1.
Temas
y tópicos
La revolución temática y formal
de la poesía renacentista del siglo XVI no es una continuación natural de las
tendencias iniciadas en el siglo XV, sino que fue introducida por Boscán y Garcilaso como novedad, a
imitación de los autores clásicos, pero sobre todo de grandes poetas del
Renacimiento Italiano. El poeta italiano Petrarca
se convierte en modelo, a quien todos los autores de la época tratan de imitar.
Los nuevos temas y formas se
pueden agrupar en dos tendencias:
a) La poesía
profana, cuyos temas son el amor platónico y la mitología. Su mayor
representante es Garcilaso de la Vega y, en la segunda mitad del siglo,
Fernando de Herrera.
b) La poesía
religiosa (ascético-mística), que busca el camino de perfección que lleva
al encuentro y a la unión mística con dios por medio del amor platónico y la
naturaleza se convierten en elementos simbólicos. En la poesía mística destacan
Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz; en la ascética Fray Luis de León.
1.1.
Los
nuevos temas de la poesía.
El amor, naturaleza y mitología
son los tres temas más habituales de la lírica renacentista. Amor y naturaleza
son temas ampliamente tratados en la lírica de todos los tiempos; lo único que
varía, según la época, es su enfoque y tratamiento.
- El amor. Es un amor neoplatónico y espiritual, algo perfecto y casi siempre inalcanzable. El neoplatonismo plantea que la belleza exterior de la mujer es imagen de la belleza interior, y ésta es, a su vez, imagen de la belleza de Dios. Por tanto, La mujer amada aparece idealizada y es símbolo de todas las perfecciones de la naturaleza (como muestra de la belleza divina). Pero es un amor imposible, doloroso y lleno de complicaciones. Se suele desarrollar a través de los tópicos (Locus amoenus y Descriptio Puellae).
Tiene su origen en el Cancionero de Petrarca (s XV), el primer poeta que supo recopilar toda la
tradición cancioneril del amor cortés para reformularla en una poesía que
servía para expresar sentimientos y no era, como en la época medieval,
únicamente un medio para el lucimiento del poeta dentro de estrictos patrones
compositivos. Por ello, se le considera el primer poeta moderno.
- La mitología. Los antiguos relatos mitológicos, procedentes de la cultura grecolatina, se utilizan o bien para ejemplificar una situación amorosa, o bien como recurso embellecedor y de lucimiento del poeta.
- La naturaleza. No es un tema en sí, pero es el espacio ideal para que se desarrolle el amor. Se trata de una naturaleza también idealizada, bella y armónica. Al igual que la belleza de la mujer, la naturaleza aparece idealizada y es muestra de la perfección divina. Los elementos de la naturaleza se identifican con el poeta enamorado y sienten lo mismo que él.
Se desarrolla a través del tópico
del Locus Amoemus, de esta
manera, en los poemas de amor, la
naturaleza en la que se desarrollan es casi siempre la misma: un verde campo
con flores y pájaros cantando, donde hay un río o fuente de agua limpia y el
amante recuerda a la amada tumbado a la sombra de un árbol.
1.2.
Tópicos
Todos estos temas se suelen
presentar mediante tópicos o fórmulas que expresan ideas de valor universal y
que se han ido repitiendo a lo largo de las distintas etapas literarias desde
su primer uso en la literatura clásica. Estos son algunos de los más habituales
en el Renacimiento:
Tópico
|
Significado
|
Carpe
diem
Vive el momento
(Y una variante: Collige Virgo rosas
- recoge joven las rosas-)
|
El paso del tiempo y la
llegada de la muerte. Mientras ésta no llega, hay que vivir y aprovechar el
presente y la juventud.
|
Locus
amoenus
El lugar ameno
|
El paisaje
idóneo en el que se va a vivir el amor. Destaca la serenidad, el equilibrio
de los elementos de la naturaleza, que llegan a identificarse con los sentimientos humanos.
Es el reflejo del Parnaso, un lugar estereotipado que sigue el siguiente
patrón: un campo verde poblado de flores, con una fuente o un riachuelo de
cristalina agua, un árbol en medio del prado para que el enamorado pueda
recostarse en su tronco y meditar siempre en un día soleado
|
Beatus
ille …
Feliz aquél…
|
El aprecio
de la vida tranquila del campo, frente a la agitación de la vida en la ciudad
y sus preocupaciones.
|
Aurea
mediocritas
El dorado término medio
|
El gusto y
la satisfacción por lo sencillo, lo cotidiano, lo que se posee… frente al
deseo irresponsable de riquezas.
|
Descriptio
puellae
Descripción de la amada
|
La
descripción de la belleza ideal de la mujer amada. Se sigue habitualmente un
orden descendente: el cabello, la frente, los ojos, la nariz, la boca, el cuello… Y reproduce casi
siempre un mismo patrón de belleza: pelo rubio, frente despejada, ojos
grandes, mirada serena, nariz y boca proporcionadas, hombros estrechos,
caderas redondeadas, manos delicadas y piel blanca.
|
2.
