y cómo? En www.youtube.com/elquijote . Cualquier usuario mayor de 14 puede entrar en esa página y hacer clic en el botón "participar" ("no sé si clic está en el diccionario académico", se preguntó Zapatero. Sí está, sin k). En ese instante se le asignará automáticamente un fragmento del Quijote y tendrá seis horas para preparar su vídeo y subirlo a YouTube. Si supera ese periodo de tiempo, el fragmento será asignado a otro lector.
¿Quién filtra? La selección de los vídeos correrá a cargo de un equipo del Centro de Estudios Cervantinos de Alcalá de Henares (Madrid). Como explicó Darío Villanueva, secretario de la RAE, la labor del Centro se limitará a comprobar que lo leído se corresponde con el fragmento asignado y que su dicción no altera el significado del texto. Nada más. No habrá, pues, selección por origen, acento, calidad, raza, religión u orientación sexual.
¿Qué Quijote? El texto del Quijote de YouTube será el de la edición preparada por Francisco Rico y editada por la Real Academia y Alfaguara en 2004 con motivo del cuarto centenario de la publicación de la novela, celebrado al año siguiente. Esa edición lleva vendidos dos millones y medio de ejemplares y continúa la tradición de quijotes académicos. Fundada en 1713 (YouToube nació en 2005), la RAE publicó su primera edición de la obra cervantina en 1780. Luego vendrían cuatro más, en 1782, 1787, 1819 y 2004. Esta mañana, en la biblioteca de la institución pudieron verse esas ediciones y una rareza: los bustos de terracota con los personajes del libro -don Quijote ha perdido parte de su baciyelmo- que la Academia difundió entre los ilustradores para unificar la apariencia de los personajes en la primera edición, que, por cierto, comentó García de la Concha, alcanza en las librerías de viejo una cotización de 24.000 euros. Entre aquellos artistas estaba Goya, pero sus ilustraciones no llegaron a imprimirse.
¿Cuánto tiempo? La RAE ha dividido el Quijote en 2419 fragmentos a razón de ocho líneas por fragmento, unos dos minutos de lectura. Es decir, 4.298 minutos en total, algo más de 71 horas, casi tres días. Parece mucho y lo es, aunque no tanto comparado con las cifras que Javier Rodríguez Zapatero recordó en la Academia: a YouTube se suben alrededor de 24 horas de vídeo cada minuto. Él mismo hizo la traducción a películas de extensión media: 140.000 a la semana.
¿Sólo letras? No, la "lectura" del Quijote puede hacerse usando cualquier forma de expresión: lengua de signos, canción, ilustración, banda sonora.... Sólo hay que cumplir un requisito. Si el vídeo no tiene locución del lector ante la cámara, tendrá que incluir subtítulos en español a través de la herramienta que ya existe en YouTube. A día de hoy se han hecho unas 300 adaptaciones cinematográficas y televisivas de la novela, la primera, tan pronto como en 1898. El libro tiene además, de Doré a Dalí, una larga tradición de obra ilustrada.
¿Una lengua global? Todos los participantes en la presentación del nuevo Quijote insistieron en la importancia de impulsar el uso del español en Internet. "Todavía no tiene", dijo el director de la RAE, "la presencia que merece por el número de sus hablantes ni por su aportación a la cultura". Por su parte, el responsable de YouTube apuntó que se trata de la tercera lengua más representada en la Red tras el inglés y el chino.
¿Un Cervantes chino? Víctor García de la Concha empezó precisamente su intervención recordando que en la dedicatoria de la segunda edición del Quijote (de 1615) Cervantes hablaba del gran éxito que había conocido la primera parte (publicada en 1605), y, medio en broma, contaba una petición que "el grande emperador de la China" le había hecho llegar días antes mediante una carta "en lengua chinesa" entregada por "un propio". En ella el emperador le pedía un ejemplar de la novela y le ofrecía dirigir un colegio en el que se enseñaría eso que hoy llamamos la lengua de Cervantes. Como el soberano olvidó enviar también dinero, todo quedó ahí. Ahora don Quijote podrá ir y venir por el lejano oriente sin problema. Siempre que el Gobierno chino no censure los alegatos del hidalgo manchego en defensa de la libertad.
¿Qué prepara la Academia? Después de este Quijote en la Red, la RAE ultima la aparición de la nueva edición de su Ortografía y del tomo de Fonética y Fonología de su Gramática. Será parte del amplio legado de Víctor García de la Concha, que a finales de año dará el relevo a un nuevo director de la casa. Él la dirige desde 1998. En diciembre, elecciones.
JAVIER RODRÍGUEZ MARCOS - Madrid - 30/09/2010
Una lectura completa y global del Quijote en Internet. Ésa es la pretensión que ha llevado a la Real Academia Española y a YouTube a abrir un canal en la plataforma audiovisual de Google para que los internautas de todo el mundo cuelguen los vídeos de la lectura de un fragmento de la novela de Miguel de Cervantes. Esta mañana, en la sede de la RAE, su director, Víctor García de la Concha, grabó las primeras líneas de la obra una vez se solucionaron los problemas con el ordenador. Pasa en las mejores familias. También, está visto, en casa del herrero. Tomó el relevo Javier Rodríguez Zapatero, director general de Google para España, Portugal y Turquía. El resto del libro queda a disposición de los lectores para que la lectura siga desde cualquier rincón del planeta y con cualquier acento, sea o no el español su lengua materna. Lo que sigue son algunas claves del proyecto.
¿Dónde y cómo? En www.youtube.com/elquijote . Cualquier usuario mayor de 14 puede entrar en esa página y hacer clic en el botón "participar" ("no sé si clic está en el diccionario académico", se preguntó Zapatero. Sí está, sin k). En ese instante se le asignará automáticamente un fragmento del Quijote y tendrá seis horas para preparar su vídeo y subirlo a YouTube. Si supera ese periodo de tiempo, el fragmento será asignado a otro lector.
¿Quién filtra? La selección de los vídeos correrá a cargo de un equipo del Centro de Estudios Cervantinos de Alcalá de Henares (Madrid). Como explicó Darío Villanueva, secretario de la RAE, la labor del Centro se limitará a comprobar que lo leído se corresponde con el fragmento asignado y que su dicción no altera el significado del texto. Nada más. No habrá, pues, selección por origen, acento, calidad, raza, religión u orientación sexual.
¿Qué Quijote? El texto del Quijote de YouTube será el de la edición preparada por Francisco Rico y editada por la Real Academia y Alfaguara en 2004 con motivo del cuarto centenario de la publicación de la novela, celebrado al año siguiente. Esa edición lleva vendidos dos millones y medio de ejemplares y continúa la tradición de quijotes académicos. Fundada en 1713 (YouToube nació en 2005), la RAE publicó su primera edición de la obra cervantina en 1780. Luego vendrían cuatro más, en 1782, 1787, 1819 y 2004. Esta mañana, en la biblioteca de la institución pudieron verse esas ediciones y una rareza: los bustos de terracota con los personajes del libro -don Quijote ha perdido parte de su baciyelmo- que la Academia difundió entre los ilustradores para unificar la apariencia de los personajes en la primera edición, que, por cierto, comentó García de la Concha, alcanza en las librerías de viejo una cotización de 24.000 euros. Entre aquellos artistas estaba Goya, pero sus ilustraciones no llegaron a imprimirse.
¿Cuánto tiempo? La RAE ha dividido el Quijote en 2419 fragmentos a razón de ocho líneas por fragmento, unos dos minutos de lectura. Es decir, 4.298 minutos en total, algo más de 71 horas, casi tres días. Parece mucho y lo es, aunque no tanto comparado con las cifras que Javier Rodríguez Zapatero recordó en la Academia: a YouTube se suben alrededor de 24 horas de vídeo cada minuto. Él mismo hizo la traducción a películas de extensión media: 140.000 a la semana.
¿Sólo letras? No, la "lectura" del Quijote puede hacerse usando cualquier forma de expresión: lengua de signos, canción, ilustración, banda sonora.... Sólo hay que cumplir un requisito. Si el vídeo no tiene locución del lector ante la cámara, tendrá que incluir subtítulos en español a través de la herramienta que ya existe en YouTube. A día de hoy se han hecho unas 300 adaptaciones cinematográficas y televisivas de la novela, la primera, tan pronto como en 1898. El libro tiene además, de Doré a Dalí, una larga tradición de obra ilustrada.
¿Una lengua global? Todos los participantes en la presentación del nuevo Quijote insistieron en la importancia de impulsar el uso del español en Internet. "Todavía no tiene", dijo el director de la RAE, "la presencia que merece por el número de sus hablantes ni por su aportación a la cultura". Por su parte, el responsable de YouTube apuntó que se trata de la tercera lengua más representada en la Red tras el inglés y el chino.
¿Un Cervantes chino? Víctor García de la Concha empezó precisamente su intervención recordando que en la dedicatoria de la segunda edición del Quijote (de 1615) Cervantes hablaba del gran éxito que había conocido la primera parte (publicada en 1605), y, medio en broma, contaba una petición que "el grande emperador de la China" le había hecho llegar días antes mediante una carta "en lengua chinesa" entregada por "un propio". En ella el emperador le pedía un ejemplar de la novela y le ofrecía dirigir un colegio en el que se enseñaría eso que hoy llamamos la lengua de Cervantes. Como el soberano olvidó enviar también dinero, todo quedó ahí. Ahora don Quijote podrá ir y venir por el lejano oriente sin problema. Siempre que el Gobierno chino no censure los alegatos del hidalgo manchego en defensa de la libertad.
¿Qué prepara la Academia? Después de este Quijote en la Red, la RAE ultima la aparición de la nueva edición de su Ortografía y del tomo de Fonética y Fonología de su Gramática. Será parte del amplio legado de Víctor García de la Concha, que a finales de año dará el relevo a un nuevo director de la casa. Él la dirige desde 1998. En diciembre, elecciones.
miércoles, 29 de septiembre de 2010
Iron Maiden y la Literatura
por Marta el 21.Feb, 2009, en Artículos de NoSoloHeavy
Nadie puede negar que IRON MAIDEN es una de las bandas de heavy metal más aclamadas de todos los tiempos, incluida también en el movimiento conocido como New Wave of British Heavy Metal (NWOBHM). Sus componentes, sus instrumentos, sus ritmos, sus portadas, sus señas de identidad, son atrayentes para públicos de casi todas las edades, desde los primeros seguidores hasta los más jóvenes, que empiezan sus andadas por el mundo del heavy escuchando discos de Iron Maiden. Sin embargo, hay una cosa más que hace atractiva a la banda más idolatrada: sus letras. Quizá no sea tan clara esta influencia en España y otros países de habla no inglesa, pero la influencia literaria de los temas de Iron Maiden tiene mucho peso en las letras de la banda.
La literatura en lengua inglesa (poesía, novela, teatro) es la mayor fuente de inspiración de Harris a la hora de escribir las letras de la banda británica, sin embargo se pueden observar también otras influencias, muchas de ellas cinematográficas.
En la mayoría de los álbumes publicados por la banda se puede ver alguna de estas influencias.
Por seguir un orden cronológico, podemos empezar con el álbum Killers, de 1981, donde encontramos el tema Murders in the Rue Morgue. De este tercer tema del álbum hablamos brevemente en el anterior número de La Barracuda, cuando dábamos una visión general de la obra del autor norteamericano Edgar Allan Poe y su influencia en la música heavy. Un claro ejemplo de esta influencia es este tema de Maiden, claramente basado en la historia de Poe, de 1841, en la que se narra el insólito asesinato de dos mujeres en extrañas circunstancias y la dificultad para averiguar la identidad del asesino. Una de las primeras historias de detectives y una de las obras de Poe en las que C. Auguste Dupin utiliza su inteligencia e intuición para encontrar una explicación extraordinaria y resolver el misterio del crimen.
Dos años más tarde, en 1983, sale a la venta Piece of Mind, álbum en el que encontramos temas tan populares en la historia de la banda como The Trooper, el quinto corte del disco. Para escribir la letra de la canción, Harris se inspiró en una obra del poeta inglés del siglo XIX, Lord Alfred Tennyson, titulado Charge of the Light Brigade. Tras leer un artículo en The Times sobre los acontecimientos ocurridos durante la Guerra de Crimea (1854), el poeta escribió esta obra acerca de la brutalidad de la guerra, pero en la que se glorifica la nobleza de apoyar la causa de la propia nación. La canción, al igual que el poema, habla sobre la batalla de Balaklava (Ucrania). Es curioso el detalle de que la propia canción de Iron Maiden dura más que el acontecimiento que inspiró la misma. Otro detalle importante para comprender el valor histórico de este tema es el hecho de que Bruce Dickinson suele salir al escenario en los directos ondeando una bandera británica mientras canta esta canción, incluso en las últimas giras, llega a vestir para la ocasión una casaca roja, vestimenta que utilizaban en la época los soldados británicos.
También en Piece of Mind encontramos, como cierre del álbum, el tema To Tame a Land, inspirado en la novela Dune, (1965) del escritor norteamericano Frank Herbert, una de las obras de ciencia ficción más importantes de todos los tiempos, llevada al cine posteriormente, aunque quizá con menos éxito. Dune está ambientada en el futuro, en un imperio galáctico feudal dividido en señoríos planetarios, controlados por familias nobles. Se cuenta que, tras escribir la canción, Harris pidió permiso al autor de la novela para llamar a la canción Dune y usar citas de la propia novela para introducir la canción. A la petición de Harris respondió el agente de Herbert negando el permiso con las siguientes palabras: “No, porque a Frank Herbert no le gustan las bandas de rock, especialmente las bandas de heavy rock, especialmente bandas como Iron Maiden”. Se supone que, tras este incidente, el músico decidió llamar a la canción To Tame a Land.
Hablando de literatura y Iron Maiden no podemos dejar de mencionar el tema Rime of the Ancient Mariner, un magnífico tema épico cargado de sentimientos, aparecido por primera vez en el álbum Powerslave (1984). The Rime of the Ancient Mariner es el título del que quizá sea el más conocido poema de Samuel Taylor Coleridge y probablemente uno de los mejores poemas jamás escritos en lengua inglesa. The Rime of the Ancient Mariner aparece publicado por primera vez en Lyrical Ballads (1798); considerado el comienzo de la literatura romántica británica, narra, de una forma extraordinaria, una serie de eventos supernaturales presenciados por un marinero durante un largo viaje por mar. Ningún resumen da muestra de la calidad de la obra. Solo leyendo la historia que el anciano marinero cuenta a los invitados de una boda, como parte de su penitencia, leyendo su encuentro con la muerte y su vuelta al mundo real, se comprende la significación de este poema. La canción de Iron Maiden habla exactamente de lo mismo, incluso contiene en su letra versos del propio poema a lo largo de sus casi 14 minutos de duración. Muchas han sido las interpretaciones que se le han dado al poema, desde que es una metáfora del pecado original, una alegoría de Cristo o justo lo contrario, una metáfora de nuestra salvación de Cristo. No sabemos cuál de ellas convenció a Harris para escribir la canción, lo que sí sabemos es que un poema como este no puede dejar indiferente a nadie, tampoco a uno de los mejores músicos de heavy metal de los últimos 20 años.
The Loneliness of the Long Distance Runner, además de ser el quinto corte del álbum Somewhere in Time (1986), es el título de la novela de 1958, escrita por el británico Allan Sillitoe. En ella, igual que en la canción, se narra la historia de un joven hombre internado en un reformatorio y con un gran talento para correr, talento que marca su estancia en el mismo.
El álbum The X Factor, de 1995, no se libra tampoco de esta influencia. El tema Lord of the Flies, compuesto por Harris y Gers, se inspira en una obra homónima del escritor inglés William Golding, escrita en 1954. Una novela alegórica en la que se trata el tema de la naturaleza humana a través de la vida de unos niños atrapados en una isla desierta tras un accidente aéreo, en un intento por dirigirse a si mismos. Una clásico de la literatura inglesa de posguerra que toma su título de una frase de King Lear, de Shakespeare (“As flies to wanton boys, are we to the gods, — They kill us for their sport”). Harris y Gers se basaron en esta novela y en su adaptación cinematográfica para escribir la letra de la canción.
Finalmente, como influencias claras de obras importantes a nivel literario, tenemos el tema Brave New World, del álbum del mismo nombre. Nombre que a su vez corresponde con la obra más importante de Aldous Huxley (1932). Una novela distópica (creación de un mundo de pesadilla) ambientada en Londres en el año 2540 que anticipa avances en el mundo de la tecnología reproductiva, la ingeniería biológica y la hipnopedia, cuya combinación producirá un cambio en los seres humanos, llegando a eliminar aspectos negativos como las guerras o la pobreza; eliminación que, contrariamente a lo que se pudiera pensar, trae consecuencias negativas ya que provoca a su vez la desaparición de otras cosas importantes como la familia, la diversidad cultural, el arte, la literatura, la religión o la filosofía, creando una sociedad hedonística. Como la obra de la que hablamos anteriormente, el título de Brave New World está tomado de una obra de Shakespeare, concretamente de una disertación de Miranda en la obra The Tempest (“O wonder! – How many goodly creatures are there here! – How beautious mankind is! – O brave new world – That has such people in’t!). Esta extraña sociedad futurística inspiró a Harris, Gers y Dickinson para escribir la letra de la canción a la que pusieron el mismo título.
Otras influencias menos claras se observan en cortes cuyas letras están basadas en películas, algunas de ellas basadas a su vez en obras literarias. Como ejemplos de esta influencia menos directa tenemos el tema Where Eagles Dare (del álbum Piece of Mind), basada en una película protagonizada por Clint Eastwood, realizada a partir de un libro con el mismo título escrito por el novelista escocés Alistair Stuart MacLean.
The Edge of Darkness y Man on the Edge, ambas del disco The X Factor, son otro ejemplo de canciones basadas en películas, en este caso Apocalypse Now y Falling Down respectivamente. Longest Day, quinto corte del último álbum de la banda, A Matter of Life and Death, es el título de una película basada en un libro de 1959 escrito por el irlandés Cornelius Ryan.
