TEXTO
La
introducción del uniforme escolar en los centros públicos no es una medida
anodina. Puede herir sensiblidades, dar lugar a conflictos o abrir un debate
más amplio sobre un orden social dado. Desde un punto de vista psicológico,
atañe a la sempiterna tensión entre la necesidad de ser al mismo tiempo
semejante y diferente de los demás. Los argumentos a favor del uniforme son
numerosos y conocidos. Se imagina como un freno al marquismo, a ver los
centros escolares como una pasarela. Desde una perspectiva psicosocial, se
añade que el uniforme acabaría con la comparación entre los alumnos, se
destronaría el estilo de vestir como signo de diferencias sociales, económicas,
étnicas, religiosas, nacionales o incluso entre pandillas. Se cree también que favorece
la disciplina, y la concentración. No faltan tampoco razones de tipo económico
o de sentido práctico.
Pero
vestir de uniforme tiene tras sí una larga historia. Recordemos, por ejemplo,
cómo el cuello Mao se impuso a 900 millones de habitantes. El uniforme ha sido
un instrumento para establecer jerarquías y distancias entre clases o entre
castas. En suma, el uniforme trae a la memoria lo militar, la penitenciaría, la
hospitalización, el internado. Evoca la despersonalización, lo homogéneo, la
falta de iniciativa y de autonomía o la ausencia de sensibilidad estética.
Suele oponerse a modernidad, innovación y juventud.
(Juan Antonio Pérez,
“Una reflexión psicosocial”, El País, 17 de junio de 2008.)
1. Enuncia el tema (0,75 puntos):
Polémica por el empleo del
uniforme escolar en los centros educativos públicos.
2. Comenta las características lingüísticas
y estilísticas del texto (1,75 puntos):
Desde
el punto de vista organizativo, este artículo presenta una estructura de problema y consecuencia (sin solución) al principio
del texto, pues el problema es la posible implantación de la uniformidad en los
centros escolares públicos y la consecuencia inmediata es la polémica que ha
generado en el seno de la sociedad. En este sentido la idea principal se
encuentra también al principio del texto, de tal manera que podríamos hablar de
una organización o estructura deductiva.
En
cuanto a la estructura externa, el
texto se puede dividir en dos partes, que corresponden a una introducción o
planteamiento inicial en donde se plantea la tesis (l. 1-4) y el cuerpo de la
argumentación (l. 4-13), en donde el articulista expone los “pros” (l. 4-8):
motivos económicos, eliminación del “marquismo” en las aulas y de cualquier
otro tipo de diferencia, y fomento de la disciplina derivada del uso de la
uniformidad, y los “contras” (l. 9-13): la uniformidad es una aliada de las
diferencias sociales y de determinadas ideologías, recuerda lo carcelario, lo
militar, la imposición dictatorial del pueblo de Mao o la reclusión de un
internado, representa la privación de libertad y se opone a lo moderno y
juvenil. Si observamos detenidamente el texto, el autor nos va conduciendo de
forma hábil hacia la postura que él comparte, que no otra que aquella que está
en contra de la implantación de la uniformidad en la enseñanza pública. Y esto
se confirma cuando, a modo de conclusión empieza a cerrar el texto y recapitula
los argumentos anteriormente expuestos, recalcando los argumentos en contra:
"En suma, el uniforme trae a la memoria lo militar, la penitenciaría, la
hospitalización, el internado. Evoca la despersonalización, lo homogéneo, la
falta de iniciativa y de autonomía o la ausencia de sensibilidad estética.
Suele oponerse a modernidad, innovación y juventud". Sobre el cuerpo
argumentativo hay que añadir que fundamentalmente utiliza argumentos de
ejemplificación y hace referencia a un hecho histórico constatado: la
imposición del cuello Mao a todos los chinos durante la época de gobierno de
Mao Zedong para reforzar la idea de ausencia de libertad.
En
cuanto al nivel lingüístico del texto,
el autor se sitúa en el nivel culto-estándar de la lengua, ya que, aunque en el
texto aparecen algunos cultismos como “sempiterna” (l. 3) (adj. Que durará
siempre; que, habiendo tenido principio, no tendrá fin) o “psicosocial” (l. 5),
aparecen, en general, construcciones sencillas y un lenguaje al alcance de
cualquier lector medio, incluso se permite (en cursiva) incorporar palabras
nuevas, aunque no recogidas en el DRAE, como “marquismo” (l. 4).
Relacionado con las funciones lingüísticas, se puede apreciar una diferencia notable
entre el primer y el segundo párrafo Mientras
que en el primer párrafo hay un predominio casi absoluto de la función
referencial, dado el carácter de impersonalidad que tiene el texto y que más
adelante comentaré (“se imagina”, línea 4; “se añade”, línea 5); en el segundo
párrafo aparecen tanto la función apelativa, a través del plural asociativo
“recordemos” (l. 9) que produce un acercamiento a los lectores, como la función
expresiva, ya que el uniforme escolar parece cobrar vida y es continua la
figura literaria de la personificación (“trae a la memoria”, línea 11; “evoca”,
l. 12; “suele oponerse”, l. 13).
Dentro
del plano morfológico-sintáctico, es
importante destacar el diferente uso de construcciones sintácticas en los
argumentos en pro y en contra, lo que reafirma que el articulista está en
contra de la implantación de la uniformidad.
