La institución, con el zarzuelístico 'Babilonio' como himno oficial,
tiene a la cabeza al dramaturgo Ignacio Amestoy y a la periodista Rosana
Torres
EL PAÍS - Madrid
Un proyecto acariciado desde hace casi tres lustros nació ayer: La Irreal
Academia del Esperpento (IAE), desde la que se pretende no solo reivindicar el
Valle-Inclán más heterodoxo, sino también mantener vivo el esperpento, una de
sus máximas aportaciones a la cultura española, que nació de una reacción frente
al teatro burgués y convencional.
La IAE, que sus creadores señalan que no
tiene nada que ver con el Impuesto de Actividades Económicas, fue fundada ayer
en el Café Literario y Bistró Max Estrella, en los altos de la Librería
Fuentetaja y se ha elegido el día 3 de marzo, para tal acontecimiento por ser la
fecha en que muere Alejandro Sawa, insigne extravagante y poeta maldito en el
que Valle se inspiró para su personaje de Max Estrella, protagonista de su más
emblemática obra: Luces de bohemia.
En el acto fundacional se decidió nombrar Académico a perpetuidad al
desaparecido Alonso Zamora Vicente, junto al que se pergeñó este proyecto y al
que se le llegó a proponer, hace 14 años, presidir esta academia y aceptó
encantado. La institución esperpéntica cuenta además con 16 miembros natos,
entre los que fue elegido como director-muñidor de la nueva institución el
dramaturgo y periodista Ignacio Amestoy, como secretaria general la periodista
Rosana Torres, quienes también forman parte de la comisión permanente junto al
catedrático Javier Huerta y el autor teatral Luis Aráujo. Completan los
académicos natos el crítico Enrique Centeno, el teatrero Chatono Contreras, la
actriz y cantante Karola Eskarola, el cineasta José Luis García Sánchez, el
dramaturgo Manuel Gómez, el arquitecto y presidente del Círculo de Bellas Artes,
Juan Miguel Hernández de León, el escritor Ramón Irigoyen, el gozno de
Mariano José de Larra llamado Jesús Miranda de Larra, el poeta y exministro de
Cultura César Antonio Molina, la actriz Esperanza Roy, el catedrático Jorge
Urrutia y el crítico y escritor Javier Villán. Junto a ellos les acompañó en el
acto fundacional Xerardo Pardo de Vera, todo un Valle-Inclán redivivo que ha
intervenido, representando al Marqués de Bradomín, en la película que García
Sánchez, (cineasta que se ha acercado a Valle-Inclán en múltiples ocasiones),
acaba de rodar con el nombre de Este que veis aquí y basada en la vida el
creador del esperpento.
La noche de Max Estrella
La IAE está impulsada por los fundadores de la Noche de Max Estrella,
acto que a modo del Blooms day dublinés, recorren anualmente cientos de personas
por aquellos espacios que visitaron en su madrileño viaje iniciático Max
Estrella y su fiel escudero, Latino de Híspalis. Este año la Noche de Max
Estrella se celebrará el sábado 26 de marzo, coincidiendo con la Noche de los
Teatros y la víspera del Día Mundial del Teatro, fecha en la que Manolo Gómez y
Chatono Contreras le llevan a la estatua de Valle-Inclán del madrileño paseo de
Recoletos una bufanda blanca, acompañados de gente de la profesión escénica.
Los primeros proyectos que llevará a cabo la IAE es la edición del
Libro-memoria de La Noche de Max Estrella, desde su fundación hasta hoy,
elaborado por el Instituto del Teatro de Madrid (ITEM), así como la celebración
del 85 aniversario del Proyecto Teatral de El cántaro roto, de
Valle-Inclán, en el Círculo de Bellas Artes, con una jornada conmemorativa de
aquel 19 de diciembre de 1926, en que bajo el título de la obra de Heinrich von
Kleist, se estrenó Ligazón y se hizo una representación de La comedia
nueva, de Moratín, en la hoy Sala Fernando de Rojas, en colaboración con el
Instituto de Teatro del Mediterráneo.
En el acto fundacional de la IAE también se nombró Académico de
Honor/deshonor de 2011 al cómico Juan Diego y Académico de número, el uno, a
Darío Villanueva, secretario de la Real Academia Española y gallego como don
Ramón María.
La sesión en la que se fundó la IAE se levantó después de que la actriz
Esperanza Roy, coreada por todos los académicos, cantara El Babilonio,
tema de la zarzuela La Corte del Faraón, que tanto gustaba a Valle e
himno oficial de la Irreal Academia del Esperpento.
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