Finalmente comentar que el álbum Seventh Son of a Seventh Son podría estar también inspirado en una novela, en este caso Seventh Son, de Orson Scott Card, especialmente en los temas The Prophecy, The Clairvoyant y el tema que da título al álbum, Seventh Son of a Seventh Son.
Y para terminar, el título The Evil that Men Do (Seventh Son of a Seventh Son), tomado del discurso de Marco Antonio a los romanos en la obra Julius Caesar, de William Shakespeare.
Como podéis ver, música y literatura van de la mano, incluso cuando hablamos de géneros tan controvertidos como rock o heavy metal. Una unión de dos artes llevada a la perfección por Iron Maiden, especialmente por Steve Harris, gran amante de la literatura, que demuestra que la música, sea cual sea su sonido, es un ejemplo más de cultura.
Ejercicios de repaso oración simple (libro Teide 1º Bach.)
1. Indica la actitud o intención del hablante en las siguientes oraciones (alguna puede tener más de una modalidad):
• ¡Qué día más caluroso!
• La Luna es el único satélite de la Tierra.
• ¿Habré sido justo?
• ¡Ojalá sea verdad!
• Quizás venga mañana a visitarte.
• Le pregunté si sabía su dirección.
• Ya te estás sacando ahora mismo los calcetines mojados.
• Espero que sea muy feliz.
• ¡Qué alegría me has dado!
• ¡Ojalá llueva!
• No sé cuándo podré salir.
• Quizá venga mañana.
• ¿Podría decirme la hora?
• ¡Qué elegante vas!
• Ahora debe de estar en clase.
• Las cuatro estaciones es una obra musical de Vivaldi.
• ¡Vete de aquí!
2. Explica si hay perífrasis verbales y de qué tipo en las siguientes oraciones:
• Este transistor viene a valer unas diez mil pesetas.
• Suele acostarse siempre hacia las once de la noche.
• Temo emitir un juicio precipitado.
• Necesito presentar los papeles hoy porque se cierra el plazo de admisión.
• Voy a escribir unas postales a mis amigos.
• Tienes que buscar en el interior del armario si quieres encontrar la raqueta.
• Debe ayudar más en las tareas domésticas.
• Prometo llegar pronto a la cita.
• Deseo viajar mucho este verano.
• Empezó a llover hace media hora.
• Te voy a contar una historia muy interesante.
• Anda arrastrando los pies.
3. Escribe una oración con cada una de las clases de perífrasis siguientes: ingresiva, durativa, de obligación y perfectiva.
• ingresiva : …………………………………………………………………………………………………………
• durativa : ………………………………………………………………………………………………………….
• de obligación : ………………………………………………………………………………………………….
• perfectiva : ……………………………………………………………………………………………………….
4. Di si las oraciones siguientes son de pasiva refleja o bien se trata de oraciones impersonales:
• Se divisan en la lejanía dos aviones.
• Se respira bien aquí.
• Se arreglará pronto el pavimento de esta calle.
• Se gana mucho dinero en este negocio.
• Se vive feliz en este pueblo.
• Se rompió el cristal de la ventana.
• En la conferencia se hablará de ecología.
• Se reparan electrodomésticos.
5. Escribe una oración atributiva y otra predicativa con los siguientes verbos: poner, volver, seguir, encontrar, hacer y andar.
6. Subraya las oraciones reflexivas y di si son directas o indirectas:
• Jesús se abrochó el abrigo.
• Ellos se quejaron a la directora.
• Daniel se interesa por el tema.
• Ana se pinta los ojos.
• Salvador se atusa el bigote.
• No se atreve a preguntárselo.
• El general se puso el casco.
• Se cortó con un cuchillo.
7. Señala los valores de se en estas oraciones:
• La ventana se abrió de golpe.
• El coche se lo entregaremos mañana.
• Se afeita todos los días en la barbería.
• Ella se ocupa de todos los hermanos.
• Mi amigo se bebió un refresco.
• Se arrepiente de lo que hizo.
• Se hace buen vino en esta región.
• José y María se hacen regalos.
• Se ven los barcos de vela.
• Se operará de cataratas el miércoles.
8. Subraya los complementos del predicado verbal de las oraciones siguientes y di de qué clase son:
• Sus tíos siempre se han ocupado de ella.
• Los electores eligieron diputada a Carmen.
• La próxima semana el director hablará a los empleados del ajuste de plantilla.
• Todos los aspirantes deben atenerse a las bases del concurso.
• Este muchacho dedica a la lectura dos horas cada día.
• A los comensales les sirvieron platos exóticos de la cocina oriental.
• Una pandilla de adolescentes frecuenta este lugar todos los días después de clase.
• Se enorgullecía de él por los buenos resultados de los exámenes.
• La muchacha quería una moto, pero no se la compraron.
9. Precisa si la función que desempeña en las oraciones cada uno de los pronombres es la de CD, CI o C. Rég.:
• ¿A ti, te gustan los caramelos?
• Me ha dicho la verdad.
• Se lo ha guardado en el bolsillo.
• El lunes pasado nos regalaron una estufa.
• Se quejó amargamente de él en la entrevista.
• Nos vemos en el bar mañana.
• El coche, lo ha dejado mal aparcado.
• Sólo piensa en ti.
10. Señala la función que desempeñan los adjetivos en las siguientes oraciones:
• Carlos parecía satisfecho.
• El camarero contestó enfadado.
• El ciclista corre veloz por la carretera.
• Los trabajadores llegaron muy cansados.
• Pablo se quedó muy confuso.
• Ante esa actitud, ponte firme.
• Rosa está triste.
• Marisa sonrió escéptica.
11. Indica la función que desempeñan los sintagmas preposicionales:
• El alcalde convoca a los vecinos a una asamblea en el cine del pueblo.
• En el último momento se acordó de la cita con sus amigos.
• El plan consiste en pasear por la alameda durante el mediodía.
• Ayer empezó un cursillo de socorrista en un centro de salud.
• Al anochecer, el abuelo contaba a sus nietos historias fantásticas.
• Nunca me burlo de él aunque diga tonterías a todas horas.
12. Localiza, si lo tienen, el CD y el CI de las oraciones siguientes:
• No me des más pescado al gato.
• ¿Diste el encargo a tu padre? Sí, se lo di.
• A mi hermano, le dejé las llaves del coche.
• Dirigió unas palabras de agradecimiento a todos los presentes.
• Me repugna su actuación en este asunto.
• Esta mansión, la habita una persona extraña.
• ¿Te atrae mucho esa chica?
• ¡Qué día más caluroso!
• La Luna es el único satélite de la Tierra.
• ¿Habré sido justo?
• ¡Ojalá sea verdad!
• Quizás venga mañana a visitarte.
• Le pregunté si sabía su dirección.
• Ya te estás sacando ahora mismo los calcetines mojados.
• Espero que sea muy feliz.
• ¡Qué alegría me has dado!
• ¡Ojalá llueva!
• No sé cuándo podré salir.
• Quizá venga mañana.
• ¿Podría decirme la hora?
• ¡Qué elegante vas!
• Ahora debe de estar en clase.
• Las cuatro estaciones es una obra musical de Vivaldi.
• ¡Vete de aquí!
2. Explica si hay perífrasis verbales y de qué tipo en las siguientes oraciones:
• Este transistor viene a valer unas diez mil pesetas.
• Suele acostarse siempre hacia las once de la noche.
• Temo emitir un juicio precipitado.
• Necesito presentar los papeles hoy porque se cierra el plazo de admisión.
• Voy a escribir unas postales a mis amigos.
• Tienes que buscar en el interior del armario si quieres encontrar la raqueta.
• Debe ayudar más en las tareas domésticas.
• Prometo llegar pronto a la cita.
• Deseo viajar mucho este verano.
• Empezó a llover hace media hora.
• Te voy a contar una historia muy interesante.
• Anda arrastrando los pies.
3. Escribe una oración con cada una de las clases de perífrasis siguientes: ingresiva, durativa, de obligación y perfectiva.
• ingresiva : …………………………………………………………………………………………………………
• durativa : ………………………………………………………………………………………………………….
• de obligación : ………………………………………………………………………………………………….
• perfectiva : ……………………………………………………………………………………………………….
4. Di si las oraciones siguientes son de pasiva refleja o bien se trata de oraciones impersonales:
• Se divisan en la lejanía dos aviones.
• Se respira bien aquí.
• Se arreglará pronto el pavimento de esta calle.
• Se gana mucho dinero en este negocio.
• Se vive feliz en este pueblo.
• Se rompió el cristal de la ventana.
• En la conferencia se hablará de ecología.
• Se reparan electrodomésticos.
5. Escribe una oración atributiva y otra predicativa con los siguientes verbos: poner, volver, seguir, encontrar, hacer y andar.
6. Subraya las oraciones reflexivas y di si son directas o indirectas:
• Jesús se abrochó el abrigo.
• Ellos se quejaron a la directora.
• Daniel se interesa por el tema.
• Ana se pinta los ojos.
• Salvador se atusa el bigote.
• No se atreve a preguntárselo.
• El general se puso el casco.
• Se cortó con un cuchillo.
7. Señala los valores de se en estas oraciones:
• La ventana se abrió de golpe.
• El coche se lo entregaremos mañana.
• Se afeita todos los días en la barbería.
• Ella se ocupa de todos los hermanos.
• Mi amigo se bebió un refresco.
• Se arrepiente de lo que hizo.
• Se hace buen vino en esta región.
• José y María se hacen regalos.
• Se ven los barcos de vela.
• Se operará de cataratas el miércoles.
8. Subraya los complementos del predicado verbal de las oraciones siguientes y di de qué clase son:
• Sus tíos siempre se han ocupado de ella.
• Los electores eligieron diputada a Carmen.
• La próxima semana el director hablará a los empleados del ajuste de plantilla.
• Todos los aspirantes deben atenerse a las bases del concurso.
• Este muchacho dedica a la lectura dos horas cada día.
• A los comensales les sirvieron platos exóticos de la cocina oriental.
• Una pandilla de adolescentes frecuenta este lugar todos los días después de clase.
• Se enorgullecía de él por los buenos resultados de los exámenes.
• La muchacha quería una moto, pero no se la compraron.
9. Precisa si la función que desempeña en las oraciones cada uno de los pronombres es la de CD, CI o C. Rég.:
• ¿A ti, te gustan los caramelos?
• Me ha dicho la verdad.
• Se lo ha guardado en el bolsillo.
• El lunes pasado nos regalaron una estufa.
• Se quejó amargamente de él en la entrevista.
• Nos vemos en el bar mañana.
• El coche, lo ha dejado mal aparcado.
• Sólo piensa en ti.
10. Señala la función que desempeñan los adjetivos en las siguientes oraciones:
• Carlos parecía satisfecho.
• El camarero contestó enfadado.
• El ciclista corre veloz por la carretera.
• Los trabajadores llegaron muy cansados.
• Pablo se quedó muy confuso.
• Ante esa actitud, ponte firme.
• Rosa está triste.
• Marisa sonrió escéptica.
11. Indica la función que desempeñan los sintagmas preposicionales:
• El alcalde convoca a los vecinos a una asamblea en el cine del pueblo.
• En el último momento se acordó de la cita con sus amigos.
• El plan consiste en pasear por la alameda durante el mediodía.
• Ayer empezó un cursillo de socorrista en un centro de salud.
• Al anochecer, el abuelo contaba a sus nietos historias fantásticas.
• Nunca me burlo de él aunque diga tonterías a todas horas.
12. Localiza, si lo tienen, el CD y el CI de las oraciones siguientes:
• No me des más pescado al gato.
• ¿Diste el encargo a tu padre? Sí, se lo di.
• A mi hermano, le dejé las llaves del coche.
• Dirigió unas palabras de agradecimiento a todos los presentes.
• Me repugna su actuación en este asunto.
• Esta mansión, la habita una persona extraña.
• ¿Te atrae mucho esa chica?
martes, 28 de septiembre de 2010
lunes, 27 de septiembre de 2010
Comentario crítico de La Colmena (en Arial 12 ocupa una cara de folio)
En 1946, Cela había presentado una primera versión de esta novela, más corta, a la censura. Ésta la rechazó diciendo: “La obra es francamente inmoral y a veces resulta pornográfica y en ocasiones irreverente”. Pero Cela siguió trabajando en la obra. Por fin, ante nuevas prohibiciones, La Colmena vio la luz en Buenos Aires en 1951. Pese a que aún pasarían unos años hasta su publicación en España, la novela circuló pronto entre nosotros y los críticos más serios señalaron su importancia: Hoy queda como la obra clave en la novelística española contemporánea; la novela precursora de la corriente llamada de realismo social, con una despiadada visión de la sociedad madrileña de posguerra.
Los rasgos comunes que comparte la obra con otros autores del llamado realismo social (Luis Romero –La Noria, también del 51-, Aldecoa, Fernández Santos, Sánchez Ferlosio … hasta llegar a Luis Martín Santos con Tiempo de silencio de 1962) son: la solidaridad con los humildes y los oprimidos, la disconformidad ante la sociedad española, el anhelo de cambio … Cela optó por un enfoque objetivista, dando un testimonio escueto de la realidad española, sin intervención del autor.
En cuanto a la temática, difiere de su anterior gran éxito, La Familia de Pascual Duarte (1942), ya que se da un desplazamiento de lo individual a lo colectivo. La sociedad deja de ser un mero marco para convertirse en el tema mismo de La Colmena, nos deja un poso amargo a los lectores a medida que se avanza por ese Madrid fragmentado y lleno de miserias; esa concepción negativa del mundo nos recuerda inevitablemente el pesimismo existencial de Baroja, tan admirado por Cela, que se convierte en un espectador frío, burlón y desolado de la vida, a la que se opone ora un desenfadado vitalismo, ora una agria repulsa con ribete de moralista. En su obra dominan el tono cruel y amargo.
No es una novela de corte tradicional: no hay argumento propiamente dicho, pues se disuelve en peripecias de los numerosos personajes; y éstos constituyen, tanto el ambiente como la esencia de la estructura de la obra.
En relación a estos últimos, los personajes que más me gustan, que definen muy bien el momento que está viviendo en país, son, por un lado, Martín Marco, un escritor pobre que va dando tumbos por la vida, y, por otro lado, doña Rosa, antítesis del anterior, despreciable dueña del café, donde coinciden muchos de los personajes.
La novela se compone de seis capítulos y un final ( o prólogo). Cada uno de estos capítulos está integrado por una serie de secuencias, de extensión variable, centradas en un personaje (o en varios relacionados). A menudo, se trata de una composición simultánea: varias secuencias transcurren en un mismo momento. Y la suma de secuencias es como el conjunto de las “celdillas” de la “colmena”. Y este, en mi opinión, es otro de los grandes aciertos del escritor.
Me ha llamado mucho la atención la estructura abierta de la novela: no hay argumento sólido, ni desenlace. Se convierte en un montón de páginas por las que discurre, desordenadamente, la vida de una desordenada ciudad (Cela dixit). Todo queda inconcluso. Y así, la incertidumbre es elemento decisivo tanto de la estructura como de las vidas de los personajes.
Los rasgos comunes que comparte la obra con otros autores del llamado realismo social (Luis Romero –La Noria, también del 51-, Aldecoa, Fernández Santos, Sánchez Ferlosio … hasta llegar a Luis Martín Santos con Tiempo de silencio de 1962) son: la solidaridad con los humildes y los oprimidos, la disconformidad ante la sociedad española, el anhelo de cambio … Cela optó por un enfoque objetivista, dando un testimonio escueto de la realidad española, sin intervención del autor.
En cuanto a la temática, difiere de su anterior gran éxito, La Familia de Pascual Duarte (1942), ya que se da un desplazamiento de lo individual a lo colectivo. La sociedad deja de ser un mero marco para convertirse en el tema mismo de La Colmena, nos deja un poso amargo a los lectores a medida que se avanza por ese Madrid fragmentado y lleno de miserias; esa concepción negativa del mundo nos recuerda inevitablemente el pesimismo existencial de Baroja, tan admirado por Cela, que se convierte en un espectador frío, burlón y desolado de la vida, a la que se opone ora un desenfadado vitalismo, ora una agria repulsa con ribete de moralista. En su obra dominan el tono cruel y amargo.
No es una novela de corte tradicional: no hay argumento propiamente dicho, pues se disuelve en peripecias de los numerosos personajes; y éstos constituyen, tanto el ambiente como la esencia de la estructura de la obra.
En relación a estos últimos, los personajes que más me gustan, que definen muy bien el momento que está viviendo en país, son, por un lado, Martín Marco, un escritor pobre que va dando tumbos por la vida, y, por otro lado, doña Rosa, antítesis del anterior, despreciable dueña del café, donde coinciden muchos de los personajes.
La novela se compone de seis capítulos y un final ( o prólogo). Cada uno de estos capítulos está integrado por una serie de secuencias, de extensión variable, centradas en un personaje (o en varios relacionados). A menudo, se trata de una composición simultánea: varias secuencias transcurren en un mismo momento. Y la suma de secuencias es como el conjunto de las “celdillas” de la “colmena”. Y este, en mi opinión, es otro de los grandes aciertos del escritor.
Me ha llamado mucho la atención la estructura abierta de la novela: no hay argumento sólido, ni desenlace. Se convierte en un montón de páginas por las que discurre, desordenadamente, la vida de una desordenada ciudad (Cela dixit). Todo queda inconcluso. Y así, la incertidumbre es elemento decisivo tanto de la estructura como de las vidas de los personajes.
Emilio Monte Hernanz & Libro de Anaya de COU
COMENTARIO CRÍTICO SOBRE LA LECTURA DE UNA OBRA LITERARIA
COMENTARIO CRÍTICO SOBRE LA LECTURA DE UNA OBRA LITERARIA
Para poder contestar esta pregunta en el examen de Selectividad debes tener en cuenta los siguientes aspectos:
1)Sitúa en su contexto histórico y literario la obra literaria (siglo XVIII, siglo XIX, primera mitad del siglo XX y segunda mitad del siglo XX) que hayas leído.
