Uno de los grandes líricos de la Generación del 27
18:00h Martes, 10 de julio de 2012
Aunque posteriormente completaría el libro con nuevas ediciones, se cumplen ahora setenta años desde que el sevillano Luis Cernuda (1902-1963) publicara su primera redacción de ‘Ocnos’ (1942), un libro de prosa poéticabellísimo que evoca su infancia y primera juventud en su ciudad natal –donde, por cierto, recibió clases de Pedro Salinas- con gran añoranza. Es, por tanto, un buen momento para recordar la figura lírica de un poeta absolutamenteoriginal .
Porque Cernuda, si bien pertenece con pleno derecho a la Generación del Veintisiete, fue siempre una personalidad solitaria y dolorida, un alma sensible y vulnerable que reacciona con rebeldía al considerarse un ser marginal. Él mismo lo manifestó con estas palabras: “una constante de mi vida ha sido actuar por reacción contra el medio donde me hallaba”, actitud que lo convertía en “un inadaptado con cierta vena protestante y rebelde”.
Y es que la originalidad del lírico sevillano dentro del Grupo Poético del Veintisiete se aprecia desde el inicio mismo de éste: mientras todos los miembros expresan una común admiración por Góngora, Cernuda preferirá siempre aGarcilaso de la Vega. En este sentido, uno de sus primeros libros, ‘Égloga, elegía y oda’, constituyen un homenaje al gran poeta renacentista. Por supuesto, ello no significa que el autor de ‘Ocnos’ se encuentre al margen del citadoGrupo: son muchos los elementos líricos y humanos comunes con sus compañeros de generación y pertenece indiscutiblemente a ella. Lo que ocurre es que todo autor debe saber mantener su propia independencia creadora. No en balde, es, junto al citado Salinas, el gran poeta del amor dentro del Veintisiete.
A partir de 1936, Cernuda agrupó sus libros bajo un título general: ‘La realidad y el deseo’ y ello no es una casualidad porque, probablemente, estos dos conceptos expresan el gran conflicto de su vida y, en consecuencia, de su lírica. Toda ella presenta un eje temático: el amargo choque entre su ansia de realización personal (el deseo) y los límites que el mundo real le impone para lograrlo (la realidad). Se trata de una frustración parecida a la que, un siglo antes, expresaban los poetas románticos.
A partir de 1936, Cernuda agrupó sus libros bajo un título general: ‘La realidad y el deseo’ y ello no es una casualidad porque, probablemente, estos dos conceptos expresan el gran conflicto de su vida y, en consecuencia, de su lírica. Toda ella presenta un eje temático: el amargo choque entre su ansia de realización personal (el deseo) y los límites que el mundo real le impone para lograrlo (la realidad). Se trata de una frustración parecida a la que, un siglo antes, expresaban los poetas románticos.
En consecuencia, sus temas predilectos son la soledad, el anhelo de un mundo más humano y de belleza y, por supuesto, el amor. Y todo ello revestido de un estilo poético muy personal caracterizado por la sencillez. PorqueCernuda huye del léxico brillante para mostrar siempre un lenguaje coloquial y sus composiciones acostumbran acarecer de rima, a lo que se añade su predilección por el versículo largo.
Claro que todo ello es apreciable en sus obras de madurez. Anteriormente, se vio influido por las tendencias de su tiempo. A las enseñanzas de Juan Ramón Jiménez responde ‘Perfil del aire’ y a las del Surrealismo, ‘Un río, un amor’ o ‘Los placeres prohibidos’. Sin embargo, a partir de ‘Donde habite el olvido’ ya se aprecia un tono máspersonal. Este libro, cuyo título se inspira en un verso de Bécquer (otro de sus grandes maestros), se compone de poemas desolados y está presidido por una desgarrada sinceridad que, más tarde, produciría a Cernuda cierto“rubor y humillación”.
Por su parte, ‘Ocnos’ fue escrito durante la estancia del poeta en Escocia, concretamente como profesor en laUniversidad de Glasgow. Exiliado a causa de la Guerra Civil en aquel lugar brumoso, alejado del brillo meridional de su Sevilla, recuerda a su familia y evoca los paisajes de su infancia en la ciudad del Guadalquivir. Esta primera edición contenía treinta y un poemas en prosa que, posteriormente, iría aumentando con nuevos textos añadidos hasta alcanzar los más de sesenta de la tirada de 1963. Se trata de una obra enormemente nostálgica en la que laexacerbada sensibilidad de Cernuda se muestra con un lenguaje bellísimo
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