El saludo hola se tiene que separar del resto del enunciado con comas. Tenemos un buen ejemplo en el encabezamiento habitual de los correos electrónicos:
Hola, Paquito:
Llevaba tiempo pensando en escribirte y por fin…
En el ejemplo de arriba, la interjección hola aparece al principio del enunciado. La coma se interpone entre ella y el resto del enunciado, que en este caso es muy corto: Paquito. Si la expresión en cuestión se presenta en el interior del enunciado, la separación se tendrá que hacer con dos comas, una antes y otra después:
Genoveva, hola, ¿qué tal estás?
Y si lo que ocurre es que hola ocupa la posición final, la coma aparecerá antes de la interjección:
¡Recaredo, hola!
El motivo de todo esto es sencillo: cuando aparece una interjección en un enunciado, hay que separarla de los otros elementos de ese enunciado con comas.
Y antes de que nadie me lo pregunte, aclararé que los nombres de los ejemplos de arriba son vocativos y el vocativo también exige la separación por comas. De todo eso habrá que hablar a su debido tiempo.
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