- Contesta esta cuestión siguiendo el siguiente esquema:
- Sitúa la obra en su contexto histórico y literario: año de publicación y movimiento literario al que pertenece.
- Señala la importancia de la obra dentro de dicho movimiento literario (si renueva el género literario, si usa nuevas técnicas literarias, su relación con la tradición cultural y literaria, …).
- Importancia de la obra dentro del conjunto de la producción del autor.
- Elementos que configuran la naturaleza artística de la obra:
b) Lenguaje y estilo de la obra (originalidad y expresividad del lenguaje del autor).
c) Caracterización de los personajes (protagonista, antagonista, secundarios) y aspectos sociales, vitales y morales de los mismos (trayectoria vital, concepción de la vida, …).
Si es una novela tendremos en cuenta los siguientes aspectos:
1) Número de capítulos que la constituyen.
2) Tiempo y espacio narrativos (estructura espacial y temporal).
3)Tipo de narrador (omnisciente, objetivo, subjetivo); si participa o no en la historia como personaje; perspectiva temporal que adopta (actual, retrospectiva o prospectiva); importancia del diálogo, presencia del monólogo interior, …
Si es una obra de teatro tendremos en cuenta los siguientes aspectos:
1) Número de actos que la constituyen.
2) Espacio y tiempo teatrales.
3) Importancia de las acotaciones teatrales (vestuario, decorado, …).
Si es un libro de poemas tendremos en cuenta los siguientes aspectos:
1) Número de poemas y partes que lo constituyen.
2) Tono y actitud del “yo” lírico del autor.
3) Métrica de los poemas (a nivel general).
4) Subgéneros utilizados: elegía, romance, soneto, …
2)Explica los aspectos que más te hayan llamado la atención al leerla.
Contesta esta cuestión siguiendo el siguiente esquema:
- Si te ha gustado la obra o no (explicando las razones).
- Si te ha parecido el tema de la obra interesante o no, especialmente teniendo en cuenta su interés y vigencia actual (explicando las razones).
- Si la obra está bien estructurada o tú lo habrías hecho de otra forma (explicando las razones).
- Si el desenlace de la obra es el adecuado o tú le habrías dado otro distinto (explicando las razones).
- Señala los elementos que te han sorprendido o te han parecido relevantes de la obra (explicando las razones).
- Selecciona un momento del libro y explica por qué lo has elegido.
Nota: Es muy importante que este apartado lo hagas de forma totalmente personalizada y ajustándote a lo que realmente opinas sobre la obra.
domingo, 26 de septiembre de 2010
sábado, 25 de septiembre de 2010
Emilia Pardo Bazán - Los Pazos de Ulloa
Emilia Pardo Bazán (La Coruña, 16 de septiembre de 1851 - Madrid, 12 de mayo de 1921) fue una novelista, periodista, ensayista y crítica española introductora del naturalismo en España.
Imágenes
Contenido
1 Biografía
2 Obra
2.1 Narrativa
2.2 Ensayo y crítica
2.3 Libros de viajes
2.4 Biografías
2.5 Lírica
3 Véase también
4 Notas
5 Enlaces externos
Biografía
Emilia Pardo Bazán[n. 1] era hija de una familia gallega noble y muy pudiente de España: el conde José Pardo Bazán, título que heredó a la muerte de su padre en 1908, y Amalia de la Rúa. Fue su madre quien la estimuló a leer y escribir. A la edad de nueve años ya empezaba a mostrar un gran interés por la escritura. Fuera de la casa de la calle de Tabernas poseían otras dos residencias, una cerca de Sangenjo, un pueblo de pescadores, y la otra en las afueras de La Coruña, el Pazo de Meirás. En la biblioteca paterna encontró acceso a una gran variedad de lecturas; declaró que sus libros preferidos entonces fueron Don Quijote de la Mancha, la Biblia y La Iliada. En la casa de La Coruña leyó además La conquista de México de Antonio de Solís y las Vidas paralelas de Plutarco. Los libros sobre la Revolución francesa le fascinaban. Cuando la familia iba a Madrid durante los inviernos Emilia asistía a un colegio francés protegido por la Real Casa, donde fue introducida a la obra literaria de La Fontaine y Jean Racine. A los doce años la familia decide quedarse en La Coruña durante los inviernos y allí estudia Emilia con instructores privados. Se sale del ritual de la educación femenina al negarse a tocar el piano y a tomar clases de música. Dedica todo el tiempo posible a su verdadera pasión, la lectura.
Se estableció en Madrid en 1869, un año después de contraer matrimonio a los diecisiete años con José Quiroga. Los padres de ella se instalan también en Madrid cuando José Pardo fue nombrado diputado, pero éste se desilusionó pronto de la política y toda la familia se marchó a Francia. Viajaron por Europa (Inglaterra, Italia, Alemania) y Emilia aprendió además inglés y alemán. Asidua lectora de los clásicos españoles, se interesó también por las novedades literarias extranjeras y se dio a conocer como escritora con un Estudio crítico de las obras del padre Feijoo (1876), con el que ganó un premio, compitiendo en este certamen con Concepción Arenal. Este mismo año nace su primer hijo, a quien le dedicará un libro de poemas titulado Jaime, publicado por Francisco Giner de los Ríos. En 1879, coincidiendo también con el nacimiento de su primera hija, Blanca, publicó su primera novela, Pascual López, autobiografía de un estudiante de medicina que se halla influida por la lectura de Pedro Antonio de Alarcón y de Juan Valera, y todavía al margen de la orientación que su narrativa tomaría en la década siguiente. Con Un viaje de novios (1881), publicado el año en que nació su última hija, Carmen, y La tribuna (1882), inició su evolución hacia un matizado Naturalismo. En 1882 comenzó, en la revista La Época, la publicación de una serie de artículos sobre Émile Zola y la novela experimental, reunidos posteriormente en el volumen La cuestión palpitante (1883), que la acreditaron como uno de los principales impulsores del naturalismo en España. Este libro causó un gran escándalo, de forma que su marido, horrorizado por la situación, le exigió que cesara de escribir y que se retractase públicamente de sus escritos; no lo hizo, sino que decidió separarse de su marido dos años más tarde, en 1884. En este año publicó La ama joven, que trata precisamente sobre crisis matrimoniales. Benito Pérez Galdós, por entonces cercano también al Naturalismo, inicia una relación amorosa con ella que durará más de veinte años. Ella le engaña sin embargo con amoríos fulminantes con jóvenes como Lázaro Galdiano y Narcís Oller, haciéndose perdonar. En cuanto al Naturalismo practicado por Pardo Bazán, como el de Galdós, frente a los principios ideológicos y literarios de Zola, acentuaba la conexión de la escuela francesa con la tradición realista española y europea, lo que le permitía acercarse a un ideario más conservador, católico y biempensante en lo que respecta a ella, que nunca abominó de su Catolicismo, por más que admitiera las bases ideológicas del determinismo social y darwinista.
De su obra ensayística cabe citar, además, La revolución y la novela en Rusia (1887), Polémicas y estudios literarios (1892) y La literatura francesa moderna (1910), en las que se mantiene atenta a las novedades de fines de siglo en Europa. El método naturalista culmina en Los pazos de Ulloa (1886-1887), su obra maestra, patética pintura de la decadencia del mundo rural gallego y de la aristocracia, y su continuación La madre naturaleza (1887), fabulación naturalista que, al contrario que en José María de Pereda, demuestra que los instintos conducen al pecado. En 1888 visita en Venecia al pretendiente carlista al trono de España; los artículos que escribe al respecto contribuyen a la escisión del Carlismo.
Por otra parte, Insolación (1889) y Morriña (1889) siguen insertos en la ideología y en la estética naturalista. Con posterioridad, coincidiendo con la muerte en 1890 de su padre, evolucionó hacia un mayor simbolismo y espiritualismo, patente en Una cristiana (1890), La prueba (1890), La piedra angular (1891), La quimera (1905) y Dulce sueño (1911). Esta misma evolución se observa en sus cuentos y relatos, recogidos en Cuentos de la tierra (1888), Cuentos escogidos (1891), Cuentos de Marineda (1892), Cuentos sacroprofanos (1899), entre otros. Doña Emilia aprovechó la herencia paterna para crear una revista escrita por ella sola, El Nuevo Teatro Crítico, nombre que recuerda la obra de Benito Jerónimo Feijoo.
En Una Cristiana y La Prueba, de 1890, parece trabar polémica a través de la ficción con algunos de sus detractores morales, como el Padre Coloma, Menéndez Pelayo y Pereda. La diferencia de edad entre enamorados, el cruce de afectos o deberes familiares y el remordimiento religioso prueban en ambas novelas que Doña Emilia tenía más en cuenta la opinión de lo que aparentaba. Adán y Eva, que agrupa las novelas Memorias de un solterón (1891) y Doña Milagros (1894), parece la justificación del romance con Galdós. Pero en La Quimera (1895) vuelve al aguafuerte para retratar el Madrid polvoriento y bizcochable.
Funda y dirige en 1892 la publicación La Biblioteca de la mujer. Asiste a congresos como el Congreso Pedagógico, en donde denuncia la desigualdad educativa entre el hombre y la mujer. Aún consciente del sexismo dentro de los círculos intelectuales, propone a Concepción Arenal a la Real Academia de la Lengua, pero es rechazada; tampoco aceptaría ésta a Gertrudis Gómez de Avellaneda ni a ella (fue rechazada tres veces, en 1889, en 1892 y en 1912), por más que en 1906 llegó a ser la primera mujer en presidir la Sección de literatura del Ateneo de Madrid y la primera en ocupar una cátedra de literaturas neolatinas en la Universidad Central de Madrid, aunque solo asistió un estudiante a clase.
La rica obra de Emilia Pardo Bazán incluye también los libros de viajes (Por Francia y por Alemania, 1889; Por la España pintoresca, 1895) y las biografías (San Francisco de Asís, 1882; Hernán Cortés, 1914). El erudito Varela Jácome ha descubierto una novela inédita: Selva
Obra
Narrativa
Pascual López (1879).
Un viaje de novios (1881).
La tribuna (1882).
El Cisne de Vilamorta (1885)
La dama joven (1885). Novela corta.
Bucólica (1885). Novela corta
Los pazos de Ulloa (1886-1887).
La madre naturaleza (1887).
Insolación (1889).
Morriña (1889).
Una cristiana(1890).
La prueba (1890).
La piedra angular (1891).
La quimera (1905).
Dulce dueño (1911).
De mi tierra (1888).
Cuentos escogidos (1891).
Cuentos de Marineda (1892)..
El tesoro de Gastón (1897).
El encaje roto (1897).
Cuentos sacroprofanos (1899).
La rosa (1899).
Vampiro (1901).
la sirena negra (1908).
La gota de sangre (1911). Novela corta
Belcebú (¿?¿?). Novela corta
La sierpe (¿?¿?). Novela corta
Cada uno... (¿?¿?). Novela corta
Ensayo y crítica
Estudio crítico de las obras del padre Feijoo (1876).
Los poetas épicos cristianos (1895).
La cuestión palpitante (1883).
La revolución y la novela en Rusia (1887).
Nuevo Teatro Crítico (1891-1892).
Polémicas y estudios literarios (1892).
Lecciones de literatura (1906)
La literatura francesa moderna (1910).
La cocina española antigua (1913).
Porvenir de la literatura después de la guerra (1917).
Libros de viajes
Al pie de la torre Eiffel (1889),
Por Francia y por Alemania, 1889.
Por la España pintoresca, 1895.
Por la Europa católica (1905).
Por tierras de Portugal y España
Biografías
San Francisco de Asís, 1882.
Hernán Cortés y sus hazañas, 1914.
Lírica
Jaime (1876)
Véase también
Literatura española del Realismo: El Realismo en el marco literario español.
Realismo literario: Visión general del movimiento.
Literatura de España: Evolución de la literatura española.
Notas
1.↑ De nombre completo Emilia Pardo Bazán y de la Rúa Figueroa, es también conocida como condesa por los efímeros títulos II Condesa pontificia de Pardo Bazán y I Condesa de la Torre de Cela. Véase José-Domingo Vales Vía, «Doña Emilia Pardo-Bazán y su efímero título nobiliario», Anuario Brigantino, 2005, n.º 28, págs. 265-276. ISSN 1130-7625
Enlaces externos
Wikisource en español contiene obras originales de Emilia Pardo Bazán.Wikisource
Portal dedicado a Emilia Pardo Bazán en la biblioteca Virtual Cervantes
Otro portal dedicado a Emilia Pardo Bazán
Cuentos de amor: Emilia Pardo Bazán. 978-84-936893-9-1
Cuentos de Navidad: Emilia Pardo Bazán. 978-84-92808-10-6
Memorias de un solterón: Emilia Pardo Bazán. 978-84-92808-01-4
Cuentos de intriga: Emilia Pardo Bazán. 978-84-92808-01-4
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Emilia_Pardo_Baz%C3%A1n"
Categorías: Nacidos en 1851 | Fallecidos en 1921 | Coruñeses | Escritores de Galicia | Escritores de España del siglo XIX | Escritores de España del siglo XX | Escritores en español | Novelistas de España | Escritores de España del Realismo
Edición recomendada: Los Pazos de Ulloa. Edición, introducción y notas de Marina Mayoral, Madrid, Castalia, 1986.
Leopoldo Alas Clarín - La Regenta
Leopoldo García-Alas y Ureña «Clarín» (n. Zamora; 25 de abril de 1852 – f. Oviedo, Principado de Asturias; 13 de junio de 1901) fue un célebre escritor español.[1]
Contenido
1 Biografía
1.1 Llegada a Madrid
1.2 El Solfeo
1.3 Revista de Asturias
1.4 Doctorado y cátedra
1.5 Clarín como profesor
1.6 Caciquismo literario
1.7 Obra literaria
1.8 Enfermedad y muerte
2 Su obra cumbre: La Regenta (1884–1885). La serie de televisión
3 Anécdotas
4 Citas
5 Obras
5.1 Ensayos
5.2 Novelas
5.3 Cuentos
6 Véase también
7 Referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Biografía
Nació el 25 de abril de 1852 en Zamora, donde se había trasladado su familia desde Oviedo, al ser nombrado su padre, Genaro García Alas, gobernador de la ciudad leonesa.[1] Leopoldo fue el tercer hijo del matrimonio.
En la casa se hablaba continuamente de Asturias y su madre, Leocadia, con cierta nostalgia, contaba relatos de aquella tierra de sus antepasados (aunque ella tenía también hondas raíces leonesas). Este ambiente influyó en gran medida en el espíritu del niño Leopoldo que desde siempre se sintió más asturiano que zamorano, aunque a lo largo de su vida conservó un cariño especial por las tierras que lo vieron nacer.
A los siete años entró a estudiar en el colegio de los jesuitas ubicado en la ciudad de León en el edificio de San Marcos (actual parador de turismo).[1] Desde el principio supo adaptarse a las normas y a la disciplina del centro de tal manera que a los pocos meses era considerado como un alumno modelo. Sus compañeros lo conocían con el mote (sobrenombre) de «el Gobernador», por alusión a la profesión de su padre. Sus biógrafos aseguran que esta etapa estudiantil engendró en Leopoldo el sentimentalismo religioso y el principio de gran disciplina moral que fueron la base de su carácter. En este primer año escolar ganó una banda azul como premio y trofeo literario. La conservó toda su vida y se encontraba entre los objetos más queridos del museo familiar.
En el verano de 1859 toda la familia regresó a Asturias. Leopoldo descubrió con sus propios ojos la geografía asturiana de la que tanto había oído hablar a su madre. Durante los años siguientes Leopoldo se encuentra en libertad por las tierras de Guimarán, propiedad de su padre, donde aprenderá directamente de la Naturaleza y de los libros que encuentra en la vieja biblioteca familiar, donde entra en contacto por primera vez con dos autores que serán sus maestros: Cervantes y Fray Luis de León.
El 4 de octubre de 1863, a la edad de once años, Leopoldo ingresa en la Universidad de Oviedo en lo que se llamaban «estudios preparatorios», matriculándose en las asignaturas de Latín, Aritmética y Doctrina Cristiana. El curso lo terminó con la nota de sobresaliente y con la adquisición de tres buenos amigos: Armando Palacio Valdés, Tomás Tuero (que fue también escritor, traductor y crítico literario) y Pío Rubín (escritor).
Llegada a Madrid
Después de finalizar sus estudios en la Universidad, se trasladó a Madrid para hacer el doctorado, alojándose en una posada de la calle de Capellanes. Allí encontró a sus amigos de Oviedo, Tuero, Palacio Valdés y Rubín. El grupo fue pronto conocido como «los de Oviedo». Los primeros tiempos en la capital no fueron satisfactorios para Leopoldo que añoraba su tierra asturiana, las montañas y la bruma.
Años atrás había entrado en España la teoría del krausismo, de la mano del jurista y filósofo español Julián Sanz del Río, que había sido discípulo en Alemania de Karl Krause. Sanz del Río fue profesor de Filosofía del Derecho ejerciendo tal influencia entre sus alumnos que éstos aplicarían el krausismo poniendo en marcha un movimiento ideológico intelectual que culminó con una gran reforma en la educación libre, con la creación de la Institución Libre de Enseñanza, no sólo en España sino también en Hispanoamérica, y en cambios relativos a la sociedad y a la política. Pero fue expulsado de la cátedra a instancias de Isabel II y alguno de sus ministros por considerar tal doctrina como peligrosa para la seguridad del régimen. Este hecho ocasionó un gran revuelo entre los jóvenes seguidores de Sanz del Río que siguieron transmitiendo sus enseñanzas a los siguientes discípulos. Krausistas destacados fueron Joaquín Costa, Francisco Pi i Margall, Nicolás Salmerón, Rafael María de Labra, Emilio Castelar y Adolfo Camus. Fue en la cátedra de este último y de Nicolás Salmerón donde Leopoldo se empapó de las ideas krausistas que hicieron nacer en él poco a poco, la duda religiosa y el escepticismo filosófico.
