UNIVERSIDADES
PÚBLICAS DE LA COMUNIDAD DE MADRID
PRUEBA
DE ACCESO A LAS ENSEÑANZAS UNIVERSITARIAS
OFICIALES
DE GRADO (JUNIO)
Curso
2014-2015
OPCIÓN
A
La
protagonista de la última novela de Ana María Matute se llama Eva. El nombre de
la primera mujer tal vez no sea una elección casual. Tal vez, su creadora lo
eligió para simbolizar en ella el eterno círculo del principio que nunca
alcanza otro final que el abocado a desencadenar un nuevo principio. Eva vive
en España, en un pueblo grande o una ciudad pequeña, un mundo lento, amable,
hasta que la guerra lo desgarra de pronto. Es el mundo favorito de Matute, el
de sus grandes novelas de juventud, el que sostiene el asombroso alarde de
energía juvenil que derrochan las últimas. En esa geografía pequeña, familiar y
flamante a la vez, Eva reedita y confirma una de las grandes proezas de su
autora. Ni la literatura española contemporánea, ni la misma España, serían
ellas mismas sin las adolescentes de Ana María. Ana fue, desde el principio,
una novelista descomunal, monumental, excepcional en más de un sentido. Era,
además, una mujer tan inteligente que fue capaz de encontrar un camino propio,
desbrozando a base de fuerza, y de talento, el campo de ortigas espinosas donde
le tocó escribir. Ana fue una escritora valiente y, sobre todo, consciente, que
nunca utilizó la literatura para eludir la realidad que la cercaba, ni para
congraciarse con ella, como hicieron tantos escritores de su generación. Lo
consiguió gracias a sus personajes, esas protagonistas memorables en las que la
inocencia propia y la perversidad ajena integran una admirable metáfora de la
vida cotidiana en la guerra y la posguerra de España. Ignorantes pero nunca
estúpidas, desvalidas pero nunca patéticas, desarmadas pero nunca cobardes,
sensibles pero nunca ñoñas, femeninas pero nunca empachosas, más valiosas en
sus dudas que en sus certezas, y conmovedoras en la implacable voluntad de
imponerse a la desolación que las rodea, ellas, encarnaciones de la propia Ana
María, han representado para mí, a lo largo de la vida, una imprescindible
galería de espejos vitales y literarios. Hacía falta mucho genio, mucha
ambición, mucho valor y, sobre todo, mucha, muchísima calidad, para emprender
una carrera como la que Ana María Matute culminó con clamorosa brillantez en la
esteparia España de los años cincuenta. Yo tampoco sería la misma mujer, la
misma escritora, si sus novelas no me hubieran enseñado a tiempo quién era yo,
y dónde vivía.
(Almudena
Grandes, “Demonios familiares”, en El País Semanal, 19/10/2014)
CUESTIONES
1.
Haga un comentario de texto del fragmento que se propone contestando a las
preguntas siguientes:
a)
Enuncie el tema del texto (0,5 puntos):
La trascendencia de las novelas
y protagonistas femeninas de Ana Mª Matute en la sociedad española
b)
Detalle sus características lingüísticas y estilísticas más sobresalientes
(1,25 puntos):
El
presente texto argumentativo plantea una idea muy original en cuanto al tipo de
estructura. El tema y la tesis
aparecen abrazados, casi se confunden. La importancia de las novelas de Matute
y sus personajes femeninos hacen, por un lado, que la literatura española
contemporánea e incluso España (lo general, al final del primer párrafo) y, por
otro lado, que la propia autora de la columna (lo particular, al final del
texto), no sean lo mismo sin ellas. Si se atiende a esta disposición de la
tesis, la estructura se puede considerar inductiva, con cierto matiz
encuadrado. En cuanto a los argumentos
que utiliza Grandes para la justificación de su tesis se reducen a un tipo: los
de experiencia personal; ya que desarrolla en este fragmento el conocimiento
que tiene como lectora de las novelas de Matute, sobre todo de su época
juvenil, con personajes adolescentes femeninos. Con los años, el reconocimiento
de la obra de Ana Mª Matute se ha extendido en la sociedad de tal manera que la
opinión de Grandes es compartida por un gran número de lectores y, por tanto, convendría
también citar el argumento de sentir general de la sociedad (o de una parte de
la sociedad, lectora), sobre una de las más grandes narradoras de las últimas
décadas.
