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La poesía como arma de propaganda y de
combate durante
la Guerra Civil. Dos bandos. Escasa calidad.
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Poetas en el exilio, fieles a la República : Juan Ramón
Jiménez, León Felipe, Salinas, Guillén, Cernuda, Alberti, Prados, Altolaguirre...
España como patria perdida fue el tema clave y ante él dos actitudes,
correspondientes a dos momentos temporales: tono apasionado al principio y tono
nostálgico con el paso del tiempo.
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Poesía de posguerra – “Generación del 36” . Los poetas que siguen en
España se orientan por diversos caminos que Dámaso Alonso redujo a dos: una poesía
arraigada y una poesía desarraigada.
- Poesía arraigada. Poetas que se agrupan en
torno a la revistas Escorial,
fundada en 1940 y Garcilaso,
fundada en 1943; de ahí que se les llamara también los “garcilasistas”.
Han salido de la contienda con un afán optimista de claridad, de
perfección, de orden. En puras formas
clásicas, encierran una visión del mundo coherente, ordenada y serena.
Arte por el arte. Uno de los temas dominantes es su firme
sentimiento religioso, junto con temas tradicionales (el amor, el paisaje,
las cosas bellas...).
Poetas:
Luis Rosales, Leopoldo Panero, Luis Felipe Vivanco, Dionisio Ridruejo, Rafael
Morales, José García Nieto, etc.
- Poesía desarraigada (existencial). Reacción
contra los garcilasistas. Rehumanización de la poesía. Poesía
comprometida. Hijos de la ira
(1944) de Dámaso Alonso (“Para otros, el mundo nos es un caos y una
angustia, y la poesía una frenética búsqueda de ordenación y de ancla. Sí,
otros estamos muy lejos de toda armonía y de toda serenidad.”) y la
revista Espadaña, fundada en
1944, en León, por Victoriano Crémer y Eugenio de Nora. Estilo bronco,
directo, más sencillo y menos preocupado por los primores estéticos.
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La poesía social. Parte de la poesía desarraigada. La poesía
debe “tomar partido” ante los problemas del mundo que le rodea. El poeta se
hace “solidario” de los demás hombres; antepone a las metas estéticas los
objetivos más inmediatos para transformar el mundo. El tema principal es el
“tema de España” y, junto a él, la injusticia social, la alienación, el mundo
del trabajo, el anhelo de libertad y de un mundo mejor... Lenguaje claro,
prosaico muchas veces, y empleo sistemático del tono coloquial para llegar mejor
al pueblo. Poesía = comunicación.
Poetas: Blas de Otero, Gabriel
Celaya, José Hierro...
Grupos disidentes: el grupo Cántico de
Córdoba (preocupaciones estéticas) y el Postismo
(de carácter experimental, surrealista).
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De la poesía social a una nueva poética (los años
60).
Preocupación por el hombre que, en parte, enlaza con el “humanismo
existencial”, pero huyen de todo tratamiento patético. Dan frecuentes muestras
de inconformismo frente al mundo en que viven, pero cierto escepticismo les
aleja de la poesía social. Consolidación de una poesía de la experiencia personal, cuya temática se caracteriza por
un retorno a lo íntimo: el fluir del tiempo, la evocación nostálgica de la
infancia, lo familiar, el amor y el erotismo, la amistad, el marco cotidiano...
Renace el interés por los valores estéticos y por las posibilidades del
lenguaje. Influencia de Vicente Aleixandre.
Autores:
Ángel González, Jaime Gil de Biedma, José Agustín Goytisolo, Carlos Barral,
José Ángel Valente, Claudio Rodríguez, Francisco Brines, José María Valverde...
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Los “novísimos” y la poesía experimental (años 70). Exhibicionismo cultural y
esteticismo. Una nueva vanguardia,
vuelven la espalda al prosaísmo y a las formas tradicionales, se encuentran de
nuevo con el Surrealismo. Pere
Gimferrer, Antonio Martínez Sarrión, Manuel Vázquez Montalbán, Leopoldo Mª
Panero, Guillermo Carnero...
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“Postnovísimos” (años 80). Dispersión de tendencias. Luis
García Montero, Blanca Andreu, Felipe Benítez Reyes...
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