En el Oxímoron se producen contradicción e incoherencia:
"¡Oh desmayo dichoso! (contradictorio)
¡Oh muerte que das vida! (incoherente)
¡Oh dulce olvido!" (contradictorio)
(Fray Luis de León)
Sin embargo en la Antítesis las oraciones o palabras contrapuestas no encierran en sí una contradicción:
"eres como la Rosa de Alejandría
que se abre de noche
se cierra de día"
(Popular)
La Paradoja, se diferencia del oxímoron en su extensión: éste se limita al marco de la oración simple, mientras que la paradoja lo supera:
"Vivo sin vivir en mí
y tan alta vida espero
que muero porque no muero"
(Santa Teresa de Jesús)
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