En cuanto a la estructura
externa e interna, el texto se divide en tres partes. Una primera parte
(líneas 1-11), cuyo eje central es la protagonista de su última novela, Eva.
Esta primera parte está distribuida en torno a dos subapartados: Eva, como
prototipo de la primera mujer, creadora de un nuevo mundo, marcado por el
devastador influjo de la guerra civil, un mundo presente en todas sus novelas
de juventud (1-9) y, a continuación, la influencia notoria de sus protagonistas
femeninas tanto en la literatura española contemporánea como en la propia
España. La segunda parte (12-29) informa al lector sobre los méritos de la
novelista y la gran virtud que tuvo a la hora de encontrar una trayectoria
literaria tan notoria al margen de cierta mediocridad entre los escritores de
los años cincuenta, a través de unos personajes femeninos (espejos vitales y literarios), encarnaciones de la propia
escritora, que lograron sobreponerse a las situaciones difíciles de ese momento
histórico. Por último, en la tercera
parte, a modo de conclusión, Almudena Grandes afirma que ella no sería como es
si no hubiera leído las novelas de Matute, con las que aprendió quién era y dónde vivía.
Por lo que respecta al nivel lingüístico, el texto pertenece al registro estándar (o
español correcto), ya que el lenguaje que utiliza la autora es sencillo y muy
claro, sin complejidades, y está dirigido a un público amplio, que no necesita
una excesiva formación para la comprensión del texto.
En cuanto a las funciones
del lenguaje, destaca en este fragmento la función expresiva, ya que, salvo
la primera oración (La protagonista de la última novela de Ana Mª
Matute se llama Eva), claramente objetiva, dentro de la función
referencial, el resto del fragmento nos muestra las emociones, sensaciones y
sentimientos más profundos y personales que producen las novelas de Matute en
la autora, siendo factores decisivos en su vida. Para ello, Grandes se apoya en
el uso de la 1ª persona, en el lenguaje connotativo que utiliza y en la
expresividad de su prosa, como señalaré más adelante en los distintos niveles
lingüísticos. En el uso de alguna figura retórica, como la metáfora, se puede
justificar como otra función la poética. Y en cierto carácter de persuasión,
propio de los textos argumentativos, la función apelativa.
Dentro del plano
morfosintáctico, en el texto destaca el empleo de la modalidad enunciativa,
aunque también aparecen un par de oraciones dubitativas con la locución
adverbial “tal vez” (un ejemplo más para justificar la función expresiva).
Aunque la sintaxis no es demasiado compleja, predomina la subordinación, ya que
Almudena Grandes pretende dar muchos matices y precisiones a lo que nos quiere
transmitir; por ello se apoya, fundamentalmente, en subordinadas adjetivas (que nunca alcanza otro final…; el que nos
tiene…; donde le tocó escribir…). Entre las líneas 21 y 23, a la hora de
hacer un retrato de cómo son las protagonistas jóvenes de Matute, utiliza la
figura del polisíndeton (acumulación de conjunciones), con oraciones
coordinadas adversativas unidas mediante “pero” (muy importante, como marcador
textual, como se verá). En el texto hay varios ejemplos del uso de aposiciones
explicativas (la misma mujer, la misma
escritora…) y enumeraciones de elementos (novelista descomunal, monumental, excepcional; geografía pequeña, familiar y flamante a la vez). Uso casi exclusivo de la 3ª
persona, tanto en singular (se llama,
fue, eligió...) como en plural (serían,
integran, han representado…) y, al final del texto, coincidiendo con la
tesis, la 1ª persona (sería, era, vivía…).
En el 2º párrafo predominan las formas verbales en pasado; pretéritos perfectos
simples (fue, hicieron, culminó…) o
compuestos (han representado) y
pretéritos imperfectos (era, hacía, vivía…).