Si observamos los argumentos a favor, veremos que el autor utiliza
impersonales con "se", típicas de los ensayos, ("se
imagina", línea 4; "se cree", línea 7; o "se añade", línea 5) de tal forma
que indirectamente despersonaliza esta postura y la opinión resulta como más
indeterminada; sin embargo cuando enumera los argumentos en contra cambia la
estructura sintáctica, abandona la impersonal con "se" y las
afirmaciones que expone cobran más fuerza con el uso de los presentes
("tiene", línea 9;
"recordemos", línea 9; "evoca", línea 12;
"suele", línea 13; "trae", línea 11) y del pretérito
perfecto ("ha sido", línea 10) al hacer referencia al ejemplo del
"cuello Mao". Todo ello confirma su postura en contra de la
uniformidad en los centros escolares de titularidad pública, a pesar de una
supuesta objetividad que pretende mostrarnos. En el texto, el autor emplea el
presente para hablar de generalidades (presente con valor atemporal), en
tercera persona: “es”, línea 1; “puede”, l. 1; “atañe”, l. 3; “son”, l. 4… No
es un texto excesivamente complejo a nivel sintáctico, ya que emplea frases
cortas, con abundancia de simples (“La introducción del uniforme escolar en los
centros públicos no es una medida anodina.”, línea 1; o “Los argumentos a favor del uniforme son
numerosos y conocidos.”, línea 4), coordinadas (“Puede herir sensiblidades, dar
lugar a conflictos o abrir un debate más amplio sobre un orden social dado.”,
línea 1-2) y yuxtapuestas (“se añade que el uniforme acabaría con la
comparación entre los alumnos, se destronaría el estilo de vestir como signo de
diferencias sociales, económicas, étnicas, religiosas, nacionales o incluso
entre pandillas.”, línea 5), que son enumeraciones que explican y redundan en el
significado que propone el articulista en cada caso. En cuanto a los escasos
ejemplos de subordinación, aparece alguna subordinada sustantiva, de CD (“Se
cree también que favorece la disciplina, y la concentración.”, en la línea 7) o
la interrogativa indirecta, también de CD, “Recordemos, por ejemplo, cómo el
cuello Mao se impuso a 900 millones de habitantes.”, en la línea 9.
En
cuanto al plano léxico-semántico, el
texto utiliza un lenguaje connotativo, propio de los textos de carácter
argumentativo, con adjetivos explicativos antepuestos al nombre como
“sempiterna” (l. 3), referida a la tensión, o “larga” (l. 9), referida a la
historia, que reflejan, bajo mi punto de vista, cierto cansancio o agotamiento
por parte del autor ante un debate demasiado recurrente. Relacionado con la
connotación, es el uso tan peculiar que el autor hace de la lengua, empleando
palabras nada complicadas, destacando dos que pertenecen un ámbito más
coloquial como son “pandillas” (línea 7) y la construcción “marquismo” (gusto
por llevar marcas), en la línea 4. Estilísticamente, destaca el uso del artículo
“lo” (“lo militar”, línea 11, (…) “lo homogéneo”, línea 12) que sustantiviza
esos adjetivos. Recurre también al empleo de un infinitivo como nombre (“vestir
de uniforme”, línea 9). Utiliza frecuentes términos abstractos como es propio
del lenguaje de los textos de las disciplinas humanísticas: “argumentos” (4),
“disciplina” (7), “concentración” (7), “modernidad” (13)… Además, con el fin de
dar cohesión al texto, aparecen diferentes isotopías como recurrencias léxicas:
“uniforme” (líneas 1, 4 y 9) o “escolar”-“escolares” (l. 1 y 5); parejas de
sinónimos: “clases”-“castas” (línea 11) o antónimos: “semejante”-“diferente”
(línea 3). Por último, dado el carácter literario de los textos ensayísticos,
no podía faltar el uso de figuras literarias como la metáfora (“se destronaría el estilo…”, línea 6), la comparación (“centros escolares
como una pasarela”, línea 5), la
antítesis (“ser al mismo tiempo semejante y diferente de los demás”, línea 3) o
la metonimia (“el cuello de Mao”, línea 9).
Para
terminar, dentro del nivel textual,
no se encuentran ejemplos de anáfora o de catáfora, y son muy escasos los de
deixis (“más”, línea 2) o elipsis (“(razones) de sentido práctico”, línea 8).
Sí destaca el texto por el uso de marcadores del discurso o conectores.
Aparecen ordenadores del discurso como “Desde un punto de vista psicológico”
(línea 2) o “desde una perspectiva psicosocial” (línea 5); el
contraargumentativo “pero” (l. 9), para contraponer los pros y los contras; el
ejemplificador clásico “por ejemplo” (l. 9) y el de recapitulación o resumen
“en suma” (l. 11), que concluye el texto.
3. Resumen del texto (0,75 puntos):
El autor comenta el conflicto que crea desde
hace mucho tiempo la incorporación del uniforme en las escuelas públicas.
Señala, en primer lugar, los beneficios que puede generar, que tienen que ver
con aspectos económicos, sociales o religiosos. A continuación, incide en lo
negativo, fundamentalmente en que resta autonomías, libertad y personalidad al
que lo lleva.
4. Tipo de texto (0,75 puntos):
Se
trata de un artículo de opinión del
diario El País, que por tanto se engloba dentro de los textos periodísticos y
también de los textos de las disciplinas humanísticas, ya que está próximo al
ensayo por su carácter persuasivo, su estructura libre y por el propósito de
reflexionar sobre los problemas que atañen al ser humano. Por esto último y
porque se centra en un problema que genera debate dentro de la sociedad es un texto sociológico. También es un texto argumentativo puesto que el autor
pretende darnos un punto de vista personal y subjetivo sobre el tema tratado.
Según el receptor a quien va dirigido, es un texto de carácter divulgativo, puesto que utiliza un lenguaje
sencillo, no demasiado elaborado, que pretende llegar a un amplio número de
personas.
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