En la Cervecería Inglesa de Madrid se reunían en tertulia «los de Oviedo». Poco a poco el grupo se fue incrementando con jóvenes intelectuales apasionados como ellos por la libertad y las nuevas ideas. Uno de estos nuevos contertulios fue Leopoldo Cano (futuro escritor y autor de La Pasionaria). Durante aquel curso, Clarín se vio en constante lucha interior no sólo con el krausismo sino con el naturalismo literario y el liberalismo laico. Todavía tenía ciertas reservas, pero al finalizar el año, el mismo Clarín comenta que «su espíritu se había fortalecido» y había capitulado del todo, no sin antes emplear y poner su capacidad de crítico a la defensiva, actitud que ha de acompañarlo el resto de su vida.
El Solfeo
En diciembre de 1874 termina la Primera República con la caída de Emilio Castelar gracias al golpe de Manuel Pavía. Poco después del golpe, Martínez Campos iniciará la Restauración monárquica en la figura de Alfonso XII, hijo de la destronada Isabel II.
En marzo de 1875, Antonio Sánchez Pérez (no se conoce su biografía) fundó un periódico con el nombre de El Solfeo. El 5 de julio entraron en su redacción unos cuantos jóvenes, entre ellos Leopoldo Alas. El periódico pasó totalmente desapercibido y ni siquiera fue nombrado por los cronistas de la época. Su director quiso que sus colaboradores tomaran como seudónimo el nombre de un instrumento musical y así fue como Leopoldo eligió el clarín que a partir de ahí sería el alias con que firmaría todos sus artículos. La columna donde escribía tenía el título de «Azotacalles de Madrid» (Apuntes en la pared). El día 2 de octubre de 1875, el escritor firmó por primera vez como Clarín, inaugurando el espacio con el verso que el lector puede ver a continuación. De esta forma Leopoldo Alas entró en la vida literaria de la época y desde su columna empezó a lanzar duras críticas llenas de ironía contra la clase política de la Restauración.
Voy a inaugurar en verso
mis revistas de Madrid,
con un modesto romance
que tenga su retintín;
y voy a decir a ustedes
lo que les quiero decir,
mediante Dios, y mediante
el gobernador civil.
Clarín empieza a gozar de popularidad al mismo tiempo que le llegan abundantes disgustos y bastantes enemigos. Cada nuevo artículo se convierte en un nuevo escándalo, criticado o alabado en las tertulias de la Cervecería Inglesa o del Ateneo de la calle de Arenal. Clarín sigue adelante en su estilo asegurando que «el crítico que dice la verdad no medra» y que el poeta aunque sea malo «llega de redondilla en redondilla a jefe de negociado». Junto con esta actividad literaria, continúa con sus estudios, preparando el doctorado.
Revista de Asturias
Aparte del género periodístico, Clarín siente la necesidad de cultivar otros géneros literarios. Félix Aramburu (poeta y notable escritor de Derecho penal), amigo entrañable de Leopoldo era el director y editor en Oviedo de una revista llamada Revista de Asturias. Este amigo no sólo lo animó a escribir otro tipo de narraciones sino que le ofreció un lugar en su propia edición. En el verano de 1876, Clarín escribe sus primeros cuentos y algunas poesías que meses después se irán editando en la Revista ovetense. Con estas colaboraciones el gran escritor fue dándose a conocer.
Doctorado y cátedra
El 1 de julio de 1878 obtuvo Leopoldo Alas el título de doctor en Derecho civil y canónico, con la calificación de sobresaliente. Presentó su tesis doctoral sobre el tema «El derecho y la moralidad» en cuya edición puede verse la dedicatoria «A don Francisco Giner del Río, su sincero amigo y reconocido discípulo». Es el primer libro de Leopoldo que sale de una imprenta y el único en que no aparece su seudónimo Clarín.
Después de unas largas vacaciones en las tierras de Guimarán, Alas regresa a Madrid para preparar brevemente su presentación a las oposiciones que en el mes de noviembre se celebrarían en Salamanca para cubrir la plaza vacante de la cátedra de Economía Política y Estadística en la Universidad. Los sucesivos ejercicios fueron un continuo éxito para Leopoldo y hasta obtuvo el primer lugar en la terna de opositores. De estos éxitos se ocuparon los periódicos de Madrid y la noticia se dio también en la Revista de Asturias (Oviedo, nº 40, 5.XII.1878, sección «Ecos y rumores»). Pero hubo un obstáculo grave para el éxito definitivo: el conde de Toreno (Queipo de Llano) era por entonces ministro de Instrucción Pública y gozaba de un derecho de elección final del candidato. El conde de Toreno había sido blanco de las terribles sátiras de Clarín en El Solfeo, cosa que nunca olvidó y desposeyó a Clarín de la cátedra ganada, en beneficio del número dos de la terna de opositores, el señor Mantecón. Leopoldo Alas escribió una carta abierta de protesta al ministro y años después recordaría con amargura estos sucesos escribiendo: «Yo aprendí de ellos (Salmerón y Giner) a respetar convicciones, y el mayor ultraje que me hizo, tal vez sin saberlo, el conde de Toreno, al negarme una cátedra que era mía, fue la implícita sospecha de que fuese yo un libre pensador como el boticario Homais de Flaubert, capaz de apedrear y despedazar con las herejías que a mí se me ocurriesen, el fanal en que guardaran su fe mis discípulos».
Cuatro años más tarde, la Revista de Legislación y Jurisprudencia publicó en desagravio y con todos los honores el trabajo que Clarín había presentado en las oposiciones de Salamanca bajo el título de «Programa analítico de Economía política y Estadística».
El año 1882 fue para Clarín un año de suerte. El 12 de julio pudo leer en la Gaceta Oficial su nombramiento para la cátedra de Economía Política y Estadística, concedida para la Universidad de Zaragoza, y el 29 de agosto tuvo lugar su boda con Onofre García-Argüelles, en la localidad asturiana de La Laguna (valle de Langreo), en el palacio de la familia García-Argüelles. Al año siguiente regresó a Oviedo como catedrático de Derecho Romano y más tarde se ocupó también de la cátedra de Derecho Natural en la Universidad de Oviedo.
Clarín como profesor
Se decía entre sus contemporáneos que para conocer a Clarín era necesario asistir a su cátedra de Derecho Natural. Según sus propias palabras, era partidario de sugerir a sus alumnos un hábito de reflexión mejor que enseñar una ciencia a secas y no se conformaba con enseñar una serie de preceptos a aplicar en el futuro. Sus lecciones solían empezar con un precepto de Justiniano y continuaba con citas de El Quijote o de Santa Teresa, para terminar con Tolstói, Renan o San Francisco de Asís. Muchos de sus alumnos no llegaban a entender este sistema y acusaban a Clarín de ser un «hueso» (serio, estricto, exigente y por lo general con fama de suspender). Clarín estimaba a sus alumnos cuando eran capaces de entender el espíritu de sus enseñanzas antes que la letra. Tenía un sentido de la justicia muy severo a la hora de calificar y nunca aceptó ni sobornos ni recomendaciones; se lo acusaba de carecer de ningún tipo de benevolencia. La cátedra fue para Clarín una gran responsabilidad y una preocupación constante (según sus propias palabras) y se entregaba a ella con toda honestidad.
Caciquismo literario
Casi todos los biógrafos de Clarín vienen a estar de acuerdo en este punto: su caciquismo literario, algo tiránico. Desde su retiro de Oviedo llega a hacerse temer y respetar en Madrid y se da a conocer en Europa y en América. Fue un provinciano universal, aunque su ciudad, Oviedo, nunca comprendió su universalidad. Se lo consideraba como un hombrecillo nervioso y miope, que daba clases en la Universidad y que por las tardes jugaba al tresillo en el Casino. Los estudiantes lo temían por su severidad y la sociedad lo consideraba un ateo liberal.
Obra literaria
Durante los ratos libres que le dejara la cátedra de la Universidad, Clarín escribía artículos para los periódicos El Globo, La Ilustración y Madrid Cómico. Envía a los periódicos de El Imparcial y Madrid Cómico sus «Paliques» satíricos y mordaces que le proporcionarán algunos enemigos adicionales.
En 1881 se publicó el libro Solos de Clarín, que recogió los artículos de crítica literaria. El prólogo es de Echegaray. Ese mismo año, en el mes de octubre publicó en La Ilustración Gallega y Asturiana el artículo «La Universidad de Oviedo», en el que hace un elogio al claustro restaurado y formado por los profesores Buylla, Aramburu, Díaz Ordóñez, entre otros.
A los 31 años de edad escribe Clarín su obra maestra La Regenta. En junio de 1885 salió a la calle el segundo volumen de esta composición del arte literario. En 1886 se edita su primer libro de cuentos con el título de Pipá. En 1889 termina un ensayo biográfico sobre Galdós, dentro de una serie titulada «Celebridades españolas contemporáneas». A finales de junio de 1891, el editor Fernando Fe saca a la luz la segunda novela larga de Clarín: Su único hijo.
En 1892 Clarín pasa por una crisis de personalidad y religiosa en que, según sus palabras, trata de encontrar a su yo y a Dios. Poco después dejó reflejar dicha crisis en su cuento Cambio de Luz, cuyo protagonista Jorge Arial representa al autor y sus preocupaciones, sus dudas religiosas y su escepticismo filosófico. Clarín define a este personaje como «místico vergonzante».
En 1894 se despertó su afición por el teatro por influencia de sus amigos la actriz María Guerrero y el dramaturgo Echegaray. Los biógrafos dicen que es un contrasentido en un hombre amante de la realidad y enemigo de la farsa. Por eso su primera obra teatral Teresa (ensayo dramático en un acto y en prosa) es una página real de su propia vida. Se publicó y se estrenó el 20 de marzo, en el teatro Español de Madrid, en homenaje que se daba a la actriz María Guerrero. La obra resultó un rotundo fracaso, argumentando los críticos que carecía de arquitectura escénica y que tenía todos los defectos de un escritor novato.
Durante los últimos años de su vida, Clarín recibe gran cantidad de ofertas para colaboraciones así como peticiones de autorización para traducir su obra en nuevas ediciones. En 1900, la Casa Maucci de Barcelona, le encarga la traducción de la novela de Émile Zola Trabajo. La retribución es buena y Clarín piensa que una traducción no le dará tanto trabajo como escribir. Pero los tecnicismos y palabras difíciles del escritor francés, unido al perfeccionismo de Clarín hacen que el trabajo se alargue durante meses, agotando la poca salud que tenía en aquellos años. Traduce día y noche para cumplir con la fecha indicada por la editorial, agotado pero contento de poder contribuir en dar a conocer al «pensador más ultrajado de todo el siglo XIX».
Enfermedad y muerte
Clarín venía arrastrando su enfermedad desde años atrás y en los primeros meses de 1901 se sentía ya exhausto. En el mes de mayo viajó a León, invitado por su primo Ureña, con motivo de los festejos que se celebraron por haberse terminado la reconstrucción de la catedral. En esta ciudad revivió su infancia y fue agasajado y querido por muchas personalidades. A su vuelta comentó: "En León pasé horas verdaderamente felices".
Una vez de vuelta a Oviedo sintió de nuevo y muy cercana su enfermedad. Allí fue acompañado constantemente por su sobrino el joven médico Alfredo Martínez, que le diagnosticó una tuberculosis intestinal en último grado, enfermedad incurable en aquella época.
El 13 de junio de 1901, a las siete de la mañana, murió Leopoldo Alas, a la edad de cuarenta y nueve años. El féretro fue velado en el claustro de la Universidad donde acudieron profesores, amigos y familiares del escritor. Al día siguiente fue enterrado en el cementerio de El Salvador.
En Madrid, el escritor Bonafoux (mediocre escritor según Clarín y otros colegas de la época), fiel enemigo hasta la muerte, preparó el artículo necrológico en que añadió estas palabras: «Yo he sido el primero en alegrarme de la muerte de Clarín. […] En su entierro se escuchó el silencio que se escucha en los entierros de los tiranos».
Su obra cumbre: La Regenta (1884–1885)
Obra de gran extensión, ostenta cierta declarada semejanza con Madame Bovary, de Flaubert, y Ana Karenina, de Tolstoi, influencia a la que habría que añadir la del naturalismo y la del krausismo (corriente filosófica que pretendía la regeneración cultural y moral de España).
La Regenta se destaca por su gran riqueza de personajes y planos secundarios,así como el uso de la técnica del fluir de los recuerdos, mientras que el retrato de la protagonista queda delicadamente desenfocado y vago. Por otra parte, aquí la caída de la señora provinciana tiene lugar entre dos cortejadores muy diversos: el más seductor galán de la ciudad, que acaba triunfando, y un canónigo de la catedral. El retrato de este canónigo es pieza clave del libro.
Para la descripción del ambiente provinciano y del entramado de la vida colectiva —lo más naturalista de la novela— Clarín utiliza técnicas como el monólogo interiorizado (el monólogo interior nace más tarde, con Joyce y Dostoyevski) y el estilo indirecto libre, que hacen que la historia sea narrada por los personajes a través de sus pensamientos y que permiten penetrar en sus interioridades. Gracias a estas técnicas y un minucioso estudio del personaje en el medio (es decir la sociedad en la que vive) los personajes adquieren una cierta profundidad psicológica.
Anécdotas
Parece ser que la pesadilla de todos los amigos y conocidos de Clarín era su letra ininteligible. Por ello recibía bastante a menudo críticas constructivas, alguna mofa o alguna queja:
Pérez Galdós: En una carta dirigida a Clarín le dice, «¡Cuán más hermoso recibir un papel lleno de garabatos y prepararse a los goces puros de la adivinación! Ir conquistando sílaba a sílaba el reino misterioso de su escritura caldea».
Emilia Pardo Bazán: «Ya tenía ganas de ver sus deliciosos garabatitos».
Clarín recibía continuamente cartas tanto para elogiarle, para insultarle o para pedir consejo y beneplácito sobre otras novelas. En una ocasión Clarín había escrito en sus Paliques que en España en aquellos años no había más que dos poetas y medio: Campoamor, Núñez de Arce y Manuel del Palacio (que se suponía era el «medio»). Este último, sintiéndose ofendido y humillado, envió a la finca de Guimerán donde se encontraba Clarín de vacaciones una larga epístola escrita en tercetos y llena de insultos. La respuesta fue dura y arrolladora. Compuso otra epístola con un número de versos aproximado a los de Palacio que tituló «A 0’50 poeta (epístola en versos con notas en prosa clara)». Toda España la leyó y toda España habló de Manuel del Palacio como el «medio poeta». Fue el regocijo de las tertulias madrileñas. El aludido no replicó y ahí terminó el asunto.
En 1891, Clarín fue elegido para concejal republicano del Ayuntamiento de Oviedo en sufragio universal. Durante la reunión del acto de nombramiento, Clarín permaneció callado, pero sus nervios se dispararon al escuchar de boca de otro concejal que leía el acta, un «haiga». El profesor se echó sobre él con tanta furia dialéctica que el concejal, avergonzado por las risas de sus compañeros y del público asistente, presentó inmediatamente su dimisión. Clarín intervino de nuevo y consiguió que retirase la renuncia.
Clarín fue padre de Leopoldo García Alas Argüelles y es el bisabuelo del jurista Leopoldo Tolivar Alas. Este último y su hermana, Ana Cristina, cedieron en depósito, gratuitamente, al Principado de Asturias, en marzo de 2010, la biblioteca familiar y archivo que conservaban, entre cuyos documentos figura el manuscrito de La Regenta.
Clarín es tío-bisabuelo del también escritor Leopoldo Alas Mínguez, fallecido el 1 de agosto de 2008.
Citas
Éste es un pequeño extracto de algunas frases escritas por Clarín en sus críticas o en su correspondencia.
«El eclecticismo de Balmes es originariamente infecundo, ya que sueña con alianzas imposibles entre sus creencias y las corrientes del siglo».
«Yo era entonces un idealista de cátedra...»
«¡Qué de famas irritantes, de escritores hueros, necios, vulgarísimos no ha habido que combatir como quien apaga un incendio, durante estos 20 años!»
«La buena crianza nos exige que no hablemos a las personas de lo que no entienden, de lo que no les interesa; que no aburramos al prójimo con las preocupaciones de nuestro egoísmo haciéndole prestar atención a nuestras gracias, aventuras y milagros».
«La buena crianza pide también que no escandalicemos a quien nos oye con desvergüenzas, blasfemias, chistes demasiado verdes, etc., etc. La buena crianza pide que no demos latas a nadie (usando una palabra que me disgusta, pero hoy muy corriente)».
Obras
Ensayos
Solos de Clarín (1881).
La literatura en 1881 (1882).
Sermón perdido (1885).
Nueva campaña (1887).
Ensayos y revistas (1892).
Palique (1894).
Novelas
Cuesta abajo (1890-1891).
La Regenta (1884–1885).
Su único hijo (1890).
Cuentos
Tal vez la faceta de la que menos se habla es su papel como gran cultivador de la novela corta, de relatos y de cuentos, formas que se desarrollan de forma extraordinaria en la literatura europea a partir de la mitad del siglo XIX. Entre las obras más destacadas de Clarín podemos señalar cronológicamente las novelas cortas Pipá, Doña Berta, Cuervo, Superchería, de los cuentos y relatos El Señor y lo demás son cuentos, Cuentos Morales, El gallo de Sócrates, obra póstuma, y Doctor Sutilis.
Dos sabios.
El dúo de la tos.
El gallo de Sócrates.
En el tren.
En la droguería.
Un voto.
Adiós, Cordera.
Boroña.
Cuentos morales.
Cuervo.
De la Comisión.
Doble vía.
Doctor Angelicus.
Don Paco del empaque.
Doña Berta.
El Señor y lo demás son cuentos.
El doctor Pértinax.