Alguno de los ejemplos anteriores son, a su vez, muestras de la utilización
frecuente de oraciones copulativas para definir las virtudes de la novelista y
sus protagonistas.
En cuanto al nivel
léxico-semántico, el texto destaca por sus recurrencias o repeticiones,
tanto léxicas (protagonista, novela-novelista, mujer, Eva, Ana…) como
semánticas, en casos de sinonimia (descomunal-monumental-excepcional)
y, sobre todo, antonimia (grande-pequeña, inocencia propia-perversidad ajena…),
hiperonimia (mujer, hiperónimo de escritora o creadora) o el campo semántico de la literatura (novela, escritora, protagonista, personaje, literatura…). Todas estas
recurrencias hacen que el texto aparezca cohesionado. Aparecen también
abundantes sustantivos abstractos (fuerza,
talante, realidad…), propios de este tipo de texto. Empleo de un lenguaje
connotativo, dada la subjetividad del texto, que se observa por la presencia de
adjetivos valorativos antepuestos al nombre (clamorosa brillantez, grandes novelas de juventud, grandes proezas de
la autora…) o todos los calificativos, precisos y subjetivos, que da a las
protagonistas de Matute (ignorantes,
desvalidas, desarmadas, sensibles, femeninas), “pero nunca” (estúpidas, patéticas, empachosas, cobardes,
ñoñas). Aparecen dos metáforas, en cuanto a las figuras retóricas; por un
lado, “el campo de ortigas espinosas”
se refiere al difícil mundo literario que le tocó sufrir a Matute y, por otro, “espejos vitales y literarios” son las
protagonistas femeninas, modelos donde tantos lectores se han mirado, incluida
la autora de la columna.
Desde el punto de
vista textual, para finalizar el comentario, el texto destaca por una gran
cantidad de recursos para dar cohesión al texto. En primer lugar, aparecen
varios marcadores del discurso o conectores: “además” (suma de ideas), “pero”
(contraargumentativo), “sobre todo”
(continuar sobre el mismo punto). Aparece el recurso de la anáfora en
varias ocasiones (“lo” para referirse
a “nombre”; “ella”, a “Eva”; “le” a “campo de ortigas”; “la” a
“Ana”…). Uso de la deixis en
pronombres como “yo” o “mí”, posesivos como “sus”-“su” o demostrativos como “esas” y la referencia deíctica "desde el principio".
Hay ejemplos de elipsis; las más significativas las ausencias de verbo que
aparecen en las adversativas con “pero”
o en la línea 8, “últimas” (novelas).
c)
Indique qué tipo de texto es (0,25 puntos):
El
texto pertenece a una columna
periodística, dentro de los géneros periodísticos de opinión. Las columnas
y los artículos constituyen una forma amena de ensayo, de modo que el texto
también puede considerarse un ensayo
humanístico de tipo divulgativo, en el que predomina la modalidad
argumentativa.
2.
Redacte un resumen del contenido del texto. (1 punto)
Uno de los grandes méritos
de la narrativa de Matute es la creación de personajes adolescentes femeninos,
sobre todo en sus primeras novelas. También se observa en la última, cuya
protagonista, Eva, es el reflejo de una serie de valores que han condicionado
la literatura de posguerra y también la vida de la columnista.
3.
Elabore un texto argumentativo a favor o en contra de que haya que elegir los
estudios universitarios en función de sus salidas laborales. (1,5 puntos):
La
elección de estudios universitarios es el problema que se plantean ahora muchos
jóvenes, una vez terminada la temida selectividad.
Gran parte de ellos, preocupados por un futuro
desalentador, estudian las opciones que le ofrecen las carreras universitarias,
en muchos casos, sin pensar demasiado en si esos estudios son los adecuados por
otros motivos, tal vez más importantes: el gusto individual del estudiante, la
idoneidad de esa carrera, las posibilidades de éxito académico y no
profesional, etc. Dada como está la situación económica en este país, pocas,
creo yo, son las carreras que pueden garantizar una colocación segura o unas
condiciones mínimas de temporalidad y salarios en el futuro empleo.