Métrica
y subgéneros poéticos
2.1.
Las
nuevas formas en la poesía renacentista
Se introducen nuevas formas
métricas de origen italiano. La
poesía anterior española usaba mayoritariamente el verso octosílabo, la
cuaderna vía o el dodecasílabo, durante el Renacimiento, Garcilaso de la Vega
introduce el endecasílabo (once
sílabas) y el heptasílabo (siete
sílabas), versos semidesconocidos en España. Su éxito fue total y rápido, de
manera que un siglo más tarde el endecasílabo será el verso más utilizado por
la poesía barroca.
Como decimos, las estrofas renacentistas más frecuentes
se componen de versos endecasílabos y/o heptasílabos, y son:
Terceto. Estrofas de tres versos endecasílabos que suelen
presentarse en forma encadenada. La rima es consonante. Esquema métrico: ABA
BCB CDC…
Soneto. Catorce versos endecasílabos distribuidos en dos cuartetos
y dos tercetos. Rima consonante. Esquema métrico: ABBA ABBA CDC DCD (con
variante el los tercetos: CDE CDE)
Octava real. Ocho versos endecasílabos con rima consonante. Esquema
métrico ABABABCC.
Lira. Cinco versos heptasílabos y endecasílabos con rima
consonante. Esquema métrico: 7a 11B 7a
7b 11B.
Silva y estancia. La silva es una sucesión de versos endecasílabos
y heptasílabos en número indeterminado que riman al gusto del poeta. Si el
poeta fija una determinada estructura que se va repitiendo a lo largo de todo
el poema, entonces se denomina estancia.
2.2. Los subgéneros poéticos
Entre los subgéneros poéticos más
frecuentes predominan:
Égloga. Composición en la que el poeta expresa sus sentimientos
mediante el diálogo entre pastores. Tema amoroso ambientado en una naturaleza
idealizada.
Elegía. Composición sin
esquema formal fijo, aunque se suele escribir en tercetos encadenados.
Tema: expresión por parte del poeta de su dolor por la muerte de una persona.
Oda. Poema de tono solemne en el que el autor trata temas diversos,
ofreciendo su punto de vista personal, sus ideas y pensamientos. Los temas
suelen ser: alabanza de personalidades, lo sencillo y cotidiano frente a las
riquezas, el aprecio por la vida presente, la llegada de la muerte…
Epístola. Composición en la que el poeta se dirige a una persona,
real o ficticia por medio del intercambio de cartas. Sirve para que el poeta
comunique ideas, situaciones, hechos… a un amigo ausente.
3.
Garcilaso
de la Vega
3.1.
Vida
Miembro de familia noble, Garcilaso de la Vega nació
hacia 1501. Toda su vida se desarrolló alrededor de la Corte, al servicio del
emperador Carlos V. Desempeñó misiones diplomáticas, fue soldado y visitó más
de una vez Italia, donde conoció a los más famosos poetas y humanistas, que le
pusieron en contacto con la nueva sensibilidad renacentista. Se casó con Elena
de Zúñiga, con la que tuvo dos hijos, pero su gran amor no correspondido fue Isabel Freyre, dama portuguesa del
séquito de la reina (y que inspiró muchas de sus poesías amorosas a veces
trasmutada en el nombre de Elisa).
Garcilaso murió prematuramente en 1536 a causa de las
heridas sufridas en el asalto a una fortaleza cerca de Milán.
Garcilaso de la Vega encarna el ideal del caballero renacentista (como Cervantes o Lope de Vega),
en el que conviven las armas (soldado) y las letras (escritor). Sin embargo,
esta dualidad no influyó en su poesía que refleja sólo el tema del amor tomando
como modelo a Petrarca.
3.2 Obra
La obra poética de Garcilaso es breve: escribió
treinta y ocho sonetos, cinco canciones, tres églogas, dos elegías y una
epístola. No publicó ni un solo verso en vida. Al morir su amigo Juan Boscán,
la viuda de éste imprimió los textos de ambos en un solo volumen. Pronto sus
poesías se publicaron aparte, y comenzó el reconocimiento de su genialidad, que
no ha parado hasta nuestros días.
Garcilaso es un poeta fundamental en el renacimiento
español. Él es quien reintroduce y populariza el verso de once sílabas y las
estrofas italianas como el soneto, la lira o los tercetos. Desde entonces estas
formas estróficas son parte de la tradición española.
El tema casi exclusivo de Garcilaso es el amor. Es la gran fuerza capaz de dar
sentido a la vida; pero, a menudo, es también algo inalcanzable y doloroso.
Junto al amor, ocupa un lugar muy especial la naturaleza expresada por medio de tópicos. Es el lugar
ideal donde se desarrolla el amor, que puede cambiar según los sentimientos
amorosos expresados. Por último, los temas mitológicos también aparecen en su
obra. Garcilaso se sirve de personajes y temas mitológicos grecolatinos como
pretexto para expresar sus propios sentimientos o bien como elementos
comparativos para resaltar la belleza de la persona amada.