El libro y la viuda.
El oso mayor.
El sombrero del cura.
Medalla... de perro chico.
Pipá.
Speraindeo.
Superchería.
Tambor y gaita.
Teresa.
Un candidato.
Un repatriado.
Véase también
Literatura española del Realismo: El Realismo en el marco literario español.
Realismo: Visión general del movimiento.
Literatura de España: Evolución de la literatura española.
Adaptación televisiva de La Regenta.
Sergio Beser.
Referencias
1.↑ a b c «Leopoldo Alas, "Clarín"». Consultado el 14 de julio de 2008.
Bibliografía
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SÁNCHEZ, Roberto G.: «Clarín y el Romanticismo Teatral: examen de una afición». Hispanic Review 31 (1963), pp. 216–228.
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WESSELING, Pieter: “Structure and its Implications in Leopoldo Alas’ La Regenta”. Hispanic Review 51 (1983), pp. 393–408.
Enlaces externos
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Biografía de Leopoldo Alas
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Obras de Leopoldo Alas (Clarín) en el Proyecto Gutenberg
Obras de Leopoldo Alas (Clarín) en Domínio Público
Edición recomendada: Castalia
Comentario de La Regenta por Mario López Asenjo (MasterLengua)
Protagonistas Femeninas en la Novela del siglo XIX: La Regenta (UNED)
Contenido
1 Biografía
1.1 Llegada a Madrid
1.2 El Solfeo
1.3 Revista de Asturias
1.4 Doctorado y cátedra
1.5 Clarín como profesor
1.6 Caciquismo literario
1.7 Obra literaria
1.8 Enfermedad y muerte
2 Su obra cumbre: La Regenta (1884–1885). La serie de televisión
3 Anécdotas
4 Citas
5 Obras
5.1 Ensayos
5.2 Novelas
5.3 Cuentos
6 Véase también
7 Referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Biografía
Nació el 25 de abril de 1852 en Zamora, donde se había trasladado su familia desde Oviedo, al ser nombrado su padre, Genaro García Alas, gobernador de la ciudad leonesa.[1] Leopoldo fue el tercer hijo del matrimonio.
En la casa se hablaba continuamente de Asturias y su madre, Leocadia, con cierta nostalgia, contaba relatos de aquella tierra de sus antepasados (aunque ella tenía también hondas raíces leonesas). Este ambiente influyó en gran medida en el espíritu del niño Leopoldo que desde siempre se sintió más asturiano que zamorano, aunque a lo largo de su vida conservó un cariño especial por las tierras que lo vieron nacer.
A los siete años entró a estudiar en el colegio de los jesuitas ubicado en la ciudad de León en el edificio de San Marcos (actual parador de turismo).[1] Desde el principio supo adaptarse a las normas y a la disciplina del centro de tal manera que a los pocos meses era considerado como un alumno modelo. Sus compañeros lo conocían con el mote (sobrenombre) de «el Gobernador», por alusión a la profesión de su padre. Sus biógrafos aseguran que esta etapa estudiantil engendró en Leopoldo el sentimentalismo religioso y el principio de gran disciplina moral que fueron la base de su carácter. En este primer año escolar ganó una banda azul como premio y trofeo literario. La conservó toda su vida y se encontraba entre los objetos más queridos del museo familiar.
En el verano de 1859 toda la familia regresó a Asturias. Leopoldo descubrió con sus propios ojos la geografía asturiana de la que tanto había oído hablar a su madre. Durante los años siguientes Leopoldo se encuentra en libertad por las tierras de Guimarán, propiedad de su padre, donde aprenderá directamente de la Naturaleza y de los libros que encuentra en la vieja biblioteca familiar, donde entra en contacto por primera vez con dos autores que serán sus maestros: Cervantes y Fray Luis de León.
El 4 de octubre de 1863, a la edad de once años, Leopoldo ingresa en la Universidad de Oviedo en lo que se llamaban «estudios preparatorios», matriculándose en las asignaturas de Latín, Aritmética y Doctrina Cristiana. El curso lo terminó con la nota de sobresaliente y con la adquisición de tres buenos amigos: Armando Palacio Valdés, Tomás Tuero (que fue también escritor, traductor y crítico literario) y Pío Rubín (escritor).
Llegada a Madrid
Después de finalizar sus estudios en la Universidad, se trasladó a Madrid para hacer el doctorado, alojándose en una posada de la calle de Capellanes. Allí encontró a sus amigos de Oviedo, Tuero, Palacio Valdés y Rubín. El grupo fue pronto conocido como «los de Oviedo». Los primeros tiempos en la capital no fueron satisfactorios para Leopoldo que añoraba su tierra asturiana, las montañas y la bruma.
Años atrás había entrado en España la teoría del krausismo, de la mano del jurista y filósofo español Julián Sanz del Río, que había sido discípulo en Alemania de Karl Krause. Sanz del Río fue profesor de Filosofía del Derecho ejerciendo tal influencia entre sus alumnos que éstos aplicarían el krausismo poniendo en marcha un movimiento ideológico intelectual que culminó con una gran reforma en la educación libre, con la creación de la Institución Libre de Enseñanza, no sólo en España sino también en Hispanoamérica, y en cambios relativos a la sociedad y a la política. Pero fue expulsado de la cátedra a instancias de Isabel II y alguno de sus ministros por considerar tal doctrina como peligrosa para la seguridad del régimen. Este hecho ocasionó un gran revuelo entre los jóvenes seguidores de Sanz del Río que siguieron transmitiendo sus enseñanzas a los siguientes discípulos. Krausistas destacados fueron Joaquín Costa, Francisco Pi i Margall, Nicolás Salmerón, Rafael María de Labra, Emilio Castelar y Adolfo Camus. Fue en la cátedra de este último y de Nicolás Salmerón donde Leopoldo se empapó de las ideas krausistas que hicieron nacer en él poco a poco, la duda religiosa y el escepticismo filosófico.
En la Cervecería Inglesa de Madrid se reunían en tertulia «los de Oviedo». Poco a poco el grupo se fue incrementando con jóvenes intelectuales apasionados como ellos por la libertad y las nuevas ideas. Uno de estos nuevos contertulios fue Leopoldo Cano (futuro escritor y autor de La Pasionaria). Durante aquel curso, Clarín se vio en constante lucha interior no sólo con el krausismo sino con el naturalismo literario y el liberalismo laico. Todavía tenía ciertas reservas, pero al finalizar el año, el mismo Clarín comenta que «su espíritu se había fortalecido» y había capitulado del todo, no sin antes emplear y poner su capacidad de crítico a la defensiva, actitud que ha de acompañarlo el resto de su vida.
El Solfeo
En diciembre de 1874 termina la Primera República con la caída de Emilio Castelar gracias al golpe de Manuel Pavía. Poco después del golpe, Martínez Campos iniciará la Restauración monárquica en la figura de Alfonso XII, hijo de la destronada Isabel II.
En marzo de 1875, Antonio Sánchez Pérez (no se conoce su biografía) fundó un periódico con el nombre de El Solfeo. El 5 de julio entraron en su redacción unos cuantos jóvenes, entre ellos Leopoldo Alas. El periódico pasó totalmente desapercibido y ni siquiera fue nombrado por los cronistas de la época. Su director quiso que sus colaboradores tomaran como seudónimo el nombre de un instrumento musical y así fue como Leopoldo eligió el clarín que a partir de ahí sería el alias con que firmaría todos sus artículos. La columna donde escribía tenía el título de «Azotacalles de Madrid» (Apuntes en la pared). El día 2 de octubre de 1875, el escritor firmó por primera vez como Clarín, inaugurando el espacio con el verso que el lector puede ver a continuación. De esta forma Leopoldo Alas entró en la vida literaria de la época y desde su columna empezó a lanzar duras críticas llenas de ironía contra la clase política de la Restauración.
Voy a inaugurar en verso
mis revistas de Madrid,
con un modesto romance
que tenga su retintín;
y voy a decir a ustedes
lo que les quiero decir,
mediante Dios, y mediante
el gobernador civil.
Clarín empieza a gozar de popularidad al mismo tiempo que le llegan abundantes disgustos y bastantes enemigos. Cada nuevo artículo se convierte en un nuevo escándalo, criticado o alabado en las tertulias de la Cervecería Inglesa o del Ateneo de la calle de Arenal. Clarín sigue adelante en su estilo asegurando que «el crítico que dice la verdad no medra» y que el poeta aunque sea malo «llega de redondilla en redondilla a jefe de negociado». Junto con esta actividad literaria, continúa con sus estudios, preparando el doctorado.
Revista de Asturias
Aparte del género periodístico, Clarín siente la necesidad de cultivar otros géneros literarios. Félix Aramburu (poeta y notable escritor de Derecho penal), amigo entrañable de Leopoldo era el director y editor en Oviedo de una revista llamada Revista de Asturias. Este amigo no sólo lo animó a escribir otro tipo de narraciones sino que le ofreció un lugar en su propia edición. En el verano de 1876, Clarín escribe sus primeros cuentos y algunas poesías que meses después se irán editando en la Revista ovetense. Con estas colaboraciones el gran escritor fue dándose a conocer.
Doctorado y cátedra
El 1 de julio de 1878 obtuvo Leopoldo Alas el título de doctor en Derecho civil y canónico, con la calificación de sobresaliente. Presentó su tesis doctoral sobre el tema «El derecho y la moralidad» en cuya edición puede verse la dedicatoria «A don Francisco Giner del Río, su sincero amigo y reconocido discípulo». Es el primer libro de Leopoldo que sale de una imprenta y el único en que no aparece su seudónimo Clarín.
Después de unas largas vacaciones en las tierras de Guimarán, Alas regresa a Madrid para preparar brevemente su presentación a las oposiciones que en el mes de noviembre se celebrarían en Salamanca para cubrir la plaza vacante de la cátedra de Economía Política y Estadística en la Universidad. Los sucesivos ejercicios fueron un continuo éxito para Leopoldo y hasta obtuvo el primer lugar en la terna de opositores. De estos éxitos se ocuparon los periódicos de Madrid y la noticia se dio también en la Revista de Asturias (Oviedo, nº 40, 5.XII.1878, sección «Ecos y rumores»). Pero hubo un obstáculo grave para el éxito definitivo: el conde de Toreno (Queipo de Llano) era por entonces ministro de Instrucción Pública y gozaba de un derecho de elección final del candidato. El conde de Toreno había sido blanco de las terribles sátiras de Clarín en El Solfeo, cosa que nunca olvidó y desposeyó a Clarín de la cátedra ganada, en beneficio del número dos de la terna de opositores, el señor Mantecón. Leopoldo Alas escribió una carta abierta de protesta al ministro y años después recordaría con amargura estos sucesos escribiendo: «Yo aprendí de ellos (Salmerón y Giner) a respetar convicciones, y el mayor ultraje que me hizo, tal vez sin saberlo, el conde de Toreno, al negarme una cátedra que era mía, fue la implícita sospecha de que fuese yo un libre pensador como el boticario Homais de Flaubert, capaz de apedrear y despedazar con las herejías que a mí se me ocurriesen, el fanal en que guardaran su fe mis discípulos».
Cuatro años más tarde, la Revista de Legislación y Jurisprudencia publicó en desagravio y con todos los honores el trabajo que Clarín había presentado en las oposiciones de Salamanca bajo el título de «Programa analítico de Economía política y Estadística».
El año 1882 fue para Clarín un año de suerte. El 12 de julio pudo leer en la Gaceta Oficial su nombramiento para la cátedra de Economía Política y Estadística, concedida para la Universidad de Zaragoza, y el 29 de agosto tuvo lugar su boda con Onofre García-Argüelles, en la localidad asturiana de La Laguna (valle de Langreo), en el palacio de la familia García-Argüelles. Al año siguiente regresó a Oviedo como catedrático de Derecho Romano y más tarde se ocupó también de la cátedra de Derecho Natural en la Universidad de Oviedo.
Clarín como profesor
Se decía entre sus contemporáneos que para conocer a Clarín era necesario asistir a su cátedra de Derecho Natural. Según sus propias palabras, era partidario de sugerir a sus alumnos un hábito de reflexión mejor que enseñar una ciencia a secas y no se conformaba con enseñar una serie de preceptos a aplicar en el futuro. Sus lecciones solían empezar con un precepto de Justiniano y continuaba con citas de El Quijote o de Santa Teresa, para terminar con Tolstói, Renan o San Francisco de Asís. Muchos de sus alumnos no llegaban a entender este sistema y acusaban a Clarín de ser un «hueso» (serio, estricto, exigente y por lo general con fama de suspender). Clarín estimaba a sus alumnos cuando eran capaces de entender el espíritu de sus enseñanzas antes que la letra. Tenía un sentido de la justicia muy severo a la hora de calificar y nunca aceptó ni sobornos ni recomendaciones; se lo acusaba de carecer de ningún tipo de benevolencia. La cátedra fue para Clarín una gran responsabilidad y una preocupación constante (según sus propias palabras) y se entregaba a ella con toda honestidad.
Caciquismo literario
Casi todos los biógrafos de Clarín vienen a estar de acuerdo en este punto: su caciquismo literario, algo tiránico. Desde su retiro de Oviedo llega a hacerse temer y respetar en Madrid y se da a conocer en Europa y en América. Fue un provinciano universal, aunque su ciudad, Oviedo, nunca comprendió su universalidad. Se lo consideraba como un hombrecillo nervioso y miope, que daba clases en la Universidad y que por las tardes jugaba al tresillo en el Casino. Los estudiantes lo temían por su severidad y la sociedad lo consideraba un ateo liberal.
Obra literaria
Durante los ratos libres que le dejara la cátedra de la Universidad, Clarín escribía artículos para los periódicos El Globo, La Ilustración y Madrid Cómico. Envía a los periódicos de El Imparcial y Madrid Cómico sus «Paliques» satíricos y mordaces que le proporcionarán algunos enemigos adicionales.
En 1881 se publicó el libro Solos de Clarín, que recogió los artículos de crítica literaria. El prólogo es de Echegaray. Ese mismo año, en el mes de octubre publicó en La Ilustración Gallega y Asturiana el artículo «La Universidad de Oviedo», en el que hace un elogio al claustro restaurado y formado por los profesores Buylla, Aramburu, Díaz Ordóñez, entre otros.
A los 31 años de edad escribe Clarín su obra maestra La Regenta. En junio de 1885 salió a la calle el segundo volumen de esta composición del arte literario. En 1886 se edita su primer libro de cuentos con el título de Pipá. En 1889 termina un ensayo biográfico sobre Galdós, dentro de una serie titulada «Celebridades españolas contemporáneas». A finales de junio de 1891, el editor Fernando Fe saca a la luz la segunda novela larga de Clarín: Su único hijo.
En 1892 Clarín pasa por una crisis de personalidad y religiosa en que, según sus palabras, trata de encontrar a su yo y a Dios. Poco después dejó reflejar dicha crisis en su cuento Cambio de Luz, cuyo protagonista Jorge Arial representa al autor y sus preocupaciones, sus dudas religiosas y su escepticismo filosófico. Clarín define a este personaje como «místico vergonzante».
En 1894 se despertó su afición por el teatro por influencia de sus amigos la actriz María Guerrero y el dramaturgo Echegaray. Los biógrafos dicen que es un contrasentido en un hombre amante de la realidad y enemigo de la farsa. Por eso su primera obra teatral Teresa (ensayo dramático en un acto y en prosa) es una página real de su propia vida. Se publicó y se estrenó el 20 de marzo, en el teatro Español de Madrid, en homenaje que se daba a la actriz María Guerrero. La obra resultó un rotundo fracaso, argumentando los críticos que carecía de arquitectura escénica y que tenía todos los defectos de un escritor novato.
Durante los últimos años de su vida, Clarín recibe gran cantidad de ofertas para colaboraciones así como peticiones de autorización para traducir su obra en nuevas ediciones. En 1900, la Casa Maucci de Barcelona, le encarga la traducción de la novela de Émile Zola Trabajo. La retribución es buena y Clarín piensa que una traducción no le dará tanto trabajo como escribir. Pero los tecnicismos y palabras difíciles del escritor francés, unido al perfeccionismo de Clarín hacen que el trabajo se alargue durante meses, agotando la poca salud que tenía en aquellos años. Traduce día y noche para cumplir con la fecha indicada por la editorial, agotado pero contento de poder contribuir en dar a conocer al «pensador más ultrajado de todo el siglo XIX».
Enfermedad y muerte
Clarín venía arrastrando su enfermedad desde años atrás y en los primeros meses de 1901 se sentía ya exhausto. En el mes de mayo viajó a León, invitado por su primo Ureña, con motivo de los festejos que se celebraron por haberse terminado la reconstrucción de la catedral. En esta ciudad revivió su infancia y fue agasajado y querido por muchas personalidades. A su vuelta comentó: "En León pasé horas verdaderamente felices".
Una vez de vuelta a Oviedo sintió de nuevo y muy cercana su enfermedad. Allí fue acompañado constantemente por su sobrino el joven médico Alfredo Martínez, que le diagnosticó una tuberculosis intestinal en último grado, enfermedad incurable en aquella época.
El 13 de junio de 1901, a las siete de la mañana, murió Leopoldo Alas, a la edad de cuarenta y nueve años. El féretro fue velado en el claustro de la Universidad donde acudieron profesores, amigos y familiares del escritor. Al día siguiente fue enterrado en el cementerio de El Salvador.
En Madrid, el escritor Bonafoux (mediocre escritor según Clarín y otros colegas de la época), fiel enemigo hasta la muerte, preparó el artículo necrológico en que añadió estas palabras: «Yo he sido el primero en alegrarme de la muerte de Clarín. […] En su entierro se escuchó el silencio que se escucha en los entierros de los tiranos».
Su obra cumbre: La Regenta (1884–1885)
Obra de gran extensión, ostenta cierta declarada semejanza con Madame Bovary, de Flaubert, y Ana Karenina, de Tolstoi, influencia a la que habría que añadir la del naturalismo y la del krausismo (corriente filosófica que pretendía la regeneración cultural y moral de España).