Aunque,
a efectos prácticos, las salidas laborales sí son un criterio determinante y
efectivo a la hora de elegir, considero que el estudiante acertará si escoge
los estudios que realmente le gustan y le van a aportar satisfacciones de otro
tipo.
4.a.
Analice sintácticamente: Ana fue una escritora valiente, que no utilizó la
literatura para eludir la realidad. (1,5 puntos):
Se trata de una oración compuesta por
subordinación formada por tres proposiciones:
§ La
proposición principal es “Ana fue una escritora valiente”; se trata de una
oración personal; atributiva y enunciativa afirmativa. Tiene, por tanto, un
predicado nominal, en el que “fue” es el verbo copulativo y “una escritora
valiente”, junto con la proposición subordinada adjetiva, configuran el
atributo, que concuerda en género y número con el sujeto de la oración que es "Ana".
§ La primera
proposición subordinada es “que no utilizó la literatura para eludir la
realidad”. Se trata de una proposición subordinada adjetiva especificativa cuyo
antecedente es “escritora”. Es una oración personal; predicativa, activa,
transitiva; enunciativa negativa. El relativo “que” cumple la función de sujeto
de la subordinada y, dentro del predicado, aparecen un CC Negación, “no”; un
CD, “la literatura” y un CC Finalidad, “para eludir la realidad”.
§ La
segunda proposición subordinada es “para eludir la realidad”. Es una
proposición subordinada adverbial de finalidad o proposición subordinada
sustantiva en función de término, cuyo enlace es “para”. Es una oración
personal; predicativa, activa, transitiva; enunciativa afirmativa. El sujeto
omitido es “Ana”/””la escritora” y, dentro del predicado, “la realidad” es CD.
4.b. Indique a qué categoría gramatical o
clase de palabra pertenece desarmadas,
analice su estructura morfológica y señale a qué proceso de formación de
palabras responde. (1 punto):
Categoría gramatical: “Desarmadas”, palabra variable,
es un adjetivo calificativo, de dos terminaciones, en grado positivo,
femenino y plural.
Estructura: Des-arm-ad-a-s. “-arm-“ es el lexema (la
palabra proviene del sustantivo arma); “des-“ es un morfema derivativo prefijo,
con significado negativo (carente de); “-ad-“ es un morfema derivativo sufijo
no apreciativo adjetivador; “-a-” y “-s” son dos morfemas flexivos, el primero
de género y el segundo de número.
Clase de palabra según su formación. “Desarmadas” es una
palabra derivada (se descarta la parasíntesis ya que la combinación
prefijo+lexema o lexema+ sufijo existen en la Lengua: desarmar o armadas).
5.a.
El teatro del siglo XX anterior a 1939. Tendencias, autores y obras
principales. (2 puntos):
Las distintas tendencias del
teatro español del primer tercio del siglo pueden repartirse en dos frentes:
A) Teatro que triunfa, continuador del de la segunda mitad del XIX
(drama posromántico de Echegaray, “alta comedia”, teatro costumbrista...).
Sigue estas líneas:
A1.Una
comedia burguesa, con Benavente y sus seguidores, con atisbos
de crítica social. Los temas y personajes de la comedia burguesa se
corresponden con los de las clases medias y altas de la sociedad de entonces y
con los conflictos típicos de esos grupos sociales: amores insatisfechos,
infidelidades, hipocresía, murmuraciones... Benavente consiguió un teatro a la
medida de la burguesía de la época, que lo convirtió en el autor más
representado; ideológicamente, se limita a criticar de manera superficial las
hipocresías y convencionalismos burgueses, pero sin traspasar lo admisible y lo
considerado de buen tono. Entre sus obras destacan Los intereses creados, Señora
ama y La malquerida.
A2.Un
teatro en verso, neorromántico y con
aportaciones formales del Modernismo, de orientación ideológica tradicionalista.
Se trata de un teatro de pura evasión, sin relación inmediata con la realidad,
que recupera temas históricos y legendarios. Destacan Eduardo Marquina,
Francisco Villaespesa y los hermanos Machado.
