El novelista es también el autor de 'Las crónicas del Sin Nombre'
El Capitán Trueno fue el héroe de la España de toda una generación. Era el gran héroe en viñetas de una España que añoraba su pasado de aventuras medievales y conquistas. Pero detrás de las batallas de caballerías, las mujeres esculturales y las frases rimbombantes, había un creador rebelde que era uno de los creadores más exitosos del franquismo —previo paso del censor de la editorial Bruguera— y, a la vez, un activista político que militaba en el Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC), ilegalizado en la época. Era Víctor Mora (Barcelona, 1931), creador de El Capitán Trueno, El Jabato, El Cosaco de Hierro y otras historietas que marcaron a toda una época de niños y adolescentes, ha muerto este miércoles a los 85 años, adelantó en su web El Punt Avui.
Trueno, al grito de “¡Santiago y cierra España!”, peleaba y ganaba a todos los malvados, acompañados de sus inseparables compañeros, Goliath, alias El Cascanueces, por su afición a hacer chocar las cabezas de los infelices que se atrevían a atacarle. Y Crispín, con su apariencia de paje, siempre de amarillo y enamoradizo. Junto al trío, entraba y salía de escena Sigrid de Thule, la bella reina nórdica enamorada de Trueno. Los jóvenes españoles devoraron durante años los álbumes de las aventuras largas del Capitán Trueno, esos mismos tebeos que luego se intercambiaban en tiendas a las que se podía llevar un ejemplar leído y raído, y elegir entre los de segunda mano que te ofrecía el dependiente y así conocer nuevas aventuras del héroe.
El tebeo, editado por primera vez en 1956, llegó a vender más de 300.000 ejemplares semanales, pero algunos lo veían como una historia que avalaba el franquismo y utilizaba la historia para alabar los éxitos de los españoles. Nada más lejos de la realidad. El mismo año de su creación, Mora sufrió la represión del régimen del primera mano a causa de sus afiliaciones políticas. La Brigada Social le detuvieron junto a su mujer Armonia Rodríguez, secretaria de la editorial Bruguera, durante seis meses acusados de "masonería y comunismo". "Sentía la obligación moral de hacer lo posible contra el régimen de Franco. Fui de aquellos ilusos que creía que la cosa no podía durar mucho si todos arrimábamos el hombro".
Paradójicamente lo que siempre había querido ser Mora era dibujante, pero sus garabatos nunca interesaron a los editores. El dibujante Ambrós se convirtió al final en uno de sus grandes amigos. No así los editores de Bruguera, catalogados por él mismo como "esclavistas". Su lucha y la de otros escritores la retrató Paco Roca en El invierno del dibujante.
En los sesenta compaginó su trabajo entre viñetas con el de novelista, donde criticó más abiertamente la situación política y en 1962 emigró a Francia. "Viví allí de pequeño, con mis padres, que estaban exiliados. Cuando mi padre murió, mi madre y yo volvimos a Barcelona. A veces me han preguntado porque no emigré definitivamente a Francia, un país libre mientras España vivía una dictadura, y siempre respondo lo mismo: que a mí me gusta mi país. Y, sobre todo, mi ciudad, Barcelona", reflexionaba en el año 2000.
Víctor Móra i Pujadas había publicado desde 1960 cuentos, novelas y cómics, que han sido traducidos a diversos idiomas. Mereció muchos reconocimientos, como el Premi Víctor Català, la Creu de Sant Jordi de la Generalitat, el Memorial Jaume Fuster, la Orden de Artes y Letras de Francia (Caballero) y el Gran Premio del Saló del Còmic de Barcelona, y es socio de honor de la Associació d'Escriptors en Llengua Catalana (Aelc).
A pesar de su éxito, el Capitán Trueno no ha tenido en el cine la suerte que tuvo en las viñetas. Álex de la Iglesia y Juanma Bajo Ulloa intentaron adaptar sus aventuras sin mucha suerte y naufragaron. En 2010, se encargó el proyecto a Daniel Calparsoro, pero al final el director de El Capitán Trueno y el Santo Grial fue el menos conocido Antonio Hernández. El encargado de dar vida al cruzado fue Sergio Peris-Mencheta.
Como dato que ilustra hasta donde llegó la popularidad del personaje, el grupo Asfalto dedicó en los setenta una canción al personaje con el estribillo de "Ven Capitán Trueno, haz que ganen los buenos".
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