La Regenta se destaca por su gran riqueza de personajes y planos secundarios,así como el uso de la técnica del fluir de los recuerdos, mientras que el retrato de la protagonista queda delicadamente desenfocado y vago. Por otra parte, aquí la caída de la señora provinciana tiene lugar entre dos cortejadores muy diversos: el más seductor galán de la ciudad, que acaba triunfando, y un canónigo de la catedral. El retrato de este canónigo es pieza clave del libro.
Para la descripción del ambiente provinciano y del entramado de la vida colectiva —lo más naturalista de la novela— Clarín utiliza técnicas como el monólogo interiorizado (el monólogo interior nace más tarde, con Joyce y Dostoyevski) y el estilo indirecto libre, que hacen que la historia sea narrada por los personajes a través de sus pensamientos y que permiten penetrar en sus interioridades. Gracias a estas técnicas y un minucioso estudio del personaje en el medio (es decir la sociedad en la que vive) los personajes adquieren una cierta profundidad psicológica.
Anécdotas
Parece ser que la pesadilla de todos los amigos y conocidos de Clarín era su letra ininteligible. Por ello recibía bastante a menudo críticas constructivas, alguna mofa o alguna queja:
Pérez Galdós: En una carta dirigida a Clarín le dice, «¡Cuán más hermoso recibir un papel lleno de garabatos y prepararse a los goces puros de la adivinación! Ir conquistando sílaba a sílaba el reino misterioso de su escritura caldea».
Emilia Pardo Bazán: «Ya tenía ganas de ver sus deliciosos garabatitos».
Clarín recibía continuamente cartas tanto para elogiarle, para insultarle o para pedir consejo y beneplácito sobre otras novelas. En una ocasión Clarín había escrito en sus Paliques que en España en aquellos años no había más que dos poetas y medio: Campoamor, Núñez de Arce y Manuel del Palacio (que se suponía era el «medio»). Este último, sintiéndose ofendido y humillado, envió a la finca de Guimerán donde se encontraba Clarín de vacaciones una larga epístola escrita en tercetos y llena de insultos. La respuesta fue dura y arrolladora. Compuso otra epístola con un número de versos aproximado a los de Palacio que tituló «A 0’50 poeta (epístola en versos con notas en prosa clara)». Toda España la leyó y toda España habló de Manuel del Palacio como el «medio poeta». Fue el regocijo de las tertulias madrileñas. El aludido no replicó y ahí terminó el asunto.
En 1891, Clarín fue elegido para concejal republicano del Ayuntamiento de Oviedo en sufragio universal. Durante la reunión del acto de nombramiento, Clarín permaneció callado, pero sus nervios se dispararon al escuchar de boca de otro concejal que leía el acta, un «haiga». El profesor se echó sobre él con tanta furia dialéctica que el concejal, avergonzado por las risas de sus compañeros y del público asistente, presentó inmediatamente su dimisión. Clarín intervino de nuevo y consiguió que retirase la renuncia.
Clarín fue padre de Leopoldo García Alas Argüelles y es el bisabuelo del jurista Leopoldo Tolivar Alas. Este último y su hermana, Ana Cristina, cedieron en depósito, gratuitamente, al Principado de Asturias, en marzo de 2010, la biblioteca familiar y archivo que conservaban, entre cuyos documentos figura el manuscrito de La Regenta.
Clarín es tío-bisabuelo del también escritor Leopoldo Alas Mínguez, fallecido el 1 de agosto de 2008.
Citas
Éste es un pequeño extracto de algunas frases escritas por Clarín en sus críticas o en su correspondencia.
«El eclecticismo de Balmes es originariamente infecundo, ya que sueña con alianzas imposibles entre sus creencias y las corrientes del siglo».
«Yo era entonces un idealista de cátedra...»
«¡Qué de famas irritantes, de escritores hueros, necios, vulgarísimos no ha habido que combatir como quien apaga un incendio, durante estos 20 años!»
«La buena crianza nos exige que no hablemos a las personas de lo que no entienden, de lo que no les interesa; que no aburramos al prójimo con las preocupaciones de nuestro egoísmo haciéndole prestar atención a nuestras gracias, aventuras y milagros».
«La buena crianza pide también que no escandalicemos a quien nos oye con desvergüenzas, blasfemias, chistes demasiado verdes, etc., etc. La buena crianza pide que no demos latas a nadie (usando una palabra que me disgusta, pero hoy muy corriente)».
Obras
Ensayos
Solos de Clarín (1881).
La literatura en 1881 (1882).
Sermón perdido (1885).
Nueva campaña (1887).
Ensayos y revistas (1892).
Palique (1894).
Novelas
Cuesta abajo (1890-1891).
La Regenta (1884–1885).
Su único hijo (1890).
Cuentos
Tal vez la faceta de la que menos se habla es su papel como gran cultivador de la novela corta, de relatos y de cuentos, formas que se desarrollan de forma extraordinaria en la literatura europea a partir de la mitad del siglo XIX. Entre las obras más destacadas de Clarín podemos señalar cronológicamente las novelas cortas Pipá, Doña Berta, Cuervo, Superchería, de los cuentos y relatos El Señor y lo demás son cuentos, Cuentos Morales, El gallo de Sócrates, obra póstuma, y Doctor Sutilis.
Dos sabios.
El dúo de la tos.
El gallo de Sócrates.
En el tren.
En la droguería.
Un voto.
Adiós, Cordera.
Boroña.
Cuentos morales.
Cuervo.
De la Comisión.
Doble vía.
Doctor Angelicus.
Don Paco del empaque.
Doña Berta.
El Señor y lo demás son cuentos.
El doctor Pértinax.
El libro y la viuda.
El oso mayor.
El sombrero del cura.
Medalla... de perro chico.
Pipá.
Speraindeo.
Superchería.
Tambor y gaita.
Teresa.
Un candidato.
Un repatriado.
Véase también
Literatura española del Realismo: El Realismo en el marco literario español.
Realismo: Visión general del movimiento.
Literatura de España: Evolución de la literatura española.
Adaptación televisiva de La Regenta.
Sergio Beser.
Referencias
1.↑ a b c «Leopoldo Alas, "Clarín"». Consultado el 14 de julio de 2008.
Bibliografía
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SÁNCHEZ, Roberto G.: «Clarín y el Romanticismo Teatral: examen de una afición». Hispanic Review 31 (1963), pp. 216–228.
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Enlaces externos
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Texto completo de la segunda edición de La Regenta en la Biblioteca Augustana Digital
Biografía de Leopoldo Alas
Exposición Bibliográfica sobre Leopoldo Alas
Leopoldo Alas en El Poder de la Palabra
Obras de Leopoldo Alas «Clarín» en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes
Obras de Leopoldo Alas (Clarín) en el Proyecto Gutenberg
Obras de Leopoldo Alas (Clarín) en Domínio Público
Edición recomendada: Castalia
Comentario de La Regenta por Mario López Asenjo (MasterLengua)
Protagonistas Femeninas en la Novela del siglo XIX: La Regenta (UNED)
Leopoldo Alas Clarín - Cuentos
Leopoldo García-Alas y Ureña «Clarín» (n. Zamora; 25 de abril de 1852 – f. Oviedo, Principado de Asturias; 13 de junio de 1901) fue un célebre escritor español.[1]
Contenido
1 Biografía
1.1 Llegada a Madrid
1.2 El Solfeo
1.3 Revista de Asturias
1.4 Doctorado y cátedra
1.5 Clarín como profesor
1.6 Caciquismo literario
1.7 Obra literaria
1.8 Enfermedad y muerte
2 Su obra cumbre: La Regenta (1884–1885)
3 Anécdotas
4 Citas
5 Obras
5.1 Ensayos
5.2 Novelas
5.3 Cuentos
6 Véase también
7 Referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Biografía
Nació el 25 de abril de 1852 en Zamora, donde se había trasladado su familia desde Oviedo, al ser nombrado su padre, Genaro García Alas, gobernador de la ciudad leonesa.[1] Leopoldo fue el tercer hijo del matrimonio.
En la casa se hablaba continuamente de Asturias y su madre, Leocadia, con cierta nostalgia, contaba relatos de aquella tierra de sus antepasados (aunque ella tenía también hondas raíces leonesas). Este ambiente influyó en gran medida en el espíritu del niño Leopoldo que desde siempre se sintió más asturiano que zamorano, aunque a lo largo de su vida conservó un cariño especial por las tierras que lo vieron nacer.
A los siete años entró a estudiar en el colegio de los jesuitas ubicado en la ciudad de León en el edificio de San Marcos (actual parador de turismo).[1] Desde el principio supo adaptarse a las normas y a la disciplina del centro de tal manera que a los pocos meses era considerado como un alumno modelo. Sus compañeros lo conocían con el mote (sobrenombre) de «el Gobernador», por alusión a la profesión de su padre. Sus biógrafos aseguran que esta etapa estudiantil engendró en Leopoldo el sentimentalismo religioso y el principio de gran disciplina moral que fueron la base de su carácter. En este primer año escolar ganó una banda azul como premio y trofeo literario. La conservó toda su vida y se encontraba entre los objetos más queridos del museo familiar.
En el verano de 1859 toda la familia regresó a Asturias. Leopoldo descubrió con sus propios ojos la geografía asturiana de la que tanto había oído hablar a su madre. Durante los años siguientes Leopoldo se encuentra en libertad por las tierras de Guimarán, propiedad de su padre, donde aprenderá directamente de la Naturaleza y de los libros que encuentra en la vieja biblioteca familiar, donde entra en contacto por primera vez con dos autores que serán sus maestros: Cervantes y Fray Luis de León.
El 4 de octubre de 1863, a la edad de once años, Leopoldo ingresa en la Universidad de Oviedo en lo que se llamaban «estudios preparatorios», matriculándose en las asignaturas de Latín, Aritmética y Doctrina Cristiana. El curso lo terminó con la nota de sobresaliente y con la adquisición de tres buenos amigos: Armando Palacio Valdés, Tomás Tuero (que fue también escritor, traductor y crítico literario) y Pío Rubín (escritor).
Llegada a Madrid
Después de finalizar sus estudios en la Universidad, se trasladó a Madrid para hacer el doctorado, alojándose en una posada de la calle de Capellanes. Allí encontró a sus amigos de Oviedo, Tuero, Palacio Valdés y Rubín. El grupo fue pronto conocido como «los de Oviedo». Los primeros tiempos en la capital no fueron satisfactorios para Leopoldo que añoraba su tierra asturiana, las montañas y la bruma.
Años atrás había entrado en España la teoría del krausismo, de la mano del jurista y filósofo español Julián Sanz del Río, que había sido discípulo en Alemania de Karl Krause. Sanz del Río fue profesor de Filosofía del Derecho ejerciendo tal influencia entre sus alumnos que éstos aplicarían el krausismo poniendo en marcha un movimiento ideológico intelectual que culminó con una gran reforma en la educación libre, con la creación de la Institución Libre de Enseñanza, no sólo en España sino también en Hispanoamérica, y en cambios relativos a la sociedad y a la política. Pero fue expulsado de la cátedra a instancias de Isabel II y alguno de sus ministros por considerar tal doctrina como peligrosa para la seguridad del régimen. Este hecho ocasionó un gran revuelo entre los jóvenes seguidores de Sanz del Río que siguieron transmitiendo sus enseñanzas a los siguientes discípulos. Krausistas destacados fueron Joaquín Costa, Francisco Pi i Margall, Nicolás Salmerón, Rafael María de Labra, Emilio Castelar y Adolfo Camus. Fue en la cátedra de este último y de Nicolás Salmerón donde Leopoldo se empapó de las ideas krausistas que hicieron nacer en él poco a poco, la duda religiosa y el escepticismo filosófico.
En la Cervecería Inglesa de Madrid se reunían en tertulia «los de Oviedo». Poco a poco el grupo se fue incrementando con jóvenes intelectuales apasionados como ellos por la libertad y las nuevas ideas. Uno de estos nuevos contertulios fue Leopoldo Cano (futuro escritor y autor de La Pasionaria). Durante aquel curso, Clarín se vio en constante lucha interior no sólo con el krausismo sino con el naturalismo literario y el liberalismo laico. Todavía tenía ciertas reservas, pero al finalizar el año, el mismo Clarín comenta que «su espíritu se había fortalecido» y había capitulado del todo, no sin antes emplear y poner su capacidad de crítico a la defensiva, actitud que ha de acompañarlo el resto de su vida.
El Solfeo
En diciembre de 1874 termina la Primera República con la caída de Emilio Castelar gracias al golpe de Manuel Pavía. Poco después del golpe, Martínez Campos iniciará la Restauración monárquica en la figura de Alfonso XII, hijo de la destronada Isabel II.
En marzo de 1875, Antonio Sánchez Pérez (no se conoce su biografía) fundó un periódico con el nombre de El Solfeo. El 5 de julio entraron en su redacción unos cuantos jóvenes, entre ellos Leopoldo Alas. El periódico pasó totalmente desapercibido y ni siquiera fue nombrado por los cronistas de la época. Su director quiso que sus colaboradores tomaran como seudónimo el nombre de un instrumento musical y así fue como Leopoldo eligió el clarín que a partir de ahí sería el alias con que firmaría todos sus artículos. La columna donde escribía tenía el título de «Azotacalles de Madrid» (Apuntes en la pared). El día 2 de octubre de 1875, el escritor firmó por primera vez como Clarín, inaugurando el espacio con el verso que el lector puede ver a continuación. De esta forma Leopoldo Alas entró en la vida literaria de la época y desde su columna empezó a lanzar duras críticas llenas de ironía contra la clase política de la Restauración.
Voy a inaugurar en verso
mis revistas de Madrid,
con un modesto romance
que tenga su retintín;
y voy a decir a ustedes
lo que les quiero decir,
mediante Dios, y mediante
el gobernador civil.
Clarín empieza a gozar de popularidad al mismo tiempo que le llegan abundantes disgustos y bastantes enemigos. Cada nuevo artículo se convierte en un nuevo escándalo, criticado o alabado en las tertulias de la Cervecería Inglesa o del Ateneo de la calle de Arenal. Clarín sigue adelante en su estilo asegurando que «el crítico que dice la verdad no medra» y que el poeta aunque sea malo «llega de redondilla en redondilla a jefe de negociado». Junto con esta actividad literaria, continúa con sus estudios, preparando el doctorado.
Revista de Asturias
Aparte del género periodístico, Clarín siente la necesidad de cultivar otros géneros literarios. Félix Aramburu (poeta y notable escritor de Derecho penal), amigo entrañable de Leopoldo era el director y editor en Oviedo de una revista llamada Revista de Asturias. Este amigo no sólo lo animó a escribir otro tipo de narraciones sino que le ofreció un lugar en su propia edición. En el verano de 1876, Clarín escribe sus primeros cuentos y algunas poesías que meses después se irán editando en la Revista ovetense. Con estas colaboraciones el gran escritor fue dándose a conocer.
Doctorado y cátedra
El 1 de julio de 1878 obtuvo Leopoldo Alas el título de doctor en Derecho civil y canónico, con la calificación de sobresaliente. Presentó su tesis doctoral sobre el tema «El derecho y la moralidad» en cuya edición puede verse la dedicatoria «A don Francisco Giner del Río, su sincero amigo y reconocido discípulo». Es el primer libro de Leopoldo que sale de una imprenta y el único en que no aparece su seudónimo Clarín.
Después de unas largas vacaciones en las tierras de Guimarán, Alas regresa a Madrid para preparar brevemente su presentación a las oposiciones que en el mes de noviembre se celebrarían en Salamanca para cubrir la plaza vacante de la cátedra de Economía Política y Estadística en la Universidad. Los sucesivos ejercicios fueron un continuo éxito para Leopoldo y hasta obtuvo el primer lugar en la terna de opositores. De estos éxitos se ocuparon los periódicos de Madrid y la noticia se dio también en la Revista de Asturias (Oviedo, nº 40, 5.XII.1878, sección «Ecos y rumores»). Pero hubo un obstáculo grave para el éxito definitivo: el conde de Toreno (Queipo de Llano) era por entonces ministro de Instrucción Pública y gozaba de un derecho de elección final del candidato. El conde de Toreno había sido blanco de las terribles sátiras de Clarín en El Solfeo, cosa que nunca olvidó y desposeyó a Clarín de la cátedra ganada, en beneficio del número dos de la terna de opositores, el señor Mantecón. Leopoldo Alas escribió una carta abierta de protesta al ministro y años después recordaría con amargura estos sucesos escribiendo: «Yo aprendí de ellos (Salmerón y Giner) a respetar convicciones, y el mayor ultraje que me hizo, tal vez sin saberlo, el conde de Toreno, al negarme una cátedra que era mía, fue la implícita sospecha de que fuese yo un libre pensador como el boticario Homais de Flaubert, capaz de apedrear y despedazar con las herejías que a mí se me ocurriesen, el fanal en que guardaran su fe mis discípulos».
Cuatro años más tarde, la Revista de Legislación y Jurisprudencia publicó en desagravio y con todos los honores el trabajo que Clarín había presentado en las oposiciones de Salamanca bajo el título de «Programa analítico de Economía política y Estadística».
El año 1882 fue para Clarín un año de suerte. El 12 de julio pudo leer en la Gaceta Oficial su nombramiento para la cátedra de Economía Política y Estadística, concedida para la Universidad de Zaragoza, y el 29 de agosto tuvo lugar su boda con Onofre García-Argüelles, en la localidad asturiana de La Laguna (valle de Langreo), en el palacio de la familia García-Argüelles. Al año siguiente regresó a Oviedo como catedrático de Derecho Romano y más tarde se ocupó también de la cátedra de Derecho Natural en la Universidad de Oviedo.
