José A. Ordóñez en Fundéu BBVA
El término político de moda, asimilado del inglés governance, significa lo mismo quegobierno o gobernabilidad, según los filólogos
Gobierno, gobernación, gobernabilidad y gobernanza son sinónimos de uso indistinto, coinciden los filólogos, los catedráticos de Literatura y la Real Academia Española (RAE). «A la acción de gobernar un pueblo (o una nave, o una economía o una casa) puedo llamarla gobernanza, gobierno, gobernación o gobernabilidad, como me venga en gana», escribió en un artículo publicado en LA NUEVA ESPAÑA el pasado abril Francisco García Pérez, catedrático de Lengua y Literatura y colaborador habitual de este periódico.
Quien busque la voz gobernanza en el Diccionario se encontrará dos acepciones. Por un lado, la más clásica, 'acción o efecto de gobernar'. Sin más. Por otro, 'arte o manera de gobernar que se propone como objetivo el logro de un desarrollo económico, social e institucional duradero, promoviendo un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y el mercado de la economía'. Para García Pérez, como también para otros expertos, esta última definición resulta de «perogrullo», dado que no habría partido político, ejecutivo o ideología que no aspirase a disponer de ese desarrollo económico, social e institucional duradero del que habla la RAE.
Por lo demás, gobernanza es una palabra que, y tal y como señala este catedrático en el citado artículo, estaba considerada como anticuada en la edición del Diccionario de 1992. Sin embargo, de la mano del inglés, es ahora usada con cierta asiduidad en la jerga política, en pleno proceso de crisis y de globalización. Se trataría de la particular adaptación al español del término inglés governance, que vendría a ser algo así como «la eficacia, la calidad y la buena orientación de la política», definición que comparte el tufo a perogrullo que detecta Pérez en la segunda acepción de la RAE. Por si fuera poco, no falta quien trata de definir la gobernanza como el 'proceso de toma de decisiones y el proceso por el que las decisiones son implementadas, o no'. Para rizar el rizo, también hay quien habla de gobernanza como de 'nuevo tipo de gobernación'.
Se trata de un uso del lenguaje que Aurelio Arteta, catedrático de Filosofía Moral y Política, criticaba con gracia en un artículo en el diario El País acerca de lo que denomina la prosa «archisílaba» o «requetesilábica». «¿Ande o no ande, caballo grande?, pues valga o no valga, palabra larga. La consigna es llenarse literalmente la boca. Ante el temor a empequeñecer, nos encampanamos en nuestros vocablos y acabamos la mar de satisfechos en la grandilocuencia», señala Aurelio Arteta.
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