Publicado 10/05/2012
Agencia Efe
Foto: Efe / Raquel Manzanares |
El exfutbolista y entrenador de fútbol Jorge Valdano ha defendido hoy la relevancia social y cultural del fútbol, que es tema que más conversaciones general en el mundo, ha dicho, y, a su juicio, fue junto al cine el «gran fenómeno» del siglo XX.
Jorge Valdano ha pronunciado hoy la conferencia inaugural del séptimo seminario sobre Lengua y Periodismo que se celebra en San Millán de la Cogolla (La Rioja) y que aborda el uso del español en el periodismo deportivo.
El seminario ha sido inaugurado hoy por la Princesa de Asturias en un acto en el que han intervenido también el presidente del Gobierno de La Rioja, Pedro Sanz, el presidente de la Agencia EFE, José Antonio Vera, el director de la Real Academia, José Manuel Blecua, y el consejero delegado del BBVA, Ángel Cano.
Valdano ha rechazado que al fútbol se le considere «el opio del pueblo» aunque ha recalcado que los aficionados «delegan su orgullo» en el balompié porque «sin pasión este deporte no sería un fenómeno sociológico», ha dicho.
Ha afirmado que con muchos partidos de fútbol «parece que va a acabar el mundo» y su resultado final deja en los aficionados «felicidad o infelicidad que parecen definitivas» aunque en pocos días «renuevan sus pasiones y obsesiones».
El exinternacional ha defendido el sentido «artístico» del fútbol, que históricamente ha vinculado a las clases populares con «el sentimiento de belleza» expresado por «artistas» como Pelé, Di Stéfano o Maradona.
El fútbol forma parte de nuestra identidad cultural y «se ha ganado el derecho de estar aquí, en libros y universidades» dentro de «una sociedad más abierta y un mercado más amplio» que ha llevado a que los intelectuales «dejen de asustarse por este deporte».
Finalmente, en la actualidad, el fútbol se ha «reconciliado con la palabra» y es «la mayor fuente de conversación del mundo» y «un maravilloso laboratorio social».
Jorge Valdano ha concluido su intervención con una petición expresa a los futbolistas para cuiden su lenguaje ya que los niños «les admiran e imitan» y eso les obliga a tener «una conciencia responsable» ya que cualquier frase suya «puede contribuir a que un relato sea emocionante o bochornoso».
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