Clarín como profesor
Se decía entre sus contemporáneos que para conocer a Clarín era necesario asistir a su cátedra de Derecho Natural. Según sus propias palabras, era partidario de sugerir a sus alumnos un hábito de reflexión mejor que enseñar una ciencia a secas y no se conformaba con enseñar una serie de preceptos a aplicar en el futuro. Sus lecciones solían empezar con un precepto de Justiniano y continuaba con citas de El Quijote o de Santa Teresa, para terminar con Tolstói, Renan o San Francisco de Asís. Muchos de sus alumnos no llegaban a entender este sistema y acusaban a Clarín de ser un «hueso» (serio, estricto, exigente y por lo general con fama de suspender). Clarín estimaba a sus alumnos cuando eran capaces de entender el espíritu de sus enseñanzas antes que la letra. Tenía un sentido de la justicia muy severo a la hora de calificar y nunca aceptó ni sobornos ni recomendaciones; se lo acusaba de carecer de ningún tipo de benevolencia. La cátedra fue para Clarín una gran responsabilidad y una preocupación constante (según sus propias palabras) y se entregaba a ella con toda honestidad.
Caciquismo literario
Casi todos los biógrafos de Clarín vienen a estar de acuerdo en este punto: su caciquismo literario, algo tiránico. Desde su retiro de Oviedo llega a hacerse temer y respetar en Madrid y se da a conocer en Europa y en América. Fue un provinciano universal, aunque su ciudad, Oviedo, nunca comprendió su universalidad. Se lo consideraba como un hombrecillo nervioso y miope, que daba clases en la Universidad y que por las tardes jugaba al tresillo en el Casino. Los estudiantes lo temían por su severidad y la sociedad lo consideraba un ateo liberal.
Obra literaria
Durante los ratos libres que le dejara la cátedra de la Universidad, Clarín escribía artículos para los periódicos El Globo, La Ilustración y Madrid Cómico. Envía a los periódicos de El Imparcial y Madrid Cómico sus «Paliques» satíricos y mordaces que le proporcionarán algunos enemigos adicionales.
En 1881 se publicó el libro Solos de Clarín, que recogió los artículos de crítica literaria. El prólogo es de Echegaray. Ese mismo año, en el mes de octubre publicó en La Ilustración Gallega y Asturiana el artículo «La Universidad de Oviedo», en el que hace un elogio al claustro restaurado y formado por los profesores Buylla, Aramburu, Díaz Ordóñez, entre otros.
A los 31 años de edad escribe Clarín su obra maestra La Regenta. En junio de 1885 salió a la calle el segundo volumen de esta composición del arte literario. En 1886 se edita su primer libro de cuentos con el título de Pipá. En 1889 termina un ensayo biográfico sobre Galdós, dentro de una serie titulada «Celebridades españolas contemporáneas». A finales de junio de 1891, el editor Fernando Fe saca a la luz la segunda novela larga de Clarín: Su único hijo.
En 1892 Clarín pasa por una crisis de personalidad y religiosa en que, según sus palabras, trata de encontrar a su yo y a Dios. Poco después dejó reflejar dicha crisis en su cuento Cambio de Luz, cuyo protagonista Jorge Arial representa al autor y sus preocupaciones, sus dudas religiosas y su escepticismo filosófico. Clarín define a este personaje como «místico vergonzante».
En 1894 se despertó su afición por el teatro por influencia de sus amigos la actriz María Guerrero y el dramaturgo Echegaray. Los biógrafos dicen que es un contrasentido en un hombre amante de la realidad y enemigo de la farsa. Por eso su primera obra teatral Teresa (ensayo dramático en un acto y en prosa) es una página real de su propia vida. Se publicó y se estrenó el 20 de marzo, en el teatro Español de Madrid, en homenaje que se daba a la actriz María Guerrero. La obra resultó un rotundo fracaso, argumentando los críticos que carecía de arquitectura escénica y que tenía todos los defectos de un escritor novato.
Durante los últimos años de su vida, Clarín recibe gran cantidad de ofertas para colaboraciones así como peticiones de autorización para traducir su obra en nuevas ediciones. En 1900, la Casa Maucci de Barcelona, le encarga la traducción de la novela de Émile Zola Trabajo. La retribución es buena y Clarín piensa que una traducción no le dará tanto trabajo como escribir. Pero los tecnicismos y palabras difíciles del escritor francés, unido al perfeccionismo de Clarín hacen que el trabajo se alargue durante meses, agotando la poca salud que tenía en aquellos años. Traduce día y noche para cumplir con la fecha indicada por la editorial, agotado pero contento de poder contribuir en dar a conocer al «pensador más ultrajado de todo el siglo XIX».
Enfermedad y muerte
Clarín venía arrastrando su enfermedad desde años atrás y en los primeros meses de 1901 se sentía ya exhausto. En el mes de mayo viajó a León, invitado por su primo Ureña, con motivo de los festejos que se celebraron por haberse terminado la reconstrucción de la catedral. En esta ciudad revivió su infancia y fue agasajado y querido por muchas personalidades. A su vuelta comentó: "En León pasé horas verdaderamente felices".
Una vez de vuelta a Oviedo sintió de nuevo y muy cercana su enfermedad. Allí fue acompañado constantemente por su sobrino el joven médico Alfredo Martínez, que le diagnosticó una tuberculosis intestinal en último grado, enfermedad incurable en aquella época.
El 13 de junio de 1901, a las siete de la mañana, murió Leopoldo Alas, a la edad de cuarenta y nueve años. El féretro fue velado en el claustro de la Universidad donde acudieron profesores, amigos y familiares del escritor. Al día siguiente fue enterrado en el cementerio de El Salvador.
En Madrid, el escritor Bonafoux (mediocre escritor según Clarín y otros colegas de la época), fiel enemigo hasta la muerte, preparó el artículo necrológico en que añadió estas palabras: «Yo he sido el primero en alegrarme de la muerte de Clarín. […] En su entierro se escuchó el silencio que se escucha en los entierros de los tiranos».
Su obra cumbre: La Regenta (1884–1885)
Obra de gran extensión, ostenta cierta declarada semejanza con Madame Bovary, de Flaubert, y Ana Karenina, de Tolstoi, influencia a la que habría que añadir la del naturalismo y la del krausismo (corriente filosófica que pretendía la regeneración cultural y moral de España).
La Regenta se destaca por su gran riqueza de personajes y planos secundarios,así como el uso de la técnica del fluir de los recuerdos, mientras que el retrato de la protagonista queda delicadamente desenfocado y vago. Por otra parte, aquí la caída de la señora provinciana tiene lugar entre dos cortejadores muy diversos: el más seductor galán de la ciudad, que acaba triunfando, y un canónigo de la catedral. El retrato de este canónigo es pieza clave del libro.
Para la descripción del ambiente provinciano y del entramado de la vida colectiva —lo más naturalista de la novela— Clarín utiliza técnicas como el monólogo interiorizado (el monólogo interior nace más tarde, con Joyce y Dostoyevski) y el estilo indirecto libre, que hacen que la historia sea narrada por los personajes a través de sus pensamientos y que permiten penetrar en sus interioridades. Gracias a estas técnicas y un minucioso estudio del personaje en el medio (es decir la sociedad en la que vive) los personajes adquieren una cierta profundidad psicológica.
Anécdotas
Parece ser que la pesadilla de todos los amigos y conocidos de Clarín era su letra ininteligible. Por ello recibía bastante a menudo críticas constructivas, alguna mofa o alguna queja:
Pérez Galdós: En una carta dirigida a Clarín le dice, «¡Cuán más hermoso recibir un papel lleno de garabatos y prepararse a los goces puros de la adivinación! Ir conquistando sílaba a sílaba el reino misterioso de su escritura caldea».
Emilia Pardo Bazán: «Ya tenía ganas de ver sus deliciosos garabatitos».
Clarín recibía continuamente cartas tanto para elogiarle, para insultarle o para pedir consejo y beneplácito sobre otras novelas. En una ocasión Clarín había escrito en sus Paliques que en España en aquellos años no había más que dos poetas y medio: Campoamor, Núñez de Arce y Manuel del Palacio (que se suponía era el «medio»). Este último, sintiéndose ofendido y humillado, envió a la finca de Guimerán donde se encontraba Clarín de vacaciones una larga epístola escrita en tercetos y llena de insultos. La respuesta fue dura y arrolladora. Compuso otra epístola con un número de versos aproximado a los de Palacio que tituló «A 0’50 poeta (epístola en versos con notas en prosa clara)». Toda España la leyó y toda España habló de Manuel del Palacio como el «medio poeta». Fue el regocijo de las tertulias madrileñas. El aludido no replicó y ahí terminó el asunto.
En 1891, Clarín fue elegido para concejal republicano del Ayuntamiento de Oviedo en sufragio universal. Durante la reunión del acto de nombramiento, Clarín permaneció callado, pero sus nervios se dispararon al escuchar de boca de otro concejal que leía el acta, un «haiga». El profesor se echó sobre él con tanta furia dialéctica que el concejal, avergonzado por las risas de sus compañeros y del público asistente, presentó inmediatamente su dimisión. Clarín intervino de nuevo y consiguió que retirase la renuncia.
Clarín fue padre de Leopoldo García Alas Argüelles y es el bisabuelo del jurista Leopoldo Tolivar Alas. Este último y su hermana, Ana Cristina, cedieron en depósito, gratuitamente, al Principado de Asturias, en marzo de 2010, la biblioteca familiar y archivo que conservaban, entre cuyos documentos figura el manuscrito de La Regenta.
Clarín es tío-bisabuelo del también escritor Leopoldo Alas Mínguez, fallecido el 1 de agosto de 2008.
Citas
Éste es un pequeño extracto de algunas frases escritas por Clarín en sus críticas o en su correspondencia.
«El eclecticismo de Balmes es originariamente infecundo, ya que sueña con alianzas imposibles entre sus creencias y las corrientes del siglo».
«Yo era entonces un idealista de cátedra...»
«¡Qué de famas irritantes, de escritores hueros, necios, vulgarísimos no ha habido que combatir como quien apaga un incendio, durante estos 20 años!»
«La buena crianza nos exige que no hablemos a las personas de lo que no entienden, de lo que no les interesa; que no aburramos al prójimo con las preocupaciones de nuestro egoísmo haciéndole prestar atención a nuestras gracias, aventuras y milagros».
«La buena crianza pide también que no escandalicemos a quien nos oye con desvergüenzas, blasfemias, chistes demasiado verdes, etc., etc. La buena crianza pide que no demos latas a nadie (usando una palabra que me disgusta, pero hoy muy corriente)».
Obras
Ensayos
Solos de Clarín (1881).
La literatura en 1881 (1882).
Sermón perdido (1885).
Nueva campaña (1887).
Ensayos y revistas (1892).
Palique (1894).
Novelas
Cuesta abajo (1890-1891).
La Regenta (1884–1885).
Su único hijo (1890).
Cuentos
Tal vez la faceta de la que menos se habla es su papel como gran cultivador de la novela corta, de relatos y de cuentos, formas que se desarrollan de forma extraordinaria en la literatura europea a partir de la mitad del siglo XIX. Entre las obras más destacadas de Clarín podemos señalar cronológicamente las novelas cortas Pipá, Doña Berta, Cuervo, Superchería, de los cuentos y relatos El Señor y lo demás son cuentos, Cuentos Morales, El gallo de Sócrates, obra póstuma, y Doctor Sutilis.
Dos sabios.
El dúo de la tos.
El gallo de Sócrates.
En el tren.
En la droguería.
Un voto.
Adiós, Cordera.
Boroña.
Cuentos morales.
Cuervo.
De la Comisión.
Doble vía.
Doctor Angelicus.
Don Paco del empaque.
Doña Berta.
El Señor y lo demás son cuentos.
El doctor Pértinax.
El libro y la viuda.
El oso mayor.
El sombrero del cura.
Medalla... de perro chico.
Pipá.
Speraindeo.
Superchería.
Tambor y gaita.
Teresa.
Un candidato.
Un repatriado.
Véase también
Literatura española del Realismo: El Realismo en el marco literario español.
Realismo: Visión general del movimiento.
Literatura de España: Evolución de la literatura española.
Adaptación televisiva de La Regenta.
Sergio Beser.
Referencias
1.↑ a b c «Leopoldo Alas, "Clarín"». Consultado el 14 de julio de 2008.
Bibliografía
Obras selectas de Leopoldo Alas «Clarín». Biblioteca Nueva, Madrid, 1966. Depósito legal: M. 17673. Autor de los datos biográficos: Juan Antonio Cabezas, Madrid, 1947.
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Enlaces externos
Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Leopoldo Alas «Clarín». Wikiquote
Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Leopoldo Alas «Clarín».Commons
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Texto completo de la segunda edición de La Regenta en la Biblioteca Augustana Digital
Biografía de Leopoldo Alas
Exposición Bibliográfica sobre Leopoldo Alas
Leopoldo Alas en El Poder de la Palabra
Obras de Leopoldo Alas «Clarín» en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes
Obras de Leopoldo Alas (Clarín) en el Proyecto Gutenberg
Obras de Leopoldo Alas (Clarín) en Domínio Público
Edición recomendada: Pipá (Cátedra)
Contenido
1 Biografía
1.1 Llegada a Madrid
1.2 El Solfeo
1.3 Revista de Asturias
1.4 Doctorado y cátedra
1.5 Clarín como profesor
1.6 Caciquismo literario
1.7 Obra literaria
1.8 Enfermedad y muerte
2 Su obra cumbre: La Regenta (1884–1885)
3 Anécdotas
4 Citas
5 Obras
5.1 Ensayos
5.2 Novelas
5.3 Cuentos
6 Véase también
7 Referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Biografía
Nació el 25 de abril de 1852 en Zamora, donde se había trasladado su familia desde Oviedo, al ser nombrado su padre, Genaro García Alas, gobernador de la ciudad leonesa.[1] Leopoldo fue el tercer hijo del matrimonio.
En la casa se hablaba continuamente de Asturias y su madre, Leocadia, con cierta nostalgia, contaba relatos de aquella tierra de sus antepasados (aunque ella tenía también hondas raíces leonesas). Este ambiente influyó en gran medida en el espíritu del niño Leopoldo que desde siempre se sintió más asturiano que zamorano, aunque a lo largo de su vida conservó un cariño especial por las tierras que lo vieron nacer.
A los siete años entró a estudiar en el colegio de los jesuitas ubicado en la ciudad de León en el edificio de San Marcos (actual parador de turismo).[1] Desde el principio supo adaptarse a las normas y a la disciplina del centro de tal manera que a los pocos meses era considerado como un alumno modelo. Sus compañeros lo conocían con el mote (sobrenombre) de «el Gobernador», por alusión a la profesión de su padre. Sus biógrafos aseguran que esta etapa estudiantil engendró en Leopoldo el sentimentalismo religioso y el principio de gran disciplina moral que fueron la base de su carácter. En este primer año escolar ganó una banda azul como premio y trofeo literario. La conservó toda su vida y se encontraba entre los objetos más queridos del museo familiar.
En el verano de 1859 toda la familia regresó a Asturias. Leopoldo descubrió con sus propios ojos la geografía asturiana de la que tanto había oído hablar a su madre. Durante los años siguientes Leopoldo se encuentra en libertad por las tierras de Guimarán, propiedad de su padre, donde aprenderá directamente de la Naturaleza y de los libros que encuentra en la vieja biblioteca familiar, donde entra en contacto por primera vez con dos autores que serán sus maestros: Cervantes y Fray Luis de León.
El 4 de octubre de 1863, a la edad de once años, Leopoldo ingresa en la Universidad de Oviedo en lo que se llamaban «estudios preparatorios», matriculándose en las asignaturas de Latín, Aritmética y Doctrina Cristiana. El curso lo terminó con la nota de sobresaliente y con la adquisición de tres buenos amigos: Armando Palacio Valdés, Tomás Tuero (que fue también escritor, traductor y crítico literario) y Pío Rubín (escritor).
Llegada a Madrid
Después de finalizar sus estudios en la Universidad, se trasladó a Madrid para hacer el doctorado, alojándose en una posada de la calle de Capellanes. Allí encontró a sus amigos de Oviedo, Tuero, Palacio Valdés y Rubín. El grupo fue pronto conocido como «los de Oviedo». Los primeros tiempos en la capital no fueron satisfactorios para Leopoldo que añoraba su tierra asturiana, las montañas y la bruma.
Años atrás había entrado en España la teoría del krausismo, de la mano del jurista y filósofo español Julián Sanz del Río, que había sido discípulo en Alemania de Karl Krause. Sanz del Río fue profesor de Filosofía del Derecho ejerciendo tal influencia entre sus alumnos que éstos aplicarían el krausismo poniendo en marcha un movimiento ideológico intelectual que culminó con una gran reforma en la educación libre, con la creación de la Institución Libre de Enseñanza, no sólo en España sino también en Hispanoamérica, y en cambios relativos a la sociedad y a la política. Pero fue expulsado de la cátedra a instancias de Isabel II y alguno de sus ministros por considerar tal doctrina como peligrosa para la seguridad del régimen. Este hecho ocasionó un gran revuelo entre los jóvenes seguidores de Sanz del Río que siguieron transmitiendo sus enseñanzas a los siguientes discípulos. Krausistas destacados fueron Joaquín Costa, Francisco Pi i Margall, Nicolás Salmerón, Rafael María de Labra, Emilio Castelar y Adolfo Camus. Fue en la cátedra de este último y de Nicolás Salmerón donde Leopoldo se empapó de las ideas krausistas que hicieron nacer en él poco a poco, la duda religiosa y el escepticismo filosófico.
En la Cervecería Inglesa de Madrid se reunían en tertulia «los de Oviedo». Poco a poco el grupo se fue incrementando con jóvenes intelectuales apasionados como ellos por la libertad y las nuevas ideas. Uno de estos nuevos contertulios fue Leopoldo Cano (futuro escritor y autor de La Pasionaria). Durante aquel curso, Clarín se vio en constante lucha interior no sólo con el krausismo sino con el naturalismo literario y el liberalismo laico. Todavía tenía ciertas reservas, pero al finalizar el año, el mismo Clarín comenta que «su espíritu se había fortalecido» y había capitulado del todo, no sin antes emplear y poner su capacidad de crítico a la defensiva, actitud que ha de acompañarlo el resto de su vida.
