El escritor chileno Jorge Edwards cumple hoy 80 años, más de la mitad de ellos como un intelectual proscrito por derechas e izquierdas.
Hombre de prosa urbana, Edwards fue de hecho declarado persona non grata en Cuba cuando gobernaba Fidel Castro y sus libros fueron prohibidos bajo el régimen militar chileno de Augusto Pinochet.
Ambas experiencias marcaron su espíritu independiente, el mismo que lo llevó a abandonar su apoyo a la centroizquierda chilena, para abrazar a la derecha de su país en las últimas elecciones, con Sebastián Piñera como abanderado.
Tal vez por ello sus obras recorren personajes e historias que hablan de los avatares del intelectual urbano y ensayista, como La Casa de Dostoievsky y La muerte de Montaigne, sus últimas entregas.
Dedicado hoy a sus memorias, tentativamente tituladas "Los círculos morados", confesó nostalgia por los años en que se inició en la literatura, tras el fin de la II Guerra Mundial.
"Como mi familia no era literaria sino más bien del mundo de las finanzas, fui escritor clandestino", evocó. Eran tiempos de fugas a tabernas y amistades fraguadas en la poesía y la prosa. "Lo único malo de escribir mis memorias es que va a aparecer la familia y eso es muy complicado, pero ya están todos advertidos", añadió.
Hoy, con el tiempo y sus viajes como diplomático a su haber, admite además ser un "memorista", debido a que su obra cruza reiteradamente la ficción con lo que él llama "la Historia con mayúscula".
"La literatura se desarrolla a un costado de lo que hacen los políticos, como indiferente, pero al final termina hablando de ellos y siendo parte de la historia", sostuvo.
Edwards, reconocido por ser uno de los grandes novelistas chilenos de las últimas décadas junto con José Donoso y Roberto Bolaño, no cree sin embargo en la literatura política, ni en aquella que abandona la literatura.
Sus historias, que llevaron a ganar el premio Cervantes entre otros, están centradas por ellos en artistas reales o imaginarios, además de espacios propios de la clase media-alta y alta de su país, a la que pertenece.
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