A3.Un
teatro cómico, con un costumbrismo
muy tradicional (se emparenta con el llamado “género chico”, parecido a la
zarzuela). Retrata tipos y ambientes castizos, costumbristas, con toques
humorísticos y planteamientos falseados de la realidad. Entre sus autores,
aparecen: los hermanos Álvarez Quintero (que muestran una Andalucía tópica y
falsa); Carlos Arniches (el mejor,
con gran habilidad en el diálogo y en la construcción de tipos en sus Sainetes o La señorita de Trevélez); por último, aparece un género llamado
“astracán” (comedias descabelladas, llenas de chistes, de juegos de palabras),
creado por Pedro Muñoz Seca.
B) Teatro que pretende innovar, o con nuevas formas o con nuevos
enfoques ideológicos. Aquí se hallan:
B1.En
primer lugar, algunos noventayochistas
(Unamuno, Azorín) y Jacinto Grau. Además, y por encima de todos, VALLE-INCLÁN.
Estas tentativas se vieron condenadas al fracaso. Unamuno pretendía hacer
teatro para presentar los conflictos humanos que le obsesionaban; son dramas de
ideas, con escasa aportación dramática. Azorín construye sus obras en torno a
lo irreal y lo simbólico. Jacinto Grau construye un teatro denso, muy
ambicioso, con lenguaje lleno de calidades líricas.
Sin embargo, es VALLE-INCLÁN el gran renovador de los
lenguajes teatrales. Fue mucho más allá de lo que permitían las convenciones
escénicas de su tiempo, empleando numerosos escenarios y con influencias
cinematográficas. Las acotaciones de sus obras son verdaderas obras de arte
literario.
La originalidad del teatro
de Valle no tiene parangón en nuestra literatura y sus intentos de renovación
dan como fruto el descubrimiento de nuevos caminos expresivos. El expresionismo
de sus argumentos lo lleva al desarrollo del esperpento, profusamente
representado por algunas de sus mejores obras. No es fácil la clasificación del
teatro de Valle a causa de su variedad y complejidad. Su obra teatral suele
agruparse en tres ciclos:
a) El mito: La acción transcurre en una Galicia mítica, intemporal: Comedias bárbaras, Divinas palabras.
b) La farsa: Obras situadas en un espacio más 'ridículo', propio del
siglo XVIII: jardines, rosas, cisnes: La
marquesa Rosalinda, Farsa y licencia
de la reina castiza o La cabeza del
dragón.
c) El esperpento: Luces de Bohemia (1920) y la trilogía “Martes de carnaval”
(Los cuernos de don Friolera, Las galas del difunto y La hija del capitán).
B2.Más
tarde, nuevos impulsos renovadores de la mano de las vanguardias y de la Generación
del 27.Caracterizado por tres aspectos: depuración del “teatro
poético”; incorporación de las formas de
vanguardia y propósito de acercar el teatro al pueblo. Entre los que lo
cultivaron se encuentran Pedro Salinas, Rafael Alberti, Alejandro Casona (La
dama del alba) y, por encima de todos, GARCÍA
LORCA.
El teatro lorquiano gira en
torno al conflicto entre la realidad y el deseo. En sus obras aparecen
combinados el verso y la prosa, y se va abriendo progresivamente a los
conflictos colectivos, al teatro de tipo social, que debe ser acercado al
pueblo. Pretende un “teatro total”, en plena comunicación con el público.
El teatro de Lorca es, junto
al de Valle-Inclán, el más importante escrito en castellano durante el siglo
XX. Se trata de un teatro de una gama muy variada con símbolos o personajes
fantásticos como la muerte y la Luna, lírico, en ocasiones, con un sentido
profundo de las fuerzas de la naturaleza y de la vida.
Al comienzo de su carrera
también había escrito dos dramas
modernistas, El maleficio de la
mariposa y Mariana Pineda.
Entre sus farsas
destacan La zapatera prodigiosa y Amor de don Perlimplín con Belisa en su
jardín.
Los dramas calificados como “irrepresentables”, El público y Así que pasen
cinco años.
