Cinco Días - Lola Fernández - 02/05/2011
Los nuevos datos de fracaso escolar desvelados por el Ministerio de Educación indican que cada vez más jóvenes deciden finalizar los estudios de Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO), algo que no solía ocurrir en los últimos años. El abandono prematuro de la educación ha afectado tradicionalmente al 30% de los alumnos, pero por primera vez en el sistema educativo español ha menguado al 26%, según los últimos datos de 2009 ofrecidos por Ángel Gabilondo.
Evitar que la generación de la web 2.0 se aburra en clase y se dispare aún más la brecha educativa con los países del norte de Europa no es solo un reto, sino una necesidad. La propuesta de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, de implantar en septiembre de 2012 un bachillerato público excelente para quienes consigan un ocho de nota media, pretende paliar esta diferencia y abrir el debate sobre si la separación por capacidades resulta positiva o no para el desarrollo del alumno.
Para quienes apoyan esta iniciativa, sin duda, lo es. Argumentan que tanto Francia, Alemania, Reino Unido, Países Bajos y Estados Unidos disponen de sistemas similares. Son los 95 Lycées d'excellence existentes de Francia, reservados para alumnos con nota de 17 sobre 20, o los Grammar School del Reino Unido, a los que se dirigen el 25% de los estudiantes británicos o, también, los 3.100 Magnet Schools de Estados Unidos, que con financiación extra, atraen al alumnado con mayores calificaciones que, por otro lado, no son los de mayor capacidad intelectual sino los que más se esfuerzan, según explica José Sánchez Navarro, director general de Políticas Educativas del Gobierno de Asturias. "Los niños con más capacidad intelectual suelen interesarse por la astronomía, la física y las matemáticas, y sienten menos atracción por otras materias lo que provoca que no obtengan las mejores notas", asegura Navarro.
En España, donde las comunidades autónomas tienen transferidas las competencias de educación, el bachillerato está diferenciado por materias pero no por capacidad de los alumnos. Algunas comunidades gobernadas por el PP, como es el caso de Murcia, han empezado a esbozar sistemas para promover esa excelencia. El resto cuenta con clases especiales fuera del horario escolar, que intentan potenciar las habilidades de estos alumnos de altas capacidades.
Sin embargo, Aguirre quiere dar un paso más y tiene muchos defensores. "Si uno se da una vuelta por cuarto de la ESO se encuentra a muchos alumnos que no quieren seguir con los estudios, por lo tanto, habrá que dejar a los que desean continuar avanzando que lo hagan. El sistema siempre será voluntario y público para evitar discriminaciones", asegura Jesús Ramírez, psicólogo educativo desde hace más de 26 años, " no se trata de una segregación". Los detractores utilizan justo esa palabra: segregación, para definir un sistema basado más en la separación que en la integración. "La discriminación dentro del centro puede ser muy negativa para el desarrollo del niño, ya que pueden quedar clasificados como "los raros", unos y como "los torpes", otros", advierte Sánchez Navarro.
El profesor y psicólogo Jesús Ramírez, sin embargo, no cree que las separaciones afecten a los alumnos, porque, además, indica que a la edad del bachillerato ya se hace una separación natural por especialización: ciencias, letras o mixtas.
El director de Política Educativa asturiana, por el contrario, reflexiona acerca de que en la etapa de Secundaria "se debe fomentar la socialización y el trabajo en equipo". El Programa Profundiza de la región, impartido los sábados por las mañanas persigue eso mismo: profesores y alumnos de distintas capacidades se dan cita para poner en marcha proyectos interesantes. "Unos son mejores diseñando la apariencia externa del robot, otros programando, otros buscando los fallos para conseguir que finalmente se ponga en marcha, pero lo importante es que cada uno aporta lo que mejor sabe y le gusta hacer", añade este experto.
Murcia, por el contrario, aboga por el modelo del bachillerato excelente, un formato que todavía no ha colocado a esta comunidad entre las mejores de España, según el Informe Pisa. Por el momento, Murcia sigue siendo junto con Andalucía, Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla, una de las regiones que más lastraron los resultados globales de España.
Otros institutos de la Comunidad de Madrid, como el Ramiro de Maeztu de Madrid, el Rosa Chacel de Colmenar Viejo y el Maestro Matías Bravo de Valdemoro, llevan tiempo desarrollando un tipo de bachillerato diferente, denominado internacional y basado en los idiomas, que sin llegar a ser la propuesta de Aguirre se acerca mucho, porque también se exige una nota alta para ingresar.
Será el Instituto San Mateo, en el barrio de Chueca (Madrid), el que realice la primera experiencia de este tipo. "Se tratará de una experiencia piloto que, una vez evaluada, podrá dar paso a nuevos centros de bachillerato en otros institutos" afirman desde la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid. "El centro servirá, además, para formar a los profesores que deseen impartir, en un futuro, esta modalidad de bachillerato", añaden.
La pregunta clave es cómo se seleccionarán el alumnado y profesorado del Instituto San Mateo. Según ha podido saber CincoDías, el examen para los premios extraordinarios de Secundaria será el que servirá de base para evaluar el acceso a este bachillerato de excelencia. Este examen lo hacen todos aquellos estudiantes que lo deseen y que hayan tenido Mención Honorífica en secundaria, es decir, una nota media de un ocho o más, y más de un siete en la prueba CDI de Secundaria.
Por su parte, los profesores se elegirán entre los docentes que lo deseen por una comisión de profesores universitarios designados por la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid.
El proyecto, sin embargo, no cuenta con la aprobación del Gobierno. A pesar de que el ministro de Educación, Ángel Gabilondo, siempre se ha mostrado partidario de incentivar la excelencia -de hecho ha sido uno de los mayores impulsores de la calidad en la universidad- prefiere un sistema, "sin aislar y sin separar", según especificó al saltar la polémica. Subrayó que las aulas son lugares para aprender, pero también "para convivir".
La presidenta de la Comunidad de Madrid, en cualquier caso, ha abierto una puerta cuyo resultado final, sin embargo, no se verá hasta pasadas las elecciones regionales, cuando realmente lo ponga en marcha.
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