3.3. Estilo
Garcilaso
emplea un estilo equilibrado en sus
composiciones; esto quiere decir que es culto y refinado, pero sin afectación ni excesiva retórica,
escribe con naturalidad, seleccionando un léxico bello, pero de uso común, sin
muchos neologismos. Se trata ya de un español muy próximo al que empleamos en
la actualidad, desligado de términos y soluciones fonéticas medievales que no
han sobrevivido con el tiempo.
4.
Poesía
de la segunda mitad del siglo XVI
Dentro de la poesía italianizante creada por Garcilaso
surgen dos corrientes en la segunda
mitad del siglo XVI:
a. Una
de inspiración propiamente italiana,
o petrarquista: esta es más sensual y sonora. La inspiración es amorosa, emplea
sobre todo la égloga, el soneto y la canción, y siguen la línea marcada por
Garcilaso
b. Otra
de inspiración clásica u horaciana:
es más sobria, prefiere la lira y
otras composiciones de verso corto, los temas son morales y religiosos (aunque
enmascarados en un marco amoroso), y el tipo de composición preferido es la oda.
Sin embargo, no se trata de corrientes estrictamente
enfrentadas. La oda fue empleada originalmente por los seguidores de la
primera, y los temas morales-religiosos de los segundos se nutren de la
sensualidad y el tono amoroso propio de la poesía petrarquista. Con todo, la
primera corriente fue representada por la llamada Escuela sevillana, liderada por Fernando de Herrera, y la segunda
se conoce como Escuela salmantina de
Fray Luis de León.
4.1. Fernando de Herrera
Seguidor de la poesía garcilasista, sin embargo, su
verso ha evolucionado y ya no busca la sencillez y falta de afectación sino que
anticipa la complejidad del barroco.
Practicó las principales formas (sonetos, églogas,
canciones, elegías…) casi siempre de tema amoroso.
Como dato, fue uno de los pocos poetas españoles del
Renacimiento y Barroco que publicó un libro de poemas en vida (Algunas obras de Fernando de Herrera,
1582)
4.2. Fray
Luis de León y San Juan de la Cruz
El segundo
renacimiento español, esto es, la etapa del reinado de Felipe II, en la que
España se “cierra” al exterior y lidera la contrarreforma es una época de gran
religiosidad (se publicaron durante el Siglo de Oro más de tres mil obras
religiosas). Las obras religiosas se catalogan en dos grandes grupos: las ascéticas, que eran guías didácticas y
venían de la tradición medieval; y las místicas
nacidas en el Renacimiento.
Fray Luis de
León es uno de los escritores más importantes de la segunda fase del Renacimiento español junto Su obra forma parte de la literatura ascética de la segunda mitad
del siglo XVI y está inspirada por el deseo del alma de alejarse de todo lo
terrenal para poder alcanzar a Dios, identificado con la paz y el conocimiento.
Los temas morales y ascéticos dominan toda su obra.
Fray Luis de León no vio publicada su obra durante su
vida, la primera edición que tenemos de su obra es la que hizo Quevedo en 1631,
cuarenta años después de la muerte de Fray Luis.
La poesía de Fray Luis presenta tres fuentes principales: la Biblia, el humanismo renacentista y el
clasicismo. Como catedrático de Sagrada Escritura, conoce la Biblia como
mensaje revelado, de origen divino, y como obra artística. De la Biblia
proviene esa búsqueda de la paz y armonía interiores en unión con la divinidad.
Como hombre del Renacimiento, conoce los nuevos recursos formales de la poética
italiana dentro de la tradición de Petrarca. Fray Luis escogerá una de las
estrofas de aquella corriente poética -la lira- para expresar su pensamiento
poético. Como humanista, beberá en la tradición clásica en varias fuentes: el
neoplatonismo y el estoicismo. Los autores clásicos también le influirán, en
especial Horacio, cuyas traducciones configuran la poética de sus poemas
originales y da a la oda una nueva dimensión. La obra más influyente de Horacio
fue el Beatus ille (Feliz aquel).
San Juan de la
Cruz es un prototipo de escritor
místico, de una persona que experimenta unas intensas vivencias religiosas
y pretende comunicarlas a un círculo de compañeros con inquietudes similares,
entre los que destacan varias figuras femeninas, como Santa Teresa de Jesús. En tal empeño creativo se ve abocado a
asumir las corrientes espirituales, estéticas y literarias de su época -finales
del Renacimiento- y a llevar al extremo los recursos del lenguaje poético,
especialmente en lo relativo al uso de los símbolos.
Amante del silencio, pero maestro de la palabra, como artista adelantado al
momento histórico que le correspondió vivir, sus poemas han influido en los
principales poetas españoles de todos los tiempos.
se nota el copypega
ResponderEliminar