Las tragedias
rurales. Se aúnan mitología, mundos poéticos y realidad, y el tema de la
oposición y enfrentamiento entre deseo de libertad y fuerzas represivas es
constante. Son Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba, que la crítica suele considerar la obra
fundamental de Lorca.
5.b.
Comente los aspectos más relevantes de la obra española del siglo XX posterior
a 1939 que haya leído en relación con su contexto histórico y literario. (1
punto):
La familia de Pascual Duarte, publicada en 1942, es la novela que
inaugura el llamado “tremendismo” literario. Además es la primera novela
de Cela y la que inicia su reconocimiento por parte de la crítica y el público.
El novelista ofrece en estas páginas la trascripción de las memorias de Pascual
Duarte, un asesino que espera la ejecución en la cárcel de Badajoz. La obra se
presenta desde una perspectiva moralista, como “un modelo de conductas”,
pero “un modelo para huirlo”. Desde
el primer capítulo de las memorias de Pascual Duarte busca la justificación y
el perdón por los hechos que va a relatar. Parece como si él no fuera culpable,
sino el mundo en el que le tocó vivir. Esta actitud de humildad y
arrepentimiento será una constante en el tono de la narración en la novela (“Yo,
señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo”). Todo le
sale mal y su reacción ante las adversidades es el crimen: matar a quien le
hace daño, ya sea animal o persona.
La novela fija sus modelos
creativos principalmente en la novela picaresca (especialmente en los cinco primeros capítulos (niñez
de Pascual, su casa, padres y hermanos), la novela naturalista (no tanto en
el estilo como en la descripción del entorno social marginal y mísero en el que
se mueven los personajes), el Romance de ciego (relatos
sensacionalistas acerca de crímenes y sucesos repulsivos) o E.A. Poe y
Dostoievsky (autores a
los que se puede seguir su huella en la obra: los crímenes, la observación del
alma humana en lo que tiene de patológico y enigmático).
El principal tema del libro
es la violencia como respuesta ante las adversidades que tiene
la vida. Pascual se esfuerza en toda la obra para convencernos de que la
influencia del entorno le condujo a matar.
Otros
temas relacionados son: la soledad y/o
el aislamiento, la visión
primitiva y animal del ser humano y el fatalismo.
Pascual
Duarte es
el personaje protagonista y el más complejo de la novela. En él se unen el
sentido común y el instinto animal, la barbarie y la sensibilidad de un
modo que provoca, en ocasiones, el desconcierto del lector. Parece que
está perseguido por una especie de “fatum” que le impide encontrar la paz y la
felicidad y que por el contrario le conduce a la desgracia y al crimen.
En cuanto al estilo, la novela se
caracteriza por las expresiones coloquiales y el lenguaje llano y sin alardes
acorde al nivel social de los personajes, el vocabulario es muy expresivo y
variado, la narración en primera persona se combina con el estilo directo
(menos habitual es el indirecto) y con los diálogos: ágiles y de un
lenguaje sencillo y directo; los recursos retóricos más empleados son las
estructuras paralelas (semánticas y sintácticas) y las comparaciones ricas, expresivas
y originales y, por último, no faltan en la novela notas de color local, con el
empleo de regionalismos y vulgarismos.
Confío en que les sirva a todos los alumnos, sobre todo en la elaboración de las preguntas de comentario. No pretendo ser pretencioso; me doy cuenta de que la prueba de selectividad dura hora y media y que el espacio es limitado. Tomad aquello que os sirva; lo que no, enterradlo en olvido.
ResponderEliminarSería un placer poder recibir vuestras críticas, comentarios y consejos. Aprovecho para dar las gracias a mi compañero Hipólito Rueda, que ha sido el primero en avisarme de algunos errores que han salido en la primera edición.
ResponderEliminarEs demasiado largo el comentario se supone que lo tenemis qu hacer en un folio
ResponderEliminarBUEN TRABAJO.
ResponderEliminarHola Paula. Me encantaría que me mostraras cómo debe hacerse un texto argumentativo. Gracias por opinar.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
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