El Solfeo
En diciembre de 1874 termina la Primera República con la caída de Emilio Castelar gracias al golpe de Manuel Pavía. Poco después del golpe, Martínez Campos iniciará la Restauración monárquica en la figura de Alfonso XII, hijo de la destronada Isabel II.
En marzo de 1875, Antonio Sánchez Pérez (no se conoce su biografía) fundó un periódico con el nombre de El Solfeo. El 5 de julio entraron en su redacción unos cuantos jóvenes, entre ellos Leopoldo Alas. El periódico pasó totalmente desapercibido y ni siquiera fue nombrado por los cronistas de la época. Su director quiso que sus colaboradores tomaran como seudónimo el nombre de un instrumento musical y así fue como Leopoldo eligió el clarín que a partir de ahí sería el alias con que firmaría todos sus artículos. La columna donde escribía tenía el título de «Azotacalles de Madrid» (Apuntes en la pared). El día 2 de octubre de 1875, el escritor firmó por primera vez como Clarín, inaugurando el espacio con el verso que el lector puede ver a continuación. De esta forma Leopoldo Alas entró en la vida literaria de la época y desde su columna empezó a lanzar duras críticas llenas de ironía contra la clase política de la Restauración.
Voy a inaugurar en verso
mis revistas de Madrid,
con un modesto romance
que tenga su retintín;
y voy a decir a ustedes
lo que les quiero decir,
mediante Dios, y mediante
el gobernador civil.
Clarín empieza a gozar de popularidad al mismo tiempo que le llegan abundantes disgustos y bastantes enemigos. Cada nuevo artículo se convierte en un nuevo escándalo, criticado o alabado en las tertulias de la Cervecería Inglesa o del Ateneo de la calle de Arenal. Clarín sigue adelante en su estilo asegurando que «el crítico que dice la verdad no medra» y que el poeta aunque sea malo «llega de redondilla en redondilla a jefe de negociado». Junto con esta actividad literaria, continúa con sus estudios, preparando el doctorado.
Revista de Asturias
Aparte del género periodístico, Clarín siente la necesidad de cultivar otros géneros literarios. Félix Aramburu (poeta y notable escritor de Derecho penal), amigo entrañable de Leopoldo era el director y editor en Oviedo de una revista llamada Revista de Asturias. Este amigo no sólo lo animó a escribir otro tipo de narraciones sino que le ofreció un lugar en su propia edición. En el verano de 1876, Clarín escribe sus primeros cuentos y algunas poesías que meses después se irán editando en la Revista ovetense. Con estas colaboraciones el gran escritor fue dándose a conocer.
Doctorado y cátedra
El 1 de julio de 1878 obtuvo Leopoldo Alas el título de doctor en Derecho civil y canónico, con la calificación de sobresaliente. Presentó su tesis doctoral sobre el tema «El derecho y la moralidad» en cuya edición puede verse la dedicatoria «A don Francisco Giner del Río, su sincero amigo y reconocido discípulo». Es el primer libro de Leopoldo que sale de una imprenta y el único en que no aparece su seudónimo Clarín.
Después de unas largas vacaciones en las tierras de Guimarán, Alas regresa a Madrid para preparar brevemente su presentación a las oposiciones que en el mes de noviembre se celebrarían en Salamanca para cubrir la plaza vacante de la cátedra de Economía Política y Estadística en la Universidad. Los sucesivos ejercicios fueron un continuo éxito para Leopoldo y hasta obtuvo el primer lugar en la terna de opositores. De estos éxitos se ocuparon los periódicos de Madrid y la noticia se dio también en la Revista de Asturias (Oviedo, nº 40, 5.XII.1878, sección «Ecos y rumores»). Pero hubo un obstáculo grave para el éxito definitivo: el conde de Toreno (Queipo de Llano) era por entonces ministro de Instrucción Pública y gozaba de un derecho de elección final del candidato. El conde de Toreno había sido blanco de las terribles sátiras de Clarín en El Solfeo, cosa que nunca olvidó y desposeyó a Clarín de la cátedra ganada, en beneficio del número dos de la terna de opositores, el señor Mantecón. Leopoldo Alas escribió una carta abierta de protesta al ministro y años después recordaría con amargura estos sucesos escribiendo: «Yo aprendí de ellos (Salmerón y Giner) a respetar convicciones, y el mayor ultraje que me hizo, tal vez sin saberlo, el conde de Toreno, al negarme una cátedra que era mía, fue la implícita sospecha de que fuese yo un libre pensador como el boticario Homais de Flaubert, capaz de apedrear y despedazar con las herejías que a mí se me ocurriesen, el fanal en que guardaran su fe mis discípulos».
Cuatro años más tarde, la Revista de Legislación y Jurisprudencia publicó en desagravio y con todos los honores el trabajo que Clarín había presentado en las oposiciones de Salamanca bajo el título de «Programa analítico de Economía política y Estadística».
El año 1882 fue para Clarín un año de suerte. El 12 de julio pudo leer en la Gaceta Oficial su nombramiento para la cátedra de Economía Política y Estadística, concedida para la Universidad de Zaragoza, y el 29 de agosto tuvo lugar su boda con Onofre García-Argüelles, en la localidad asturiana de La Laguna (valle de Langreo), en el palacio de la familia García-Argüelles. Al año siguiente regresó a Oviedo como catedrático de Derecho Romano y más tarde se ocupó también de la cátedra de Derecho Natural en la Universidad de Oviedo.
Clarín como profesor
Se decía entre sus contemporáneos que para conocer a Clarín era necesario asistir a su cátedra de Derecho Natural. Según sus propias palabras, era partidario de sugerir a sus alumnos un hábito de reflexión mejor que enseñar una ciencia a secas y no se conformaba con enseñar una serie de preceptos a aplicar en el futuro. Sus lecciones solían empezar con un precepto de Justiniano y continuaba con citas de El Quijote o de Santa Teresa, para terminar con Tolstói, Renan o San Francisco de Asís. Muchos de sus alumnos no llegaban a entender este sistema y acusaban a Clarín de ser un «hueso» (serio, estricto, exigente y por lo general con fama de suspender). Clarín estimaba a sus alumnos cuando eran capaces de entender el espíritu de sus enseñanzas antes que la letra. Tenía un sentido de la justicia muy severo a la hora de calificar y nunca aceptó ni sobornos ni recomendaciones; se lo acusaba de carecer de ningún tipo de benevolencia. La cátedra fue para Clarín una gran responsabilidad y una preocupación constante (según sus propias palabras) y se entregaba a ella con toda honestidad.
Caciquismo literario
Casi todos los biógrafos de Clarín vienen a estar de acuerdo en este punto: su caciquismo literario, algo tiránico. Desde su retiro de Oviedo llega a hacerse temer y respetar en Madrid y se da a conocer en Europa y en América. Fue un provinciano universal, aunque su ciudad, Oviedo, nunca comprendió su universalidad. Se lo consideraba como un hombrecillo nervioso y miope, que daba clases en la Universidad y que por las tardes jugaba al tresillo en el Casino. Los estudiantes lo temían por su severidad y la sociedad lo consideraba un ateo liberal.
Obra literaria
Durante los ratos libres que le dejara la cátedra de la Universidad, Clarín escribía artículos para los periódicos El Globo, La Ilustración y Madrid Cómico. Envía a los periódicos de El Imparcial y Madrid Cómico sus «Paliques» satíricos y mordaces que le proporcionarán algunos enemigos adicionales.
En 1881 se publicó el libro Solos de Clarín, que recogió los artículos de crítica literaria. El prólogo es de Echegaray. Ese mismo año, en el mes de octubre publicó en La Ilustración Gallega y Asturiana el artículo «La Universidad de Oviedo», en el que hace un elogio al claustro restaurado y formado por los profesores Buylla, Aramburu, Díaz Ordóñez, entre otros.
A los 31 años de edad escribe Clarín su obra maestra La Regenta. En junio de 1885 salió a la calle el segundo volumen de esta composición del arte literario. En 1886 se edita su primer libro de cuentos con el título de Pipá. En 1889 termina un ensayo biográfico sobre Galdós, dentro de una serie titulada «Celebridades españolas contemporáneas». A finales de junio de 1891, el editor Fernando Fe saca a la luz la segunda novela larga de Clarín: Su único hijo.
En 1892 Clarín pasa por una crisis de personalidad y religiosa en que, según sus palabras, trata de encontrar a su yo y a Dios. Poco después dejó reflejar dicha crisis en su cuento Cambio de Luz, cuyo protagonista Jorge Arial representa al autor y sus preocupaciones, sus dudas religiosas y su escepticismo filosófico. Clarín define a este personaje como «místico vergonzante».
En 1894 se despertó su afición por el teatro por influencia de sus amigos la actriz María Guerrero y el dramaturgo Echegaray. Los biógrafos dicen que es un contrasentido en un hombre amante de la realidad y enemigo de la farsa. Por eso su primera obra teatral Teresa (ensayo dramático en un acto y en prosa) es una página real de su propia vida. Se publicó y se estrenó el 20 de marzo, en el teatro Español de Madrid, en homenaje que se daba a la actriz María Guerrero. La obra resultó un rotundo fracaso, argumentando los críticos que carecía de arquitectura escénica y que tenía todos los defectos de un escritor novato.
Durante los últimos años de su vida, Clarín recibe gran cantidad de ofertas para colaboraciones así como peticiones de autorización para traducir su obra en nuevas ediciones. En 1900, la Casa Maucci de Barcelona, le encarga la traducción de la novela de Émile Zola Trabajo. La retribución es buena y Clarín piensa que una traducción no le dará tanto trabajo como escribir. Pero los tecnicismos y palabras difíciles del escritor francés, unido al perfeccionismo de Clarín hacen que el trabajo se alargue durante meses, agotando la poca salud que tenía en aquellos años. Traduce día y noche para cumplir con la fecha indicada por la editorial, agotado pero contento de poder contribuir en dar a conocer al «pensador más ultrajado de todo el siglo XIX».
Enfermedad y muerte
Clarín venía arrastrando su enfermedad desde años atrás y en los primeros meses de 1901 se sentía ya exhausto. En el mes de mayo viajó a León, invitado por su primo Ureña, con motivo de los festejos que se celebraron por haberse terminado la reconstrucción de la catedral. En esta ciudad revivió su infancia y fue agasajado y querido por muchas personalidades. A su vuelta comentó: "En León pasé horas verdaderamente felices".
Una vez de vuelta a Oviedo sintió de nuevo y muy cercana su enfermedad. Allí fue acompañado constantemente por su sobrino el joven médico Alfredo Martínez, que le diagnosticó una tuberculosis intestinal en último grado, enfermedad incurable en aquella época.
El 13 de junio de 1901, a las siete de la mañana, murió Leopoldo Alas, a la edad de cuarenta y nueve años. El féretro fue velado en el claustro de la Universidad donde acudieron profesores, amigos y familiares del escritor. Al día siguiente fue enterrado en el cementerio de El Salvador.
En Madrid, el escritor Bonafoux (mediocre escritor según Clarín y otros colegas de la época), fiel enemigo hasta la muerte, preparó el artículo necrológico en que añadió estas palabras: «Yo he sido el primero en alegrarme de la muerte de Clarín. […] En su entierro se escuchó el silencio que se escucha en los entierros de los tiranos».
Su obra cumbre: La Regenta (1884–1885)
Obra de gran extensión, ostenta cierta declarada semejanza con Madame Bovary, de Flaubert, y Ana Karenina, de Tolstoi, influencia a la que habría que añadir la del naturalismo y la del krausismo (corriente filosófica que pretendía la regeneración cultural y moral de España).
La Regenta se destaca por su gran riqueza de personajes y planos secundarios,así como el uso de la técnica del fluir de los recuerdos, mientras que el retrato de la protagonista queda delicadamente desenfocado y vago. Por otra parte, aquí la caída de la señora provinciana tiene lugar entre dos cortejadores muy diversos: el más seductor galán de la ciudad, que acaba triunfando, y un canónigo de la catedral. El retrato de este canónigo es pieza clave del libro.
Para la descripción del ambiente provinciano y del entramado de la vida colectiva —lo más naturalista de la novela— Clarín utiliza técnicas como el monólogo interiorizado (el monólogo interior nace más tarde, con Joyce y Dostoyevski) y el estilo indirecto libre, que hacen que la historia sea narrada por los personajes a través de sus pensamientos y que permiten penetrar en sus interioridades. Gracias a estas técnicas y un minucioso estudio del personaje en el medio (es decir la sociedad en la que vive) los personajes adquieren una cierta profundidad psicológica.
Anécdotas
Parece ser que la pesadilla de todos los amigos y conocidos de Clarín era su letra ininteligible. Por ello recibía bastante a menudo críticas constructivas, alguna mofa o alguna queja:
Pérez Galdós: En una carta dirigida a Clarín le dice, «¡Cuán más hermoso recibir un papel lleno de garabatos y prepararse a los goces puros de la adivinación! Ir conquistando sílaba a sílaba el reino misterioso de su escritura caldea».
Emilia Pardo Bazán: «Ya tenía ganas de ver sus deliciosos garabatitos».
Clarín recibía continuamente cartas tanto para elogiarle, para insultarle o para pedir consejo y beneplácito sobre otras novelas. En una ocasión Clarín había escrito en sus Paliques que en España en aquellos años no había más que dos poetas y medio: Campoamor, Núñez de Arce y Manuel del Palacio (que se suponía era el «medio»). Este último, sintiéndose ofendido y humillado, envió a la finca de Guimerán donde se encontraba Clarín de vacaciones una larga epístola escrita en tercetos y llena de insultos. La respuesta fue dura y arrolladora. Compuso otra epístola con un número de versos aproximado a los de Palacio que tituló «A 0’50 poeta (epístola en versos con notas en prosa clara)». Toda España la leyó y toda España habló de Manuel del Palacio como el «medio poeta». Fue el regocijo de las tertulias madrileñas. El aludido no replicó y ahí terminó el asunto.
En 1891, Clarín fue elegido para concejal republicano del Ayuntamiento de Oviedo en sufragio universal. Durante la reunión del acto de nombramiento, Clarín permaneció callado, pero sus nervios se dispararon al escuchar de boca de otro concejal que leía el acta, un «haiga». El profesor se echó sobre él con tanta furia dialéctica que el concejal, avergonzado por las risas de sus compañeros y del público asistente, presentó inmediatamente su dimisión. Clarín intervino de nuevo y consiguió que retirase la renuncia.
Clarín fue padre de Leopoldo García Alas Argüelles y es el bisabuelo del jurista Leopoldo Tolivar Alas. Este último y su hermana, Ana Cristina, cedieron en depósito, gratuitamente, al Principado de Asturias, en marzo de 2010, la biblioteca familiar y archivo que conservaban, entre cuyos documentos figura el manuscrito de La Regenta.
Clarín es tío-bisabuelo del también escritor Leopoldo Alas Mínguez, fallecido el 1 de agosto de 2008.
Citas
Éste es un pequeño extracto de algunas frases escritas por Clarín en sus críticas o en su correspondencia.
«El eclecticismo de Balmes es originariamente infecundo, ya que sueña con alianzas imposibles entre sus creencias y las corrientes del siglo».
«Yo era entonces un idealista de cátedra...»
«¡Qué de famas irritantes, de escritores hueros, necios, vulgarísimos no ha habido que combatir como quien apaga un incendio, durante estos 20 años!»
«La buena crianza nos exige que no hablemos a las personas de lo que no entienden, de lo que no les interesa; que no aburramos al prójimo con las preocupaciones de nuestro egoísmo haciéndole prestar atención a nuestras gracias, aventuras y milagros».
«La buena crianza pide también que no escandalicemos a quien nos oye con desvergüenzas, blasfemias, chistes demasiado verdes, etc., etc. La buena crianza pide que no demos latas a nadie (usando una palabra que me disgusta, pero hoy muy corriente)».
Obras
Ensayos
Solos de Clarín (1881).
La literatura en 1881 (1882).
Sermón perdido (1885).
Nueva campaña (1887).
Ensayos y revistas (1892).
Palique (1894).
Novelas
Cuesta abajo (1890-1891).
La Regenta (1884–1885).
Su único hijo (1890).
Cuentos
Tal vez la faceta de la que menos se habla es su papel como gran cultivador de la novela corta, de relatos y de cuentos, formas que se desarrollan de forma extraordinaria en la literatura europea a partir de la mitad del siglo XIX. Entre las obras más destacadas de Clarín podemos señalar cronológicamente las novelas cortas Pipá, Doña Berta, Cuervo, Superchería, de los cuentos y relatos El Señor y lo demás son cuentos, Cuentos Morales, El gallo de Sócrates, obra póstuma, y Doctor Sutilis.
Dos sabios.
El dúo de la tos.
El gallo de Sócrates.
En el tren.
En la droguería.
Un voto.
Adiós, Cordera.
Boroña.
Cuentos morales.
Cuervo.
De la Comisión.
Doble vía.
Doctor Angelicus.
Don Paco del empaque.
Doña Berta.
El Señor y lo demás son cuentos.
El doctor Pértinax.
El libro y la viuda.
El oso mayor.
El sombrero del cura.
Medalla... de perro chico.
Pipá.
Speraindeo.
Superchería.
Tambor y gaita.
Teresa.
Un candidato.
Un repatriado.
Véase también
Literatura española del Realismo: El Realismo en el marco literario español.
Realismo: Visión general del movimiento.
Literatura de España: Evolución de la literatura española.
Adaptación televisiva de La Regenta.
Sergio Beser.
Referencias
1.↑ a b c «Leopoldo Alas, "Clarín"». Consultado el 14 de julio de 2008.
Bibliografía
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DURAND, Frank: “Structural Unity in Leopoldo Alas’ La Regenta”. Hispanic Review 31 (1963), pp. 324–335.
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